La Poesía Española: De la Posguerra a los Novísimos (1936-Finales del Siglo XX)
La derrota de la República en la Guerra Civil española dio paso a una dictadura del general Francisco Franco que duró 40 años. La literatura y toda la cultura en su conjunto estuvo condicionada por una serie de factores:
- El descabezamiento de las élites intelectuales consolidadas en décadas anteriores. El asesinato de García Lorca en 1936 se sumó al exilio de la mayoría de autores de su generación. Lo mismo ocurrió en otras artes, cuyos artistas, en su mayoría, permanecieron en el exilio o regresaron tardíamente.
- La represión hacia los republicanos y a aquellos que formaron parte de este bando en la guerra. Fueron sometidos a depuración, proceso también utilizado en la enseñanza.
- La restricción de las libertades básicas como la de expresión, de prensa o asociación, lo que estuvo unido a la censura y autocensura de los propios autores.
Franco muere en 1975, Juan Carlos I es coronado rey y nombra a Adolfo Suárez presidente del gobierno, iniciándose la Transición, abriendo las puertas a las primeras elecciones libres en España desde la Segunda República y, posteriormente, la integración del país en la Unión Europea. Hubo dificultades para alcanzar la democracia, como fueron el terrorismo de ETA o el Golpe de Estado del 23-F.
Miguel Hernández: Voz Truncada de la Época
Uno de los poetas y dramaturgos más importantes de esta época fue Miguel Hernández, cuya obra lírica se vio truncada por su temprana muerte. Dentro de su trayectoria poética se encuentran tres obras fundamentales:
- El rayo que no cesa: obra relacionada con una crisis personal y su evolución ideológica desde el conservadurismo hasta el pensamiento de izquierdas.
- Viento del pueblo: donde, influenciado por la guerra y Neruda, cultiva el tema del sufrimiento desheredado.
- Cancionero y romancero de ausencias: escrita durante sus tres años de cárcel. Publicada póstumamente, aborda temas como la paternidad, la ausencia y el amor.
La Poesía de Posguerra (Años Cuarenta)
La poesía de posguerra de los años cuarenta estuvo marcada por obras como Sombra del Paraíso (Vicente Aleixandre) y Hijos de la ira (Dámaso Alonso). Esta poesía está marcada por inquietudes existenciales y religiosas, que tradicionalmente se han organizado en dos tendencias:
Poesía Arraigada
- La poesía arraigada: donde se incluyen autores de la Generación del 36; se caracteriza por la vivencia armónica y reconciliada del mundo y la vida. Dichos poetas estuvieron vinculados con la Falange y la revista Escorial. Es una poesía intimista de perfección formal y métrica clásica; cuyos temas eran Dios, el amor y el paisaje. Entre los autores se encuentran: Luis Rosales con Retablo de Navidad, Leopoldo Panero con Escrito a cada instante, Dionisio Ridruejo con Sonetos a la piedra, Luis Felipe Vivanco con Continuación de la vida, y José María Valverde con sus Versos del domingo.
Poesía Desarraigada
- La poesía desarraigada: Se publicaron obras con una visión pesimista y angustiada de la existencia, expresando su disconformidad sin hacer referencia a la política o la sociedad españolas. Entre los autores de esta tendencia destacan Dámaso Alonso, quien abrió las puertas a esta corriente con su obra Hijos de la ira, José Hierro con su obra Quinta del 42, Blas Otero con Que trata de España, Gabriel Celaya con Las cartas boca arriba, Victoriano Crémer con la obra Nuevos cantos de vida y esperanza y Eugenio de Nora con Cantos al destino.
La Lírica Española en los Años Cincuenta
La lírica española en los años 50 se divide en tres líneas predominantes:
- El Grupo Cántico: Autores afincados en Córdoba fundaron la revista Cántico, nombre referido al poemario de Jorge Guillén. Este grupo se caracteriza por la sensualidad y el refinamiento formal, con la confianza en la belleza del mundo de Guillén.
- El Postismo y el Surrealismo: Aquí se intentó recuperar las vanguardias históricas, jugando, imaginando e innovando la expresión poética.
- La Poesía Social: Es la principal tendencia de los años 50. Fue utilizada con fines políticos y sociales, como denuncia de injusticias y falta de libertad, buscando una poesía útil con un lenguaje claro. Se vio potenciada ante la censura y destacan los autores Gabriel Celaya, quien muestra su relación política y social con Cantos íberos, Blas Otero con Pido la paz y la palabra, y José Hierro, organizando sus poemas en reportajes y alucinaciones, entre ellos Réquiem.
La Poesía de Medio Siglo (Años Sesenta)
A partir de los años sesenta se desarrolló la llamada Poesía de Medio Siglo, donde se dieron a conocer los poetas nacidos antes de la Guerra Civil, agrupándose en la Generación de Medio Siglo. Aquí se planteó el debate sobre la función de la poesía. Se caracterizaron por el autobiografismo, que incluía experiencias individuales; la diversidad temática como el amor o la amistad; y el uso de un lenguaje convencional o intimista, caracterizado por su sencillez y claridad. Destacan Jaime Gil de Biedma con Compañeros de viaje, Claudio Rodríguez con Conjuros, José Ángel Valente con su A modo de esperanza, Ángel González con Tratado de urbanismo, José Agustín Goytisolo con El retorno y José Manuel Caballero Bonald con su obra Anteo.
Los Novísimos: Renovación Poética de Finales del Siglo XX
Con el correr de los años surgió en España una nueva promoción de autores que recibieron el nombre de Novísimos. Estos se caracterizaron por rasgos como el culturalismo y su marcada influencia modernista, el escapismo con sus escenarios y paisajes de evasión, un esteticismo y decadentismo que utilizaban la belleza como refugio y adoptaban actitudes decadentistas, y el barroquismo y la influencia de las vanguardias. Los autores pertenecientes a los Novísimos fueron Manuel Vázquez Montalbán con Praga, Antonio Martínez Sarrión con Teatro de operaciones, Félix de Azúa con Cepo para nutria, Ana María Moix con Call me Stone, Pere Gimferrer con Arde el mar, Leopoldo María Panero con Canto personal, Luis Antonio de Villena con su obra 10 menos 30 y Luis Alberto de Cuenca con Poesía.