Rasgos y etapas de la obra de Pío Baroja

Rasgos de las novelas de Pío Baroja

  • Temática centrada en los problemas existenciales
  • Protagonistas marcados por el pesimismo
  • Preocupación por España
  • Historia pierde importancia, narración fragmentada
  • Reaparición de la novela dialogal
  • Antirretoricismo

Pío Baroja, un hombre marcado por su personalidad pesimista y su carácter solitario y amargado, reflexionó sobre los comportamientos humanos, denunciando a menudo la crueldad y poniéndose siempre del lado de los necesitados y de los marginados. Sus novelas reflejan una concepción pesimista de la vida y del mundo.

Principales rasgos de sus novelas

  • Marcada presencia del narrador
  • Novelas centradas en un personaje
  • Temas más frecuentes
  • Acción y diálogos abundantes
  • Descripciones impresionistas
  • Estilo claro, de prosa espontánea y ágil

Fue un prolífico novelista en cuya obra se pueden distinguir tres etapas:

Primera etapa

Etapa de mayor creatividad. Destacan: Camino de perfección, La busca, El árbol de la ciencia, Zalacaín el aventurero o Las inquietudes de Shanti Andía…

Segunda etapa

Predominan las obras de temática histórica. Destacan las Memorias de un hombre de acción.

Tercera etapa

Desaparecen de sus escritos la fuerza crítica y los ataques a la sociedad. Destacan sus memorias, tituladas Desde la última vuelta del camino.

La obra de Pío Baroja refleja un profundo pesimismo. Su actitud es la de un espectador distanciado y burlón, con un humor negro, amargo, desgarrado y cruel. Sin embargo, a veces manifiesta ternura por algunos seres desvalidos y adopta un tono lírico. Ofrece una visión deformadora del mundo, cercana al esperpento de Valle-Inclán. Su estilo se caracteriza por la riqueza expresiva en la descripción de tipos y ambientes; también se distingue por su afán de experimentar nuevas técnicas narrativas.

Primera etapa (años cuarenta)

Corresponden La familia de Pascual Duarte y Pabellón de reposo. En La familia de Pascual Duarte se narra la historia de un campesino extremeño quien, condenado a muerte, recoge por escrito su sórdida vida, llena de acontecimientos truculentos, asesinatos, violencia y horrores diversos. Se advierten en ella variadas influencias: la novela picaresca, las novelas naturalistas… Todo ello unido da como resultado una obra que, al seleccionar los aspectos más desagradables de la realidad y recrearse a veces en ellos, propone una nueva estética que se denominó Tremendismo.

Segunda etapa (años cincuenta)

Introduce el Realismo social con La colmena, considerada la obra maestra de Cela. Marca la transición entre la narrativa existencial de los 40 a la nueva novela social. En ella se presenta la miseria física y moral del Madrid de la posguerra en un mosaico de decenas de personajes que se entrecruzan e intentan sobrevivir. Adelanta así rasgos de la narrativa social como el del personaje colectivo, la concentración espacio-temporal y la tendencia a la objetividad del narrador. La estructura novela reloj, se fragmenta en múltiples secuencias breves.

Tercera etapa (desde los años sesenta)

Se deja influir por la corriente experimental. A esta época pertenecen novelas como San Camilo, 1936, en la que refleja de manera grotesca los primeros días de la Guerra Civil en Madrid y Mazurca para dos muertos, ambientada en la Galicia rural de los años 30.