Origen de nuevas especies y evolución: ¿teoría o hecho histórico?

Como se originan nuevas especies, ocurre así

dos poblaciones de la misma especie quedan separadas por una barrera geográfica. Las dos poblaciones siguen una evolución independiente: en cada una de ellas se producirán mutaciones y como el número de genes es muy alto, serán diferentes en ambas poblaciones. La acumulación de diferencias entre ambas poblaciones y la selección natural terminará por originar dos especies distintas. El aislamiento reproductivo: dos poblaciones diferentes pertenecen a especies diferentes si no son intercruzables, de manera que los cruces entre individuos de una y otra población no tienen descendencia o esta es estéril.

¿Es la evolución una teoría o un hecho?

Los datos y argumentos que se han aportado a favor de la evolución son tantos y tan concluyentes que la evolución se considera un hecho histórico. Lo que se debate es cómo se ha producido la evolución. Datos y argumentaciones:

  • El registro fósil: los fósiles hallados permiten comprobar que a lo largo de la historia se han extinguido y aparecido especies diferentes.
  • La anatomía comparada: el esqueleto de las extremidades anteriores de un delfín, persona, murciélago y ave, aunque tienen diferencias en su anatomía, están constituidas por las mismas piezas.
  • Desarrollo embrionario: los embriones de un pez, ave y mamífero son muy parecidos en sus fases tempranas, aunque después se diferencian.
  • La biología molecular: todos los seres vivos están constituidos por los mismos elementos químicos.

¿Dónde encajan los humanos en la evolución?

Poco después de la extinción de los dinosaurios se produce una gran diversificación de los mamíferos, entre los que aparecen los primates. Los homínidos son un grupo de primates que incluye a los simios antropomorfos como el orangután, chimpancé o gorila, así como los homínidos representados en la actualidad por una sola especie. El genoma humano moderno y el del chimpancé se diferencian solo en el 1.2%, este porcentaje es el que hace que podamos hablar, caminar erguidos y tener un cerebro mayor. Antepasados y parientes colaterales:

  • Homo habilis: aquí pertenecen los primeros fósiles clasificados dentro del género Homo.
  • Homo ergaster: a partir de esta se originaron dos de las primeras especies de homínidos.
  • Homo erectus: salió de África y ocupó Asia y Europa oriental.
  • Homo antecessor: es considerado el primer europeo y se han encontrado los fósiles de mayor antigüedad en Atapuerca.
  • Homo neanderthalensis: apareció en Europa, carecía de mentón, su frente era huidiza y como los homínidos anteriores, el hueso frontal se prolongaba sobre los ojos formando un arco superciliar prominente. Tenía gran fortaleza física y era excelente cazador, enterraba a sus muertos y las herramientas que fabricaba eran avanzadas, conocían el fuego y cuidaban a sus ancianos.

Cambios humanos: caminar erguido

La bipedestación se utiliza para diferenciar entre el linaje de los homínidos y el de los simios antropomorfos, primer cambio importante ocurrido en el proceso de hominización y sucedió mucho antes de que el volumen cerebral se incrementara. Caminar habitualmente erguido y sin balancear mucho el cuerpo requiere determinadas características anatómicas diferentes a las de los simios antropomorfos:

  • Posición del foramen magnum: orificio del cráneo por donde pasa la médula espinal, y señala el lugar en el que se inserta la columna vertebral en el cráneo. En estos homínidos se encuentra hacia abajo y en los simios lo hace hacia atrás.
  • Disposición de la cadera: en los homínidos los fémures se dirigen oblicuamente desde las caderas hasta converger en las rodillas. En los simios se disponen verticalmente, manteniendo muy separadas las rodillas.
  • Cambios en el pie: el pie de un chimpancé es parecido a nuestra mano. La adaptación a la bipedestación supuso que el pie se alargó y el pulgar se alineó con los demás dedos, que redujeron su tamaño perdiendo casi completamente su capacidad de agarrar objetos.

Encefalización y ciclo vital

El humano moderno tiene un volumen cerebral de 1300 y 1400 cm3 y este desarrollo ha desempeñado un papel crucial en el proceso de hominización. El incremento del volumen cerebral generó algunos problemas. Durante el parto, la cría atraviesa la parte inferior de la pelvis (canal del parto), lo que ayuda al nacimiento de la cría puesto que la pelvis se ensancha con la cabeza de la cría. La adaptación al bipedismo provocó un estrechamiento de la pelvis y el incremento del tamaño cerebral aumentó la dificultad del parto.

Aprender a hablar

Solo la especie humana disponemos de esta capacidad de lenguaje articulado y no es fácil saber cuándo adquirieron los homínidos esta facultad. Para hablar hace falta tener capacidad mental y disponer del instrumento adecuado, el aparato fonador. Dos áreas del cerebro están relacionadas con nuestra capacidad de hablar. El cerebro no fosiliza y puede dejar en la cara interna del cráneo impresiones que permiten a los paleoantropólogos conocer algunas de sus características. H. habilis y H. ergaster tenían ya desarrolladas las áreas cerebrales relacionadas con el lenguaje, pero no se sabe si su aparato fonador tenía las capacidades necesarias para hablar, pero probablemente solo reunía las características de articular un repertorio reducido de vocales.