Sócrates “conocimiento innato


LA Filosofía DE Sócrates:
Platón encontró a Sócrates y su vida sufríó una profunda transformación. Arrojo sus tragedias y poesías al fuego y rechazó la carrera política que sus parientes le ofrecían. Hasta este momento platón había seguido las enseñanzas del heracliteano Cratilo y había escuchado a los Sofistas. Sócrates apartó a platón de la investigación de la naturaleza, y le hizo compartir sus propias preocupaciones morales y políticas, entre ellas, el recelo hacia los sofistas, cuya superficialidad se propuso desenmascarar, y la necesidad de introducir los valores de la virtud y la justicia para hacer posible el resurgimiento de la sociedad ateniense. Dice Cicerón que Sócrates convirtió la filosofía en su modo de vida y le llevó a la muerte. Para Sócrates filosofar equivale a la realización de un minucioso examen de sí mismo y de los demás (de ahí el lema del Oráculo de Delfo:“ Conócete a ti mismo“). El objeto de conocimiento para el filósofo es, el hombre y su mundo, es decir, la comunidad social donde vive.Por eso la revolución que Sócrates establece en el pensamiento supone un giro antropológico: lleva acabo el descubrimiento de la subjetividad humana a través del retorno a la consciencia. La auténtica sabiduría consiste en saber que no se sabe nada, es decir, en no creerse en posesión de ningún saber definitivo o absolutamente verdadero. El sabio es aquel que procura saber investigar, ya que es consciente de que “no sabe nada”, la auténtica sabiduría consiste en saber las verdades absolutas y eternas que están presentes en el propio hombre.

Se consigue utilizando el método de la búsqueda de definiciones esenciales universales (procedimiento que adopta platón) de los términos éticos, estéticos y políticos. Según Sócrates las leyes de la Polis son sagradas, divinas, porque son manifestaciones de la justicia y no son el simple fruto de la convencíón arbitraria como afirmaban los Sofistas. Por tanto, el valor de las leyes no proviene de los ciudadanos, sino de ese carácter sagrado, divino, aceptado y reconocido por la propia conciencia individual: cumplida, así lo exige la razón y tiene como el fin el logro del bien general (la violación de la ley se identifica con la búsqueda de bienes particulares). Para Sócrates, ser bueno equivale a saber, a tener conciencia. Por eso, quien obra según su conciencia, es decir, quien conoce la ley actúa de acuerdo con ella, obra correctamente y no se puede decir que haya hombres malos, sino hombres “ignorantes” de las leyes. La virtud es el medio para obtener la felicidad y reside en la consciencia de cada uno, es decir, viene determinada por el conocimiento. Consiste en adquirir una técnica que conlleva aclarar los medios adecuados para conseguir un fin determinado, así como el convencimiento de la posibilidad de lograr lo conocido. A través del conocimiento, el hombre se libera de los malos deseos y se convierte en un ciudadano respetuoso con las leyes de su sociedad.

 LA Filosofía DE Sócrates: Platón encontró a Sócrates y su vida sufríó una profunda transformación. Arrojo sus tragedias y poesías al fuego y rechazó la carrera política que sus parientes le ofrecían. Hasta este momento platón había seguido las enseñanzas del heracliteano Cratilo y había escuchado a los Sofistas. Sócrates apartó a platón de la investigación de la naturaleza, y le hizo compartir sus propias preocupaciones morales y políticas, entre ellas, el recelo hacia los sofistas, cuya superficialidad se propuso desenmascarar, y la necesidad de introducir los valores de la virtud y la justicia para hacer posible el resurgimiento de la sociedad ateniense. Dice Cicerón que Sócrates convirtió la filosofía en su modo de vida y le llevó a la muerte. Para Sócrates filosofar equivale a la realización de un minucioso examen de sí mismo y de los demás (de ahí el lema del Oráculo de Delfo:“ Conócete a ti mismo“). El objeto de conocimiento para el filósofo es, el hombre y su mundo, es decir, la comunidad social donde vive.Por eso la revolución que Sócrates establece en el pensamiento supone un giro antropológico: lleva acabo el descubrimiento de la subjetividad humana a través del retorno a la consciencia. La auténtica sabiduría consiste en saber que no se sabe nada, es decir, en no creerse en posesión de ningún saber definitivo o absolutamente verdadero. El sabio es aquel que procura saber investigar, ya que es consciente de que “no sabe nada”, la auténtica sabiduría consiste en saber las verdades absolutas y eternas que están presentes en el propio hombre.

Se consigue utilizando el método de la búsqueda de definiciones esenciales universales (procedimiento que adopta platón) de los términos éticos, estéticos y políticos. Según Sócrates las leyes de la Polis son sagradas, divinas, porque son manifestaciones de la justicia y no son el simple fruto de la convencíón arbitraria como afirmaban los Sofistas. Por tanto, el valor de las leyes no proviene de los ciudadanos, sino de ese carácter sagrado, divino, aceptado y reconocido por la propia conciencia individual: cumplida, así lo exige la razón y tiene como el fin el logro del bien general (la violación de la ley se identifica con la búsqueda de bienes particulares). Para Sócrates, ser bueno equivale a saber, a tener conciencia. Por eso, quien obra según su conciencia, es decir, quien conoce la ley actúa de acuerdo con ella, obra correctamente y no se puede decir que haya hombres malos, sino hombres “ignorantes” de las leyes. La virtud es el medio para obtener la felicidad y reside en la consciencia de cada uno, es decir, viene determinada por el conocimiento. Consiste en adquirir una técnica que conlleva aclarar los medios adecuados para conseguir un fin determinado, así como el convencimiento de la posibilidad de lograr lo conocido. A través del conocimiento, el hombre se libera de los malos deseos y se convierte en un ciudadano respetuoso con las leyes de su sociedad.