Transformaciones en la ganadería tradicional y su impacto en la producción agraria

A. Ganadera: La ganadería tradicional se basaba en la coexistencia de diversas especies ganaderas en el mismo ámbito, integradas por razas autóctonas en explotaciones pequeñas que usaban técnicas atrasadas y sistemas extensivos que consumían mucho espacio y requerían mucha mano de obra, y producían escasa rentabilidad. La ganadería actual ha experimentado importantes transformaciones en la estructura y producción, lo que ha permitido el incremento de los rendimientos. La ganadería tiende a especializarse en la producción de carne o leche. Aumentan progresivamente la tecnificación y el tamaño de las explotaciones, con lo que elevan el rendimiento. La ganadería intensiva (dependiente del medio físico y alimentada a diente en prados y pastizales naturales o rastrojos) gana peso respecto a la extensiva, aunque mantiene su importancia en ciertas áreas y evoluciona hacia una ganadería intensiva de producción y aprovechamiento. La producción ganadera ha aumentado su participación en la producción final agraria hasta situarse en un 42%. Hay zonas como Asturias, Cantabria, País Vasco y Cataluña donde supone más del 60%. Las causas son la mecanización del campo, la conservación del suelo mediante el cultivo de forrajeras y la necesidad de mejorar la alimentación humana. Las transformaciones experimentadas por los diferentes tipos de ganado se deben a la necesidad de competir en el mercado, exigencias de la PAC, entre otros. La ganadería bovina se destina a la producción de leche y carne. Su localización varía según la aptitud y régimen de ganado: el bovino de aptitud lechera se localiza en régimen extensivo o mixto en el norte peninsular y en régimen intensivo en los alrededores de las ciudades. Este sistema requiere técnicas modernas de ordeño e inseminación que suponen altos costes. El bovino de aptitud cárnica se localiza principalmente en zonas de montaña. La producción de carne se enfrenta a la competencia de carne más barata de cerdo y ave. La producción de leche sufre la competitividad de otros países comunitarios más baratos. La PAC mantiene el 100% de la ayuda ligada a la producción de vacas nodrizas y sacrificio de terneros, y las desliga en un 60% para el sacrificio de animales adultos. Los excedentes de leche han llevado a imponer cuotas para fomentar el abandono de la actividad. Como consecuencia, parte del sector se ha reconvertido hacia el bovino de carne. La ganadería ovina se destina a la producción de carne y leche. Se localiza en los secanos del interior peninsular y se explota en tres regímenes: ganadería trashumante, estante y estabulada. La producción de carne se basa en razas autóctonas, mientras que la de leche cuenta con razas extranjeras. El problema es que persisten muchas explotaciones tradicionales. La UE está proporcionando ayudas para mantener las explotaciones extensivas. Gracias a ellas y a los altos precios pagados por la carne y leche, la producción ha crecido. Tras la última reforma, el 50% de la ayuda se desliga de la producción. La ganadería porcina se destina en parte al consumo en fresco y en parte a la chacinería. Su localización varía. El régimen intensivo e industrial predomina en Cataluña, donde se suele adoptar el sistema de integración. El régimen extensivo y basado en razas autóctonas de calidad se localiza en Extremadura y Salamanca. La producción de carne de cerdo ha crecido gracias al incremento de la demanda. El problema son las fuertes oscilaciones de precios. La ganadería avícola se destina a la producción de carne y huevos. Se localiza en Cataluña, Castilla y León y Aragón. La carne de pollo es inferior al consumo, lo que exige importar, y la producción de huevos exportar. La PAC solo contempla ayudas a la exportación de carne, huevos y retirada de carne de pollo del mercado para evitar caída de precios. A. Forestal: El terreno forestal en España ocupa 19 millones de hectáreas, de las cuales el 45% son maderables. Las especies principales son frondosas y coníferas. El destino de la producción se dirige a aserríos, chapas, trituración, pasta, resina y corcho. La resina está en recesión. La producción del corcho fluctúa mucho y se exporta en su mayor parte. Se están fomentando otros aprovechamientos como setas y hongos. La producción de madera, que es la más importante forma de explotación de los bosques en España, se reduce de forma lenta. Las principales áreas productoras son provincias del norte peninsular, Soria y Huelva. En producción de madera, la principal región es Galicia. La producción de madera ha aumentado por la expansión de especies de crecimiento rápido. El problema de la agroindustria es la deforestación causada por talas, incendios, lluvia ácida, entre otros. Frente a estos problemas, la política forestal se plantea como objetivos la protección del bosque, aumentar su extensión e incrementar sus usos paisajísticos. La PAC y el plan forestal español fomentan las repoblaciones y la silvicultura. Los objetivos son incrementar la producción de madera y fomentar otros usos del bosque. A. Agroindustrial: Las agroindustrias son establecimientos cuya actividad consiste en transformar las materias primas agrarias en productos semielaborados o elaborados. En España, forman casi el 70% de la producción agraria. La agricultura ha tenido que adaptarse a los nuevos gustos de los consumidores y producir para las industrias agroalimentarias. Los subsectores más importantes de la agroindustria española son: cereales (Castilla y León), cárnicas (Castilla y León, Galicia), lácteos (Castilla y León, Castilla-La Mancha, Galicia), aceite y azucareras (Andalucía, Castilla y León), bebidas, especialmente vino, conservas de pescado y vegetales. Para la promoción exterior de nuestros productos, ha sido fundamental la denominación de origen. En el sector agroindustrial predominan las empresas de carácter artesanal y familiar. Las más importantes son Estepa, Jijona, Ubrique…