Obras Maestras del Barroco: Bernini, Velázquez y Salzillo en Roma y España

Maestros del Barroco Italiano: Gian Lorenzo Bernini

Columnata de la Plaza de San Pedro

  • Autor: Bernini
  • Cronología: 1656-1667
  • Estilo: Barroco
  • Localización: Ciudad del Vaticano (Roma)
  • Material: Mármol travertino
  • Tipología: Plaza

Descripción

En 1656, el papa Urbano VII encarga a Bernini el diseño de la Plaza de San Pedro del Vaticano, con el fin de crear un sitio capaz de acoger grandes congregaciones de fieles. El proyecto original pretendía la construcción de una plaza cerrada, con un tercer brazo, que no se llegó a construir. El diseño de la plaza simboliza al pontífice coronado con la tiara. Además, el Papa exigió que la plaza permitiera que todos los situados en ella vieran cómodamente la Logia de las Bendiciones y las estancias vaticanas. La Plaza de San Pedro se compone en realidad de dos plazas tangentes: una de forma **trapezoidal** y otra **elíptica**. Rodeada por enormes columnas, la plaza se abre hacia la ciudad de Roma. Está compuesta por dos grandes arcos semicirculares. En el centro de la plaza se sitúa un enorme **obelisco**, de procedencia egipcia. El pórtico cubierto está formado por la columnata de **cuatro hileras de columnas** de orden toscano realizadas en mármol, situadas en formas paralelas de dos en dos. Este pórtico se remata con una cubierta típica de los períodos clásicos, sobre la que se sitúan estatuas relacionadas con la historia de la Iglesia.

El David

  • Autor: Bernini
  • Cronología: 1623-1624
  • Estilo: Barroco
  • Localización: Galería Borghese (Roma)
  • Material: Mármol
  • Tipología: Escultura exenta

Descripción

Representa al futuro rey David, uno de los personajes del Antiguo Testamento. En ella, Bernini quiere mostrarnos el **espíritu combativo del Barroco**. Elige el **momento en que David va a atacar al gigante Goliat**, estando todo su cuerpo contraído, con los **músculos en plena tensión**, con lo que demuestra un gran conocimiento de la anatomía humana. Es el momento justo en el que se dispone a tirar la piedra, con los dos pies apoyados en el suelo y el cuerpo medio girado. Así, con esta postura, el movimiento y la potencia están explícitos. Es en su rostro donde mejor se aprecia la energía del momento: su mirada violenta, mordiéndose el labio superior, los ojos fruncidos, la barbilla en tensión. Tras la figura de David aparecen representadas una serie de armas que fueron descartadas por este personaje y que recuerdan que no es una batalla que se gana con un armamento superior sino con inteligencia. Asimismo, aparece un arpa, con la que celebrará la victoria y que es una referencia a la casa Borghese. El movimiento de la figura hace que las líneas principales sean **diagonales y helicoidales**.

El Éxtasis de Santa Teresa

  • Autor: Bernini
  • Cronología: 1647-1652
  • Estilo: Barroco
  • Localización: Iglesia de Santa María della Vittoria (Roma)
  • Material: Mármol
  • Tipología: Escultura exenta

Descripción

La obra fue encargada por el cardenal Federico Cornaro. La protagonista del grupo es Santa Teresa. Bernini representa la celda conventual de Santa Teresa en el momento en que está sufriendo una **experiencia mística**. La nube en la que se sustenta el grupo está solo esbozada, para conseguir el efecto de **misterioso vapor**, mientras que el cuerpo y el hábito de la santa están perfectamente pulidos para aumentar el contraste, brillando aún con más esplendor. Santa Teresa se convierte en una mujer joven, de gran belleza, acorde con el ángel que la contempla, sonríe pícaro y apunta con su dardo el pecho de la monja. Ella mantiene entreabierta la boca; los ropajes se convierten en una representación de lo que está ocurriendo en el interior de su cuerpo. Somos testigos de una escena que ocurrió en el interior de la celda de la santa. Para hacerlo un espectáculo inolvidable, coloca la escena debajo de una **explosión de luz**, representada con los rayos dorados que bajan desde el cielo. Incluso abrió una pequeña claraboya para iluminar cenitalmente el grupo, de forma que al contemplarlo desde la penumbra de la capilla nos da la sensación de estar realmente presenciando el éxtasis de Santa Teresa. Se trata del **más puro barroco**, de lo artificioso, de lo sorprendente, de trasladar al espectador a otra realidad.

Diego Velázquez: Retratos y Escenas de Corte

Las Meninas

  • Autor: Diego Velázquez
  • Cronología: 1656
  • Estilo: Barroco
  • Localización: Museo del Prado (Madrid)
  • Técnica: Óleo sobre tela

Descripción

La escena representa cómo era la vida en palacio en la corte del rey Felipe IV. En el centro de la composición aparece la **Infanta Margarita** rodeada de sus dos meninas; junto a ellas aparecen Mari Bárbola, enana de origen alemán, y el joven Nicolasillo, que posa su pie sobre un gran mastín tumbado en el suelo. En el lado contrario, se sitúa Velázquez, sujetando un pincel en la mano derecha y la paleta con los demás pinceles en la izquierda, en la que aparecen todos los colores que utilizaría el pintor en esta obra. En un segundo plano, aparecen otros dos personajes, de menor relevancia, por lo que Velázquez los sitúa en penumbra y más abocetados que las meninas. Al fondo, una puerta de madera se abre a una estancia posterior muy iluminada y José Nieto, que está en las escaleras. La luz es de tal intensidad que hace brillar la escalera, la puerta y la misma persona de José Nieto. Por último, colgados en la pared, aparecen el rey y la reina. Mediante la **perspectiva lineal** se consigue la tridimensionalidad y el efecto de profundidad; a través de la **perspectiva aérea**, con la que se difuminan los contornos y se degradan los tonos, se subraya el efecto de alejamiento.

Inocencio X

  • Autor: Diego Velázquez
  • Cronología: 1650
  • Estilo: Barroco
  • Localización: Galería Doria (Roma)
  • Material: Óleo sobre lienzo

Descripción

El artista sigue el modelo establecido por Rafael al colocar al papa de media figura, sentado y girado hacia su derecha, con bonete y mantelete rojos, y el roquete blanco. En la mano derecha sostiene una carta en la que se encuentra la firma de Velázquez. Los ropajes están captados con el mayor realismo, obteniendo una increíble calidad en las telas a pesar de la **pincelada suelta**. Pero sin duda lo mejor es el rostro, donde Velázquez capta el **alma del retratado**; Inocencio X tenía fama de estar siempre alerta, desconfiado e infatigable en el desempeño de su cargo. El papa está con expresión tensa, el rostro rígido y el ceño fruncido; la cara tiene aspecto rojizo y con la barba desmañada. El cuadro es una **sinfonía del color rojo**. El sillón, la cortina y la ropa del papa son de color rojo, pero entre tanto rojo, surge el rostro del papa, un rostro vigoroso.

El Barroco Murciano: Jaime Bort y Francisco Salzillo

Imafronte de la Catedral de Murcia

  • Autor: Jaime Bort
  • Cronología: Siglo XVIII
  • Estilo: Barroco
  • Localización: Murcia
  • Material: Mármol, piedra
  • Tipología: Fachada-retablo

Descripción

El Imafronte de la Catedral se proyecta como una **fachada-retablo** a la manera del teatro rococó alemán. Su autor hizo con ella una exaltación de la Virgen y una glorificación de la Diócesis de Cartagena y de la Iglesia Universal. Se compone de dos cuerpos, divididos por grandes columnas (de **orden gigante**) sobre pedestales y un eje central, en el que destaca la hornacina, sobre la puerta principal, de la Coronación de la Virgen y el altorrelieve de la Asunción. Está coronada la fachada por un ático curvo que tuvo como remate la figura del apóstol Santiago, que se retiró tras un terremoto y ante la visita del rey Carlos III. Dividida en tres partes, está a su vez flanqueada por dos cuerpecillos laterales con ventanas. Un juego de columnas corintias, grupos escultóricos y un gran ventanal en el segundo cuerpo enriquecen este espectacular Imafronte. La **Puerta del Perdón** o central, era la reservada para el acceso de los personajes reales; la del lado Norte para el obispo y la del lado opuesto, para el Cabildo Municipal. El resto de los elementos que componen el Imafronte son: símbolos y alegorías de las letanías, figuras de los santos más característicos del Obispado.

La Oración del Huerto

  • Autor: Francisco Salzillo
  • Cronología: 1754
  • Estilo: Barroco
  • Localización: Iglesia de Jesús (Murcia)
  • Material: Madera policromada
  • Tipología: Escultura exenta

Descripción

Recoge el momento en que Jesús se retira con los apóstoles Pedro, Juan y Santiago el Mayor al **huerto de Getsemaní** en la noche de Jueves Santo y sintiendo “angustias de muerte” se le apareció un ángel del cielo para reconfortarle. La escena aparece dividida en dos. En una parte, aparecen los apóstoles dormidos. Cada uno de ellos simboliza los diferentes estados de la vida:

  • Sueño confiado y profundo: el del joven San Juan.
  • Sosegado: el del maduro Santiago.
  • Ligero, en duermevela: el del más anciano, San Pedro, que en su mano porta la espada presta a intervenir.

Salzillo logró en la figura de San Pedro un rostro muy expresivo, una perfecta anatomía del brazo en alerta y unos magníficos pliegues del pie. Tras ellos, en otra escena aparte, aparecen Cristo y el ángel. La figura de Cristo, imagen de vestir, se representa arrodillada e implorante, con todo el sufrimiento concentrado en un rostro de mirada suplicante. Este ángel muestra el cáliz, que en la procesión se encuentra sobre una palmera cargada de dátiles, enfrentada a una rama de olivo, para representar el huerto de Getsemaní. La abatida figura de Cristo cae pesadamente en tierra. Su rostro amoratado impresiona tanto por su humanidad como por su sumisa aceptación del símbolo que el mensajero le señala. Y el **ángel, intermediario** entre Cristo y su destino, es ligero e inmaterial como los sueños.

San Jerónimo Penitente

  • Autor: Francisco Salzillo
  • Cronología: 1755
  • Estilo: Barroco
  • Localización: Catedral de Murcia
  • Material: Madera policromada
  • Tipología: Escultura exenta

Descripción

Muestra a un **anciano penitente**, arrodillado ante el Crucificado que deja ver su espalda azotada sobre una cruz arbórea. Lo sostiene en su mano izquierda y le dirige su rezo; en la diestra lleva una piedra con la que golpea su pecho. La túnica blanca de abultados pliegues cae desde las caderas, dejando ver el torso desnudo de delgados miembros y piel flácida, con el cuerpo castigado por el ayuno y los rigores del sol. Añade el hábito negro de fraile jerónimo situado sobre una roca, en referencia al desierto sirio, lugar donde discurre la escena. También acoge la **calavera** y un libro abierto en el que se garabatean las primeras líneas del Génesis. La imagen transmite a la vez humanidad y santidad, con un **desnudo portentoso**, de detalles anatómicos jamás logrados, y una expresión de vida interior muy intensa. El rostro del santo denota dulzura, al tiempo que dolor y miedo. La posición diagonal, marcada por la cruz en un extremo y el capelo cardenalicio en otro, se rompe ligeramente con la aparición de la calavera, **símbolo de la muerte**, tan característica en este tipo de representaciones barrocas.