El Bienio Reformista (1931-1933): Cimientos de la II República
Tras la proclamación de la II República Española, el gobierno liderado por Manuel Azaña emprendió un ambicioso programa de reformas para modernizar el país y desmontar las estructuras tradicionales. Se buscó establecer una democracia laica y fortalecer la educación y los derechos sociales.
Principales Reformas del Bienio Reformista
Reforma del Ejército
Esta reforma tenía como objetivo reducir la influencia militar en la política y modernizar las fuerzas armadas. Se eliminó la Ley de Jurisdicciones, se cerró la Academia Militar de Zaragoza (dirigida por Franco), se creó la Guardia de Asalto y se proclamó la Ley de Defensa de la República.
Reforma Agraria
Se intentó acabar con el injusto reparto de tierras mediante la Ley de Bases de la Reforma Agraria, que consistía en la expropiación de tierras. Sin embargo, la falta de financiación ralentizó su aplicación, lo que llevó a protestas y ocupaciones de tierras.
Reformas Políticas y Sociales
- Se reconoció el sufragio femenino, permitiendo a las mujeres votar por primera vez en las elecciones generales de 1933.
- Las reformas laborales, impulsadas por Largo Caballero, incluyeron la implantación de la jornada laboral de ocho horas en el campo, la negociación colectiva y un salario mínimo.
- En materia de derechos de las mujeres, se reconoció su igualdad legal y laboral, se legalizó el divorcio y se despenalizó el adulterio.
Reforma Educativa
Con el objetivo de reducir el analfabetismo y modernizar el sistema, se promovió la educación pública, laica y mixta. Se eliminó la influencia de la Iglesia en la enseñanza, prohibiendo la asignatura de religión, y se fundaron las Misiones Pedagógicas, que acercaban la educación a zonas rurales.
Organización Territorial
La Constitución de 1931 reconoció el derecho de autonomía de las regiones. Se aprobó el Estatuto de Autonomía de Cataluña (conocido como Estatuto de Núria), estableciendo una Generalitat presidida por Francesc Macià. Sin embargo, la radicalidad del nacionalismo catalán generó recelos en otros sectores políticos. El Estatuto Vasco no fue aprobado hasta la Guerra Civil, mientras que Andalucía y Galicia iniciaron trámites para sus propios estatutos.
Auge Cultural: La Edad de Plata
A nivel cultural y social, la II República vivió un auge en el mundo del arte y la literatura, conocido como la Edad de Plata, con figuras como Salvador Dalí, Pablo Picasso, Luis Buñuel y los poetas de la Generación del 27.
Reacciones y Oposición a las Reformas Republicanas
Las reformas republicanas encontraron una fuerte oposición desde distintos sectores de la sociedad, que veían amenazados sus intereses y valores tradicionales.
La Iglesia Católica
Estrechamente vinculada a la monarquía, la Iglesia fue uno de los principales opositores. La política laicista de la República generó enfrentamientos desde el inicio, con la publicación de una pastoral del cardenal Segura en contra del nuevo régimen. En mayo de 1931, se produjeron ataques contra edificios religiosos, y la pasividad del gobierno en estos disturbios alejó a muchos católicos de la República. Como respuesta, la Iglesia promovió la creación de partidos de derecha como Acción Nacional y más tarde apoyó la formación de la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA).
El Ejército
El Ejército también mostró una fuerte hostilidad hacia la II República. A pesar de las medidas adoptadas para garantizar su lealtad, como el juramento de fidelidad y el alejamiento de oficiales sospechosos, las conspiraciones militares fueron frecuentes. El primer intento de golpe de Estado ocurrió en 1932, liderado por el general Sanjurjo, pero fracasó. En 1936, el Ejército volvió a sublevarse, dando inicio a la Guerra Civil Española.
Los Partidos de Derecha
Debilitados tras la caída de la monarquía, los partidos de derecha se reorganizaron para frenar las reformas republicanas. La CEDA, liderada por José María Gil-Robles, adoptó una estrategia parlamentaria para controlar el sistema desde dentro. Otros grupos, como Renovación Española, los carlistas y Falange Española, tenían una postura más radical y contraria a la República. La derecha se fue radicalizando, protagonizando enfrentamientos contra el régimen.
El Movimiento Anarquista
El movimiento anarquista, representado por la CNT, consideraba insuficientes las reformas y veía a la República como un enemigo de los obreros y campesinos. Durante el bienio reformista, se llevaron a cabo huelgas y ocupaciones de tierras. Los anarquistas se distanciaron de los republicanos y socialistas, y rechazaron formar parte del Frente Popular en las elecciones de 1936.
El Bienio Radical-Cedista (1933-1936): Un Giro Conservador
En las elecciones generales de 1933, las primeras en las que la mujer pudo votar, la derecha se organizó en tres grupos principales: la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas) de Gil Robles, Renovación Española (Calvo Sotelo) y la Falange Española (Primo de Rivera). Sin embargo, la izquierda quedó dividida. Los resultados electorales dieron la victoria a la coalición de derechas formada por el Partido Radical de Lerroux y la CEDA de Gil Robles. Esto dio inicio al Bienio Radical-Cedista, con Lerroux como Presidente.
Políticas del Bienio Radical-Cedista
La política llevada a cabo por Lerroux fue contraria a la del bienio reformista. Se paralizó la reforma agraria y educativa, se bloquearon los estatutos de autonomía, se reanudó la financiación de la Iglesia y se amnistió al general Sanjurjo. Estas medidas provocaron conflictos entre el gobierno y los nacionalistas, y aumentó la conflictividad social, produciéndose una huelga general.
La Huelga General de Octubre de 1934
La huelga general, convocada por la UGT el 5 de octubre de 1934, tuvo escasa repercusión, excepto en Cataluña y en Asturias.
- En Barcelona: Tuvo carácter nacionalista. Lluís Companys declaró la República Catalana y llamó a la huelga general, que acabó con la recuperación del poder por parte del Ejército y la encarcelación de este.
- En Asturias: Tuvo carácter social. Los mineros y los obreros controlaron la región durante una semana. Donde se vivieron episodios de violencia, el Gobierno envió a Franco con secciones de regulares y legionarios, hasta que el Comité Revolucionario se rindió.
La huelga general fracasó por la desunión del movimiento obrero, provocando muertos, 30.000 detenidos (entre los que se encontraban Largo Caballero y Azaña), además de que muchos fueron expulsados de sus puestos de trabajo.
Aumento de la Tensión Política
Partidos de extrema derecha, como la Falange Española y Renovación Española, se movilizaron para acabar con la República. Mientras, la izquierda se recuperaba y se reagrupaba para recuperar el poder. Azaña reagrupó a los republicanos de izquierda y los comunistas promovieron alianzas electorales como el Frente Popular. Sin embargo, el PSOE se dividió en reformistas, liderados por Indalecio Prieto, y revolucionarios, liderados por Largo Caballero, mientras los anarquistas continuaron rechazando la participación electoral.
Derechización del Gobierno de Lerroux y Fin del Bienio
Tras estos sucesos, se trataron de poner en marcha algunas medidas, como la reforma constitucional, se suspendió la autonomía catalana, se aprobó una nueva ley agraria y Gil Robles nombró en puestos clave del Ejército a militares reaccionarios como Franco o Mola. Para la CEDA, estas fueron medidas insuficientes y buscaban el nombramiento de Gil Robles como Presidente en septiembre de 1935. Hubo diversos escándalos, como el del Estraperlo, que provocaron la dimisión de Lerroux. Alcalá Zamora rechazó dar el poder a Gil Robles, disolvió el Parlamento y convocó elecciones para febrero de 1936.
El Frente Popular (1936): Últimos Meses de la República
Las elecciones de 1936 dieron lugar a dos bloques electorales enfrentados. La izquierda formó el Frente Popular, en el que se encontraban los republicanos, socialistas, comunistas y nacionalistas de izquierda, los cuales reclamaban la vuelta de las reformas. Mientras que la derecha se presentó dividida, el Frente Popular triunfó y Manuel Azaña fue de nuevo presidente.
Azaña formó un Gobierno compuesto por republicanos y reanudaron las reformas del bienio anterior, restableciendo la autonomía catalana, impulsando la reforma agraria, la amnistía para los represaliados y la neutralización de militares como Franco (enviado a Canarias) y Mola (enviado a Navarra).