El Modernismo y la Generación del 98: Un Debate Histórico
El Modernismo surge a finales del siglo XIX, marcando un proceso de renovación en la literatura española. La crítica se divide entre quienes separan tajantemente el Modernismo de la Generación del 98 y quienes incluyen esta última dentro del Modernismo.
Azorín y Salinas defienden que el Modernismo es una renovación formal de la poesía, mientras que la Generación del 98 es una renovación ideológica. Salinas, por su parte, sostenía que los noventayochistas son pensadores y reformadores ideológicos, en busca de la verdad y de carácter autóctono; mientras que los modernistas buscan la belleza y son de carácter cosmopolita.
Así, Salinas defendía la existencia de la Generación del 98 a través de los criterios de Petersen:
- Nacimiento de fechas cercanas entre el más joven y el de mayor edad.
- Formación intelectual semejante.
- Relaciones de amistad, ya que frecuentaban las mismas tertulias y publicaban en las mismas revistas (ej. Vida Literaria).
- Existencia de un acontecimiento histórico: el desastre del 98.
- Presencia de un guía intelectual: Nietzsche.
Juan Ramón Jiménez y Luis Cernuda, en total desacuerdo con los anteriores, niegan la existencia de la Generación del 98, argumentando que esta responde a un cambio de sensibilidad y actitudes estéticas fruto de un fenómeno cultural: el Modernismo. Para Juan Ramón Jiménez, el Modernismo es una tendencia literaria, artística y del pensamiento que abarca formas e ideas. Actualmente, al igual que Juan Ramón Jiménez y Cernuda, se considera un único movimiento que aglutina diferentes sensibilidades.
El Modernismo como Movimiento de Renovación Espiritual
Los modernistas se muestran rebeldes ante la burguesía, expresando su opinión a través de diversas perspectivas:
- Actitud anticientífica: Consideraban que la ciencia no respondía a los enigmas humanos.
- Denuncia social: Criticaban las consecuencias de la sociedad industrializada, que había creado cinturones industriales alrededor de las ciudades.
- Compromiso político: Azorín escribió su primer artículo anarquista, a la vez que Unamuno ingresó en el PSOE. Un año después, Unamuno propuso seguir las ideas del Regeneracionismo.
- Influencias filosóficas: Desde el punto de vista intelectual, recogieron la influencia de filósofos como Schopenhauer o Nietzsche, así como del psicoanálisis de Freud.
- Actitudes antisociales: Debido a su oposición contra la burguesía, adoptaron actitudes consideradas “lacras” por la sociedad burguesa (ej. el consumo de drogas).
El Modernismo como Movimiento de Renovación Estética
Los modernistas también se influenciaron por diversas corrientes artísticas:
- Parnasianismo (Théophile Gautier).
- Simbolismo (Charles Baudelaire).
- Decadentismo.
- Expresionismo pictórico.
Con respecto al Parnasianismo, se defiende el principio de “el arte por el arte”, es decir, que el arte no debe imitar la realidad. Los simbolistas, por su parte, buscan sugerir lo oculto, el “alma de las cosas”.
A continuación, se destacan los rasgos del lenguaje modernista:
- Enriquecimiento léxico a través de la búsqueda de efectos coloristas y musicalidad. El léxico se caracterizaba por su elegancia, inspirado en el París del siglo XIX.
- Destaca el uso de la sinestesia (atribuir una sensación a un sentido que no le corresponde).
- Otro rasgo importante es la evasión de la realidad, a menudo hacia mundos exóticos (como Japón o la India).
Autores Clave del Modernismo y la Generación del 98
Miguel de Unamuno
Miguel de Unamuno, de personalidad arrolladora, mostró un afán por acercar la novela al ensayo, poblándolas con diálogos para darles agilidad (ej. Niebla). Los críticos de la época no valoraron su obra, ya que se apartaba del canon tradicional. Por ello, criticó la ignorancia del país y postuló la necesidad de “europeizarse”. Además, defendió el concepto de “intrahistoria”, aludiendo a que en la historia lo verdaderamente importante son los seres anónimos.
A partir de 1897, experimentó un viraje ideológico, pasando del materialismo a la espiritualidad. Como consecuencia, pasó de defender la “europeización” de España a postular la “españolización” de España.
Entre su obra poética destaca Teresa.
Ramón María del Valle-Inclán
Nacido en Pontevedra, Valle-Inclán cultivó un perfil antiburgués y una vida bohemia, síntomas de su inconformismo y su deseo de escandalizar a la burguesía.
En su obra se aprecian dos etapas:
- La etapa modernista, de esteticismo brillante o decadente, con obras narrativas (ej. Sonatas) o poéticas (La pipa de Kif).
- La etapa del Esperpento, que consiste en la deformación grotesca de la realidad, argumentando que la degradada situación de España solo podía ser mostrada a través de la distorsión.
Entre sus obras más famosas se encuentra Luces de Bohemia, una obra clave del Esperpento que alude a la lujuria, la avaricia y la muerte. Su trilogía de las Comedias Bárbaras (Águila de blasón, Romance de lobos y Cara de plata) también es fundamental.
Rubén Darío
A pesar de su origen nicaragüense, se le estudia dentro de la literatura española por su introducción de formas francesas en la poesía. Su primera gran obra fue Azul, con la que abrió un nuevo camino en el lenguaje literario español.
En sus obras no descuidó la crítica a la sociedad burguesa, a menudo basada en reflexiones filosófico-existenciales. Otro de los temas recurrentes es el impulso erótico (Prosas profanas), además de una diversidad de tonos y críticas a Norteamérica.
Pío Baroja
Pío Baroja, de familia acomodada, estudió medicina y la abandonó para dedicarse a la literatura. Los críticos le censuraron su aparente falta de estilo. Se mostró contrario a las ideas de Ortega y Gasset sobre la novela.
Entre los rasgos que lo caracterizan destaca la búsqueda de matices y sugerencias.
Algunas de sus obras destacadas incluyen:
- Trilogía Tierra Vasca: La casa de Aizgorri, El mayorazgo de Labraz y Zalacaín el aventurero.
- Trilogía La raza: El árbol de la ciencia, La dama errante y La ciudad de la niebla.
José Martínez Ruiz (Azorín)
Su peculiar visión de España responde a su temperamento melancólico, propio del Modernismo; tal angustia existencial la encontramos reflejada en La Voluntad.
Enmarcó sus obras, sobre todo, en Castilla, donde buscaba el pasado medieval y heroico, utilizando en sus descripciones la técnica impresionista.
Antonio Machado
Antonio Machado, de ideas republicanas, se exilió a Francia tras el golpe de Estado de Franco. En su obra se experimenta una clara evolución.
El simbolismo intimista se aprecia en Soledades, donde utiliza símbolos de melancolía y el paso del tiempo (otoño, fuentes, etc.). El paisaje castellano está presente en su obra Campos de Castilla, donde muestra la miseria de sus habitantes, aprovechando para reflejar su espíritu reformista.
Entre sus obras destacadas se encuentran en prosa Juan de Mairena y en teatro Juan de Mañara.
Manuel Machado
Manuel Machado, ideológicamente, se situó en las antípodas de su hermano Antonio. Su obra principal es Alma, compuesta por 27 poemas divididos en 7 partes, en la cual se observa la tristeza de Azorín, el sentimiento de Baroja y la huella de Schopenhauer.
En otro poema, Castilla, muestra interés por lo español. Al final de su trayectoria, defenderá el “arte nuevo” o “Modernismo periclitado”.