gen 98

2.1. LA GENERACIÓN DEL 98: DEFINICIÓN Y CarácterÍSTICAS


La generación del 98 es un grupo de autores españoles de finales del Siglo XIX que se caracterizan porque incorporan a su obra una reflexión sobre la esencia de España basada en su tradición histórica y cultural. Otros los llaman “generación finisecular”. La principal fuente de inspiración de los noventayochistas es Castilla, a la que ellos consideran el corazón de la identidad hispana. Emplean el paisaje, monumentos, tipos e historia de la regíón castellana en sus ensayos, novelas, poemas, obras de teatro, pinturas, y fotografías. La producción de los literatos de este grupo, habituales colaboradores de los periódicos, tuvo a menudo una orientación regeneracionista, una crítica enamorada de una España que les apasionaba pero que deseaban reformar. Creían que la deseada regeneración debía hacerse desde la propia historia de España, inspirándose en su esencia carácterística. A diferencia del cosmopolitismo de los modernistas y del europeísmo de la generación del 14, la gente del 98 no buscaba, ni aceptaba, la influencia proveniente del exterior; por ello se caracterizaron por su casticismo. Indignados por la falta de reacción de las autoridades y de las masas populares ante la humillante derrota de 1898 frente a los Estados Unidos, la generación finisecular decidíó liderar la reacción de los intelectuales jóvenes frente al régimen de la Restauración borbónica y a los escritores consagrados por ésta. Así, la mayoría de aquellos escritores, activamente involucrados en política, se presentaron a las elecciones con desigual éxito, liderando manifestaciones y promoviendo numerosos manifiestos. Otra carácterística distintiva de la generación de 98 fue su interés por el arte, especialmente por la pintura, a la que dedicaron numerosas páginas de crítica periodística, así como textos literarios. Llegaron a polemizar agriamente con las autoridades, con la Academia de Bellas Artes de San Fernando y con los críticos oficialistas a causa de cuadros y artistas concretos; el ejemplo más escandaloso fue la llamada Cuestión Zuloaga, en la que se produjo un prolongado debate público sobre el carácter antipatriótico de los cuadros de ese pintor. Esta generación también participó en la puesta en valor de la obra de maestros antiguos, como El Greco y Goya, a cuyas obras asignaron significaciones supra-artísticas de tipo simbólico e identificador. El hecho de que escritores como Valle-Inclán y Antonio Machado, a lo largo de sus largas carreras, manifestaran rasgos creativos asociados al Modernismo, primero, y a la llamada noventayochismo después, motivó que algunos investigadores hayan puesto en duda la existencia de dos movimientos, en lugar de tratarse de sólo uno. La polémica fue generada por los propios protagonistas y surgíó cuando algunos de sus miembros fundadores, entre los que se encontraban Pío Baroja y Ramiro de Maeztu, negaran la existencia de dicha generación. La negación supuso un gesto polémico y contrario a la catalogación académica, muy propio del noventayochismo. El grupo se caracterizó, a lo largo de su vida, por la combatividad, especialmente frente al Gobierno y las instituciones académicas oficiales, pero también entre los mismos componentes, que acabarían apoyando bandos distintos durante la Guerra Civil del 36. El debate sobre la existencia de una o dos generaciones es inevitable desde el momento en que, para agrupar autores, se puede partir del concepto de “generación histórica” (el nacimiento alrededor de una fecha, en este caso 1871), o “generación literaria” (los rasgos comunes entre las obras) u otros como la temática común, las actitudes hacia otros movimientos, la amistad, o incluso la actitud predominante en su obra creativa. Más allá del encaje exacto de algunos nombres con uno o más de los mencionados criterios académicos, pueden apreciarse, en la vida y obra de los noventayochistas, unas carácterísticas propias y distintas del movimiento anterior (los modernistas) y posterior (la generación del 14 o novecentistas). Una de las carácterísticas propia de la generación del 98 es su temática siempre relacionada con sus preocupaciones políticas, económicas y sociales. En sus obras aparece el tema de la regeneración de España, entendida como la necesidad de un cambio a gran escala, vinculado con reformas económicas o educativas. Más adelante, los noventayochistas asociaron la regeneración a la recuperación de valores espirituales y éticos. Las inquietudes filosóficas de estos autores se acrecentaron por la influencia de Schopenhauer y Nietzsche. Destacaron asuntos como el enfrentamiento entre la razón y la fe, la muerte y la nada como destino final, así como la búsqueda de sentido una vida que parce no tenerlo o de verdades que libren al ser humano de la sensación de vacío vital. En las obras noventayochistas se refleja la convicción de que el entorno influye en el crácter de las personas que lo habitan. El estilo de estos autores es natural y sobrio, con escaso adorno. Es manifiesta la admiración por Bécquer, José de Larra, Jorge Manrique y Miguel de Cervantes