Poesía Española de Posguerra: Evolución y Características de Blas de Otero, Gil de Biedma y Gloria Fuertes

Blas de Otero (1916-1979)

La obra de Blas de Otero resume las etapas cubiertas por la poesía española durante las tres décadas posteriores a la Guerra Civil: va de la poesía existencial a la poesía social, y de esta a la búsqueda de nuevas formas.

Etapas Poéticas de Blas de Otero

Primera Etapa: Poesía Desarraigada

Los primeros poemas de Blas de Otero pertenecen a la poesía desarraigada, centrada en los problemas personales, existenciales y religiosos del autor. Hablamos de dos libros, Ángel fieramente humano y Redoble de conciencia, fundidos luego en Ancia, título compuesto por la primera y última sílaba de las dos obras. En ellas aparece la relación del hombre con un Dios cruel e impasible ante el sufrimiento humano. El estilo se caracteriza por el tono desgarrado y el lenguaje abrupto, con frecuentes encabalgamientos. La métrica es unas veces clásica; otras, irregular y sin rima (verso libre).

Segunda Etapa: Poesía Social

Blas de Otero evoluciona hacia la poesía social con Pido la paz y la palabra. Le siguen En castellano y Que trata de España, libros escritos desde la fraternidad con los oprimidos; en ellos son esenciales los conceptos de «palabra», que permite a todo hombre gritar su protesta, y «paz», para que el país pueda vivir sin la presencia de la muerte y la injusticia. Estilísticamente son versos que se caracterizan por el uso de un lenguaje sencillo y coloquial, con el fin de llegar mejor al pueblo, y poseen un marcado carácter narrativo e incluso prosaico.

Tercera Etapa: Búsqueda de Nuevas Formas

La tercera etapa se caracteriza por el cansancio de la poesía social y la búsqueda de nuevas formas: por un lado, la escritura neosurrealista, liberada de las trabas racionales; por otro, el retorno al intimismo, con una mayor presencia de lo personal. Esta búsqueda se recoge en su último libro, Mientras.

Jaime Gil de Biedma (1929-1990)

Jaime Gil de Biedma, miembro de la Generación del 50, es el principal representante de la poesía de la experiencia. Dos son, según el autor, sus temas principales: «el tiempo y yo»; en efecto, sus poemas giran en torno a la búsqueda de la propia identidad en medio de la certeza del rápido paso del tiempo, que aparece combatido por el amor, la amistad, el erotismo y la existencia de momentos de felicidad que deben ser recordados.

Características y Obra de Gil de Biedma

La obra de Gil de Biedma está compuesta solo por tres libros reunidos bajo el título común de Las personas del verbo: Compañeros de viaje, Moralidades y Poemas póstumos. En ellos aparece la evocación de tiempos pasados desde una actitud de derrota motivada por la desilusión de lo perdido o de lo no conseguido. Son poemas en los que domina el recuerdo de la infancia y de la adolescencia; de la amistad y del amor terminado. Algunos muestran –con ironía– una visión desencantada y amarga de la burguesía de la época, a la que él mismo pertenece.

Estilo Poético de Jaime Gil de Biedma

Su estilo es antirretórico, coloquial y, a veces, burlón; y, sin embargo, cargado de emoción. Con frecuencia se dirige a un «tú» o a un «vosotros», lo que construye un diálogo que permite una visión irónica y distanciada; aparecen también elementos narrativos y descriptivos, que dan a sus versos un carácter meditativo. Todo ello salpicado, en ocasiones, de citas literarias y de autocitas.

Gloria Fuertes (1918-1998)

Gloria Fuertes desarrolló una larga y fructífera trayectoria poética que, a veces, fue infravalorada por su conocida dedicación a la literatura infantil. Aunque la crítica ha ligado su nombre al postismo y a la Generación del 50, tuvo siempre una voz única y personal, rebelde y descarada, con una estética independiente basada en el humor y los juegos verbales.

Evolución y Estilo de Gloria Fuertes

En la evolución de su poesía podemos distinguir varias etapas. Su primer volumen, Isla ignorada, se situó dentro de los postulados del Postismo y del Surrealismo. De ambos movimientos vanguardistas toma algunos de los rasgos más significativos de su estilo, que la acompañarán a lo largo de toda su producción poética:

  • La reivindicación de la imaginación, el juego, el humor y la risa, incluso para tratar temas de gran gravedad como el amor, la soledad, el dolor o la muerte.
  • El empleo de un lenguaje absurdo que quiebra la lógica del discurso poético a través de arriesgadas metáforas e imágenes.

En sus siguientes libros, Antología y poemas del suburbio y Todo asusta, se acerca a la poesía social que en los años cincuenta dominaba la poesía española, siempre con una voz muy personal. Son poemas que, a partir de asuntos cotidianos, tratan del sufrimiento provocado por la guerra y de la injusticia social. Los elementos intimistas (el amor, la muerte, la fe…) pasaron a primer plano en Ni tiro, ni veneno, ni navaja y en Poeta de guardia; en este libro, a los temas mencionados, añade el de la propia poesía como materia de reflexión. Desde el punto de vista formal, emplea un lenguaje sencillo, directo y coloquial, en el que despuntan las metáforas y los juegos lingüísticos. En cuanto a la métrica, utiliza la asonancia y el verso libre. Todo ello dota a sus poemas de un aire fresco y chispeante, cargado de gran musicalidad y una cadencia cercana al lenguaje oral.