Un día habrá una isla

El texto objeto de comentario pertenece al libro de poemas Las islas en que vivo (1971) de Pedro
García Cabrera. Este libro se publica en un momento de consolidación del tono Social del poeta.
Este autor nacíó en 1905 en Vallehermoso (La Gomera) y Murió en Santa Cruz de Tenerife en 1981. Es una de las figuras literarias de la España insular de mayor proyección:
proyección En el tiempo, por la extraordinaria influencia que su palabra poética ejercerá En la obra lírica del siglo en el que vive; y proyección en el espacio, por su reconocimiento también en la España peninsular. Su vida y su obra giran en torno a dos constantes: su claro Compromiso social y su especial atención hacia el paisaje isleño. Se pueden Señalar dos grandes momentos líricos en su trayectoria artística. En la primera Mitad del siglo encontramos en su producción reminiscencias del Modernismo, un Acercamiento a los ismos (Surrealismo Sobre todo), ciertos ecos de la poesía pura de Juan Ramón Jiménez y, por último, un remedo significativo de la estética lorquiana y de Rafael Alberti y, Por lo tanto, conexiones estéticas con la Generación del 27.  Superado el meridiano del siglo y hasta el Final de su producción literaria, el Poeta está fuertemente enraizado en lo íntimo y lo social (poesía de Posguerra). Es importante en  su primera época la vinculación del poeta con significativas revistas (en las que Aparecerán primeramente sus poemas) como Hespérides, Gaceta de Tenerife, Cartones y Gaceta de Arte.Por lo Que respecta a sus obras de primera época, podemos citar: Líquenes (1928), Transparencias Fugadas (obra de 1935 en la que se recoge un modo muy personal de Abordar el Surrealismo; el paisaje se convierte en este libro en motivo Literario),  La rodilla en el agua (lleno de abstracciones e imágenes Oníricas), Dársena con despertadores (ocho poemas que constituyen un experimento lírico construido con dos largas Listas de palabras autóctonas). El estallido de la Guerra Civil marca la vida De Pedro García Cabrera ya que sufre, aproximadamente durante unos diez años, Toda una dramática peripecia personal: detención, reclusión en prisión, Deportación a África, fuga, accidente, hospitalización y nueva detención en la Península, reclamación desde Tenerife, encarcelamiento y posterior concesión de Libertad vigilada … con el consecuente confinamiento en su hogar. Todas estas Experiencias quedan reflejadas en obras como: Entre la guerra y tú (1936-1939), Romancero cautivo (1936-1949), La arena y la intimidad (1940), Hombros de ausencia (1942-1944), Viaje al interior de tu voz (1944-1946).  La aproximación a la poesía social la Encontramos en 1951 con la obra Día De alondras.
Obra integrada por 49 poemas o alondras que vagan por Siete escenarios: jardín, bosque, orilla del mar, alcoba, campo, azotea y Ciudad. Es evidente aquí el tema motivo poético de la libertad que ya no Abandonará la obra del poeta. A esta etapa también corresponden las siguientes Obras: La esperanza me mantiene (1959), Vuelta a la isla (1968), Entre cuatro paredes (1968), Hora punta del hombre (1969) y Las islas en que vivo (1971). En esta obra, como en la mayor parte de las obras de esta etapa, junto al tema De la libertad,  aparece el de la Esperanza en un mundo mejor;  también el Paisaje y sus gentes, la isla. Dentro de los elementos del paisaje, será el mar El que adquiera mayor protagonismo o relevancia ya que en él encontraremos la Fuerza y el arrojo para salir adelante, para que la soledad no nos anule. A Este libro, como decíamos al inico, pertenece el poema que comentamos.Sus últimos Poemarios recrudecen los temas de los libros anteriores y ponen el acento en la Rebeldía. El poeta se vuelve cada vez más intolerante con las injusticias y las Desigualdades sociales y hace de la denuncia su tono lírico dominante. Destacan Al respecto las siguientes obras: Elegías Muertas de hambre (1975), Ojos Que no ven (1977) y Hacia la Libertad (1978). Finalmente destacamos su antología A la mar fui por naranjas (1980).El tema Que trata el poema es el deseo de libertad junto con la esperanza de una Sociedad más justa.En resumidas Cuentas, la isla es un espacio casi mítico, simbólico, un espacio de Ensueño, un espacio sin fronteras rodeado de mar, un mar que nutre de sueño y Esperanza la mirada; la isla es un refugio y un abrigo y desde ella el poeta Nos brinda su voz lírica, su verso, su palabra esperanzada que clama libertad(“… una isla que no sea Silencio amordazado”); con esta idea comienza y finaliza el poema. Las Circunstancias históricas en las que vivíó Pedro García Cabrera, una España que Entre 1939 y 1975 estuvo supeditada a un régimen de privación de libertad, el Del general Franco y el hecho de experimentar en propia carne las consecuencias Del mismo, llevan al poeta a reconocer, necesitar y anhelar la existencia de un Espacio, de un entorno mejor, de