Características de la lírica latina y sus principales poetas

La lírica, como género, surge en Grecia. Etimológicamente deriva de la palabra griega lyros, porque los poetas griegos contaban estos poemas acompañados de una lira, instrumento musical de cuerda. En la literatura latina, la poesía lírica no fue jamás cantada, ni tan siquiera recitada con acompañamiento de lira.

La lira en Grecia y a partir de finales del siglo II a. C en Roma es una poesía subjetiva e intimista, testimonio de pasiones y grandes sentimientos.

La lírica latina alcanza una gran perfección formal por su lenguaje y por la gran variedad y riqueza de los metros y estrofas utilizadas.

Poesía elegíaca

Dentro de la lírica, la poesía elegíaca es un subgénero que se define más que por sus temas, por su métrica: la combinación del hexámetro y del pentámetro dactílicos que formaban una estrofa llamada dístico elegíaco.

Poetas neotéricos – Catulo (87-54 a. C)

Nació en Verona en una familia influyente. Estudió en Roma y al fin se estableció introduciéndose en los cenáculos literarios de sus amigos, los llamados despectivamente por Cicerón poetas neotéricos. Se enamoró de Clodia, esposa de su amigo. Vivió dentro del lujoso ambiente aristocrático romano fascinado y hechizado por ella, que, bajo el nombre de Lesbia, se convirtió no solo en su musa sino también en su tormento por sus continuas infidelidades y fallidas reconciliaciones. Murió a los 33 años de edad. La originalidad de Catulo consiste en haber sido el primero en haber iniciado la elegía romana.

Propercio (50-15 a. C)

Nació en la región de Umbría. Parece que su familia era también acomodada y sufrió las consecuencias de las confiscaciones de tierras después de la batalla de Filipos. Fue a Roma a estudiar elocuencia, pero tomó contacto con los grupos literarios y se inclinó hacia la poesía. Sus primeros versos atrajeron la atención de Mecenas, que lo integró en su círculo, donde trabó amistad con Virgilio, y con Ovidio, algo menor. Era de naturaleza enfermiza y murió joven.

Horacio (65-8 a. C)

Quinto Horacio Flaco, nació en Venusia. Recibió una esmerada educación primero en Roma y luego en Atenas. Tras el asesinato de Julio César fue nombrado tribuno militar. Sumido en la pobreza tras la muerte de sus padres, consiguió trabajo como escribano, un puesto que le permitió su arte poético. Con el tiempo, Horacio fue ganando el respeto y la admiración de los literarios romanos. Mecenas llegó a convertirse en su protector y amigo personal, y obsequió una finca en Tiber donde el poeta pasó la mayor parte de su vida escribiendo. Murió en el 8 a. C.

Ovidio (43 a. C – 17 d. C)

Publio Ovidio Nasón, comienza a brillar cuando los otros cuatro grandes poetas de la época de Augusto estaban en plena y esplendorosa madurez. Ovidio sobrevivió aún veinticinco años, quedando como estrella única y siendo el quinto y último de los grandes poetas augusteos. Nacido en Sulmona, de familia de caballeros. Estudió elocuencia en Roma y filosofía en Atenas. Y se hizo abogado para complacer a su padre. Pero pronto dejó las leyes por la poesía, su verdadera vocación. Pero en el año 9 d. C, Augusto, de manera fulminante, le desterró a Tomes y murió en el destierro.