Vigencia de las ideas de Platón

3.Relacio pensamiento con el marco histó rico, sociocul y filosó fi:


Poco antes de vivir Platón, a principios del siglo V, y sobre todo tras la victoria en las guerras médicas sobre los persas, Atenas fortalece su posición en la Hélade. De la mano de Pericles, se instaura un sistema democrático donde todos los ciudadanos (condición de la que están excluidos mujeres, esclavos y extranjeros -metecos-) forman parte de una Asamblea (Ecclesia) en la cual son elegidos por sorteo o vo­tación todos los cargos públicos de la ciudad. Este modelo político será imitado por muchas otras ciudades, aunque tendrá que enfrentarse a opositores internos y externos. Los primeros pro­ceden de la propia aristocracia ateniense, que se resiste a perder los privilegios tradicionales. La oposición externa corre a cargo de la vecina Esparta, que ve su régimen aristocrático-militar amenazado por la expansión del modelo democrático ateniense. Platón vive en la Atenas de los siglos V-IV a.C. /La tensión entre estas dos concepciones políticas opuestas desemboca en las guerras del Peloponeso, al final de las cuales la ven­cedora Esparta impone en Atenas el gobierno de los Treinta Tiranos (404 a.C.). Platón tenía entonces veinticuatro años y de dicho gobierno formaban parte miembros de su familia, su primo Critias y su tío Cármides, que le ofrecieron unirse a su proyecto, pero desconfió de su gobierno a pesar de su aversión hacia el partido democrático./El rechazo de Platón al “partido democrático” se hizo mayor cuando éste condena injustamente a su amigo y maestro Sócrates (399 a.C.), una vez vencido el partido de los tiranos. Esta fecha marca realmente el inicio de la obra filosófica de Platón, que en un principio se limita a recoger el pensá­miento de su maestro, aunque los viajes posteriores le llevarán a desarrollar el pensamiento de Sócrates que aún se movía dentro del “enfoque antropológico” de los sofistas, sin terminar de asumir el “enfoque ontológico” que Platón implantará (Teoría de las Ideas). El diálogo Menón muestra una clara transición hacia la madurez en la obra de Platón./El sistema democrático de Atenas propiciaba una especie de mercado donde se ofrecían y de­mandaban ideas y creencias de la más diversa procedencia (pues ya no se partía de las “leyes” como algo “sagrado” constituido por dioses, héroes o sabios, sino por simples ciudadanos mortales). A Atenas acudían los más ilustres médicos, artistas, filósofos, maestros de retórica… Los sofistas llegados desde distintos puntos ofrecían los conocimientos necesarios para triunfar en la vida, especialmente en la Asamblea, a quien pudiera pagar sus servicios./La pluralidad de ideas llegaba también a la filosofía y la religión: Desde el siglo VI a. C., la filosofía presocrática se había abierto paso entre las explicaciones míticas buscando el “principio” o “principios” de la naturaleza. Mientras los milesios especulaban sobre la transformación del único principio originario en la variedad presente, otros supónían la existencia de un orden racional matemá­tico (pitagóricos) o “lógico” (Heráclito); Parménides negaba que nada de lo que vemos en este mundo cambiante fuera real, e, influidos por éste, los pluralistas (Empédocles, Anaxágoras, Demócrito) entendían la naturaleza como el resultado de la mezcla de distintos principios eternamente existentes./En cuanto a la religión, de tipo politeísta, permitía cierta coexistencia pacífica de distintas actitudes religiosas (aunque la impiedad radical era perseguida). La religión politeísta estaba intercalada en multitud de costumbres y ceremonias de la vida cotidiana y de la política, llegando en algunos casos a prácticas peligrosamente irracionales, como ocurría con las religiones mistéricas y el orfismo. Una buena parte de las ideas platónicas tienen un origen religio­so más que filosófico, pero Platón las reconstruye de manera que muestren sus aspectos racionales (recordemos que no todos los mitos son “oscurantistas”), de manera que los “misterios” supra-racionales dejen de serlo sin más, contribuyendo al posterior desarrollo del entendimiento (mitos esclarecedores)./El arte vivía desde la época de Pericles un momento de esplendor, testimo­niado por las esculturas de Fidias (que decoró el Partenón), las tragedias de Sófocles o las co­medias de Aristófanes (que se burlaba de Sócrates y los sofistas en su obra Las nubes).Las obras clásicas griegas han sido una constante inspiración para los países occidentales, sobre todo en la escultura, la arquitectura y el teatro.

4.Razonar influencias y repercusió n posterior del pensamiento de Plató n


a) Influencias recibidas.- Como ya se ha señalado en las pregun­tas 2 y 3, el punto de partida inmediato del pensamiento platónico es la actividad filosófica de Sócrates, cuya repercusión se advierte sobre todo en los primeros diálogos (Apología, Critón, Eutifrón, Laques, Protágoras, etc.). Platón toma de Sócrates, entre otras cosas, la comprensión de la filosofía como dialéctica que se expresa a través del “diálogo”; la importancia del enfoque antropológico (ética, moral y política), atendiendo a la verdad expresada en las “definiciones” frente a lo particular y cambiante (y que Platón expresa a través de las Ideas) y la mayéÚtica -entendida por Platón como “reminiscencia” con claros matices gnoseológicos -, etc./Pero hay otras influencias filosófi­cas recibidas por Platón: de la problemática planteada ya por los milesios acerca del “arjé”, es influido especialmente por Heráclito (el Logos que se expresa a través de las contradicciones “fenoménicas”) y los pitagóricos. Las creencias y enseñanzas órfico-pi­tagóricas serán fundamentales, y se manifiestan en la importancia de la ciencia (episteme, las matemáticas: “no entre aquí nadie que no sepa geometría”) para superar el mundo de las apariencias, aunque Platón amplía y sustituye el papel de las ideas matemáticas para entender la realidad (números racionales) por las Ideas de muy distinta índole (incluidas las menos sublimes, como la de “basura”), entendiendo la filosofía como unas especie de geometría de las ideas. En el mismo Menón un problema matemático sirve para comprobar la reminiscencia; en la República -diálogo de madurez- el conocimiento matemático se presenta como parte del último grado de la dialéctica (ascendente), en la que se muestran eminentemente la Verdad de las Ideas. De dicha metafísica toma también Platón la concepción dualista del hombre (el cuerpo como cárcel: soma sema), la preexistencia e inmortalidad del alma, la purificación como ideal ético, o los premios y castigos de ultratumba. Su concepción de las Ideas, con todo, irá desprendíéndose paulatinamente del monismo absolutista parmenídeo, hasta madurar en la crítica de El Sofista, a través de la idea de Symploké, por ejemplo/ b )Repercusión posterior y vigencia actual de Platón. – Platón es, con toda seguridad, el filósofo que mayor influencia ha ejercido en la historia. Es conocida la frase de Whitehead que sos­tiene que “toda la historia de la filosofía se reduce a una edición de las obras completas de Platón con notas a pie de página”./La repercusión inmediata de la obra platónica la encontramos en sus discípulos, los filósofos que formaron parte de la Academia, entre los que destaca Aristóteles, cuyo “hilemorfismo” (materia y forma) proviene de la Teoría de las Ideas-Formas, aunque el estagirita pretendiera criticar la supuesta “separación” entre éstas y las cosas concretas/ Muchas de las ideas de Platón fueron bien acogidas por la “filosofía” (ontoteología) de judíos, cristianos y musulmanes. Al principio de la era cristiana, platonismo y neoplatonismo alimentaron la teología de los escritores eclesiásticos, tanto ortodoxos como heré­ticos (gnósticos). San Agustín es un claro ejemplo de intento de “cristianizar” a Platón situando las ideas-modelo en la mente de Dios y sustituyendo la reminiscencia por la iluminación divina. De hecho, el pensamiento de los autores cristianos hasta Tomás de Aquino (que es más aristotélico) es fundamentalmente platónico. Y el mismo Tomás de Aquino utiliza, a su manera, la idea de “participación” para explicar la relación entre Dios y las criaturas, como Platón lo había hecho para explicar la relación entre ideas y cosas./Los autores del Renacimiento también volvieron a Platón, con peor o mejor fortuna, frente a la Escolástica cristiana. En la Edad Moderna también son notables las influencias de Platón sobre Descartes, Leibniz o Kant, aunque el nacimiento de las nuevas ciencias positivas ampliará y modificará la visión tradicional del mundo, tanto en sus dimensiones físicas como biológicas o antropológicas (Física, Química, Cosmología, Biología evolutiva, Antropología, Etología, etc.). /Es en el terreno de la filosofía moral y política donde las ideas platónicas siguen teniendo una repercusión especial. A partir del Renacimiento se pronunciaron los simpatizantes y adversarios de Platón. Entre los últimos se hallan, en general y con matices, los autores de inspiración empirista o con pretensiones anti-idealistas (Hume, Comte, Marx, Nietzsche)
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Este último se declara abiertamente antiplatónico, ya que interpreta el “mundo de las ideas” como “otro mundo” inventado por Platón, asumido por los cristianos, para huir del “mundo real de la vida” tal como es [aunque, como veremos, dicha interpretación es muy discutible]./Después de Nietzsche, el Siglo XX conocíó un “regreso a Platón” (uno de tantos: la historia del pensamiento está plagada de ellos) en la fenomenología (Husserl, Scheler), que defiende la “intuición eidé­tica” (de eidos: idea, ¡hasta el nombre está tomado de Platón!) o de “objetos ideales” como forma básica de conocimiento. Otro influyente pensador del Siglo XX, Karl Popper, señaló en los años 40, en plena Segunda Guerra Mundial, a Platón como el padre intelectual de todos los totalitarismos, tanto del soviético como del nazi-fascis­ta, en su libro La sociedad abierta y sus enemigos, aunque treinta años des­pués, en El yo y su cerebro,  defendíó la existencia de un orden de realidad, llamado “mundo 3”, que recuerda demasiado al “mundo de las ideas” de Platón (que no se reduce al mundo físico ni al mundo psicológico).