Grandes Etapas de la Historia Española: Conquista Musulmana, Romanización y Régimen Franquista

Evolución Política de Al-Ándalus

En el año 711, los musulmanes llegaron a la península ibérica, aprovechando la división existente en el seno de la nobleza visigoda tras la muerte del rey Witiza y el enfrentamiento de sus herederos con el nuevo rey, Rodrigo. Tariq, un general musulmán, desembarcó con doce mil soldados. Con ellos, derrotó al ejército visigodo en la batalla de Guadalete, donde perdió la vida el propio rey Rodrigo. A partir de ese momento, los musulmanes, comandados por Tariq y Musa (el gobernador del norte de África), conquistaron la península en poco más de tres años. A este territorio se le llamó Al-Ándalus. Las etapas en su evolución política fueron:

Emirato Dependiente de Damasco (711-756)

Al-Ándalus era una provincia dependiente del califato Omeya, con capital en Damasco. Dos batallas marcan los límites de la expansión musulmana: Covadonga (722), frente a don Pelayo, y Poitiers (732), ante Carlos Martel y los francos. En el año 741, los dirigentes árabes pusieron fin a la rebelión de los bereberes gracias a la ayuda de musulmanes de origen sirio.

Emirato Independiente (756-929)

En el año 750, tuvo lugar la revolución Abasí: todos los miembros de la familia Omeya fueron asesinados y la nueva capital se situó en Bagdad. Abd al-Rahmán I, único superviviente a la matanza, se refugió en Al-Ándalus, dando inicio al emirato independiente a partir del 756. Este periodo se caracterizó por ser una etapa de consolidación y reorganización del poder tras la independencia política (no religiosa) del resto del mundo islámico. Este periodo estuvo también marcado por las tensiones sociales existentes entre las clases árabes dominantes en el emirato y los bereberes. Algunos mozárabes, como Omar Ibn-Hafsun, se levantaron también contra el gobierno. Aprovechando este periodo de debilidad, el rey Alfonso III reconquistó los márgenes del río Duero.

Califato de Córdoba (929-1031)

Constituye la etapa de máximo esplendor de Al-Ándalus. En el año 929, Abd al-Rahmán III decidió proclamarse califa, lo que significaba asumir el máximo poder político y religioso a la vez que rompía definitivamente con Bagdad. Abd al-Rahmán III tuvo notables éxitos: pacificó Al-Ándalus internamente, derrotó a los cristianos en la batalla de Valdejunquera, frenó el avance de los fatimíes del norte de África tomando, además, las plazas de Ceuta, Melilla y Tánger, y estableciendo alianzas con tribus magrebíes para defenderse mutuamente. También consolidó relaciones diplomáticas amistosas con el Sacro Imperio Romano Germánico y con el Emperador Bizantino. Por último, construyó la ciudad-palacio de Medina Azahara. Tras él, destaca su hijo, el califa Al-Hakam II, que potenció la cultura y las letras en el califato al gobernar en una época de paz con los cristianos. Solo los vikingos amenazaron su gobierno.

En las últimas décadas del siglo X, el poder estuvo en manos de Almanzor, háyib del califa Hisham II. Almanzor basó su poder en el ejército e hizo terroríficas campañas contra los cristianos, llamadas razias, con el objetivo de la obtención de metales. A raíz de la muerte de Almanzor tras la batalla de Calatañazor (1002), el califato entró en un periodo de guerra civil. En el año 1031, el califato se desintegra y surgen los primeros reinos de taifas.

Reinos de Taifas (1031-1085)

Los reinos de taifas eran pequeños reinos independientes entre sí que sufrieron un periodo de inestabilidad y crisis política (no económica ni cultural). Existían fuertes disputas e incluso guerras entre ellos, lo que llevó a la disminución de su número inicial. Para su seguridad, los taifas recurrieron a pagar impuestos (parias) a los reinos cristianos a cambio de su protección.

Almorávides (1085-1147)

Tras la conquista de Toledo por parte de Alfonso VI en 1085, los reinos de taifas, conscientes de su debilidad, decidieron solicitar la ayuda de un importante poder surgido en el norte de África: los Almorávides. Estos unificaron bajo su mando los distintos reinos musulmanes y derrotaron a los cristianos en las batallas de Sagrajas (1086) y Uclés. Pero su fanatismo religioso y el descrédito militar y político al perder Zaragoza y no ser capaces de recuperar Toledo, llevaron a que su poder entrara en decadencia a mediados del siglo XII, lo que propició la aparición de los segundos reinos de taifas.

Almohades (1147-1269)

En el último tercio del siglo XII, ante la intensificación del avance de los reinos del norte, los musulmanes de Al-Ándalus recurrieron a un nuevo pueblo norteafricano, los Almohades. Durante un tiempo, estos lograron restablecer el equilibrio militar en la Península, e incluso consiguieron una importante victoria ante los cristianos en Alarcos (1195). Pero la batalla de las Navas de Tolosa (1212), en la que unieron sus fuerzas todos los reyes cristianos (a excepción de Alfonso IX de León), cambió el curso de los acontecimientos, llevando a la desintegración del poder almohade y a la aparición de un tercer periodo de reinos de taifas.

Terceros Reinos de Taifas y Reino Nazarí de Granada (1269-1492)

En apenas treinta años, todos los reinos fueron cayendo a excepción del Reino Nazarí de Granada, último vestigio del poder musulmán en la Península. El reino nazarí fue fundado por Muhammad I de la dinastía nazarí y comprendía el territorio de las actuales provincias de Granada, Málaga y Almería. Desde el principio, sufrió disputas internas, pagó parias y prestó vasallaje a Castilla, lo que explica su duración. Finalmente, tras una guerra de diez años, los Reyes Católicos ponían fin a la Reconquista. Tras el control de toda la península, sus descendientes, los Austrias, harían de la monarquía hispánica el imperio más importante del siglo XVI.

La Viñeta del Turnismo Canovista

Esta sección analiza una viñeta satírica de 1897 que representa el turnismo, parte esencial del sistema canovista durante la Restauración Borbónica.

1. Identificación del Ámbito Geográfico, Cronología y Personajes

El ámbito es España, durante la Restauración Borbónica (a partir de 1874). La imagen es una viñeta satírica de 1897 que representa el turnismo, parte del sistema canovista. En ella, un cocinero (símbolo del rey) sirve “caldo gordo” a un político, mientras otro espera su turno. Esto refleja el bipartidismo, donde conservadores y liberales se alternaban en el poder según el Pacto del Pardo (1885), sin importar la voluntad popular. En la escena, el político que ha “comido” (gobernado) se retira, dejando su sitio al otro, mientras una mujer (el pueblo) solo observa.

2. Explicación del Funcionamiento del Sistema Canovista

El sistema canovista se basaba en tres fundamentos compartidos: monarquía, propiedad privada y orden social. Su marco legal era la Constitución de 1876, que establecía la soberanía compartida entre el rey y las Cortes. El bipartidismo garantizaba estabilidad, con el turnismo asegurando la alternancia entre conservadores y liberales. Para que esto funcionara, se manipulaban las elecciones con el caciquismo, donde líderes locales controlaban votos, y el pucherazo, que aseguraba resultados favorables. Así, aunque el sistema aparentaba ser democrático, el pueblo no decidía realmente.

La Romanización de Hispania

La romanización fue el proceso por el que los pueblos de la península ibérica adoptaron la cultura romana tras la llegada de Roma en el 218 a. C. Incluyó la adopción del latín, el derecho romano, la organización política y social, y las costumbres romanas.

Su impacto fue mayor en el sur y el Levante, donde ya había ciudades y estructuras similares a las romanas. En el centro y el oeste fue más lento, y en el norte, muy limitado por la falta de urbanización.

Se difundió principalmente mediante:

  • La fundación o transformación de ciudades.
  • El papel del ejército, que integraba indígenas y fundaba núcleos urbanos como León.
  • La creación de colonias de veteranos, como Mérida.
  • La concesión de la ciudadanía romana, culminando con el Edicto de Caracalla (212 d. C.).

La Península fue organizada en provincias (Tarraconense, Lusitania, Baetica, etc.), y la unidad básica era la ciudad, con funciones políticas, económicas y religiosas.

La economía era esclavista y colonial, centrada en el trigo, el vino y el aceite, además de la minería (oro, plata y cobre) y algunas manufacturas como el garum.

La sociedad se dividía en ciudadanos, libertos y esclavos. Dentro de los ciudadanos había diferentes órdenes (senatorial, ecuestre, decurional) con distintos privilegios.

El cristianismo fue legalizado por Constantino (313) y declarado religión oficial por Teodosio (380).

La arquitectura romana, práctica y propagandística, dejó ejemplos como el acueducto de Segovia, el teatro de Mérida y el puente de Alcántara.

Hispania dio figuras destacadas como Séneca, Marcial, Trajano, Adriano y Teodosio. El Imperio romano cayó a principios del siglo V, y en el 409 fue invadido por suevos, vándalos y alanos, dando paso al reino visigodo de Toledo.

Breves Definiciones Históricas

El III Concilio de Toledo

Se celebró en el año 589 en la ciudad de Toledo, que era la capital del reino visigodo en Hispania. En este concilio, el rey Recaredo decidió abandonar el arrianismo (religión oficial de los visigodos hasta entonces) y convertirse al catolicismo. Esta conversión no solo fue personal, sino que supuso la unificación religiosa de los visigodos y los hispanorromanos, lo que fortaleció la cohesión política y cultural del reino.

Luis Carrero Blanco

Fue un político y militar español, nacido en 1904, que llegó a ser presidente del Gobierno de Franco en junio de 1973. Fue el hombre de confianza de Franco y su posible sucesor. Sin embargo, fue asesinado por la banda terrorista ETA el 20 de diciembre de 1973 en Madrid, mediante un atentado con explosivos. Su muerte supuso un golpe para la dictadura y aceleró el proceso que desembocó en la Transición Democrática española.

La Desamortización

Fue un proceso político y económico que se llevó a cabo en España durante el siglo XIX, con momentos clave en los años 1836 (Mendizábal) y 1855 (Madoz). Consistió en la expropiación y venta de bienes de la Iglesia, órdenes religiosas y ayuntamientos. El objetivo era reducir la deuda del Estado, aumentar la propiedad privada y crear una clase media agraria. Sin embargo, en la práctica, benefició principalmente a las élites económicas y dejó a muchos campesinos sin acceso a la tierra.

Clara Campoamor

Fue una política, abogada y feminista nacida en 1888, que tuvo un papel fundamental en la Segunda República Española. En 1931, como diputada, luchó con firmeza para que las mujeres pudieran votar. Gracias a su defensa en las Cortes, el sufragio femenino fue aprobado en la Constitución de ese año, y las mujeres españolas votaron por primera vez en 1933. Fue una figura clave en la historia de los derechos de las mujeres en España.

La Organización Política del Estado Franquista

Tras la victoria en la Guerra Civil y el inicio de la dictadura franquista en 1939, era inaplazable la creación de un nuevo Estado, cuya configuración concreta había que decidir.

El Nuevo Régimen Político

Se caracteriza por la concentración absoluta del poder en Franco: jefe del Estado, del Gobierno, de los ejércitos y del partido único (el Movimiento), y recibe además el título de Caudillo. Los rasgos que definen esta dictadura militar se resumen en autoritarismo, centralismo y nacionalcatolicismo.

El Estado Franquista: Democracia Orgánica y Poder Personal

El Estado franquista se define como una Democracia Orgánica, donde la representación se consigue a través de organismos naturales como la familia, el municipio y el sindicato. Aunque los cambios internacionales, económicos, sociales y la presión popular obligaron a evolucionar, el franquismo se mantuvo como un régimen autoritario y personal. Franco conservó hasta su muerte el poder e iniciativa legislativa, se rodeó de ministros de su confianza, sin Cortes ni Constitución que limitaran sus poderes.

Para reforzar la imagen del Estado como esencialmente católico, se relegó en parte a los falangistas (grupo predominante del primer gobierno) para dar un mayor protagonismo político a miembros de la Asociación Católica Nacional de Propagandistas, cuya presencia en el régimen se presentaba como garantía de apertura. Franco era un militar africanista católico que profesaba un nacionalismo español de signo agresivo y excluyente, cuyos valores se resumían en: jerarquía, disciplina y orden. Concibió su poder de manera autoritaria, dictatorial, total y personal.

Franco identificaba catolicismo con patria (Nacionalcatolicismo): se consideraba un personaje providencial elegido por Dios para salvar la patria. Realizó una interpretación heroica de la historia de España, de la que pensaba que tenía un destino imperial: sus modelos eran los Reyes Católicos, la conquista de América y el Imperio de los Austrias. Consideraba símbolos de decadencia las influencias de la Ilustración y el liberalismo. Era un militar y, ante todo, veía a España como un cuartel. Con escaso nivel cultural, recelaba ante los intelectuales y carecía de oratoria y de capacidad para conectar con las masas. Mantuvo una obsesión permanente por una hipotética conspiración judeo-masónica-comunista.

Bases Legales del Estado: Las Leyes Fundamentales

El Estado franquista se rigió por un conjunto de leyes que se fueron promulgando a lo largo de los años, conocidas como Leyes Fundamentales. Son siete:

  • El Fuero del Trabajo (1938): Recoge unos principios laborales generales inspirados en la Falange.
  • La Ley de Cortes (1942): Crea las Cortes franquistas para aprobar las leyes.
  • El Fuero de los Españoles (1945): Reconoce los derechos esenciales siempre que su ejercicio no fuera contra el régimen.
  • La Ley de Referéndum Nacional (1945): Permite al jefe del Estado someter a consulta los proyectos de ley.
  • La Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado (1947): Define a España como reino, Franco tendría el poder vitalicio y podría designar al rey; se crean dos instituciones, el Consejo de Regencia (que facilitaría su sucesión) y el Consejo del Reino, que tenía función consultiva.
  • La Ley de Principios Fundamentales del Movimiento Nacional (1958): Define el régimen como una “monarquía tradicional, católica, social y representativa”.
  • La Ley Orgánica del Estado (1966): Diseña las líneas generales de cómo sería España a la muerte de Franco.

Fundamentos Ideológicos del Franquismo

Una ideología política claramente reaccionaria, identificada con el pensamiento de las derechas conservadoras y autoritarias: reacción extrema contra la Ilustración, el liberalismo, la democracia parlamentaria, la masonería, el socialismo, el marxismo y el comunismo. Intentó conectar con la verdadera tradición española, fuertemente católica, con un máximo esplendor en los siglos XV y XVI. Se exaltó el nacionalismo español y se suprimieron los nacionalismos periféricos, a los que se consideraba antiespañoles. El catolicismo fue la religión del Estado y esencia del alma española. Existió un orden social inspirado básicamente en la doctrina de la Iglesia y en el ideario falangista.

Los Sindicatos Verticales

Para controlar el aparato productivo del país, se estableció una organización sindical fiscalizada por el Estado a través del Movimiento Nacional, en la que se encuadró de forma obligatoria a empresarios, técnicos y obreros, agrupados por ramas o sectores de producción. Su fundamento ideológico era el principio fascista de que no existían conflictos entre trabajadores y patronos.

Sectores Sociales de Apoyo al Régimen

Los sectores sociales que fundamentaron el régimen fueron grupos conservadores opuestos a la II República. El ejército y la Iglesia tuvieron un papel privilegiado en la estructura política y social. Además, también el campesinado de las regiones interiores, los grandes terratenientes, la burguesía industrial y financiera, las clases medias urbanas y gran parte del funcionariado. Contó con menor adhesión entre los núcleos industriales y sectores obreros urbanos.

Cronología de Conceptos Clave

  • Autarquía
  • Entrevista de Hendaya
  • Desarrollismo
  • Carrero Blanco
  • Adolfo Suárez