La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)
El Ascenso del «Cirujano de Hierro»
La larga crisis del sistema canovista se resolvió de forma inesperada mediante el golpe de Estado de Primo de Rivera, de carácter reformista y regeneracionista, que fue aceptado por el monarca. El golpe se transformó en una dictadura que fomentó el desarrollo económico y mantuvo la paz social a cambio de suspender la Constitución, prohibir la actividad política y controlar la prensa. El intento final de establecer un Estado corporativista, apoyado por un partido único, fracasó, y España volvió a encontrarse con los mismos dilemas que antes del golpe militar.
La dictadura de Primo de Rivera fue un régimen autoritario y militar que pretendía solucionar los graves problemas de España desde la órbita del regeneracionismo militar. Él mismo se presentaba como un «cirujano de hierro» para un periodo de «máximo 90 días».
La Oposición al Régimen y su Caída
La oposición al régimen sufrió una evolución progresiva, conociendo su punto de inflexión con la creación del Directorio Civil. Inicialmente, se opusieron a Primo de Rivera los siguientes grupos:
- Los partidos dinásticos
- Los republicanos
- El PCE y la CNT
- El PSOE
- Algunos intelectuales como Unamuno
Tras la constatación de que no se trataba de una medida de emergencia, diferentes grupos se fueron uniendo a la oposición, como la burguesía catalana y vasca, parte del ejército y, finalmente, el propio rey.
La «Dictablanda» y el Camino hacia la República
Primo de Rivera dimitió en enero de 1930 y Alfonso XIII nombró al general Berenguer para que hiciera la transición a la monarquía constitucional. El cambio fue tan lento que la oposición denominó a esta etapa la «Dictablanda», marcada por eventos como la sublevación de Jaca de Fermín Galán y García Hernández. Posteriormente, el rey nombró al almirante Aznar, con el compromiso de convocar elecciones, empezando por las municipales del 12 de abril de 1931.
Mientras tanto, los republicanos, los catalanistas de izquierdas y el PSOE firmaron el Pacto de San Sebastián para derribar a la monarquía y formar un gobierno provisional en la futura Segunda República. Las elecciones municipales se plantearon como un plebiscito contra la monarquía. El triunfo de las candidaturas republicanas en las grandes ciudades provocó la renuncia de Alfonso XIII. Empezaba su andadura la Segunda República.
Consecuencias y Legado de la Dictadura
Primo de Rivera consiguió bastantes éxitos, como el crecimiento económico, la pacificación social y el fin del conflicto de Marruecos. Sin embargo, también puso fin al intento de establecer un sistema democrático puro que superara el pactismo de los partidos dinásticos y el sistema pseudodemocrático de la Restauración.
Por otra parte, con el pronunciamiento militar sentó un precedente que se repetiría con frecuencia en los años posteriores. La Dictadura supuso un retorno a la política del siglo XIX, donde el protagonismo político recayó en el ejército. Además de este renacido prestigio de la violencia y el menosprecio por las urnas, el golpe de Primo de Rivera cerró todo camino para encontrar, dentro de la monarquía constitucional, la solución al problema constituyente que los diferentes movimientos (obrero, republicano, reformista, catalanista, militar…) habían planteado, al menos, desde la triple crisis de 1917. Según el historiador Santos Juliá, en lugar de una reforma de la Constitución, España se encontró de pronto sin Constitución. Era necesario empezar de nuevo, pero esta vez desde otro regeneracionismo: el republicano-socialista.
El Advenimiento de la Segunda República (1931-1936)
Un Nuevo Régimen en un Contexto Adverso
La Segunda República (1931-1936) fue un intento de solucionar los viejos problemas de España, modernizándola y pretendiendo instalar un sistema democrático puro que resolviera las cuestiones que la monarquía no había sabido afrontar. Inspirada también en el regeneracionismo, se caracterizó, al igual que la Primera República, por la inestabilidad, la radicalización, las divisiones internas y un desfavorable contexto internacional.
Contexto Nacional: La Herencia de la Restauración
La Segunda República debe contextualizarse dentro de la larga crisis de la Restauración, que comienza en 1898 y prosigue con las crisis de 1909, 1917, 1921 y, finalmente, la dictadura de Primo de Rivera. La dictadura había dejado a España sin Constitución y sin sistema democrático; la Segunda República intentaría consolidar la democracia en el país.
Contexto Internacional: Crisis Económica y Auge del Totalitarismo
Además del contexto histórico nacional, es fundamental tener en cuenta el panorama internacional, que fue muy desfavorable para la República. En primer lugar, la crisis económica de 1929 le afectó plenamente. A esto se sumó la crisis general de los sistemas democráticos en Europa, el auge de la violencia política y el fascismo. Tras la Primera Guerra Mundial, las democracias liberales entraron en crisis; se señalaba la ineficacia del parlamentarismo y de los partidos, y se abogaba por gobiernos fuertes. Así, el liberalismo se vio atacado desde dos frentes totalitarios: el comunismo y los fascismos.