Explorando la Literatura Española: Conceptos Clave, Edad Media y Siglo XVIII

Elementos y Funciones del Lenguaje

Marcas de Subjetividad en el Discurso

  • Cambio de registro
  • Oraciones exclamativas e interrogativas
  • Adjetivos valorativos
  • Uso de lo abstracto (ej. “nadie” como pronombre indefinido)
  • Comillas
  • Cultismos

Funciones del Lenguaje

  • Función fática o de contacto: Actúa sobre el canal. Muchos enunciados son contactos más que transmisiones de información. Esta función es propia de las fórmulas de felicitaciones o pésames.
  • Función expresiva o emotiva: El mensaje enfatiza los sentimientos y la actitud del hablante. Es, por tanto, subjetiva.
  • Función apelativa o conativa: Está orientada hacia el receptor para influir en su conducta. Sus marcas lingüísticas son el vocativo, el imperativo, las oraciones interrogativas y los adjetivos valorativos.
  • Función representativa o referencial: Se centra en el contexto y su objetivo es transmitir información objetiva.

Figuras Retóricas y Recursos Estilísticos

  • Polisíndeton: Repetición de conjunciones.
  • Enumeración: Sucesión de palabras.
  • Paralelismo: Disposición idéntica.
  • Quiasmo: Ordenación simétrica o cruzada.
  • Asíndeton: Supresión de nexos coordinantes.
  • Metáfora: Identificación de dos objetos, el objeto real y el objeto imagen, en una misma frase.
  • Hipérbole: Exageración inverosímil.
  • Antítesis: Contraposición de significados.
  • Ironía: Afirmación de una idea mediante la expresión de la contraria.
  • Epíteto: Uso innecesario de un adjetivo.
  • Personificación: Atribución de cualidades humanas o animales.
  • Perífrasis: Rodeo expresivo.
  • Metonimia: Designación de un objeto con el nombre de otro.
  • Anáfora: Evita repetir lo ya mencionado.
  • Catáfora: Anticipa un elemento mediante el uso de pronombres.
  • Reiteración léxica: Repetición de una palabra.
  • Familia léxica: Palabras que comparten lexema.
  • Sinonimia contextual: Uso de palabras con el mismo significado.
  • Antonimia: Uso de palabras con el significado opuesto.
  • Paráfrasis: Dar un rodeo para evitar la reiteración.
  • Elipsis: Omisión de información fácilmente recuperable.
  • Campos semánticos: Consiste en el uso de hiperónimos (palabras de significado amplio) e hipónimos (conceptos concretos), o también de palabras relacionadas semánticamente.

Literatura Medieval Española: Géneros y Autores Clave

La literatura de la Edad Media en España abarca desde el siglo XI, con las primeras manifestaciones de las jarchas, hasta el siglo XIV. La poesía de este periodo se clasifica en dos grandes tipos: la popular-tradicional, de transmisión oral, y la culta, difundida por escrito. Ambas se presentan en formas lírica (expresión de sentimientos) y narrativa (relato de hechos).

La Poesía Lírica Medieval

La poesía lírica popular-tradicional se caracteriza por su tono íntimo y subjetivo. Ejemplos destacados incluyen las jarchas, breves composiciones en mozárabe que expresan quejas amorosas femeninas, y las cantigas de amigo gallego-portuguesas, donde la naturaleza sirve como confidente de los sentimientos. Los villancicos también forman parte de este ámbito, ofreciendo una mayor riqueza temática, como las alboradas (de temática amorosa) o las serranas (poemas de viaje).

La Poesía Narrativa Medieval: Mester de Juglaría y Clerecía

En la poesía narrativa medieval, sobresalen dos corrientes principales: el mester de juglaría (popular) y el mester de clerecía (culto). Ambas cumplían una función didáctica o de entretenimiento.

Mester de Juglaría

El mester de juglaría se fundamenta en poemas épicos conocidos como cantares de gesta, que eran difundidos oralmente por juglares. Estos poemas se caracterizan por el uso de versos largos (entre 10 y 20 sílabas) divididos en dos hemistiquios y con rima asonante. Su lenguaje es sencillo y recurre a fórmulas repetitivas. La obra cumbre de esta corriente es el Poema de Mío Cid, que narra la vida del héroe castellano Rodrigo Díaz de Vivar, desterrado por el rey Alfonso VI. La obra se estructura en tres partes: El Cantar del destierro, El Cantar de las bodas y El Cantar de la afrenta de Corpes. Su valor reside en su notable realismo y su carácter histórico-geográfico.

Mester de Clerecía

Por otro lado, el mester de clerecía es una poesía culta, elaborada por clérigos, que emplea la cuaderna vía (estrofas de cuatro versos alejandrinos con rima consonante). Su propósito es didáctico y moralizante. En el siglo XIII, la figura más prominente es Gonzalo de Berceo, autor de obras religiosas como Santo Domingo de Silos (hagiografía), Del sacrificio de la misa (litúrgica) y Milagros de Nuestra Señora (mariana). En el siglo XIV, destaca Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, con su obra Libro de Buen Amor, una miscelánea de tono humorístico que entrelaza el amor humano y el divino, con una intención ambigua y moralizante. Aunque utiliza la cuaderna vía, también incorpora otras formas métricas.

La Prosa Medieval

La prosa experimentó un gran auge en el siglo XIII, impulsada por el rey Alfonso X el Sabio, quien promovió la creación de obras en diversas áreas del conocimiento. Sobresalen sus obras históricas (como la Grande e general Estoria), jurídicas (Las Partidas) y científicas (las Tablas alfonsíes). En el siglo XIV, Don Juan Manuel, sobrino de Alfonso X, se distingue como autor de El conde Lucanor, una colección de cuentos con enseñanzas morales.

La Novela Medieval

Durante este periodo, también emergen las primeras manifestaciones de la novela. Se desarrollan tanto la novela de aventuras (ej. Gran conquista de Ultramar) como la novela caballeresca, representada por el Libro del caballero Zifar.

El Teatro Medieval

Finalmente, el teatro medieval estaba estrechamente ligado a las ceremonias religiosas y se desarrolló a través de dramatizaciones litúrgicas. La obra teatral más antigua conservada es el Auto de los Reyes Magos.

El Teatro en el Siglo XVIII: Neoclasicismo y Prerromanticismo

El teatro mantuvo su relevancia social como género literario durante el siglo XVIII, sirviendo como plataforma para la difusión de ideas reformistas y pedagógicas. El teatro neoclásico, propiamente dicho, surge a mediados de este siglo, estrechamente ligado a las ideas ilustradas. Dirigido principalmente a la clase media, su objetivo era claramente didáctico.

Características del Teatro Neoclásico

Sus principales características incluyen:

  • La total separación de géneros para evitar confusiones.
  • El sometimiento a la regla clásica de las tres unidades (una sola acción, un solo lugar y un tiempo máximo de 24 horas).
  • Una finalidad didáctica y moralizante.
  • Un planteamiento verosímil de las situaciones.
  • La estructuración de la obra en tres actos.

La Tragedia Neoclásica

La tragedia neoclásica aborda temas de la antigüedad clásica o de la historia nacional, buscando establecer una tradición basada en héroes nacionales que sirvieran de ejemplo para la comunidad. Entre las obras destacadas se encuentra La Hormesinda, de Nicolás Fernández de Moratín, que narra un episodio histórico de la época de Don Pelayo. El autor más reconocido en este género es Vicente García de la Huerta, cuya obra Raquel relata los amores de una judía en la corte del rey Alfonso VIII.

La Comedia Neoclásica

La comedia es el género teatral por excelencia de la Ilustración. En este ámbito, sobresalió Leandro Fernández de Moratín. Su obra más célebre, El sí de las niñas, se desarrolla en una posada de Alcalá de Henares. El tema central es la autoridad mal ejercida por padres y tutores sobre las mujeres jóvenes. El pensamiento ilustrado se manifiesta en el triunfo de la virtud, la razón y la obediencia, así como en la fina ironía que impregna los diálogos, la descripción y el desarrollo de los personajes. Otras obras importantes de este autor son El viejo y la niña, El barón y La mojigata.

El Teatro Prerromántico

En la década de los setenta del siglo XVIII, el teatro español comenzó a recibir influencias de la comedia lacrimosa de origen francés, que anticipaba aspectos prerrománticos en su tono, temática y personajes. Jovellanos cultivó este género con su obra El delincuente honrado.