De la Crisis del 98 a la Guerra Civil: La Caída de la Restauración y el Fracaso de la II República (1898-1936)

El Reinado de Alfonso XIII y la Crisis de la Restauración (1898-1931)

Introducción: El Desastre del 98 y la Frustración Nacional

La derrota de 1898 sumió al país en un estado de frustración: supuso la destrucción del imperio español en un momento en el que otras potencias conseguían los suyos, y confirmó el papel secundario de España en el contexto internacional. España quedó retratada como un país moribundo, con un ejército ineficaz, un sistema político corrupto y unos políticos incompetentes. Problemas como la agudización de la crisis social, la guerra de Marruecos, los nacionalismos o el intervencionismo militar, y episodios como la Semana Trágica de Barcelona, la crisis de 1917 o el Desastre de Annual reflejaron la fragilidad del régimen liberal y su incapacidad de renovación.

El Regeneracionismo y la Oposición al Régimen

El Regeneracionismo Intelectual y Político

La crisis colonial favoreció la aparición de un movimiento crítico que persiguió la renovación del sistema, el regeneracionismo, con Joaquín Costa como figura más representativa. Defendía la necesidad de dejar atrás el pasado histórico, modernizar la economía y la sociedad (alfabetizando) y desmantelar el sistema caciquil. Por otro lado, el desastre dio cohesión a un grupo de intelectuales conocido como la Generación del 98 (Unamuno, Valle-Inclán, Pío Baroja, Azorín…), caracterizado por un profundo pesimismo y su crítica hacia el atraso peninsular.

La “Revolución desde Arriba” de los Partidos Dinásticos

  • El Partido Conservador de Antonio Maura: Fue partidario de la “revolución desde arriba”. Intentó abandonar el sistema caciquista y realizar reformas para conseguir la igualdad social.
  • El Partido Liberal de José Canalejas: Hizo propuestas con mayor alcance social de estilo descentralizador. Reforzó el ejército y su papel en Marruecos, e impulsó iniciativas famosas como la Ley del Candado y el servicio militar obligatorio.

Ninguno de ellos contó con un apoyo firme dentro de sus partidos y sus iniciativas no prosperaron.

La Oposición al Régimen

Los republicanos y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) fueron los principales opositores al régimen. Pablo Iglesias, fundador del PSOE, fue el primer diputado a Cortes de este partido. También fueron oposición activa el Partido Comunista de España (PCE), fundado en 1921, y la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), sindicato anarquista fundado en 1910 con un amplio apoyo social por toda España y la extensión de cooperativas de consumo.

Los Nacionalismos Periféricos

El nacionalismo catalán estaba fomentado por la burguesía catalana (perjudicada por la pérdida colonial), y apoyó posturas regeneracionistas y nacionalistas. En 1901 se fundó la Lliga Regionalista, dirigida por Francesc Cambó y que perseguía la autonomía política de Cataluña. El nacionalismo vasco y el gallego, más conservadores y defensores de las tradiciones locales, influyeron menos en la vida política.

Sociedad y Economía

El sector agrario, dominante en la sociedad española, se caracterizó por la baja productividad, el escaso desarrollo técnico y por una desigual distribución de la tierra. El sector industrial fue más dinámico con el desarrollo del sector textil en Cataluña y el siderúrgico en Bilbao. Socialmente, la burguesía urbana y la oligarquía agraria constituyeron sectores dominantes que apoyaron y sostuvieron un régimen que les favoreció. Poco a poco, las masas obreras irán engrosando las filas de los partidos.

Conflictos Clave y el Colapso del Sistema

La Semana Trágica de Barcelona (1909) y el Problema de Marruecos

En Barcelona, el anticlericalismo y el antimilitarismo experimentaron un gran auge gracias a las movilizaciones obreras. En 1907 se creó Solidaridad Obrera, organización anarquista en contra de Solidaritat Catalana (burguesa y nacionalista). En la Conferencia de Algeciras de 1906, España recibió la franja norte de Marruecos (el Rif), donde las constantes revueltas obligaron a la movilización de reservistas y a protestas en Madrid y Barcelona. La derrota del Barranco del Lobo de 1909 provocó una huelga general en Barcelona que duró siete días, hasta que fue sofocada por el ejército. El coste humano fue enorme, con más de 100 muertos, heridos y destrucciones. Maura se vio obligado a dimitir, evidenciando la debilidad del régimen.

La Crisis de 1917

  • Crisis militar: El descontento entre los oficiales peninsulares ante los rápidos ascensos de los africanistas culminó en la creación de las Juntas de Defensa para solicitar la mejora salarial y ascensos de los peninsulares.
  • Crisis parlamentaria: La división entre los partidos dinásticos provocó el cierre de las Cortes, haciendo que la Lliga Regionalista, los republicanos y los socialistas constituyeran en Barcelona una Asamblea Nacional de Parlamentarios que demandó la convocatoria de Cortes Constituyentes.
  • Crisis social: La huelga general de 1917, convocada por CNT y UGT, tuvo un amplio seguimiento en las ciudades y se saldó con cientos de muertos y desaparecidos.

El Desastre de Annual y el Camino a la Dictadura

La crisis generalizada agravó la descomposición del régimen. Las huelgas generales y el pistolerismo agudizaron los conflictos, y en Marruecos la guerra continuaba. En 1921, en la batalla de Annual, 12.000 tropas españolas fueron masacradas mientras se retiraban, incluido su jefe, el general Silvestre. La comisión militar posterior destapaba enormes irregularidades, corrupción e ineficacia. Antes de que el Congreso emitiese su dictamen, el general Miguel Primo de Rivera dio un golpe de Estado, poniendo fin al régimen de la Restauración.

Conclusión de la Restauración

El reinado de Alfonso XIII nació tras el Desastre del 98. La “revolución desde arriba” de Maura y las reformas de Canalejas no fueron capaces de sacar a España del atraso en el que se encontraba. Ello, unido a episodios como la Semana Trágica, la Crisis de 1917 o el Desastre de Annual, condujeron al fin del régimen de la Restauración ideado por Cánovas: en 1912 cae el turno de partidos, en 1917 se cierran las Cortes, en 1923 la Constitución es suspendida tras el golpe de Primo de Rivera, y finalmente el rey marcha al exilio tras las elecciones municipales de 1931, ganadas por los partidos republicanos.

La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1931) y el Fin de la Monarquía

Introducción: Causas del Golpe de Estado de 1923

Primo de Rivera dio un golpe de Estado el 13 de septiembre de 1923 que contó con el apoyo del rey Alfonso XIII. El golpe fue visto por muchos como inevitable debido a varios motivos:

  • El descontento del ejército, agudizado tras el Desastre de Annual.
  • El afán de evitar las consecuencias del Expediente Picasso.
  • El auge de los nacionalismos y el ascenso de republicanos y del movimiento obrero.
  • El contexto internacional tras la Primera Guerra Mundial, con el triunfo de la Revolución Rusa y del fascismo de Mussolini en Italia.

La dictadura duró siete años, sucediéndose dos formas de gobierno: el Directorio Militar y el Directorio Civil.

El Directorio Militar (1923-1925)

Tras el golpe de Estado, Primo de Rivera impuso un Directorio Militar en el que concentraba todos los poderes del Estado. Inicialmente encontró poca resistencia, ya que la dictadura pretendía ser meramente transitoria para restaurar el orden y desarraigar la influencia de los caciques (un proyecto regeneracionista). Aunque se inspiró en el fascismo de Mussolini, esta dictadura fue más moderada y conservadora.

Medidas y Consolidación

Las primeras medidas de este directorio fueron la suspensión del régimen constitucional, la disolución de las Cortes, la prohibición de las actividades de los partidos políticos y de los sindicatos, y la censura de prensa. Todo ello fue acompañado de la militarización del orden público, persiguiendo a los anarquistas y comunistas. Sin embargo, no se desmanteló la red clientelar de los caciques, por lo que la oligarquía terrateniente siguió dominando social y económicamente el país. Por otro lado, se creó la Unión Patriótica, un partido de derechas único que sirvió como instrumento de propaganda.

Uno de sus mayores éxitos consistió en consolidar la presencia española en Marruecos mediante el Desembarco de Alhucemas en 1925, que formó parte de una operación combinada con el ejército francés para acabar con la rebelión de las cabilas del Rif. Con este éxito, Primo de Rivera alcanzó el máximo de su popularidad en la opinión pública, animándolo a institucionalizar su dictadura de forma duradera.

El Directorio Civil (1925-1930)

El dictador intentó institucionalizar su régimen con la creación de una Asamblea Nacional Consultiva (1927), de carácter corporativo y autoritario, compuesta por representantes de la Unión Patriótica. Se elaboró el Estatuto Fundamental de la Monarquía, pero tuvo tan poca implantación de valores y funcionamiento democráticos que fue rechazado.

Política Social y Económica

  • Ámbito Social: Se pretendía eliminar los conflictos sociales con el Código de Trabajo de 1926 y la fundación de la OCT (Organización Corporativa del Trabajo), un sindicato vertical que formó comités integrados por igual número de patronos y obreros.
  • Ámbito Económico: Predominó una política basada en un regeneracionismo nacionalista, que consistió en una modernización de las obras públicas, un impulso de la producción industrial y una reforma de la Hacienda pública. También se concedieron grandes monopolios como el teléfono (Telefónica) o el control del petróleo a CAMPSA.

Esta política se vio favorecida por el auge económico de los “felices años 20”, y benefició a la oligarquía terrateniente, aunque la agricultura seguiría asfixiada por el sistema caciquil y el jornalerismo precario. Hacia el final, la escasez de fondos y el comienzo de la Gran Depresión de 1929 afectaron fuertemente al régimen.

La Caída de la Dictadura y el Hundimiento de la Monarquía

El Fin del Régimen de Primo de Rivera

A mediados de 1928, el régimen inició su decadencia debido al avance de la oposición y las crecientes resistencias a las reformas político-institucionales, todo ello sumado al Crack de Wall Street que trajo paro, huelgas y el hundimiento de la peseta. Finalmente, sin apoyos en el ejército ni en la oligarquía y sin el respaldo del rey, Primo de Rivera presentó su dimisión en enero de 1930.

La Dictablanda y el Pacto de San Sebastián

Al caer Primo de Rivera, el rey encargó formar gobierno al general Berenguer, que inició el proceso de la “Dictablanda”, cuyo objetivo era volver al sistema de la Restauración y a la normalidad constitucional previa a 1923. Se restableció la libertad de prensa, se permitió el regreso de los exiliados y se toleró la actividad de los partidos. Sin embargo, la desconfianza de los españoles en el rey (por haber apoyado al dictador) y la reactivación del movimiento obrero en el PSOE, la UGT y los sindicatos anarquistas hicieron fracasar el proceso.

Finalmente, la oposición firmó el Pacto de San Sebastián (agosto de 1930) con el objetivo de proclamar la República, derrocar a la monarquía e instaurar un régimen democrático. Para ello, se creó un Comité Revolucionario presidido por Niceto Alcalá Zamora. El intento de sublevación militar de Jaca en diciembre de 1930 fue duramente reprimido, lo que provocó la dimisión de Berenguer y el ascenso del almirante Aznar, cuyo gobierno tampoco pudo solucionar la crisis.

La Proclamación de la II República

Aznar convocó elecciones municipales para el 12 de abril de 1931. En ellas, la coalición del Pacto de San Sebastián obtuvo la victoria en las grandes ciudades. Este triunfo se interpretó como un rechazo a la monarquía, por lo que el rey abdicó y marchó al exilio, proclamándose la II República el 14 de abril de 1931.

Conclusión de la Dictadura

La dictadura de Primo de Rivera se vio como la mejor solución a la crítica situación que arrastraba España desde 1898. Fue un régimen con un vago programa regeneracionista a imagen de otras dictaduras en Europa, como la de Mussolini en Italia, y a pesar de sus éxitos iniciales, no consiguió acabar con los principales problemas ni restablecer políticamente el país. La creciente oposición a la dictadura provocó su caída, arrastrando con ella a la monarquía de Alfonso XIII y abriendo paso a la implantación de la II República en 1931.

La Segunda República Española (1931-1936): Reformas y Polarización

Introducción: El Proyecto de Modernización

Tras el triunfo republicano en las elecciones municipales del 12 de abril de 1931, se proclamó la II República el 14 de abril y Alfonso XIII marchó al exilio. La Segunda República fue un intento de modernización del país a través de la aplicación de reformas en los campos militar, religioso, educativo y agrario. Sin embargo, estos cambios no terminaron de imponerse a la vieja sociedad caciquil, clientelar y tradicional, y el enfrentamiento entre los grupos poderosos y las clases medias condujo al estallido de la Guerra Civil en 1936.

El Gobierno Provisional y la Constitución de 1931

Presidido por Alcalá Zamora, el gobierno provisional se encargó de convocar elecciones a Cortes Constituyentes, que dieron la mayoría a la coalición de republicanos y socialistas. Estas Cortes elaboraron y aprobaron la primera constitución republicana de la historia de España: la Constitución de 1931.

Características de la Constitución

La Constitución contenía una amplia declaración de derechos y libertades (voto femenino, matrimonio civil y divorcio) y establecía una división radical de poderes. Las Cortes estaban formadas por una cámara única elegida por sufragio universal, y en el ámbito judicial se creó un Tribunal de Garantías Constitucionales. Además, la Constitución sentaba las bases para la aprobación de estatutos de autonomía (modelo de Estado integral en lugar de federal) y establecía la separación de Iglesia y Estado.

El Bienio Reformista (1931-1933)

Aprobada la Constitución, se creó un gobierno de izquierdas y socialista presidido por Manuel Azaña y con Alcalá Zamora como presidente de la República. La labor del nuevo gobierno estuvo dirigida a abordar una serie de reformas estructurales:

Reformas Clave del Bienio

  • La Reforma Militar: Se eliminaron cargos superfluos, se suprimieron las regiones militares, se creó la Ley del Retiro y se cerró la Academia Militar de Zaragoza. Al no conseguir la fidelidad total del ejército, se creó la Guardia de Asalto. Estas reformas motivaron la rebelión de parte del ejército en la Sanjurjada el 10 de agosto de 1932.
  • El Problema Religioso y Educativo: Se pretendía separar la Iglesia del Estado, convertir a España en un Estado laico y crear una educación gratuita y laica, así como reducir el analfabetismo. Se aprobó la Ley de Congregaciones Religiosas, suprimiendo la Compañía de Jesús y los colegios religiosos. Por otro lado, se construyeron colegios de educación primaria y se crearon las Misiones Pedagógicas con el fin de extender la instrucción y la cultura. De este modo, la Iglesia se convirtió rápidamente en enemiga de la República.
  • La Reforma Agraria: Se pretendía sacar de la miseria a millones de campesinos sin tierra y corregir la desigual estructura de la propiedad. Para ello, en septiembre de 1932 se aprobó la Ley de Bases de la Reforma Agraria, estableciendo un programa de expropiación y reparto de tierra. Los resultados fueron muy lentos y limitados, por lo que el descontento de los campesinos y las organizaciones de izquierda fue notable.
  • La Cuestión Regionalista: Se buscaba articular los diferentes territorios peninsulares en una unidad superior, el Estado Español, que fuera compatible con el respeto a la diversidad lingüística, cultural e histórica de sus partes mediante el desarrollo de estatutos de autonomía para Cataluña, País Vasco y Galicia.

Fin del Bienio Reformista

La oposición de la derecha y la protesta obrera y campesina por la lentitud de las reformas elevaron el malestar social. El aumento del desempleo, las huelgas y las revueltas campesinas aumentaron los incidentes. La represión llevada a cabo por la Guardia de Asalto por la ocupación de tierras en Casas Viejas en 1933 hizo dimitir a Azaña. El presidente de la República, Alcalá Zamora, convocó nuevas elecciones.

El Bienio Radical-Cedista (1933-1936)

El resultado de estas elecciones fue la victoria de la derecha. Lerroux se apoyó en los partidos de derechas y en la CEDA para formar su gobierno, cuyo objetivo fue detener las reformas del bienio anterior:

  • Se paralizó la reforma agraria y las reformas educativas.
  • Se designaron para puestos clave del Ejército a militares claramente antirrepublicanos.
  • Se mantuvo económicamente al clero en contra de la Constitución.
  • Se frenaron los proyectos de nuevos estatutos de autonomía.
  • Además, se indultó a los militares condenados por la Sanjurjada.

La Revolución de Asturias de 1934

Estas políticas tuvieron como consecuencia la radicalización del PSOE y de la UGT. Tras la entrada de tres ministros de la CEDA en el gobierno en octubre de 1934, la izquierda llamó a la huelga general: en Cataluña, Companys declaró la independencia del Estado catalán, mientras que en Asturias, miles de obreros y mineros se adueñaron de extensas zonas de la provincia. El ejército, dirigido por Franco, sometió con crueldad ambos levantamientos.

El Colapso del Bienio

La crisis definitiva vino con los escándalos de corrupción, como el del Estraperlo y el caso Nombela. En consecuencia, Lerroux dimitió, precipitando el fin de la legislatura y la convocatoria de nuevas elecciones en febrero de 1936.

El Frente Popular (Febrero-Julio 1936)

En las elecciones, las izquierdas se presentaron unidas frente a una derecha desunida, obteniendo la victoria el Frente Popular. Alcalá Zamora fue destituido y Azaña fue nombrado Presidente de la República, formándose un gobierno de republicanos de izquierda y de centro. El nuevo gabinete dio amnistía para los revolucionarios de 1934, restableció el Estatuto catalán y reanudó la reforma agraria, reactivando todas las reformas del Bienio Reformista con el fin de llevarlas a cabo de forma rápida y definitiva.

La Polarización y el Golpe de Estado

Esto, sumado a un clima social y político cada vez más tenso, invitaba a las derechas a justificar un golpe de Estado para impedir el acceso al poder del Frente Popular. Además, el pistolerismo y los atentados se sucedían, y poderosos grupos socioeconómicos e importantes jefes militares querían impedir unas reformas que amenazaban sus intereses. El 12 de julio de 1936, el asesinato de Castillo, teniente de la Guardia de Asalto, seguido del de Calvo Sotelo, líder de la derecha monárquica, provocó la sublevación de las tropas de la guarnición de Melilla el 17 de julio de 1936. El triunfo parcial del golpe desencadenó la Guerra Civil.

Conclusión de la Segunda República

La Segunda República pretendió crear un auténtico proyecto democrático que reformase y convirtiese a España en un país moderno y acorde con su tiempo. Algunos avances del nuevo régimen fueron trascendentales, como el voto femenino, la España de las autonomías, la reforma agraria, el Estado laico o los cambios educativos. Sin embargo, la inestabilidad política, la intransigencia de las partes conservadoras y el enfrentamiento de “las dos Españas” obstaculizaron el proyecto reformista y condujeron al país hacia la Guerra Civil.