La Transición Española a la Democracia: Historia y Claves

La Transición Española a la Democracia

Inicio y Alternativas Políticas

La Transición comenzó con la muerte de Franco (20/11/1975) y la proclamación de Juan Carlos I como rey y Jefe de Estado (22 de noviembre); finalizó en octubre de 1982, con la victoria electoral del PSOE. A la muerte del dictador se daban tres alternativas políticas: la continuidad del régimen franquista con alguna modificación superficial, defendida por el búnker; la reforma política a partir de las leyes e instituciones del franquismo, propuesta por los aperturistas (y que sería la que se impondría); y la ruptura democrática, acabando con el régimen dictatorial de forma inmediata (defendida por la oposición democrática).

El Papel del Rey y los Primeros Gobiernos

El papel del rey fue fundamental durante la Transición. El 22 de noviembre asumió la Jefatura de Estado, jurando los Principios del Movimiento Nacional y las Leyes Fundamentales del régimen, pero dejó entrever en su discurso de proclamación, su voluntad democrática. Decidió mantener, en un primer momento, a Carlos Arias Navarro como presidente del Gobierno (gobierno que formaba junto a ministros representantes del franquismo inmovilista, militares y reformistas como José María Areilza, Alfonso Osorio o Manuel Fraga), con Torcuato Fernández Miranda como presidente de las Cortes y del Consejo del Reino.

El Gobierno de Arias Navarro y su Fin

El enfrentamiento entre reformistas y Arias Navarro, la agitación social, la represión del gobierno (sucesos de Vitoria, marzo 1976) y la incapacidad de Arias Navarro para impulsar la reforma política, llevó a que este, presionado por el rey, dimitiera en julio de 1976.

El Nombramiento de Adolfo Suárez

El rey nombró entonces como presidente a Adolfo Suárez, quien tenía un perfil falangista, experiencia de Estado y actitud reformista. Suárez inició contactos con Felipe González, Santiago Carrillo y CC.OO.

Hacia la Democracia: Leyes, Desafíos y Elecciones

La Ley de Reforma Política

El 15 de diciembre de 1976 se dio el paso definitivo hacia la democracia, aprobándose en referéndum la Ley de Reforma Política, ideada por Fernández Miranda (que establecía el bicameralismo y el sufragio universal). Pero el camino hacia la cita electoral (15/06/1977) fue difícil.

Desafíos: Terrorismo y Legalizaciones

En 1977 hubo un recrudecimiento del terrorismo, tanto de extrema derecha (matanza de los abogados laboralistas de Atocha), como de ETA y el GRAPO (atentados y secuestros a miembros de las Fuerzas Armadas y del aparato del Estado). En febrero se aprobó la ley sobre el derecho de asociación política y el 9 de abril de 1977, Suárez legalizó el PCE (provocando la reacción negativa del ejército).

Las Elecciones de 1977 y las Preautonomías

Las elecciones celebradas el 15 de junio de 1977 consiguieron el restablecimiento de la democracia. Dieron el triunfo (en minoría) a la UCD de Adolfo Suárez; siendo la principal fuerza política de oposición, el PSOE. Ante los resultados favorables de los nacionalistas, en septiembre de 1977 fue restaurada la Generalitat en Cataluña, con Josep Tarradellas como presidente; y se aprobó un régimen preautonómico para el País Vasco que, en contra de lo que esperaba el gobierno, no consiguió acabar con las actuaciones de ETA. En septiembre de 1977 y octubre de 1978, el gobierno creó trece preautonomías, produciendo cierto descontento en sectores del ejército, creándose el Ministerio de Defensa para desactivar la extrema derecha militar, que protagonizaría la “Operación Galaxia” (intentona golpista en noviembre de 1978).

La Constitución de 1978

Tras las primeras elecciones democráticas de junio de 1977, las Cortes elaboraron una Constitución que, por primera vez en la historia de España, no se debió a la imposición de un partido político, sino al consenso. Contó con los votos favorables de todos los partidos, excepto del PNV, que se abstuvo. La Constitución fue aprobada en referéndum el 6 de diciembre de 1978.

Características Principales y Organización del Estado

Esta Constitución define a España como un “Estado social y democrático de derecho”, con una organización territorial descentralizada -“Estado de las autonomías”- bajo una monarquía parlamentaria que atribuye al Rey las siguientes funciones: Jefatura del Estado, representación de España, sanción de las leyes y Jefatura de las fuerzas armadas. Recoge, además, los principios de soberanía nacional; de la unidad de España (compatible con la pluralidad nacional); y de la división de poderes: el legislativo reside en dos cámaras (Congreso y Senado) elegidas por sufragio universal; el ejecutivo, en el Gobierno; y el judicial, que corresponde a los juzgados y tribunales, coordinados por el Tribunal Supremo y Tribunal Constitucional.

Derechos, Libertades y Estado Autonómico

El texto presenta una declaración de derechos y libertades muy avanzados y define un Estado no confesional (pero no laico, debido a los conciertos concedidos a la Iglesia Católica). Distingue entre nacionalidades y regiones; con dos vías para crear comunidades autónomas: vía rápida (art. 151) para las nacionalidades históricas (utilizada por Cataluña, País Vasco, Galicia).