1. Significado de la Verdad en la Filosofía Cartesiana
Descartes relaciona el concepto de ‘verdad’ con el de ‘certeza’, identificando esta última con la ‘supresión de la duda’. La verdad, para Descartes, reside en el sujeto que conoce, en la inteligencia. Esta concepción se opone a la interpretación de la verdad como ‘desvelamiento de lo oculto’, propia de la tradición griega. Para los griegos, la verdad era una propiedad inherente a los objetos, al ser de las cosas conocidas.
2. Comparación entre Racionalismo y Empirismo
Ambas corrientes ofrecen respuestas diversas al problema del origen del conocimiento. Para los filósofos racionalistas, la fuente del conocimiento es la razón; en cambio, para los empiristas, es la experiencia sensible. Según los racionalistas, la razón posee por sí misma, de modo innato y a priori, los principios, ideas, conceptos y definiciones que sirven de base al conocimiento científico válido, prescindiendo del testimonio de los sentidos. Para los racionalistas, nuestro conocimiento de la realidad puede ser construido deductivamente a partir de ideas y principios evidentes.
3. El Modelo Matemático del Método Cartesiano
Descartes buscó el origen de la ‘disciplina de la razón’ en las matemáticas y propuso un objetivo general para aplicarlo a todas las ramas del saber. El objetivo era la universalidad del método matemático. Debido a su progreso y a los desacuerdos observados en otros saberes de su tiempo, el método matemático se convirtió en el prototipo de la racionalidad conceptual por su ‘universalidad y generalidad’ máxima, el carácter ‘necesario y legal’ de sus enunciados, y por ser un quehacer ‘productivo, creativo’ y, al mismo tiempo, ‘ordenado’. Descartes se esforzó por darle importancia a la experiencia. Dicho ideal se concreta en la ‘mathesis universalis‘, que debería contener los ‘primeros rudimentos’ de la razón humana, capaz de integrar en ella todo el saber y de llevar al dominio de todo conocimiento.
4. Noción de Método Cartesiano
El método cartesiano busca una razón pura y emancipada que permita progresar sin error en cualquier ámbito del saber. Este configura un procedimiento epistemológico ‘expositivo’ y ‘heurístico’, es decir, un conjunto de reglas ‘ciertas y fáciles’ para descubrir cualquier conocimiento. Son reglas epistemológicas que permiten purificar la capacidad de conocimiento natural del hombre con una doble finalidad: ‘no tomar nunca lo falso por verdadero’ y ‘llegar al conocimiento de todas las cosas’.
5. Finalidad del Método
El método permite purificar la capacidad de conocimiento natural del hombre con una doble finalidad: ‘no tomar nunca lo falso por verdadero’ (criterio para juzgar todo conocimiento que pretenda serlo); y ‘llegar al conocimiento de todas las cosas’ (arte capaz de descubrir verdades por sí mismo).
6. Intuición y Deducción en Descartes
6.1. La Intuición
La intuición es el fundamento de la epistemología cartesiana y consiste en una operación mediante la cual la mente ‘sana’ y ‘atenta’ capta algo como ‘evidente’. Es una especie de ‘luz natural’ que tiene por objeto las ideas y las relaciones entre ellas, se ejerce en un acto simple y nos permite captar conceptos simples emanados de la razón misma, sin dar margen a duda o error, lo que la acompaña de ‘certeza absoluta’.
Características de la Intuición:
- Una representación, una imagen de la realidad que no es producto de los sentidos ni la imaginación.
- Un acto intelectual, propio de la capacidad de conocimiento del hombre, y no se confunde con ninguna intuición ‘empírica’.
- Un modo de conocimiento estático, más ‘simple’ y más ‘cierto’ que el que proporciona la deducción.
6.2. La Deducción
La deducción consiste en un movimiento continuo e ininterrumpido; es una especie de ‘intuición dinámica’. Se trata de una cadena de intuiciones que permite concluir algo a partir de la certeza y conocer las conclusiones ‘remotas’, es decir, las consecuencias, buscando comprender un ‘todo’ y no solo la presencia individual de una realidad.
7. El Papel de la Experiencia para Descartes
La experiencia es considerada una ‘fuente de juicios’. Para Descartes, la imaginación y los sentidos son la fuente principal del ‘error’ (no son reconocidos como fundamento último del conocimiento), aunque pueden ser ayudantes fundamentales del entendimiento.
8. Reglas del Método Cartesiano
Descartes expone las siguientes reglas:
- La Primera Regla (Evidencia): Exige que nos ocupemos solo de aquellos objetos de los que podamos tener un conocimiento cierto y evidente. Tiene dos sentidos: uno positivo y otro negativo. Por un lado, someter la razón a lo evidente. El sentido negativo consiste en evitar las conjeturas y prejuicios que conforman el conocimiento probable. En consecuencia, nuestro saber se reduce a un conjunto de ideas claras y distintas, para poder construir sobre ellas la ‘certeza’.
- La Segunda Regla (Análisis): Es la del análisis. Descartes recomienda reducir todo problema a sus elementos constituyentes y a las proposiciones más simples. Se reduce lo indeterminado a unos cuantos elementos que son intuidos con evidencia; posteriormente, se vuelve a dividir el problema en partes para estudiarlas por orden sucesivo.
- La Tercera Regla (Síntesis): Es la de la síntesis. Aquí Descartes establece un orden deductivo a partir de las naturalezas simples intuidas con anterioridad, para así poder pasar de los conocimientos más simples e inmediatamente evidentes a los conocimientos más complejos (lo relativo) a través de inferencias sucesivas ordenadas.
- La Cuarta Regla (Enumeración y Revisión): Es la que prescribe el orden del procedimiento deductivo, como medios adecuados para lograr una comprobación completa y recuentos detallados de dicho proceso.
9. La Duda Metódica Cartesiana
Según Descartes, el entendimiento humano debe buscar una primera verdad cierta, capaz de servir como punto de partida. Esta búsqueda de la verdad exige eliminar aquellas creencias, ideas y conocimientos a los que no se les asigna una certeza absoluta. Por esto, Descartes aplica la ‘duda metódica’, el camino hacia la verdad mediante la eliminación de la duda.
Descartes encuentra motivos de duda en la tradición, en la experiencia, en lo moral; también en la imposibilidad real de separar el estado de vigilia del sueño, lo que nos permite dudar de la existencia de las cosas que percibimos; y en las ‘verdades matemáticas’, ya que podría existir un ‘genio maligno’ que disfrute al hacernos errar en nuestros actos y operaciones intelectuales.
La duda exige un sujeto que dude; del hecho de ser un sujeto que duda y piensa. ‘Puedo dudar de todo, excepto de que yo dudo’: mi existencia como ‘yo pensante’ está libre de todo error posible y de toda duda. Así, Descartes establece la duda metódica. Mi existencia como ‘sujeto pensante’ es la primera verdad y la primera certeza, sirviendo como modelo de toda verdad y certeza, al ser una verdad percibida con ‘claridad y distinción’.
10. Resultado Final del Método
11. La Idea del Yo Pensante o ‘Cogito’ y Clasificación de las Ideas
Una vez que sé que existo, debo saber algo de lo que soy. Sé con certeza que existo porque pienso, aunque dude de la existencia real del mundo y de mi cuerpo. Descartes concluye: soy solo pensamiento o alma que no necesita del cuerpo para existir. En consecuencia, hemos sido capaces de deducir de nuestra primera verdad la certeza acerca de la idea del yo pensante o ‘cogito’.
Según Descartes, el ‘pensamiento’ designa la actividad del yo en general, y comprende tanto el entender como el querer, el imaginar o el sentir. Su contenido son las ‘ideas’, y el pensamiento recae sobre ellas. En la Tercera Meditación Metafísica, Descartes aborda dos aspectos propios de las ‘ideas’: por un lado, son actos mentales; y por otro lado, son ‘realidades objetivas’.
Clasificación de las Ideas según su Origen:
- Adventicias o adquiridas (provienen de la experiencia externa).
- Facticias, artificiales o ficciones (creadas por la imaginación a partir de otras ideas).
- Innatas y naturales (nacen con el pensamiento mismo, como la idea de Dios o la de perfección).
12. La Idea del Ser Perfecto (Dios)
La primera verdad establecía la existencia del yo en cuanto que duda. Esa duda, al ser negativa, manifiesta que en nuestro espíritu está presente la ‘idea positiva de perfección’. Descartes demuestra que la idea de Dios es innata y no adventicia. Una vez establecido el carácter innato de la idea de Dios, Descartes ofrece tres argumentos con el fin de demostrar su existencia:
- Argumento de la causalidad de la idea de Dios: La existencia de Dios es la única causa posible de nuestra idea de Dios.
- Argumento de la causalidad de nuestro ser: La existencia de Dios es la única causa posible de nuestro propio ser, pues si fuéramos nuestras propias causas, nos habríamos dado realmente toda la perfección de la que tenemos idea.
- Argumento ontológico: Consiste en la demostración de la existencia de Dios a partir de la idea de Dios (Dios, por definición, es el ser más perfecto, y la existencia es una perfección).
13. La Idea de la Extensión (Realidad Extramental)
Dios se convierte en la garantía de la existencia de la ‘realidad extramental’ paralela a nuestras ideas. Puesto que Dios existe y es infinitamente bueno y veraz, no puede permitir que nos engañemos al pensar que el mundo extramental existe y que posee la extensión. En el atributo divino de la veracidad se centra la certeza del conocimiento humano; en el atributo divino de la inmutabilidad se apoya la constancia del mundo físico.
La idea o noción de cuerpo no puede provenir de los sentidos, ni tampoco de la imaginación, porque estos pueden sufrir alteraciones, sino que debe ser comprendida por el entendimiento. Lo corpóreo es comprendido por el entendimiento como sinónimo de extensión cuantificable o magnitud espacial dotada de movimiento y figura.
14. Escisión de la Realidad en Tres Ámbitos (Sustancias Cartesianas)
Descartes divide el conjunto de lo real en tres ámbitos. Aunque solo debería existir una sustancia (Dios), por analogía, cabe asimilar esta noción a ‘lo creado’. La sustancia es el sujeto inmediato de cualquier atributo posible. Descartes define ‘atributo’ como ‘aquello por lo cual una sustancia se distingue de otras’.
Toda sustancia está caracterizada por un atributo que la define (atributo esencial) —inseparable e inmutable de aquella—, así como por las posibles modificaciones de los atributos esenciales que afectan también a la sustancia (modos o atributos accidentales).
Tipos de Sustancias Cartesianas:
- Dios (res infinita): Es la sustancia en sentido estricto, una sustancia infinita, omnisciente, inmutable, independiente, eterna y omnipotente.
- El alma (res cogitans): Tiene por atributo esencial el ‘pensamiento’ y sus modos reales son la imaginación, la memoria, el entendimiento, los sentidos y la voluntad.
- El cuerpo (res extensa): Tiene como atributo esencial la ‘extensión’ y sus modos reales son el movimiento y la figura. La sustancia extensa es una sustancia creada, que no piensa, ni es independiente, ni perfecta, ni infinita.
Esta concepción obliga a Descartes a sostener un dualismo ontológico y metodológico:
- El mundo físico es sinónimo de lo cuantitativo, y el mundo mental hace referencia a lo cualitativo, lo consciente.
- Desde el punto de vista ontológico, Descartes reduce el cuerpo a una máquina guiada por las leyes de la física y el fenómeno de la ‘vida’ a un movimiento mecánico.