Novela existencial de los años 40

LA DÉCADA DEL ’40. POESÍA EXISTENCIAL. LAS REVISTAS LITERARIAS.
DIVERSIDAD DE GRUPOS.
La Guerra Civil Española (1936 – 1939) supuso una ruptura determinante en todos los órdenes de la 
vida. Una vez acabada la contienda, el arte resurgíó, aunque no pudo evadirse de la situación político-
social que vivía España. Así, la conocida como Generación del 36 nace escindida en dos grupos opuestos: 
poesía arraigada y poesía desarraigada. Y, paralelamente a éstos, la poesía del exilio. 
Poesía arraigada. Formada por Luis Felipe Vivanco (El descampado), Leopoldo Panero (Canto personal), 
Luis Rosales (La casa encendida) y Dionisio Ridruejo (Elegías). Comparten un hondo sentimiento 
religioso y quieren olvidar la guerra recién acabada. Para ello, escriben sobre temas como Dios, la 
naturaleza, el amor, la familia o el paisaje. Publican sus poemas en las revistas Escorial (fundada en 1940) 
y, principalmente, en la revista
Garcilaso (1943). Esta revista reúne a un grupo de autores denominados 
Juventud Creadora entre los que destacan los ya mencionados, además de José García Nieto, director de 
la revista. 
Ambas revistas, Escorial y Garcilaso, están relacionadas. La primera junto con la revista Juventud 
constituyen los antecedentes de la revista Garcilaso: la revista Escorial, fundada en 1940, simboliza la 
ortodoxia militar y religiosa de estos tiempos primeros de posguerra. La revista Garcilaso aparece en 
Mayo de 1942, sus fundadores mantienen ideas diferentes sobre la poesía, de ahí que muy pronto se 
diferencien dos posturas en la nueva revista: por un lado, “el arte por el arte” y, por otro, “el nuevo 
estilo”. 
Poesía desarraigada. En 1944 surgíó un movimiento opuesto al anterior. La publicación de Hijos de la 
ira, de Dámaso Alonso, y de Sombra del paraíso, de Vicente Aleixandre, así como la aparición de la revista 
poética Espadaña, fueron tres aldabonazos en la conciencia poética de nuestro país. Estos autores no 
están conformes con el mundo que los rodea, y lo gritan a los cuatro vientos. Se enfrentan a los autores 
de Garcilaso por medio de una poesía comprometida y directa, en la que lo importante es el contenido y 
no la forma. El primer número de la revista Espadaña aparece en Mayo de 1944, nace en torno a la 
biblioteca Azcárate de la ciudad de León, y como hemos dicho antes, son Victoriano Crémer, Eugenio de 
Nora y el padre González de Lama, que la dirige, los artífices principales de la misma. El tema esencial 
de estos poetas es el hombre y todos aquellos problemas que afectan a su existencia. La revista Espadaña
termina su andadura en Enero de 1951. En ella, aparecieron poemas de una diversidad de autores; entre 
ellos: Vicente Aleixandre, Gerardo Diego, Leopoldo Panero, L. Felipe Vivanco, Luis Rosales, Carlos 
Bousoño, José Hierro, Blas de Otero y otros poetas significativos de la poesía de estos años, como Pablo 
Neruda, Cesar Vallejo, Miguel Hernández y Vicente Huidobro. 
Poesía desarraigada. Poesía existencial.
La poesía de estos autores recoge la corriente existencialista 
europea que refleja la soledad del hombre en un mundo caótico, sin sentido. Los temas serán el vacío 
personal, la soledad y el desarraigo. Lo religioso aparece también con frecuencia, pero será una 
religiosidad conflictiva, con dudas y hasta desesperación. Frente al formalismo y esteticismo del grupo 
de la revista Garcilaso, esta poesía ofrece un estilo tosco y apasionado, directo y desgarrado (por eso fue 
calificada también como “poesía tremendista”). La métrica tradicional se sustituye a veces por el verso 
libre y el versículo. 
Las revistas Cántico y Postismo. Al margen de estos dos grupos opuestos, merece la pena destacar la 
aparición de autores que enlazan con etapas literarias anteriores: la generación del 27 (grupo de la 
revista Cántico de Córdoba, poesía basada en el esteticismo y la belleza formal de algunos poetas del 27); 
con las vanguardias, Surrealismo (grupo de la revista Postismo, que reivindica la libertad expresiva, el 
juego, la imaginación, el sueño, el subconsciente). 
Poesía del Exilio. Un gran número de autores españoles se vieron obligados a salir de España. La 
mayoría de éstos siguió publicando allí donde se encontraban. Es el caso de Juan Ramón Jiménez, que 
desde América siguió buscando la Belleza. Dentro de la Generación del 27, debieron exiliarse Rafael 
Alberti, Pedro Salinas y Luis Cernuda. Federico García Lorca murió en los primeros días de la contienda 
y Miguel Hernández unos años después. Desde fuera, los autores se encuentran más libres para dec