Antropología Nietzscheana: La Transformación del Espíritu
Para comentar la antropología de Nietzsche, es fundamental remontarse a los fragmentos donde destaca su famosa teoría del Superhombre (Übermensch). Sin embargo, debemos primero examinar las transformaciones del espíritu:
El Espíritu se Transforma en Camello
El camello lleva consigo una pesada carga: los valores morales y metafísicos del viejo mundo. Nietzsche asocia al camello con el animal pasivo que condena su existencia tras la aceptación de esa pesada carga. Y lo asocia con la «moral de esclavos», que representa a aquellos últimos hombres, los despreciadores de la vida en definitiva.
El Espíritu se Transforma en Niño
El niño representa la pura inocencia, un ser puro, sin maldad alguna. Para Nietzsche, el niño representa al Übermensch o Superhombre. Nietzsche postula que el superhombre transforma los valores metafísicos-morales para darse la autonomía moral y reafirmar así su existencia (nihilismo activo). El superhombre es aquel que acepta el eterno retorno y reafirma su sentido en el mundo con la Voluntad de Poder. En definitiva, el niño está más allá del bien y del mal.
En un pasaje de Así habló Zaratustra, se expresa que el ser humano se encuentra tendido en una cuerda, entre dos fronteras: la del animal y la del Superhombre.
Ética en Nietzsche: La Genealogía de la Moral
En la ética, Nietzsche no va a realizar una investigación histórica sobre la moral, sino que más bien va a realizar una genealogía de la moral, en especial, sobre los conceptos de «bueno» y de «malo».
La Inversión de los Valores
La tesis principal de Nietzsche es mostrar cómo los conceptos de bueno y de malo han sufrido una inversión. Según Nietzsche:
- Moral de Señores: La palabra «bueno» proviene de las cualidades de la aristocracia: nobleza, valentía, fuerza, etc.
- Moral de Esclavos: El concepto de «malo» se determinaba por las acciones de la plebe: pobreza, fealdad, cobardía, etc.
Nietzsche muestra que estas personas débiles, y por tanto «malas», se someten con resentimiento. En realidad, les gustaría ser como los fuertes. Entonces, se produce lo que Nietzsche llama la «rebelión de los esclavos». Con lo cual: aquello que antes era bueno, se convierte en pecado. Al fin y al cabo, los desgraciados serán ahora los buenos.
La moral cristiana, a la que Nietzsche señala como uno de los culpables, impondrá sus valores negativos, imponiendo las formas de actuar de la moral de los esclavos como lo bueno.
Metáfora del Águila y el Cordero
Nietzsche señala con más eficacia tal inversión y su estupidez de invertirla, con las metáforas del águila y del cordero. El águila, cuando quiere cazar a la oveja, lo que hace es reafirmarse como águila. De esta forma, el águila muestra su Voluntad de Poder. En cambio, el cordero también en esa lucha por sobrevivir muestra su voluntad de poder en tanto que es visto como alimento para el águila, en ese instante, se está reafirmando como oveja.
Esa moral no podía ser bien vista para los cristianos. Así pues, como a los débiles (esclavos) les gustaría reafirmarse y ser como los fuertes (señores), necesitan al otro para negar sus conductas. La moral del esclavo no puede afirmarse a sí misma; por tanto, hay que negar la conducta de la moral de señores. Por eso mismo, Nietzsche señala que es impensable pedir al águila que no se coma a la oveja, porque es bien sabido que el águila es más fuerte, más rápido, más raudo; en suma, mejor que la oveja.
Tanto la culpa como la compasión son los dos nefastos conceptos que ha creado el cristianismo para negar la moral de señores.
La Afirmación de la Existencia Humana
Una reflexión muy importante cabe destacar en este apartado: Nietzsche, cuando expresa su pensamiento, escribe utilizando una multitud de metáforas. Lo que le importa a Nietzsche de la moral no es, a mi juicio, exterminar a los inferiores (como los nazis con los judíos), sino que cada uno de nosotros se reafirme, muestre su Voluntad de Poder, porque eso mismo es mostrar y afirmar la existencia humana, de nuestro Ser. No debemos fijarnos en modelos de conducta a seguir, sino darnos la moral a nosotros mismos en función de nuestra personalidad, en función de nuestro Ser. De esta forma es cuando el ser humano, para Nietzsche, llega a ser Superhombre.