El Conflicto de 1936-1939 en España

La Guerra Civil Española

Desde la proclamación de la República y especialmente tras la victoria del Frente Popular en 1936, España vivió un proceso de revolución democrática que amenazaba los privilegios de la oligarquía, la Iglesia y el Ejército. Para frenarlo, se produjeron insurrecciones, culminando en un golpe militar el 18 de julio, que fracasó parcialmente y desencadenó una guerra civil entre dos bandos enfrentados hasta 1939.

Características del Conflicto

La Guerra Civil fue un conflicto social y político: por un lado, enfrentó a las élites tradicionales que defendían sus privilegios, y por otro, a las clases populares que buscaban cambios. También fue un choque ideológico entre conservadores —monárquicos, fascistas y defensores de la tradición y la Iglesia— y progresistas —republicanos, democráticos, laicistas y reformistas que apostaban por modernizar el país y descentralizar el poder.

La Sublevación Militar

El asesinato de Calvo Sotelo el 13 de julio de 1936 aceleró la sublevación militar, que los conspiradores pusieron en marcha pocos días después.

Los militares sublevados

  • Pretendían acabar con el gobierno republicano del Frente Popular y establecer un gobierno militar con apoyo de los grupos de extrema derecha.
  • Iniciaron el golpe el 17 de julio en la guarnición militar de Melilla, desde donde se hicieron con el poder de todo el Protectorado marroquí.

Al día siguiente, el 18 de julio

  • Francisco Franco voló de Canarias hacia Marruecos y tomó el mando del Ejército de África.
  • Sanjurjo murió en accidente aéreo cuando volvía a España desde Portugal.
  • El general Mola, desde Pamplona, planificó y coordinó las acciones que deberían llevarse a cabo, contando con el apoyo de grupos financieros, monárquicos y católicos.
  • Casares Quiroga dimitió como presidente de gobierno, por lo que el Presidente de la República, Manuel Azaña, encargó formar gobierno a Martínez Barrio.

El 19 de julio

Martínez Barrio también dimitiría al fracasar en sus intentos de negociar con los militares rebeldes, ofreciendo al general Mola un gobierno de concentración y garantías para los sublevados. Se formó un nuevo gobierno presidido por José Giral.

La España Dividida

Entre el 17 y el 20 de julio las acciones golpistas se extendieron rápidamente por la Península. Pero la sublevación fracasó en Madrid, Barcelona y País Vasco, gracias a las fuerzas leales a la República. Por tanto, el golpe de Estado había fracasado, al no controlar las principales ciudades y las áreas rurales, pero el país ya estaba dividido en los dos bandos que se enfrentarían en la guerra civil:

  • El de la República, llamado “rojo” por los sublevados.
  • Y el de los sublevados, denominado por estos “bando nacionalista”.

Zonas Controladas por Cada Bando

Zonas Fieles a la República

  • La franja cantábrica.
  • El País Vasco, excepto Álava.
  • La cuenca mediterránea desde Cataluña hasta Málaga.
  • Castilla la Nueva, incluido Madrid, que era el objetivo prioritario de los sublevados.
  • Buena parte de Extremadura y Andalucía oriental, menos Granada.

Zonas Controladas por el Bando Sublevado

  • El norte de Castilla y León, zona rural y católica.
  • La Galicia caciquil y conservadora.
  • Navarra, muy tradicionalista.
  • Gran parte de Aragón y de Andalucía occidental, latifundista.
  • Baleares, Canarias y el Protectorado colonial norteafricano.

Efectivos Militares

Los efectivos militares eran más desiguales:

  • En manos de la República quedó la flota y la mitad de las tropas.
  • Los nacionalistas contaban con la mayoría de los oficiales y la mitad de los miembros del ejército y de las fuerzas de seguridad. A ellos se unió, desde el mes de agosto, el Ejército de África, que constituía la parte más profesional y operativa, ya que disponía de unos 47.000 efectivos.

La Represión en la Retaguardia

Desde el principio en ambas zonas se desarrolló una gran represión en la retaguardia:

En el Bando Sublevado

  • Fue aplicada a todos aquellos que se habían opuesto al golpe o bien que estaban identificados como militantes o simpatizantes de partidos de izquierdas.
  • Consistió en juicios sumarísimos y fusilamientos.
  • Fue organizada por los propios militares.
  • Y fue una represión sistemática, porque se desarrolló durante todo el conflicto para eliminar toda oposición política al nuevo régimen.

En la Zona Republicana

La represión respondió a un primer momento del conflicto. Aprovechando la falta de autoridad del gobierno, grupos incontrolados de las organizaciones obreras practicaron el secuestro y la ejecución de todos aquellos que fueran sospechosos de simpatizar con los sublevados: gentes destacadas de derechas, entre ellas el líder de Falange, José Antonio Primo de Rivera, sacerdotes, militares, etc.

El Desarrollo de la Guerra

1936: Guerra de Movimientos y Batalla de Madrid

Inicios de la Contienda: La Batalla de Andalucía

El 19 de julio de 1936, las tropas de Regulares lideradas por Franco desembarcaron en Cádiz desde el norte de África, iniciando la conquista de Andalucía occidental. En seis meses, dividieron la región: el oeste quedó en manos de los sublevados y el este, salvo Granada, permaneció leal a la República.

Colaboración Ítalo-Alemana

Desde el 5 de agosto de 1936, la aviación ítalo-alemana ayudó a los sublevados con un puente aéreo desde África, permitiendo a Franco tomar Mérida y Badajoz, donde hubo fuerte resistencia y una brutal represión con miles de ejecuciones, para luego avanzar hacia Madrid.

Intento de Conquista de Madrid

Tras el fracaso de Mola en conquistar Madrid, Franco avanzó desde Extremadura con la intención de unirse a sus tropas en Salamanca y marchar juntos hacia la capital. Sin embargo, decidió desviar su avance hacia Toledo para liberar el Alcázar, donde un grupo de sublevados resistía el asedio republicano desde el inicio del conflicto. Esta acción, más simbólica que estratégica, ha sido vista como un movimiento político de Franco para consolidar su liderazgo y evitar compartir el poder con otros militares como Mola, que habían asumido mayores riesgos en la preparación del golpe.

El retraso en el asalto definitivo a Madrid permitió al gobierno de la República:

  • Trasladarse a Valencia.
  • Y organizar convenientemente la defensa de Madrid, que quedó en manos de una Junta de Defensa militar con el apoyo de las Brigadas Internacionales.

Los madrileños resistieron a toda costa, bajo el lema “¡No pasarán!”, mientras la Legión Cóndor alemana bombardeaba la ciudad.

1937: Intervención Extranjera y Campaña del Norte

Segunda Fase en Andalucía

La segunda fase de la guerra en Andalucía se inició con la toma de Málaga, entre enero y febrero de 1937. El asalto final se dio el 5 de febrero, y en él participaron ya tropas italianas. La ciudad, bombardeada insistentemente, no pudo ofrecer una resistencia seria.

Batallas del Jarama y Guadalajara

Ahora sí, Franco se lanzó definitivamente sobre Madrid, con ataques en las batallas del Jarama y de Guadalajara, sin conseguir el objetivo de tomar la capital.

Campaña del Norte

Ante este fracaso sobre Madrid, Franco decide descargar todas sus fuerzas sobre un frente en el que tuviera clara ventaja: el Norte Cantábrico. El gobierno de la República intentó frenar este avance franquista hacia el Norte abriendo otros frentes, como en Brunete o Zaragoza, que obligaran a Franco a levantar la presión sobre el Norte. Pero no funcionó porque las milicias del ejército republicano se encontraban mal equipadas. Franco pudo, pues, conquistar todo el norte desde el este hacia el oeste, distinguiéndose tres fases: la vasca, la santanderina y la asturiana.

1938: Batallas Decisivas de Desgaste

La Batalla de Teruel

Para compensar la pérdida del Norte, el general Vicente Rojo planificó un ataque sorpresa sobre Teruel. Tras un mes de duros combates y frío extremo, Franco recuperó la ciudad el 25 de febrero.

La Ofensiva del Mediterráneo

La debilidad republicana llevó a Franco a lanzar una ofensiva en Aragón para llegar al Mediterráneo y dividir su territorio. El 9 de marzo, sus tropas avanzaron con fuerza por el Ebro y el Pirineo, sin que los republicanos lograran detenerlos.

La Batalla del Ebro

Buscando un golpe de efecto y confiando en un conflicto europeo contra Hitler, la República lanzó una última gran ofensiva contra Franco. El intento terminó en un grave desastre para el ejército republicano.

1939: Desplome Republicano y Fin de la Guerra

Tras el fracaso de la Conferencia de Múnich, quedó claro que ni Francia ni Gran Bretaña ayudarían a la República, lo que marcó el principio del fin. En enero de 1939 cayó Cataluña y la derrota republicana parecía inevitable. En Madrid, el coronel Casado y Julián Besteiro dieron un golpe de Estado para forzar el fin del conflicto, obligando a Negrín a dimitir. Intentaron negociar con Franco, pero este solo aceptaba la rendición total.

El 28 de marzo las tropas franquistas entraron en Madrid y todos los frentes republicanos se desmoronaron. La guerra concluyó oficialmente el 1 de abril de 1939 con un comunicado de Franco. Aunque el conflicto militar terminó, la represión sobre los vencidos se prolongaría durante décadas.

Evolución Política de los Bandos

El Bando Sublevado

En la zona sublevada gobernaron los militares, aunque con el apoyo de los carlistas, falangistas y monárquicos.

El 24 de julio de 1936 se formó en Burgos la Junta de Defensa Nacional con carácter antidemocrático y antirrepublicano. Esta:

  • Limitó todos los derechos civiles.
  • Declaró la ley marcial, aplicada a todos los delitos.
  • Disolvió e ilegalizó los partidos y sindicatos de izquierda y se incautó de sus bienes.

Consolidación del Poder de Franco

Mientras Franco fue progresivamente acaparando el poder:

  • El 1 de octubre, fue elegido Jefe del Estado y asumió el título de “generalísimo” de los ejércitos sublevados.
  • En abril de 1937 se decretó la unificación de Falange fascista y la Comunidad Tradicionalista carlista. El partido de España pasaría a llamarse Falange Española Tradicionalista y de las JONS.

Gobierno en Burgos (1938)

En 1938 el gobierno en Burgos:

  • Proclamó al general como “Caudillo de España“.
  • Dictó el Fuero del Trabajo.
  • Y una ley de prensa e imprenta que impedía a toda costa cualquier crítica.

El Bando Republicano

En los primeros meses, en el bando republicano existió un doble poder: el gobierno oficial, débil, y el real, en manos de organizaciones obreras como la CNT, que controlaban comités como el de Milicias Antifascistas en Cataluña. Situaciones similares se dieron en Aragón y Asturias.

Conflictos Internos

Pronto surgieron los enfrentamientos entre las distintas opciones:

  • Los partidarios de ganar la guerra para luego emplearse en llevar a cabo la revolución (socialistas moderados, comunistas y republicanos).
  • Y aquellos que pensaban que era necesario hacer ambos procesos a la vez: revolución y guerra debían ir unidos inseparablemente.

Si se perdía la capital se perdería la guerra y no habría ninguna posibilidad de revolución. Esto explica que el 5 de septiembre de 1936, el gobierno de Giral diera paso a un gobierno de concentración:

  • Presidido por el socialista Largo Caballero.
  • Integrado por todos los partidos políticos republicanos, socialistas e incluso comunistas.
  • Intentó fortalecer el Estado para poder ganar la guerra, mantener el orden público y frenar los atropellos de los grupos incontrolados.
  • Aprobó el Estatuto de Autonomía del País Vasco.
  • Y recompuso un verdadero ejército con mando centralizado.

Problemas del Gobierno de Largo Caballero

Sin embargo, los numerosos problemas acabaron con este gobierno:

  • La marcha negativa de la guerra.
  • Los enfrentamientos de mayo de 1937 entre anarquistas y marxistas y entre el gobierno de la Generalitat y el republicano.
  • Y la intromisión de la Unión Soviética.

Tras los Sucesos de Mayo, el PCE, con el apoyo de la URSS, impulsó el cambio de gobierno, colocando a Juan Negrín al frente. Las derrotas militares de 1938 exacerbaron las tensiones dentro del gobierno republicano, donde socialistas y republicanos de izquierda consideraban que la guerra ya estaba perdida, mientras que Negrín y los comunistas abogaban por resistir hasta el final, esperando un cambio internacional que favoreciera a la República.

Relaciones Internacionales

Contexto Internacional

Desde el inicio de la guerra, tanto los sublevados como el gobierno republicano pidieron ayuda extranjera. En agosto de 1936 se creó en Londres el Comité de No Intervención, al que se unieron 27 países, comprometiéndose a no suministrar armas a España. Sin embargo, las potencias del Eje y la URSS violaron este acuerdo, enviando apoyo militar a sus respectivos bandos.

Ayuda a los Sublevados

Como respuesta a la petición de los sublevados, Hitler ordenó la ayuda alemana inmediata, que fue constante.

Ayuda Alemana

La ayuda alemana al bando sublevado incluyó la flota germánica, que bloqueó los puertos republicanos, y material militar como artillería y tanques. Sin embargo, la intervención clave fue la Legión Cóndor, compuesta por pilotos y equipos alemanes, que desempeñó un papel decisivo en las operaciones. El coste de esta ayuda, unos 400 millones de dólares, se reembolsó con alimentos y materias primas hasta el final de la Segunda Guerra Mundial.

Participación Italiana

La participación italiana:

  • Fue más numerosa.
  • Intervinieron desde el principio en todas las acciones de guerra con desigual fortuna.
  • A los efectivos humanos, agrupados en el Corpo di Truppe Volontarie, hay que añadir el soporte aéreo, naval y de equipamiento bélico.

Postura de Estados Unidos

Estados Unidos, que no suscribió el pacto:

  • Aprobó una ley de embargo que impidió la exportación de material bélico a la España republicana.
  • Pero permitió los suministros de las empresas americanas a la España sublevada, como el petróleo que suministró la Texaco Oil Company o los vehículos de la Ford.

Ayuda a la República

Además del simbólico apoyo de México, la Unión Soviética, a pesar de haber firmado el Tratado de No Intervención, proporcionó a la República aviones, carros de combate, material bélico, y envió pilotos, instructores y técnicos.

La República pagó sus compras con las reservas del oro del Banco de España.

Entre noviembre de 1936 y diciembre de 1938, unos 40.000 voluntarios de 50 países, pertenecientes a las Brigadas Internacionales, lucharon junto a la República contra el fascismo, cumpliendo finalmente los acuerdos del Comité de No Intervención.