El Franquismo en España: Pilares, Economía y Oposición (1939-1975)

Los Apoyos Sociales del Franquismo en su Etapa Inicial

Desde el principio, Franco buscó a sus colaboradores entre grupos ideológicos distintos, que constituyeron las “familias” del régimen. Dentro de estas “familias”, el franquismo consiguió ciertos apoyos sociales:

  • Las oligarquías terratenientes, industriales y financieras recuperaron su hegemonía social y económica. El régimen les devolvió sus tierras y negocios, que habían sido confiscados durante la Guerra Civil. Fueron las más favorecidas por la economía intervencionista de las primeras décadas del franquismo. A este grupo se incorporaron militares y falangistas, así como personajes enriquecidos por la guerra y los negocios.
  • El régimen franquista contó también con el apoyo de las clases medias rurales, sobre todo en el norte y en ambas Castillas, así como de quienes en las ciudades se beneficiaron de las depuraciones realizadas al final de la guerra entre funcionarios, maestros, profesores universitarios y militares republicanos.

La Autarquía (1939-1950)

Uno de los objetivos primordiales del franquismo fue conseguir la autosuficiencia económica (autarquía), a partir del aislamiento exterior y de la sustitución del libre mercado por la intervención generalizada de la administración. El resultado fue el bloqueo del crecimiento económico, la reducción de la competitividad y el desaprovechamiento de la coyuntura económica favorable que Europa conoció tras la Segunda Guerra Mundial.

Ejes de Actuación de la Autarquía

La autarquía tuvo varios grandes ejes de actuación:

  • La reglamentación de importaciones y exportaciones, que pasaron a estar completamente controladas por el Estado, de manera que era necesaria una autorización administrativa para realizarlas. El aislamiento internacional empezó a suavizarse con los acuerdos comerciales con Argentina (1946) y los Pactos con Estados Unidos en 1953.
  • Se fijaron precios y se obligó a entregar al Estado todo excedente de cosecha.
  • El fomento de la industria. En el año 1941, el mismo año en que se nacionalizó la red de ferrocarriles con la creación de RENFE, se fundó una institución que había de ser promotora de esta política industrial: el Instituto Nacional de Industria (INI). A través del INI se crearon numerosas empresas públicas, cuyo objetivo era producir los bienes que el sector privado no producía por falta de rentabilidad o por excesivos gastos de inversión. Fue en estos primeros años cuando se crearon las primeras empresas del grupo (Iberia, ENDESA, AUNOSA, entre otras).
  • Cualquier inversión industrial quedó sujeta a licencia previa y se reconvirtieron fábricas para producir bienes de primera necesidad.

En 1939 el país estaba literalmente arrasado. Con el sistema productivo deshecho y una agricultura empobrecida, el hambre se extendió a la gran mayoría de la población. El nuevo régimen tuvo que recurrir al racionamiento. Una parte importante de los bienes de consumo pasaron a depender del mercado negro, el estraperlo, como se conocía entonces. Era la única forma de sortear los controles y los precios oficiales, y también la única vía para la supervivencia de mucha gente.

Política Económica del Franquismo y Evolución del País

En 1939 España era un país arruinado demográfica y económicamente, y la mayoría de la población padecía hambre. Era urgente iniciar un proceso de recuperación económica.

1. La Autarquía (1939-1950)

Uno de los objetivos primordiales del franquismo fue conseguir la autosuficiencia económica (autarquía), a partir del aislamiento exterior y de la sustitución del libre mercado por la intervención generalizada de la administración. La autarquía tuvo dos grandes ejes de actuación:

  • La reglamentación de importaciones y exportaciones, que pasaron a estar completamente controladas por el Estado.
  • El fomento de la industria: En el año 1941 se creó RENFE y se fundó el Instituto Nacional de Industria (INI).

En 1939 el país estaba literalmente arrasado y el hambre se extendió a la gran mayoría de la población. El nuevo régimen tuvo que recurrir al racionamiento, por lo que una parte importante de los bienes de consumo pasaron a depender del mercado negro (el estraperlo).

2. Primeros Intentos de Apertura: La Década de los 50

Al iniciarse la década de los cincuenta, empezó a hacerse evidente el estrangulamiento económico y el fin de la vía autárquica, fenómeno que coincidió con un cambio significativo en las relaciones internacionales del franquismo. Desde 1947, en el marco de la Guerra Fría, Estados Unidos alteró su posición frente al régimen de Franco. Se firmaron tratados militares con Estados Unidos por los que España cedía bases militares en su territorio a cambio de ayuda militar y económica.

3. La Expansión Económica: El Desarrollismo (1959-1973)

La crítica situación económica y social y las nuevas relaciones internacionales del régimen obligaron a Franco a un cambio de gobierno. En la remodelación del gobierno de 1957 entraron como ministros hombres procedentes de la institución católica Opus Dei, los llamados tecnócratas.

La acción correctora que se siguió en la política económica vino del llamado Plan de Estabilización (1959), que suponía el fin de la autarquía y la liberalización de la economía.

Al programa liberalizador se añadió la puesta en marcha de los Planes de Desarrollo Económico y Social, que tuvieron dos grandes líneas de actuación:

  • Las acciones estructurales para solucionar algunas deficiencias de la industria (pequeña dimensión de las empresas, baja productividad, etc.).
  • La creación de los polos de desarrollo, con los que se buscaba reducir los desequilibrios económicos regionales promoviendo nuevas industrias en zonas de escasa industrialización.

Causas del Despegue Económico

Sin embargo, las medidas incluidas en estos planes no fueron la razón fundamental para explicar el desarrollo económico de los años sesenta. Las causas del despegue económico fueron:

  • El turismo, convertido en la primera industria nacional (7 millones de turistas en 1961, 17 millones en 1966, 24 millones en 1970).
  • Las inversiones extranjeras (unos 6.000 millones de dólares entre 1959 y 1974), con diversa procedencia: Estados Unidos, Suiza, Alemania, Francia, Gran Bretaña, atraídas por la mano de obra barata, por las posibilidades de un mercado en expansión y por la escasa conflictividad.
  • La emigración exterior a Europa como forma de paliar el paro provocado por el Plan de Estabilización, aportando ingresos a sus familias para compensar los bajos niveles de renta.
  • Desarrollo industrial: crecimiento de los centros tradicionales (País Vasco, Cataluña, Madrid) y creación de otros nuevos (los polos), con un aumento del peso de sectores productores de bienes de equipo.
  • La transformación y modernización de la agricultura, por su parte, proporcionó mano de obra abundante, pues parados, jornaleros y pequeños propietarios emigraron a las zonas industriales y turísticas atraídos por los mejores salarios y perspectivas laborales.

El ritmo de crecimiento fue excepcional, por lo que fue calificado de “milagro español”. A mediados de los sesenta, la renta per cápita española pasó a ser la propia de un país desarrollado.

La Transformación Social

  • Las transformaciones económicas favorecieron el crecimiento demográfico, el llamado baby boom. La población española pasó de 30,4 millones de habitantes en 1960 a 35,7 en 1975.
  • El desigual desarrollo regional y reparto de la riqueza impulsaron una fuerte emigración del campo a las ciudades, lo que supuso un aumento de la población urbana.
  • Apareció una gran masa de obreros industriales modernos (sobre todo, Cataluña, Madrid, País Vasco, Asturias).
  • Consolidación de la clase media, formada por profesionales liberales, funcionarios y asalariados especializados, que fueron adquiriendo nuevos comportamientos.
  • El progresivo acceso a la sociedad de consumo, gracias al aumento del poder adquisitivo, supuso un cambio en los comportamientos sociales y en la mentalidad, lo que conllevó la pérdida de los valores tradicionales.

La crisis económica a partir de 1973, derivada del alza de los precios del petróleo, afectó de forma profunda a España, deteniendo bruscamente el crecimiento económico.

Grupos de Oposición al Régimen Franquista y su Evolución

Décadas de los Cuarenta y Cincuenta

Los vencedores de la guerra desencadenaron una represión que tenía como objetivo la desarticulación de la oposición. Se estableció una legislación específica con la publicación en febrero de 1939 de la Ley de Responsabilidades Políticas, con el objetivo de ejercer la depuración total de las personas que de una u otra forma habían colaborado con la República desde 1934. En 1940 se añadió la Ley de Represión del Comunismo y la Masonería. La resistencia interior era difícil de organizar. La represión desmanteló por completo los cuadros dirigentes de partidos y sindicatos, exiliados, encarcelados o ejecutados.

Aun así, la CNT y el PCE, y en menor medida el PSOE, consiguieron crear células de resistencia interior y realizaron algunos actos de agitación social: huelgas en Barcelona (1946) y en Bilbao (1947), a las que el régimen respondió con una durísima represión.

Por otra parte, muchos combatientes republicanos se “echaron al monte”. La guerrilla de “el maquis” estaba dirigida por comunistas y anarquistas, principalmente. El maquis se extendió por el Pirineo, Asturias, Galicia, León, Santander, entre otras zonas. Las acciones aisladas se desarrollaron en zonas rurales y montañosas. En 1948 el PCE renunció a la táctica guerrillera. En los primeros años cincuenta la lucha contra la dictadura reapareció en el interior del país, pero fueron más importantes las huelgas universitarias de 1956.

Década de los Sesenta y Años Finales

Se produjo la organización y renovación de la oposición antifranquista. Al crecimiento de la oposición en el interior contribuyó el gran cambio social que se estaba operando en el país. La primera gran demostración de oposición fue una carta firmada por trescientos sacerdotes vascos denunciando el totalitarismo franquista y la ausencia de libertades (1960).

La tensión aumentó desde que el cardenal Tarancón (cardenal Primado), abiertamente antifranquista, dirigía la Conferencia Episcopal. En marzo de 1974, una homilía del obispo de Bilbao, monseñor Añoveros, en la que aludía a la personalidad distinta del País Vasco, provocó una amenaza de expulsión por parte del Gobierno. El Vaticano contestó a su vez con la amenaza de excomulgar a Franco. Este optó por ordenar al jefe de Gobierno, Arias Navarro, que cediera, pero la ruptura con la Iglesia era ya completa.

Movimiento Obrero: Comisiones Obreras

En el movimiento obrero adquirieron un protagonismo clave las Comisiones Obreras (CC. OO). En los años finales del régimen era el sindicato clandestino de referencia, y buena parte de su dirección estaba conectada con el PCE. La organización fue perseguida, declarada ilegal y sus dirigentes procesados y encarcelados (proceso 1001). Otras organizaciones como la HOAC (Hermandades Obreras de Acción Católica) y USO (Unión Sindical Obrera) colaboraron con el sindicalismo ilegal.

Movimiento Estudiantil Universitario

Los estudiantes universitarios reivindicaron la democratización de la sociedad española y de la Universidad. El SEU, sindicato de estudiantes de afiliación obligatoria, desapareció en 1965, y su espacio fue ocupado por sindicatos democráticos de estudiantes, entre los que destacaron Agrupación Socialista Universitaria (ASU) o el Frente de Liberación Popular (FLP), que manifestaban su inconformismo con el sistema educativo. El régimen respondió con la represión policial, la ocupación de las instalaciones, las sanciones a profesores y el cierre de facultades.

El “Contubernio de Múnich” (1962)

La oposición al régimen fue invitada al IV Congreso del Movimiento Federal Europeo en 1962. En él se reunieron dirigentes de la oposición en el exilio y del interior que elaboraron una declaración a favor de la democracia y pidiendo la desaparición del régimen. La prensa del Movimiento calificó la reunión como “el contubernio de Múnich” (1962).

Partidos Políticos y Nacionalismos

Dentro del PSOE empezaron a producirse tensiones con los jóvenes militantes que formaban el partido en el interior de España, y en el Congreso de Suresnes (1973) se produjo la renovación de sus dirigentes y la dirección quedó en manos de los dirigentes del interior. El PCE fue el único partido que, a pesar de tener su dirección en el exilio, conservó una cierta fuerza y organización, y en 1960 Santiago Carrillo se convirtió en su secretario general. Dentro de la nueva izquierda estaban la Organización Revolucionaria de Trabajadores (ORT), la Liga Comunista Revolucionaria (LCR), el Movimiento Comunista (MC), entre otras.

En el período final del franquismo empezaron también a tomar importancia las organizaciones nacionalistas: en Cataluña la Convergencia Democrática de Cataluña (CDC); en el País Vasco la hegemonía del Partido Nacionalista Vasco (PNV) continuó, aunque el hecho de mayor repercusión fue la fundación de ETA en 1959 a partir de una escisión de las juventudes del PNV.