Modernismo y Generación del 98: Movimientos Literarios y su Impacto Cultural

El Modernismo

Se puede considerar el Modernismo como un movimiento literario bien definido que se desarrolla entre 1855 y 1915 y que se define por el esteticismo y el escapismo. El Modernismo fue un movimiento marcado por el anticonformismo. Esa actitud venía provocada por el desacuerdo de los escritores con el espíritu materialista y utilitario de la sociedad europea de la segunda mitad del siglo XIX. Los escritores modernistas reaccionaron contra esta sociedad de normas y formalismos, exigiendo una mayor libertad y el derecho a ser diferentes.

Las actitudes de los escritores ante este panorama social podemos resumirlas en dos:

  • Algunos manifestarán una actitud de rebeldía política.
  • Pero la mayoría expresará su disconformidad mediante el aislamiento de esa sociedad con la que no comparten casi nada.

Temas Recurrentes del Modernismo

En la literatura modernista encontramos una serie de temas recurrentes:

  • La crisis espiritual: Sensaciones de soledad, de tristeza, de una sociedad que no puede ni quiere comprender al artista. Esta crisis provocará la exaltación de todo aquello que vaya contra lo racional y real, y así, entrarán en sus obras lo pasional, lo fantástico, el misterio, los sueños.
  • La evasión: El escritor se encuentra inmerso en una realidad que le disgusta y tiene que manifestar su disconformidad de alguna manera. Algunos autores intentaron transformar la realidad mediante la crítica y la acción política, pero la mayoría preferirá olvidarse de esa realidad. En la literatura modernista nos encontraremos tres maneras diferentes de evasión de la realidad:
    • El mundo de los sueños.
    • La evasión temporal hacia mundos pasados supuestamente más bellos y más libres.
    • La evasión espacial hacia mundos exóticos.
  • Cosmopolitismo: Es consecuencia de la necesidad de evasión. Ese cosmopolitismo desembocó en una devoción por la gran ciudad y por la vida bohemia.
  • El sentimiento amoroso: El amor en la literatura modernista osciló entre dos polos opuestos: la idealización del amor y de la mujer (entendido como amor imposible e inalcanzable). El amor irá asociado a sentimientos como la tristeza, soledad, melancolía, o una concepción vitalista del amor marcada por la búsqueda del sexo y del placer. Esta actitud hay que relacionarla con el deseo de los modernistas de rebelarse contra toda norma y moral.
  • La búsqueda de las raíces: Los modernistas se ocuparán con sus obras de recuperar el pasado precolombino y sus mitos. La búsqueda de las raíces propias del individuo se debe entender también como consecuencia de la crisis espiritual que está en la base del Modernismo. Cuando al artista se le rompe su realidad, necesita encontrar unas nuevas bases sobre las que construir una nueva realidad más satisfactoria.

El Estilo Modernista

“El Modernismo era el encuentro de nuevo con la belleza, sepultada durante el siglo XIX por un tono general de poesía burguesa”. Esta actitud de búsqueda de la belleza es a lo que llamamos esteticismo. Algunas de las características que definen el esteticismo modernista pueden ser:

  • Intento de reflejar mediante la palabra múltiples valores sensoriales (auditivos, visuales, olfativos, etc.).
  • Abundancia de recursos fónicos que son útiles para conseguir la musicalidad del verso.
  • Enriquecimiento léxico por la introducción de cultismos y neologismos.
  • Adjetivación abundante y, en muchos casos, ornamental.
  • Utilización de sinestesias (“furia escarlata”, “rojos destinos”, etc.).
  • Metáforas e imágenes originales y deslumbrantes.
  • En lo referente a la métrica, los modernistas preferirán los versos largos (dodecasílabos, alejandrinos) y se caracterizarán por la alteración libre de los versos y estrofas tradicionales.

Fases del Modernismo

La línea que separaría las dos fases señaladas podríamos colocarla en el año 1905 con motivo de la aparición del libro Cantos de vida y Esperanza de Rubén Darío.

El Modernismo Canónico

  • Esteticismo.
  • Escapismo.
  • Literatura de los sentidos.
  • Influencia parnasiana.

Posmodernismo

  • Menor esteticismo.
  • Relativo compromiso (social y existencial).
  • Literatura de la intimidad.
  • Influencia del Simbolismo.

La Generación del 98

Se ha aplicado tradicionalmente a un grupo de escritores de finales de siglo, coetáneos de los modernistas, que tienen en común unas preocupaciones similares respecto a la realidad social, histórica y cultural del momento en que vivieron, al margen de sus diferencias individuales. El término fue acuñado por Ortega y Gasset y popularizado por Azorín en 1913.

Se denomina con esta generación a un grupo de escritores que vivieron en su juventud el desastre colonial, lo que modeló sus inquietudes y anhelos. Se muestran preocupados por la realidad española y adoptan ante ella una postura crítica. Sienten la necesidad de un examen de conciencia nacional y convierten el tema de España en uno de los centrales de su producción literaria. Estos escritores heredan de los regeneracionistas la preocupación ideológica por la recuperación nacional y coinciden con los modernistas en el rechazo del positivismo y de la literatura realista, en el deseo de una renovación estética y en la reivindicación de la libertad creadora del artista.

Formación y Miembros Clave

El núcleo del Grupo del 98 fue el llamado “Grupo de las Tres” formado por Ramiro de Maeztu, Pío Baroja y Azorín, que publican en 1901 un manifiesto en el que denuncian el clima de descomposición espiritual de España y expresan su deseo de ayudar a la regeneración del país. En este manifiesto, abandonan sus ideas anarquistas iniciales y se acercan a un reformismo tradicional preocupado por la ciencia, la reforma del campo y el desarrollo general de España. Esta iniciativa del grupo resultó ser un fracaso, hecho que llevó a sus autores al pesimismo. El grupo se deshizo y en adelante sus componentes adoptaron posturas más idealistas y desengañadas.

Son miembros destacados Miguel de Unamuno, Pío Baroja, José Martínez Ruiz “Azorín”, Ramiro de Maeztu y Antonio Machado (quien se incorpora con posterioridad). Además, hay que mencionar la personalidad contradictoria de Ramón María del Valle-Inclán. Desde 1910, cada uno de los escritores del 98 inició una evolución personal que les llevó de una ideología inicial radical.