Cronología del Siglo XIX en España

TEMA 3: EL PROCESO DE DESAMORTIZACIÓN Y CAMBIOS AGRARIOS

Desde el punto de vista económico, la etapaisabelina se caracteriza por la desaparición de las estructuras del AntiguoRégimen y la introducción de los principiosliberales en la economía.

Esto se concreta en una serie de cambios en lo que se refiere a la estructuradelapropiedad de la tierra y en el inicio del proceso de industrialización, que será lento y localizadoenáreasperiféricas de España y Madrid.

El objetivo al pretender que los terrenos de la Iglesia y de los municipios cambiasen de manos y fueran a para a propietarios era constituir una nueva clase social rural activa y emprendedora.

La agricultura en el Siglo XIX se caracterizaba por una tecnología muy anticuada sin apenas innovaciones, un escaso espíritu innovador de los propietarios y una estructura de la propiedad muy tradicional.

En el Antiguo Régimen gran parte de la tierra era de manos muertas, es decir, estaban fuera del mercado. Estas tierras pertenecían a la Iglesia o a los municipios. Además de no tributar no podían ser vendidas. Al encontrarse fuera del mercado se obstaculizaba su capitalización y mejora.

En el Siglo XIX se producirán verdaderos cambios en el sistema de propiedad y tenencia de la tierra. Para ello fue necesario desvincular los bienes de la nobleza y desamortizar los bienes eclesiásticos y municipales.

Mediante las desvinculaciones se liberan las tierras de los patrimonios vinculados, pasando sus titulares de usufructuarios a propietarios, pudiendo de este modo vender libremente sus posesiones. Para poner en marcha las desvinculaciones eran necesarias otras medidas legales previas: abolir los señoríos (implicaba acabar con las relaciones de dominio de los señores sobre los habitantes de sus territorios); convertir la tierra en propiedad particular y libre
; suprimir los mayorazgos.

A través de la desamortización el estado nacionaliza los bienes, eclesiásticos o civiles (de los municipios) para su posterior venta en subasta pública. Para ello se debían promulgar unas leyes que permitan las desvinculaciones y desamortizaciones, y luego una nacionalización, es decir, el Estado se apropia de las tierras.

Con estas medidas se pretendía aumentar el número de propietarios, los cuales, mediante la aplicación de su trabajo, aumentarían su riqueza, y al tiempo, contribuirían a aumentar la riqueza nacional.

Estas medidas desamortizadoras afectaron a las propiedades plenas, al patrimonio artístico y cultural de las instituciones afectadas y a los derechos censales.

El principal objetivo que cumplía esta apropiación y enajenación de bienes era crear una nueva clase social rural activa y emprendedora que dinamizara el campo con nuevas inversiones, promoviendo así el desarrollo y la expansión agraria. Así como asentar nuevo apoyos para la causa liberal, debilitar las bases económicas de los enemigos de la revolución liberal, principalmente Iglesia y Nobleza, y finalmente, utilizar los ingresos obtenidos para pagar la Deuda Pública y los gastos de las guerras carlistas.

Las principales desamortizaciones que se produjeron en la historia de España fueron obra de gobiernos liberales, entre las que destacaron por el volumen de bienes a los que afectó, las de Mendizábal en 1836 y Madoz en 1855. Pero antes ya se habían producido otras desamortizaciones de bienes eclesiásticos.

Con Carlos III hubo algunas leyes desamortizadoras con las que los jesuitas fueron expulsados y tras ello se incautaron y vendieron sus bienes. Con Carlos IV, a través de Godoy, desamortizabieneseclesiásticos para reducir la deuda pública, comprendiendo la venta de bienes pertenecientes a hospitales, hospicios y cofradías.

Durante la guerradeindependencia, José I Bonaparte también desamortiza según sus principios reformistas liberales. Los intentosmásserios se llevan a cabo por las CortesdeCádiz, cuando se inicia la labor de convertir en libre la propiedad del Antiguo Régimen. La obra legislativa de las cortes de Cádiz fue claveparainiciarelrégimenliberal: abolición de los señoríosterritoriales y jurisdiccionales. Repartimiento de los propios y comunes, Leydecercamientos, supresión del diezmo y de la Inquisición

Durante el TrienioLiberal, se retoma la reformaagrariainiciadapor las Cortesde Cádiz. Consistíó en la prohibición de nuevas amortizaciones y la supresión de los monasterios de órdenes monacales y de los conventos de órdenes militares.  

El proceso desamortizador se llevará a cabo por los liberales progresistas en dos etapas: la primera durante la regencia de Mª Cristina con el gobierno progresista en el poder. Llamada “desamortizacióneclesiástica” o “de Mendizábal”. Y una segunda etapa durante el bienio progresista del reinado de Isabel II (1855), la llamada “desamortizacióncivil” o “de Madoz”.

La desamortización de Mendizábal en 1836, supuso la ruptura de relaciones con la Iglesia y removíó y dividíó a la opinión pública. Esta desamortización pretendía lograr varios objetivos a la vez.

A nivel económico pretendía estimular la economía y el capitalismo, estimulando la compraventadetierras en propiedadprivadalibre; cambiarlaestructuradelapropiedadeclesiástica, que de ser amortizada y colectiva pasaría a ser libre e individual y mejorar la agricultura, aumentando las extensionescultivables y la producción, e intentando crear una nuevaclase de propietariosmásinteresados por la tierra y con  intención de modernizar las técnicas.

A nivel hacendístico pretendía solventar los problemaseconómicosde la Hacienda pública: para la deuda, causada por la guerra de Independencia que deja al país en la miseria, y por las guerras carlistas que debe ser financiada.

A nivel político pretendía ganarapoyos liberales a través de la nobleza y compradoresburguesesbeneficiados y castigar al carlismo y a la iglesia, con el descenso de su podereconómico e influencia.

En el primer decreto se subastaron todos los bienes del clero regular (tierras, casas, monasterios y conventos con todos su enseres) excepto los dedicados a la enseñanza de niños pobres y asistencia de enfermos.

Más tarde, se suprimen los bienes del clero secular, las instituciones religiosas femeninas y el diezmo . Entre otras consecuencias supuso la ruptura de las relaciones con el Papado.

Tras la desamortización de Mendizábal aumentó el apoyo liberal, se castigó a los carlistas. La nobleza se adhiere al liberalismo moderado y el campesinado se declara antiliberal. Se compró la Deuda y se atenuó la vieja deuda. Con el aumento de la superficie de cultivo, aumentó la capacidad productiva. La reforma agraria, la modernización del campo y el relanzamiento de la economía se vieron frustradas por el latifundismo y el atraso del sector y los campesinos pasarán a convertirse en jornaleros o arrendatarios. Además, se sientan las bases para los grandes cambios urbanísticos posteriores.

A través de la Ley de Desamortización general o de Madoz, 1 Mayo de 1855, se pusieron en venta los bienes eclesiásticos que no habían sido afectados en la etapa desamortizadora anterior, así como los bienes de los pueblos, los denominados bienes de propios, con cuyo arrendamiento se sufragaban los gastos de los concejos, y los bienes comunales o baldíos, que eran aprovechados libremente por los vecinos, constituyendo una parte bastante importante de las economías domésticas campesinas.

El procedimiento utilizado fue igual que el de Mendizábal, sin embargo hubo una diferencia clara: el destino del dinero obtenido, sin las anteriores angustias de la Hacienda, sería dedicado a la industrialización del país y más concretamente a la construcción del ferrocarril.

Madoz intenta facilitar el acceso a la tierra a los arrendatarios. Un tercio de las fincas vendidas pertenecían a la iglesia, el resto a fincas de propios, comunes, baldíos y beneficencia. Se potenció el pago en metálico. El proceso desamortizador no sirvió para que las tierras se repartieran entre los menos favorecidos. Una pequeña parte de las tierras será comprada por una burguésía emprendedora con interés en modernizar la tierra y en explotarla al máximo. Se conforma una nueva clase. La desamortización contribuyó a aumentar la cantidad de productos agrícolas. La superficie cultivada se expandíó. Se abolíó el diezmo y la Mesta. Aumenta la población. La venta de las propiedades municipales trajo consigo el empeoramiento de las condiciones de vida del pequeño campesinado, esto provocó la aparición de una proletariado agrícola. Los ayuntamientos deberán recurrir al cobro de impuestos para garantizar servicios a la comunidad. Hay una gran pérdida del patrimonio artístico y cultural español. Desde el punto de vista político, las desamortizaciones ayudaron a consolidar el sistema liberal. Ya que todos aquellos que han conseguido las tierras vendidas constituirán un apoyo al sistema.

El odio de la Iglesia hacia los liberales progresistas, autores de la primera desamortización eclesiástica hará un enfrentamiento entre liberales progresistas e Iglesia constante a lo largo de todo el Siglo XIX. La Iglesia pierde su poder económico, lo cual es compensado con la asignación del Estado y su predominio en la enseñanza.

En el proceso desamortizador hasta 1924 la privatización afectó al 40% de las tierras de uso agrario. El objetivo de debilitar a los enemigos del liberalismo se cumplíó con la institución eclesiástica. La nobleza no sufríó la incautación de tierras y se integró en el mundo liberal ya que aunque perdíó los privilegios políticos, fiscales y los de vinculación y mayorazgo, al conservar sus tierras, pudo venderlas o las acrecentaron participando en la compra de bienes desamortizados. El principal objetivo planteado de crear una nueva clase social rural activa y emprendedora no se consiguió. No obstante el balance general de superficie cultivada aumentó y con ella la producción. Pero entre otras consecuencias negativas hay que incluir el hecho de que la pérdida de los bienes comunales supuso un deterioro económico para los vecinos que los usaban. Con la venta de las tierras desamortizadas la mitad sur peninsular quedó parcelada en grandes latifundios que continuaron en su mayor parte insuficientemente explotados, con lo que la población se empobrecíó.

Se consiguió el objetivo político de consolidar la causa liberal y crear una amplia base que la sustentase. La finalidad recaudatoria se alcanzó con creces si tenemos en cuenta que la valoración global de todos los bienes desamortizados.

Por último recordemos que la desamortización también afectó a edificios y fincas urbanas y al patrimonio artístico y cultural. Esto supuso la redistribución de sus usos en hospitales, cuarteles o museos entre otros. También contribuyó, con algunas demoliciones, a la creación de la nueva ciudad burguesa decimonónica con la apertura de nuevas vías, los ensanches, el crecimiento en altura de las viviendas etc. El patrimonio artístico y cultural que atesoraban las entidades eclesiásticas no disfrutó de una valoración acorde a su importancia y, en algunos casos, tampoco ganó en medidas de conservación.  

A partir de 1840 la agricultura española inicia una faseexpansiva propulsada por la desamortización y otrasmedidas del gobierno liberal. Con las desamortizaciones se pretendíó que estos terrenos cambiasen de manos y fueran a parar a propietarios que constituyeran una nueva clase social rural activa y emprendedora.

El resultado no fue el esperado. El campesinado en general no pudo acceder a la compra de estas tierras por su alto precio para ellos. Nobleza y burguésía en cambio sí pudieron comprar, pero se convirtieron en una nueva clase propietaria y latifundista que no tuvo interés por explotar su tierra. FLORES

Pero en el balance general se logró un aumento de la superficie cultivada. La mecanización del campo no se extendíó pues la maquinaria (segadoras, tractores…) y la tecnología para su fabricación eran extranjeras y cara.

No obstante, en la segunda mitad del XIX se observan transformaciones que denotan una evolución positiva del sector agrario español: se introducen los abonos; se extienden nuevos cultivos y las regiones españolas se especializan; en la zona mediterránea se está imponiendo una agricultura orientada a la comercialización. Fue también importante la producción de cítricos. El desarrollo agrario favorecíó el despegue de la industria agroalimentaria en algunas zonas. Entre las industrias agroalimentarias es notable el desarrollo de la producción de vino. En Jerez entró el capital inglés. Otras regiones españolas como La Rioja o el Penedés también extendieron el cultivo de la vid y se especializaron. Además nos beneficiamos de la plaga de la filoxera en Francia que afectó a todas sus viñas. Gracias a ello se triplicó el volumen de exportación de vinos a Europa y consolidamos un gusto y valoración por nuestros caldos, sobre todo en el mercado británico. Tan buen momento se frenó a finales del XIX cuando se vivíó una crisis en este sector al entrar la filoxera en España.

Pero el grueso de la actividad agraria estaba centrada en el cultivo cerealista, que tuvo grandes exportaciones aprovechando las guerras europeas. Se intentó consolidar este mercado y convertir a España en la gran productora del continente, pero tras los conflictos, el grano español no pudo competir con los producidos por Francia, Alemania o Inglaterra, mucho más económicos porque tenían un nivel mayor de mecanización.  

Las desamortizaciones supusieron una alteración profunda en la estructura de la propiedad de la tierra contribuyendo a la consolidación del régimen liberal y a la desaparición del absolutismo. Los beneficiados con la compra de los bienes desamortizados, engrosaron las filas de la base social que apoyaba el liberalismo. Por el contrario nobleza e Iglesia, defensores del absolutismo, se debilitaron económicamente y con ello su apoyo al antiguo régimen.

Sin embargo, con todas las tierras que cambiaron de manos, los campesinos apenas tuvieron acceso a ellas y se perdíó la posibilidad de reavivar el mundo rural y consolidar una clase agraria emprendedora y productiva.

Las grandes fincas que continuaron improductivas y la pérdida del uso de los bienes comunales contribuyeron al empobrecimiento del mundo campesino en el que, con su hambre física y de tierras, prosperarán fácilmente las ideas anarquistas y revolucionarias.

Durante la II República se experimentará la reforma agraria más radical, expropiando el gobierno izquierdista, tierras a grandes propietarios latifundistas y traspasando las mismas a los jornaleros. Este reparto de tierras a los campesinos será paralizado por el estallido de la Guerra Civil
.

Durante el Franquismo, se legislan con retórica leyes como la de Fincas manifiestamente mejorables para la modernización de las explotaciones.

Será en la Democracia cuando se legisle incidiendo la modernización de las explotaciones.