Características Naturalistas en Los pazos de Ulloa
Se ha dicho que Los pazos de Ulloa es una novela naturalista porque su autora, siguiendo, a grandes rasgos, los principios teóricos de Émile Zola, la plantea como un experimento científico para demostrar hasta qué punto el comportamiento y el carácter humanos están marcados, o incluso determinados, por condicionantes externos como la herencia, el medio y el ambiente.
De este modo, el carácter de Pedro Moscoso está marcado por su irregular origen (herencia), el degradado medio en que se mueve y los ambientes que frecuenta, que le condicionan a ser un depredador insensible, con comportamientos eventualmente bestiales. Lo mismo ocurre con su amante, Sabel, cuyos limitados objetivos vitales están marcados por su crianza y herencia paterna; o el hijo de ambos, Perucho.
Por otro lado, el capellán y Nucha, criados y educados en otro ambiente, acabarán sucumbiendo a las hostilidades de aquel medio, que, en el caso de esta, la llevan a la muerte, y en el de aquel, a un exilio en la montaña, un medio distinto cuya influencia le permitirá madurar.
El Esperpento de Ramón María del Valle-Inclán
El esperpento es una corriente estética formulada por Ramón María del Valle-Inclán en Luces de bohemia, donde lo define como una representación distorsionada y grotesca de la realidad, indispensable para retratar una España absurda y en decadencia.
El autor ilustra esta estética con los espejos cóncavos del Callejón del Gato, que alteran la imagen humana, del mismo modo en que la sociedad española ha pervertido sus propios valores. El término, de origen popular, hace referencia a lo ridículo, monstruoso o grotesco. Según el personaje Max Estrella, Goya sería uno de los precursores de esta visión.
El esperpento desfigura deliberadamente la belleza para evidenciar una realidad que ya está deformada por naturaleza. Esta estética surge como una evolución del modernismo, del cual mantiene ciertos recursos expresivos, aunque al servicio de una mirada mucho más crítica y pesimista.
Análisis de un Fragmento de Los pazos de Ulloa
Introducción al autor y su obra
Emilia Pardo Bazán (1851-1921) fue una destacada novelista, periodista, ensayista y crítica literaria española, considerada una de las autoras más relevantes del siglo XIX. Introdujo el naturalismo en la literatura española, combinando sus elementos característicos (como el determinismo, la importancia del entorno y los instintos) con una visión cristiana y moral. Fue una firme defensora de los derechos de la mujer y dejó un legado intelectual muy importante.
Los pazos de Ulloa (1886) es una de sus novelas más conocidas. En ella retrata la decadencia de la nobleza rural gallega, con una mirada crítica hacia la ignorancia, la brutalidad y la corrupción del mundo rural. La obra se enmarca dentro del realismo-naturalismo y tiene un fuerte componente de denuncia social.
Estructura interna y externa del texto
Estructura externa:
El fragmento está compuesto por una narración descriptiva continua, sin diálogos. La voz narrativa es en tercera persona, con un narrador omnisciente que describe tanto el entorno como los sentimientos y pensamientos del personaje principal (el capellán Julián).
Estructura interna:
Introducción: El narrador señala la adaptación progresiva de Julián al entorno rural durante el invierno.
Desarrollo: Se centra en la figura de Perucho y en la compasión que Julián siente por él.
Desenlace: Julián decide enseñarle lo básico, pero el intento fracasa debido a la resistencia del niño.
Temática de la obra
La obra presenta varias temáticas clave:
La decadencia de la aristocracia rural: Reflejada en la dejadez y la violencia del entorno.
La lucha entre civilización y barbarie: Julián representa los valores de la educación y la moral; el mundo que le rodea representa lo primitivo y lo instintivo.
La influencia del entorno sobre el individuo: Los personajes son moldeados por las condiciones sociales y materiales que los rodean.
La impotencia de la cultura frente a la brutalidad del medio: El esfuerzo de Julián por educar a Perucho es inútil frente a un entorno que ha condicionado al niño desde su nacimiento.
Estilo y lenguaje
El estilo del fragmento es característico del naturalismo: detallado, descriptivo y realista. Pardo Bazán utiliza un lenguaje cuidado, con imágenes sensoriales potentes que refuerzan la animalización del niño (lodo, estiércol, pezón de las vacas, pesebre…). También hay elementos de ironía y caricatura, especialmente al describir la reacción de Perucho ante las clases (“bostezos enormes”, “muecas risibles”, “chillidos de estornino preso”), lo que añade un tono crítico y pesimista. El ritmo narrativo se ve interrumpido por la enumeración de comportamientos del niño, lo que genera un efecto acumulativo que refuerza la dificultad del aprendizaje en ese contexto.
Explicación del fragmento
Este fragmento muestra un momento significativo en la evolución del personaje de Julián. A medida que pasa el tiempo en los pazos, pierde parte de su fervor religioso inicial y desarrolla una compasión más terrenal, centrada en los más débiles: los animales y los niños. Esto le lleva a fijarse en Perucho, hijo ilegítimo del marqués y criado en condiciones insalubres por su abuelo alcohólico. Julián intenta introducirlo en el mundo del conocimiento mediante la enseñanza básica, pero el niño, completamente influido por el medio hostil y animalizado en el que vive, se resiste con todas sus fuerzas.
El contraste entre la intención educativa del capellán y la actitud instintiva de Perucho subraya uno de los ejes del naturalismo: el peso del entorno en el comportamiento humano y la dificultad de transformación.
Conclusión
Este fragmento es representativo del naturalismo español que Emilia Pardo Bazán adaptó con sensibilidad y profundidad crítica. A través de la relación entre Julián y Perucho, se muestra la imposibilidad de imponer la cultura en un entorno dominado por la brutalidad y la ignorancia. El personaje de Julián, en su intento fallido de educar al niño, encarna la lucha frustrada de la civilización frente al instinto. La autora, con un estilo cuidado y una mirada crítica, ofrece un retrato desgarrador de la realidad social de la Galicia rural de finales del siglo XIX.