Pablo Ruiz Picasso (1881-1973)
Su personalidad dominó el desarrollo de las artes visuales durante la mayor parte de la primera mitad del siglo XX. Hijo de un profesor de dibujo y pintor, fue un artista precoz. Viajó a París por primera vez en 1900, ciudad que alternó con Barcelona entre 1903 y 1904.
Periodos Artísticos y Evolución
Periodo Azul: Coincidiendo con su estancia entre París y Barcelona, tomó a sus personajes de entre los pobres y marginados. El talante de sus pinturas fue de una melancolía suavemente sentimental, expresada a través de tonos azules y fríos, como en su obra La vida.
Periodo Rosa: En 1904 se estableció en París y se convirtió en el centro de un círculo de artistas y escritores de vanguardia, recibiendo los encargos de un conocido marchante a partir de 1907. En su “periodo rosa”, los colores azules predominantes de sus primeras obras cedieron su puesto a rosas y grises, y el tono se volvió menos adusto. Sus personajes favoritos eran acróbatas y bailarines, en especial la figura del arlequín.
Periodo Negro y Cubismo: Durante el “periodo negro”, se concentró en la simplificación de las formas tras estudiar la obra de Cézanne y el primitivismo, lo que eclosionó con Les Demoiselles d’Avignon. Tras pasar por las dos fases del cubismo –analítico y sintético–, se dedicó a diseñar los trajes y escenografías del ballet Parade y de las producciones de Diaghilev.
Madurez y Obras Cumbre
Fue influenciado por el surrealismo, si bien lo desechó por entender que la pintura debía ser más conceptual que visual. Realizó obras más violentamente expresivas, cargadas de tensión emocional, de un talante visionario y de una preocupación casi enfermiza por la angustia y la desesperación. Este periodo culminó con Guernica, obra que representa el bombardeo de la localidad vasca por la aviación alemana durante la Guerra Civil Española. Otros temas por los que estuvo interesado fueron el Minotauro, el Caballo moribundo y la Mujer llorando.
Picasso permaneció en París durante la ocupación alemana. Posteriormente, se trasladó al sur de Francia, donde añadió la cerámica a sus otras muchas facetas artísticas. Realizó en este tiempo cuarenta y cuatro cuadros sobre Las Meninas de Velázquez. Con todo, su obra no fue tan brillante como la producida antes de la guerra.
Claude Monet (1840-1926)
Considerado el impresionista prototípico, su cuadro Impresión, sol naciente dio nombre al movimiento. Pasó su juventud en Le Havre como caricaturista y luego paisajista, según le convenció para esto último su mentor Boudin. Estudió en la Academia Suiza de París, donde se hizo amigo de Pissarro. En 1862 entró en el estudio de Gleyre, donde conoció a Renoir, Sisley y Bazille. De esta época es su Mujeres en el jardín.
Durante la guerra franco-prusiana estudió a los paisajistas ingleses en Inglaterra. Vivió en Argenteuil, un pueblo a orillas del Sena, cerca de París, donde pintó algunas de las obras más importantes del impresionismo. En 1878 se trasladó a Vétheuil y en 1883 se estableció en Giverny, también a orillas del Sena.
Las Series y Últimos Años
Comenzó a prosperar. En 1892 se casó con su amante, tres años antes de la muerte de su primera mujer. Durante la década de 1890 se concentró en series de cuadros en las que pintaba el mismo tema en distintos momentos del día con luces diferentes, como en Gavillas de heno y La catedral de Ruan. El jardín que había instalado en su casa le sirvió para la famosa serie Nenúfares. Aunque en sus últimos años de vida comenzó a fallarle la vista, siguió trabajando hasta el final.
Pierre-Auguste Renoir (1841-1919)
Pintor impresionista nacido en Limoges. En 1854 comenzó como pintor en una fábrica de porcelana de París, donde adquirió experiencia con los colores claros y frescos que caracterizarían su obra. Su predilección por los temas alegres tuvo su impronta en los maestros del Rococó. Ingresó en el estudio de Gleyre, donde se hizo amigo de Monet, Sisley y Bazille, con quienes pintó en Barbizon y su comarca. Su trato con Monet fue particularmente intenso en esta época, y sus pinturas de La Grenouillère son sus primeros trabajos impresionistas.
Empezó a conseguir éxito como retratista y se vio libre de preocupaciones económicas cuando el comerciante Durand-Ruel compró regularmente su producción. Un viaje a Italia entre 1881 y 1882 marcó la diferencia del cambio de estilo que ejemplifica Los paraguas. Después de un periodo de experimentación con una manera “dura”, hacia 1885 desarrolló un tipo de tratamiento más suave y flexible. Pasó también de los temas contemporáneos a motivos más atemporales, sobre todo desnudos, pero también a pinturas de muchachas en escenarios no específicos. A medida que su estilo se hizo más grandioso y sencillo, abordó también temas mitológicos como El juicio de Paris. En la década de 1890 empezó a padecer reumatismo, lo que le hizo vivir en el sur de Francia desde 1903. En 1912 quedó relegado a una silla de ruedas, aunque siguió produciendo, abordando incluso la escultura.
Francisco de Goya y Lucientes (1746-1828)
Nació en Fuendetodos (Zaragoza). Se formó primero en Zaragoza y luego en Madrid con Bayeu, con cuya hermana se casaría tras un viaje a Italia. Bayeu le proporcionó un empleo para hacer cartones para la Real Fábrica de Tapices, para la cual trabajó entre 1775 y 1792. Los temas para ese trabajo abarcan desde escenas idílicas hasta acontecimientos cotidianos, concebidos en un espíritu alegre y en un estilo cercano al rococó. Fue elegido miembro de la Academia de San Fernando y en 1789 fue nombrado pintor de corte de Carlos IV.
El Giro hacia la Oscuridad
En 1792 contrajo una misteriosa y traumática enfermedad que marcó el principio de su preocupación por lo mórbido, lo extraño y lo amenazante, tal como ejemplifica su serie de grabados Los Caprichos. En 1795, Goya fue nombrado director de pintura de la Academia de San Fernando y, más tarde, primer pintor de cámara, realizando entonces La familia de Carlos IV. En él se ponen de manifiesto con despiadado realismo las debilidades de la familia real, aunque, aparentemente, sin deliberada intención satírica. Poco después realizó La maja vestida y La maja desnuda, cuya modelo se ha creído que fue la duquesa de Alba, con la que Goya mantuvo una relación.
Guerra y Pinturas Negras
Conservó su puesto de pintor de cámara con José I. Entre 1810 y 1814 realizó la serie de grabados salvajes y macabros titulados Los desastres de la guerra. Con Fernando VII, pintó La carga de los mamelucos y Los fusilamientos del 3 de mayo. En 1815 se retiró de la vida pública, conservando el título de pintor de cámara, aunque el favor para tal cargo lo había ganado Vicente López. Una recaída en su enfermedad en 1819 le supuso su retirada a la finca recién adquirida que se llamaría la Quinta del Sordo. Allí ejecutó desde 1820 sus Pinturas Negras, realizadas en tonos negros, grises y marrones. Saturno devorando a un hijo es un ejemplo de ellas. En 1824 consiguió el permiso para establecerse en Burdeos por razones de salud. En 1826 renunció a su cargo de pintor de cámara. De entonces es la serie litográfica de Los toros de Burdeos. Sus últimos cuadros le acercan al impresionismo.