La Novela Española de 1939 a 1975
Los Años 40: Contexto y Primeras Tendencias
La Guerra Civil provocó una ruptura profunda con la tradición anterior: quedaron abandonadas las tendencias renovadoras impulsadas por Baroja, Unamuno o Valle-Inclán.
Aislamiento cultural debido a la situación política. España se vio privada de la lectura de los grandes renovadores de la novela contemporánea.
Falta de maestros.
Censura eclesiástica y política.
Auge de las traducciones.
El Realismo Existencial
Muchos novelistas mostraron interés por la Guerra Civil y se escribieron obras que exaltaban la España vencedora.
Pronto apareció una literatura inquietante cargada de angustia.
Esta época estuvo marcada por la desorientación, los múltiples tanteos en busca de un cauce por el que pudiera transcurrir una literatura acorde con los momentos que se vivían.
Camilo José Cela, con La familia de Pascual Duarte, puso de manifiesto una agria visión de realidades míseras y brutales, inaugurando el tremendismo: la selección de los aspectos más duros de la vida.
Los grandes temas fueron la soledad, la inadaptación, la frustración, la muerte. Abundaron los personajes marginales y desarraigados. En esta novela, los problemas sociales se trasladaron al terreno de lo personal y existencial.
Carmen Laforet. En 1945 publicó Nada, la historia de una muchacha que había ido a estudiar a Barcelona en un ambiente sórdido. Tras acabar el curso, viajó a Madrid sin haber conocido nada de lo que esperaba.
Miguel Delibes. Abordó la frustración y la tristeza en La sombra del ciprés es alargada. Aparecieron en la novela preocupaciones existenciales como la obsesión por la muerte.
El Realismo Social
Se produjo el renacimiento narrativo. La censura se relajó y aparecieron novelas en las que se denunciaban la pobreza, la persecución, las injusticias y desigualdades, lo que contribuyó a su erradicación.
Como consecuencia, la estética dominante fue el realismo. A esta tendencia se la denominó novela social, en la que apareció una nueva generación de escritores jóvenes llamada la Generación del Medio Siglo.
Dentro de este realismo se encontraron diferentes tendencias:
Objetivismo: el novelista se comportaba como un observador.
Realismo crítico: el novelista no aceptaba la realidad tal como era y pretendía explicarla, poniendo de relieve sus mecanismos profundos y denunciándola.
Realismo socialista: centrado en la lucha de clases y el enfrentamiento entre opresores y oprimidos.
Realismo mágico: tendencia característica de la literatura latinoamericana, donde la realidad y lo fantástico se entremezclan.
Uno de los precursores de la novela social fue Camilo José Cela, quien se anticipó con su obra, La colmena, una novela sin apenas argumento, con más de trescientos personajes, que nos muestra a través de múltiples y pequeños fragmentos el vivir cotidiano de sus personajes.
Destacaron el protagonista colectivo y el desorden cronológico.
Otro autor precursor de la novela social fue Miguel Delibes, quien publicó El camino.
También se destacó El Jarama de Rafael Sánchez Ferlosio, obra en la que unos jóvenes van a un río y una de ellos se ahoga.
Técnicas Narrativas del Realismo Social
Narrador oculto.
Ausencia de análisis psicológico.
Predominio del diálogo.
Estilo sencillo.
Protagonista colectivo.
La acción transcurre en poco tiempo y en espacios reducidos.
Los temas se centraron en los problemas sociales contemporáneos:
La dureza de la vida en el campo y la explotación del proletariado.
La burguesía, su vacío y su egoísmo.
La soledad e incomunicación del individuo.
El éxodo rural.
La Guerra Civil.
Renovación de las Técnicas Narrativas (Años 60 y 70)
A principios de la década de los sesenta, se produjo un cansancio del realismo social.
Por un lado, la sociedad española experimentó una transformación importante con la industrialización, el turismo y la flexibilización de la censura. Por otro, la irrupción de los nuevos modelos narrativos inspirados en los grandes novelistas extranjeros del siglo, como James Joyce (Ulises).
Así pues, el realismo evolucionó hacia la novela estructural, cuya intención fue la indagación en la personalidad del individuo.
La novela de los años sesenta no abandonó la reflexión crítica sobre la sociedad, y presentó los acontecimientos de un modo innovador, creando estructuras novelísticas complejas.
Los recursos técnicos más utilizados fueron:
Narrador cambiante.
Monólogo interior.
Ruptura de la secuencia cronológica.
El argumento dejó de tener importancia.
Los personajes se presentaron y definieron sus comportamientos; a menudo estaban desequilibrados, desorientados y presentaban trastornos psicológicos.
Utilización de la técnica del contrapunto.
Se introdujeron elementos discursivos no narrativos.
La novela que cambió el rumbo de la narrativa castellana en estos años fue Tiempo de silencio. Pedro no consiguió evitar la muerte de Florita, a causa de un aborto clandestino, incluyendo grandes novedades como la ironía y el humor, el tono existencial y el empleo de un vocabulario culto y científico.
Autores Destacados
Entre los autores destacaron Camilo José Cela con San Camilo, 1936, Miguel Delibes con Cinco horas con Mario, Juan Goytisolo con Señas de identidad, entre otros autores importantes.