Mundo verdadero y mundo aparente Nietzsche


Nihilismo“nihil” nada Actitud vital y filosófica que niega todo valor a la existencia, o que hace girar la existencia alrededor de algo inexistente. Esta idea es compleja: Nihilismo como decadencia vital: toda la cultura occidental, es nihilista pues dirige toda su pasión y esperanzas a algo inexistente (el Dios cristiano, el mundo ideal y racional de los cristianos). Despreciando de modo indirecto la única realidad existente, la realidad del mundo que se ofrece a los sentidos, la realidad de la vida. “Así habló Zaratusta”, expresa la forma del espíritu con la figura del camello, símbolo de la aceptación resignada de las mayores cargas.La filosofía que intento mostrar como los valores dominantes son una pura nada, una invención; la filosofía nietzscheana es niheliana en este sentido pues propone la destrucción completa de todos los valores. Este Nihilismo es una fase necesaria para la aparición de una nuevo momento en la historia de la cultura, la aparición de una nueva moral y de un nuevo hombre, el superhombre. En “Así habló Zaratusta” representa esta figura del espíritu del león (por su agresividad y su capacidad de destrucción).Nihilismo pasivo: no cree en ningún valor puesto que considera que todo valor es posible sólo si Dios existe, y Dios no existe; termina en la desesperación, inacción, la renuncia al deseo, el suicidio. Es el último hombre de “Así habló Zaratusta”.

Dionisíaco

En el espíritu griego existieron 2 tendencias contrarias: Apolimio, del Dios Apolo favorable a la luz, la razón, la medida… Cuando nos dejamos llevar por el punto de vista Apolimio atribuimos al mundo un orden y un sentido. Dionisíaco, del Dios Dionisio, está asociado a la oscuridad, los instintos, el éxtasis… Cuando domina en nosotros lo dionisíaco vemos que el mundo no es más que caos y azar. Partiendo del hecho de que el universo es un caos dionisíaco, en el que el destino del hombre depende del azar y carece de sentido, los griegos mediante la tragedia supieron crear belleza y armónía. L decadencia del espíritu y pensamiento griego llegó cuando Platón negó la realidad del mundo sensible y se inventó uno a parte, el mundo inteligible, donde todo respondía a los ideales apolíneos de perfección. La invención del mundo inteligible se prolongó a lo largo de la historia de la filosofía en las ideas del cristianismo, las ideas innatas de Descartes, en el noúmeno de Kant.

Inocencia del devenir

Es una concepción del mundo opuesta a toda interpretación moral, más allá del bien y del mal. La diferencia es que para los griegos la responsabilidad es de los dioses, mientras que para los cristianos es el hombre. En opinión de Nietzsche, la filosofía tradicional a sentido siempre el rechazo al devenir, al carácter cambiante y fluyente de las cosas, persiguiendo ilusoriamente el ideal de una realidad superior que poseyera los caracteres contrarios a los de este mundo cambiante en el que habitamos. Para éste filósofo el carácter cambiante, el cambio, el devenir ha sido molesto porque no producía la tranquilidad que debía producir la verdad, para ellos, la verdadera realidad debía ser inmutable, eterna, universal. Nietzsche afirma que la única existencia del devenir  es la inocencia, es la comprensión de la realidad, sin orden, sin permanencia, sin legalidad. El orden y la legalidad las pone el hombre en un mundo cambiante para negarlo. El devenir no tiene sentido, es fluyente y cambiante. Supone aceptar el mundo tal y como es -como a la razón le gustaría que fuese-. La inocencia del devenir es una conducta que está más allá del bien y del mal.

Mundo aparente

Nietzsche llama platonismo a la teoría para la que la realidad está escindida en dos mundos: un mundo verdadero, dado a la razón, inmutable y objetivo, y un mundo aparente dado a los sentidos, cambiante y subjetivo. Al mundo verdadero de Platón le corresponde la eternidad y se relaciona con el bien y con el mal, mientras que el mundo aparente le corresponde el nacimiento y la muerte y se relaciona con el mal y el cuerpo. Sólo individuos con un tono vital bajo, pueden creer en la fantasmagoría de un mundo trascendente; la cultura occidental se inventa un mundo verdadero (objetivado en Dios gracias al cristianismo)para encontrar consuelo ante lo terrible de que un único mundo existe, el mundo dionisíaco.

Transmutación de valores

En la genealogía de la moral, Nietzsche aborda la crítica a la moral cristiana a partir del estudio del origen de los valores. Para ello, emplea el método genealógico, consistente en una investigación etimológica e histórica de la evolución de los conceptos morales del bien y del mal: 1. En la Grecia Heroica de Homero el bueno era el fuerte, apasionado, poderoso, guerrero, creador de valores. A partir de Sócrates y Platón el pesimismo nihilista comienza a ganar a los griegos. El bueno es aquel que renuncia a la vida, a las pasiones y al cuerpo en favor de un mundo de las ideas inexistente. 2. Judaísmo y Cristianismo apoyados en el Platonismo, son el origen de una nueva moral cuya carácterística principal es el resentimiento. Este consiste en condenar la vida porque se es impotente para vivirla. Judaísmo y Cristianismo llevan a cabo una invención de los valores de la Grecia heroica. Frente a ella la moral cristiana es una moral de esclavos. 3. Nietzsche propone una transmutación de los valores. La moral seguía sustituida por una moral sana que se guía por valores que dicen “sí” a la vida, a las pasiones y a los instintos. El abanderado de esta nueva moral sería el superhombre. 

Moral contranatural

La moral tradicional (la moral cristiana) es antinatural pues presenta leyes que van en contra de las esencias naturales de la vida. Es una moral de resentimiento contra los instintos y el mundo biológico y natural. La idea de pecado es una de las ideas más enfermizas inventada por la cultura occidental; con ella el sujeto sufre y se aniquila; no existe ningún Dios al que tengamos que rendir cuenta por nuestra conducta, sin embargo el cristiano se siente culpable ante los ojos de Dios, se siente observado, cuestionado, valorado por un Dios inexistente, del que incluso espera un castigo A la moral contranatural se opone la moral sana. Moral sana en Nietzsche es la que se guía por valores que dicen sí a la vida, las pasiones, lo corporal, etc. Es lo opuesto a la moral platónica y cristiana.