Análisis Literario del Poema “Me busco y no me encuentro” de Josefina de la Torre
Este documento presenta una justificación detallada del carácter literario del poema “Me busco y no me encuentro”, explorando sus recursos estilísticos, su plano semántico, su estructura métrica y las influencias literarias y filosóficas que lo enmarcan.
1. Justificación del Carácter Lírico
El texto se revela como un poema perteneciente al género de la Lírica, evidenciado por su estructura en verso y la exteriorización de los sentimientos y las emociones del yo poético. Destaca, por ende, el uso predominante de la función expresiva.
1.1. Recursos Estilísticos y Rítmicos
El yo de la autora se canaliza rítmicamente a través de un uso reiterado de formas verbales en primera persona y en presente de indicativo al comienzo de varios versos seguidos, creando un efecto de paralelismo sintáctico y enumeración:
- “busco” (v. 1)
- “rondo” (v. 2)
- “interrogo” (v. 3)
- “no acierto” (v. 4)
- “encuentro” (v. 5)
- “voy” (v. 6)
Asimismo, se observa un efecto rítmico con la aliteración del sonido “r”, repetido en los verbos “rondo” (v. 2), “interrogo” (v. 3) y “acierto” (v. 4), lo que confiere fuerza al arranque del poema.
Otros recursos notables incluyen el polisíndeton en el verso 8: “tierra, ni esencia, ni armonía”; y el asíndeton en el verso 9: “fruto, sonido, creación, universo”.
1.2. Plano Semántico y Simbología
En el plano del significado, sobresalen diversas metáforas que enriquecen la interpretación del poema:
- “oscuras paredes de mí misma” (v. 2): representa el alma o el espíritu triste de la autora.
- “tinieblas” (v. 6): simboliza incertidumbre y tristeza.
- “noche de todas las esquinas” (v. 7): alude a una tristeza que abarca toda la vida interior.
- “tierra”, “esencia”, “armonía” (v. 8): evocan la fecundidad.
- “fruto”, “creación” (v. 9): sugieren la idea de un hijo.
- “herida” (v. 11): denota dolor.
Además, se presenta una personificación y, simultáneamente, un encabalgamiento en la frase “este desalentado y lento desgranarse / que convierte en preguntas todo cuanto es herida” (versos 10 y 11).
La simbología clásica en estos versos se relaciona con el concepto de ‘naufragio personal’ e ‘inseguridad’, expresado en términos como “tinieblas” y “noche”. También se vincula con la ‘fecundidad’, a través de “tierra” (v. 8) y la enumeración “fruto, sonido, creación, universo” (v. 9).
1.3. Función Expresiva y Yo Poético
La función expresiva se remarca con el uso constante de la primera persona, tanto en verbos como en pronombres y determinantes posesivos:
- Verbos: “busco” (v. 1), “encuentro” (vv. 1 y 5), “rondo” (vv. 2 y 12), “interrogo” (v. 3), “acierto” (v. 4), “voy” (v. 6), “pude” (v. 8).
- Pronombres personales: “me” (vv. 1 y 5), “mí” (vv. 2, 5 y 12).
- Determinantes posesivos: “mi” y “mis” (vv. 4 y 13).
2. Métrica y Estructura Poética
En “Me busco y no me encuentro”, Josefina de la Torre parte de un molde clásico para buscar la libertad expresiva mediante la ruptura de la métrica tradicional y la combinación de imágenes e ideas intuitivas.
- Los cinco primeros versos evocan una lira, pero con una innovadora alternancia de heptasílabos (versos 1 y 5) y alejandrinos (versos 2, 3 y 4).
- Del sexto verso hasta el final, el poema avanza con versos alejandrinos agrupados en dísticos o pareados.
- La rima es asonante y se presenta únicamente entre los versos 7, 8, 11 y 12.
- El resto del poema lo conforman versos blancos, es decir, sin rima.
Este poema genera su propio código de comunicación, con imágenes extraordinariamente poderosas y misteriosas que, fuera de su contexto versificado, no tendrían la misma capacidad de sugerir sensaciones y emociones íntimas en el lector.
3. Contexto Literario y Filosófico
La obra de Josefina de la Torre, y en particular este poema, guarda relación con dos corrientes significativas que influyeron en su vida y creación: la estética de la Generación del 27 y el pensamiento existencialista europeo de mediados de siglo.
3.1. Influencia de la Generación del 27
La estética de la Generación del 27 se manifiesta en la claridad y fluidez expresiva del poema, así como en sus imágenes originales y cerebrales. La metáfora es un pilar esencial para la construcción del poema; de hecho, en “Me busco y no me encuentro”, el propio “yo” de la autora se identifica con una vivienda oscura y vacía, de paredes desnudas, que ella misma recorre a tientas.
Algunas imágenes, de enorme belleza y significación, adquieren un valor simbólico profundo:
- “tinieblas” y “noche”: representan la tristeza y la incapacidad del ser humano para verse a sí mismo tal como es.
- “tierra”, “armonía”, “fruto”, “creación”, etc.: simbolizan la fecundidad y la fertilidad femenina.
3.2. Resonancias del Existencialismo Europeo
Por otra parte, el poema también refleja la visión pesimista del existencialismo, una corriente filosófica que emergió con fuerza tras la devastadora experiencia de la guerra. Los existencialistas se centraron en el estudio de la condición humana, las emociones y el significado de la vida, sosteniendo que el punto de partida del pensamiento debe ser el individuo y sus experiencias subjetivas. Para ellos, la moral y la ciencia no bastaban para comprender la existencia humana, planteando grandes interrogantes como: ¿qué sentido tiene la vida?, ¿para qué o por qué existimos? y ¿es posible la libertad total?
Josefina de la Torre, influida por esta corriente, potencia sus versos con metáforas y personificaciones que transmiten la idea de una búsqueda interior constante y un profundo sentimiento de desencanto, como se aprecia en la frase “este desalentado y lento desgranarse / que convierte en preguntas todo cuanto es herida”.