Ortega y Gasset: La Doctrina del Punto de Vista
Sus influencias pasan por el pensamiento de entre siglos, dividido entre las filosofías racionalistas e idealistas, por un lado, y el vitalismo, el existencialismo y el historicismo por otro. Es un pensador sincrético, pero cae mucho más bajo el campo de Nietzsche, Heidegger o Unamuno. Se opuso tanto al vitalismo irracionalista como al universalismo de la razón, abstracta y ahistórica. En lo político es un liberal, pero también influido por filosofías no democráticas como la de Spengler.
La evolución vital de su pensamiento parte del neokantismo de su etapa de estudiante en Alemania, corriente que enfatiza lo epistemológico, pero negando la cosa en sí independiente del sujeto. A partir de aquí desarrolla su filosofía, comenzando por el circunstancialismo, en las Meditaciones del Quijote, de 1914: “Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo tampoco”. Además del yo están las circunstancias a la que da sentido, y que a su vez dan sentido al yo. Después el perspectivismo, a partir de El tema de nuestro tiempo, de 1923: el ser humano sólo accederá a la verdad siendo consecuente con el punto de vista propio, y sólo podrá conocer una parte de la realidad. Finalmente el raciovitalismo, con obras como La rebelión de las masas, a partir de 1927, tratando de adaptar la racionalidad a los ataques del vitalismo irracionalista.
La filosofía es teórica, alejada de lo técnico, pero es útil para satisfacer nuestro deseo de buscar la verdad y para orientarnos en una existencia en la que somos como “náufragos”. Responde al principio de autonomía, porque el filósofo sólo debe admitir lo que se siga de la realidad radical que es su vida; y al principio de pantonomía, porque se interesa por la totalidad del universo, no por una parte como hacen las distintas ciencias.
Ortega trata de superar el antagonismo entre dos grandes campos de corrientes filosóficas.
Por un lado el racionalismo, el idealismo y la fenomenología, filosofías que acentúan respectivamente la razón, el sujeto o la conciencia como dimensiones esenciales de lo humano; por otro lado filosofías opuestas, como el realismo, que sostiene la existencia de realidades independientes del sujeto, el relativismo, que radica todo en la cultura y la historia, o las filosofías irracionalistas como el vitalismo.
La superación de este antagonismo la hará Ortega a través del perspectivismo y el raciovitalismo. La nueva solución de Ortega es imbricar el ‘yo’ con las ‘circunstancias’ de la vida de cada cual: el mundo no es algo independiente y el yo no puede darse sin las circunstancias.
El Raciovitalismo y la Razón Vital
Por eso se trata de la conversión de la razón pura en razón vital. No vivimos para conocer sino que conocemos para vivir, pues la vida singular es la realidad radical en la que echan raíces todas las demás dimensiones. Toda vida es drama, biografía, peculiaridad, cambio, desarrollo, circunstancia, historia. La razón vital es una misma cosa con vivir, dice Ortega, porque “vivir es no tener más remedio que razonar ante la inexorable circunstancia”.
La “doctrina del punto de vista” es por tanto un capítulo del libro El tema de nuestro tiempo, en el que expone el perspectivismo, que supone renovar la filosofía comprendiendo la vida y la razón como no excluyentes. Para Ortega la vida es la realidad radical. “Cada vida es un punto de vista sobre el universo”. Las perspectivas proporcionan infinitos puntos de vista desde los que conocer y todos son verdaderos. La perspectiva es una característica de la realidad, que es de por sí multifacética. Cada persona, época, cosmovisión, teoría, etc., arroja sólo una perspectiva posible sobre la realidad, pero de manera que cada una de ellas funciona como verdad absoluta. Así que el conocimiento nunca será definitivo, porque siempre podrá aparecer una perspectiva nueva para ser integrada.
Posteriormente integra su perspectivismo en el raciovitalismo, tratando de dar unidad a su pensamiento y a la filosofía, dividida entre las ‘perspectivas’ de la razón y la vida. De acuerdo, en parte, con el vitalismo, rechazó el racionalismo puro, por ser abstracto y por su culto a la identidad de un sujeto que en realidad no es tan lógico y estable. La vida humana, cambiante, fluida e inasible, se escapa a este análisis y por eso es sustituida por las abstracciones como el yo. Pero, por otro lado, también refuta el vitalismo irracionalista, que sustituía la razón por la intuición y reducía la vida a impulso. Criticó así a Nietzsche, que comprendía la vida desde el prisma del devenir, la intuición y la voluntad. También a Unamuno, que aproximaba la vida al deseo y el sentimiento, reduciéndola a pura subjetividad, incomprensible para la razón. Ortega aseveró que la razón cumple una función dentro de la vida, permitiéndonos entender y decidir. Los métodos de la razón deben valorarse y mantenerse, pero siempre como centro de la reflexión filosófica sobre el problema de la vida, esto es, propiamente como razón vital.
Aspectos Clave de la Doctrina del Punto de Vista
a) La relación entre vida y cultura
Contraponer la cultura a la vida y reclamar para ésta la plenitud de sus derechos frente a aquélla no es hacer profesión de fe anticultural…..
El problema filosófico planteado es el de la relación entre la vida y la cultura, entendida la segunda como mundo del intelecto, así como la necesidad de superar la subordinación histórica de la vida a la cultura mediante una síntesis. Las tesis sostenidas, junto con sus argumentos, son varias:
- Primero afirma que reclamar derechos para la vida no es una postura “anticultural”. Argumenta que verlo así sería una tergiversación, y que reclamar derechos para la vida no es negar los valores de la cultura, sino solo su exclusivismo.
- En segundo lugar sostiene que la vida y la cultura se necesitan mutuamente, y esto se ha ignorado durante siglos.
- En tercer lugar califica lo cultural como trascendente (que va más allá) y lo biológico como inmanente (limitado a sí mismo), y subraya que tienen igual importancia.
- Finalmente defiende que es necesario encauzar la relación entre ambos polos encaminándola hacia una síntesis filosófica entre culturalismo y vitalismo, de manera que la vieja oposición desaparezca.
En cuanto a situar la problemática en el conjunto de la filosofía del autor, se trata de un fragmento de la “doctrina del punto de vista”, capítulo de la obra El tema de nuestro tiempo, de 1923; en ella Ortega y Gasset defiende, desde su perspectivismo, la idea de una integración de los puntos de vista complementarios de la cultura (eminentemente racionalista) y la vida (filosofías vitalistas), que le servirá para encaminar su pensamiento hacia el raciovitalismo y el concepto de “razón vital”.
Con la expresión subrayada (Contraponer la cultura a la vida…) Ortega se refiere a una postura filosófica que considera la cultura como la principal dimensión de lo humano, por encima de la sociedad, la vida o la racionalidad.
b) La perspectiva como componente de la realidad
Desde distintos puntos de vista, dos hombres miran el mismo paisaje…..
El problema filosófico planteado es epistemológico y metafísico: si la realidad (y por tanto la verdad) depende de la perspectiva de quien la conoce, o si existe alguna verdad sobre el universo que sea absoluta, con independencia de toda perspectiva. Ortega defiende que toda verdad depende de la perspectiva vital desde la que se conoce. Las tesis sostenidas, junto con sus argumentos, son varias:
- Primero sostiene que lo observado depende siempre de la situación desde la que se observa; lo argumenta por analogía con la observación de un paisaje, por parte de dos personas en situación distinta: observarán cosas distintas y con distinto grado de nitidez.
- En segundo lugar, aborda el problema de la verdad y la realidad, afirmando que ambos paisajes son reales a pesar de las diferencias.
- Argumenta que ninguno de los dos es falso ni ilusorio, porque eso supondría la existencia de un tercer paisaje auténtico de distinta condición.
- En tercer lugar declara que ese supuesto “paisaje arquetipo” no puede existir, sino que la realidad, por su propia naturaleza y organización, solo puede ser vista desde una determinada perspectiva; es decir, que la perspectiva es uno de los componentes de la realidad. Esta es la tesis central del fragmento que nos ocupa.
- Finalmente refuerza lo dicho argumentando que una realidad idéntica a sí misma con independencia del punto de vista es un concepto absurdo.
En cuanto a situar la problemática en el conjunto de la filosofía del autor, se trata de un fragmento de la “doctrina del punto de vista”, capítulo de la obra El tema de nuestro tiempo, de 1923; en ella Ortega y Gasset defiende su perspectivismo como camino para integrar la racionalidad en el horizonte de la vida como realidad radical.
Con la expresión subrayada (Desde distintos puntos de vista…) Ortega no se refiere literalmente a un tema sobre “paisajismo”, sino que es un ejemplo, una comparación: “paisaje arquetipo” se refiere a realidad en sí misma independiente de la perspectiva de quien la conoce.
c) El valor único de cada perspectiva
Cada vida es un punto de vista sobre el universo….
El problema filosófico planteado es epistemológico y metafísico: si la realidad (y por tanto la verdad) depende de la perspectiva de quien la conoce, o si existe alguna verdad sobre el universo que sea absoluta, con independencia de toda perspectiva. Ortega defiende que toda verdad depende de la perspectiva vital desde la que se conoce. Las tesis sostenidas, junto con sus argumentos, son varias:
- Primero sostiene que cada perspectiva sobre el universo -sea una vida, una persona, un pueblo o una época- tiene un valor único para conquistar la verdad. Así adquiere una dimensión vital la verdad, que es ahistórica, aclara.
- En segundo lugar señala como error histórico el considerar que hay una realidad independiente de toda perspectiva. Si fuese así, argumenta, toda perspectiva sería falsa, porque nunca coincidiría con el absoluto.
- Pero, dice en tercer lugar, la realidad tiene infinitas perspectivas auténticas.
- Refuerza esta afirmación argumentando que la única perspectiva falsa es la que pretende ser la única, lo que califica de “utopía”, entendida esta como verdad no localizada, sin lugar.
- A continuación afirma que la filosofía (y el racionalismo) ha sido siempre “utópica”, siempre buscando el sistema definitivo, olvidando la perspectiva, la historia y la vida.
- Finalmente, concluye que la “doctrina del punto de vista” exige que cada sistema filosófico vaya articulado con la perspectiva vital de la que surge, o lo que es lo mismo, que la razón pura sea sustituida por la razón vital.
En cuanto a situar la problemática en el conjunto de la filosofía del autor, se trata de un fragmento de la “doctrina del punto de vista”, capítulo de la obra El tema de nuestro tiempo, de 1923; en ella Ortega y Gasset defiende su perspectivismo como camino para integrar la racionalidad en el horizonte de la vida como realidad radical.
Con la expresión subrayada (Cada vida es un punto de vista sobre el universo…) se refiere a la utopía como condición del pensamiento filosófico moderno, que busca construir sistemas definitivos que expliquen toda la realidad.