La Lírica Española desde 1940 a los Años 70
0. Introducción: El Contexto Histórico y Literario
El final de la Guerra Civil (1939) cambia radicalmente el panorama de la poesía española. Algunos de nuestros grandes poetas mueren; para otros supone el exilio, salvo para figuras clave que permanecen en España, como Vicente Aleixandre, Dámaso Alonso y Gerardo Diego.
En los años 40, tras la muerte de Miguel Hernández, aparecen nuevas revistas con diversas orientaciones poéticas. Durante los años cincuenta, las circunstancias sociales y políticas empiezan a cambiar. En este nuevo contexto sociopolítico, surge con fuerza la poesía social.
Hacia 1960 aparecen las primeras críticas a la literatura realista social. Se tiende hacia una renovación de temas y formas, influida por la evolución de la sociedad española. Este periodo coincide con el fin de la autarquía económica y el aislamiento internacional del régimen franquista.
1. Panorama Poético desde 1939: Miguel Hernández y las Primeras Tendencias
Miguel Hernández: El Puente entre Tradiciones
La figura más destacada de este primer período de posguerra es, sin duda, Miguel Hernández, quien fue capaz de conjugar las técnicas clásicas y las vanguardistas con la tradición popular. Por su contribución a la poesía social, su influencia será decisiva. Entre sus obras destacan Perito en lunas y Cancionero y romancero de ausencias.
1.1. Las Revistas y las Primeras Tendencias de los Años Cuarenta
Los años cuarenta están marcados por dos grandes tendencias poéticas:
- La poesía arraigada.
- La poesía desarraigada.
1.1.1. La Poesía Arraigada
En 1940, Dionisio Ridruejo funda la revista Escorial y en 1943, García Nieto, la revista Garcilaso. Sus propósitos estaban claros: volver a las formas clásicas, desechando la poesía pura de la Generación del 27, así como el vanguardismo y el surrealismo. Valoran las formas clásicas, como el soneto, y los temas tradicionales; el dominante será el tema religioso (ejemplificado en la obra de Ridruejo).
1.1.2. La Poesía Desarraigada y Otras Corrientes
En 1944 surge la revista Espadaña, que marca un nuevo rumbo hacia la rehumanización de la poesía española. Se defienden como principios:
- Una poesía menos blanda y menos tópica.
- Un lenguaje más directo.
- Menor preocupación por los elementos estéticos.
En cuanto a los temas, esta corriente pretende instaurar una poesía realista, invadida por la angustia que producía el mundo deshecho y caótico de la posguerra. El tema religioso adquiere un tono existencial.
En 1944, aparecen dos libros fundamentales que reflejan esta tendencia: Hijos de la ira de Dámaso Alonso, y Sombra del paraíso, de Vicente Aleixandre.
Otras corrientes que surgen son:
- El Postismo: Abreviatura de postsurrealismo, que experimenta un resurgimiento.
- La Revista Cántico: Aparece en Córdoba en 1947, propugnando una poesía intimista y esteticista.
2. La Poesía Social: Compromiso y Denuncia (Años 50)
El Manifiesto de la Poesía Comprometida
En 1952, se publica la Antología Consultada de la joven poesía española. La integran poetas como Carlos Bousoño, Gabriel Celaya, José Hierro y Blas de Otero. Los temas centrales son el humanismo desgarrado, la angustia existencial y el drama del hombre y de España. Esta poesía pretende llegar a un público amplio y se adhiere al concepto temporalista de poesía de Antonio Machado.
La preocupación por los contenidos es mayor que el interés por los elementos puramente estéticos. Los poetas buscan un acercamiento a la mayoría. Surgirá así una corriente de poesía social, con Blas de Otero y Gabriel Celaya como figuras predominantes, activa desde la década de los 50 hasta aproximadamente 1965.
Se trata de una literatura de urgencias, considerada un instrumento para transformar la sociedad mediante la denuncia de la injusticia y la solidaridad con los oprimidos. Se constituye en testimonio sobre las realidades colectivas y de grupo.
Causas y Presupuestos Estéticos
La Poesía Social nació por causas muy concretas:
- La situación nacional de la dictadura.
- El contexto internacional (Segunda Guerra Mundial, Guerra Fría).
- La necesidad de transformar la situación social.
- El ambiente literario anterior, que pedía una rehumanización.
Sus presupuestos estéticos son claros:
- Estilo: Poesía realista y narrativa, con tendencia a la sencillez.
- Prioridad: Predomina el tema sobre la forma.
- Temas: Los que afectan a la colectividad (la injusticia y la solidaridad), el tema de España y los motivos internacionales.
Autores y obras representativas incluyen a Blas de Otero, Celaya y Hierro, con títulos como Cantos íberos, Quinta del 42 y Pido la paz y la palabra.
3. La Década de los Sesenta: La Superación de lo «Social»
La Generación de 1950 o «Niños de la Guerra»
La Generación de 1950 la integran poetas nacidos entre 1925 y 1935 que no han participado activamente en la guerra, los llamados «niños de la guerra». Entre ellos se encuentran Ángel González, José Ángel Valente, Caballero Bonald, Jaime Gil de Biedma y José Agustín Goytisolo.
En ellos existe una voluntad decidida de superar lo «social» como tema único. No rechazan las formas realistas ni el compromiso social de la poesía anterior, pero sí su intención política directa.
Rasgos Característicos del Estilo Poético
a) Poesía como Conocimiento
Conciben la poesía como un modo de conocimiento propio y del mundo. Sus temas recurrentes son:
- La infancia y la memoria.
- El amor y el erotismo.
- La amistad.
- Las composiciones sobre situaciones opresivas o injustas.
- La propia poesía (metapoesía).
b) Realismo y Cotidianidad
El realismo se manifiesta en la atención por lo cotidiano y lo biográfico.
c) Uso de la Sátira y la Ironía
Por medio del humor y la ironía se revela su inconformismo. La visión negativa de la naturaleza humana desemboca a menudo en un doloroso escepticismo.
d) Dignificación del Lenguaje Poético
Muestran un gran interés por la «obra bien hecha» y la perfección formal. Estilísticamente, se observa:
- Una estructura narrativa.
- Abundancia de endecasílabos.
- Uso de versos breves de cinco y siete sílabas.
Obras destacadas de esta generación son Descrédito del héroe, La memoria y los signos y Sublevación inmóvil.