Guerra Civil Española 1936-1939: Orígenes, Fases y Consecuencias del Conflicto

Introducción: Las Raíces del Conflicto Español

El inicio de la Guerra Civil Española en 1936 fue el resultado de los problemas que España venía arrastrando desde el siglo XVIII, y que se manifestaron con especial crudeza durante la II República. Los sectores conservadores vieron la intervención militar como la única solución viable. Entre el 17 y 18 de julio se produjo un golpe de Estado que desencadenó un conflicto civil entre los sublevados y el poder republicano.

El triunfo del Frente Popular en las elecciones de febrero de 1936 aumentó el miedo entre los sectores de derechas a una inminente revolución. Esto impulsó a una parte del ejército a iniciar una conspiración militar que culminó con el alzamiento de las tropas de Marruecos el 17 de julio de 1936. La Guerra Civil española se convirtió rápidamente en un enfrentamiento ideológico entre fascismo y democracia, con una gran influencia de las tendencias totalitarias de Italia y Alemania.

La Sublevación Militar y el Estallido del Conflicto

El asesinato del teniente Castillo y del líder de la coalición de derechas, Calvo Sotelo, precipitó la conspiración militar liderada por Franco para llevar a cabo un golpe de Estado contra el gobierno republicano. El 17 de julio de 1936 comenzó la revolución en la zona española de Marruecos, extendiéndose al día siguiente por toda España.

Distribución Geográfica Inicial

  • Las regiones de ideología mayoritariamente conservadora y economía agrícola apoyaron la sublevación.
  • En las grandes ciudades y regiones industriales o desarrolladas, el golpe fracasó.
  • En Andalucía triunfó el golpe en la zona del Guadalquivir y algunas capitales de provincia de la zona oriental.

Fases de la Guerra

1. La Guerra de Columnas (Julio a noviembre de 1936: Avance hacia Madrid)

En esta fase inicial, los generales sublevados intentaron tomar Madrid avanzando desde el Sur y el Norte con pequeñas columnas, aprovechando la desorganización inicial de las defensas republicanas. Aunque encontraron dificultades, como la tardanza en pasar tropas desde África y el retraso en Toledo, el ejército republicano se reorganizó en Madrid y resistió bajo la consigna del “No Pasarán“. El gobierno republicano se trasladó a Valencia por precaución.

2. Guerra Total y Cambio de Estrategia (Noviembre 1936 – Enero 1939)

Tras fracasar en la toma directa de Madrid, las fuerzas sublevadas cambiaron su estrategia hacia una guerra total, donde la aviación se convirtió en un elemento esencial. Intentaron aislar la capital, pero fueron derrotados en la Batalla del Jarama y en la Batalla de Guadalajara.

Franco cambió entonces su foco de atención y se centró en el Frente del Norte, donde, con ayuda de la aviación nazi, logró tomar la zona. En octubre de 1937 proyectó aislar Cataluña. En el verano de 1938, los republicanos lanzaron una contraofensiva decisiva en la Batalla del Ebro, que terminó en derrota republicana y facilitó la toma de Cataluña por los sublevados en enero de 1939.

3. Fin de la Guerra (Enero – Abril 1939)

Tras perder Cataluña, la España republicana solo resistía en Madrid, el Levante y parte de Castilla-La Mancha. Falló el intento del presidente Negrín de firmar una rendición honrosa. El 28 de marzo las tropas franquistas entraron en Madrid, y el 1 de abril de 1939, Franco anunciaba oficialmente el final de la guerra.

Una España Dividida en Dos Zonas

Tras el fracaso del golpe de Estado, España quedó dividida en dos zonas enfrentadas: los sublevados, que representaban a los sectores más conservadores, y el gobierno de la República, sostenido por los partidos de izquierda agrupados en torno al Frente Popular. Esto desencadenó una larga y cruenta guerra civil.

La Guerra en la España Republicana

En el bando republicano, apoyado por las clases populares y los partidos de izquierda, se produjo un caos inicial que llevó al gobierno de Giral a entregar armas a organizaciones obreras y milicias populares. Hubo una represión cruel en la que cayeron víctimas políticos y miembros de la Iglesia sospechosos de ser enemigos del régimen republicano.

Largo Caballero intentó encauzar el orden creando un gobierno con todas las fuerzas antifascistas, pero los enfrentamientos internos llevaron a su dimisión y a la llegada de Juan Negrín al poder. Negrín trató de reorganizar la resistencia, pero finalmente el coronel Casado negoció una rendición incondicional.

La Guerra en el Bando Sublevado

El bando sublevado estaba compuesto por militares conservadores, propietarios agrarios, monárquicos de derecha, católicos y tradicionalistas. Recibió ayuda fundamental de la Italia de Mussolini y la Alemania nacionalsocialista, además de voluntarios de países como Portugal e Irlanda. Contó con el apoyo de la Falange Española, los carlistas y la CEDA.

Desde el principio, la Junta de Defensa concentró el poder en un mando único, y Franco fue nombrado jefe del Gobierno del Estado español y “Generalísimo” de los Ejércitos. Franco unificó a tradicionalistas y falangistas, creó un partido único y fue proclamado Caudillo en 1938.

La represión en esta zona fue igualmente brutal y se llevó a cabo un proceso de reacción contra todo lo republicano, suprimiendo los sindicatos de clase y partidos políticos, aboliendo la reforma agraria y derogando la legislación laica. La Iglesia católica apoyó firmemente a Franco, y en 1937 los obispos españoles publicaron una carta colectiva en la que se daba a la guerra un carácter de “cruzada“.

Dimensión Política e Internacional del Conflicto

La Guerra de España dividió la opinión internacional, aunque la mayoría de la opinión democrática se mostró a favor de la República Española. La República buscó apoyo en Francia y Gran Bretaña, pero esta última defendía una política de apaciguamiento.

En agosto de 1936 se creó un Comité de No Intervención con sede en Londres, que, en la práctica, abandonó el apoyo al gobierno legítimo de la República. La República compró armamento a la Unión Soviética usando las reservas de oro del Banco de España y recibió apoyo de las Brigadas Internacionales.

Por otro lado, la ayuda recibida por Franco fue mucho más eficaz y se debió en gran parte al apoyo de la Italia de Mussolini y Alemania, además de voluntarios de otros países.

Consecuencias de la Guerra

La Guerra Civil española dejó un saldo de alrededor de un millón de víctimas, entre muertos, heridos y exiliados. Las pérdidas materiales fueron cuantiosas en agricultura, ganadería, industria y comunicaciones.

Las secuelas y heridas morales derivadas de la represión en ambos bandos, y las llevadas a cabo por la posterior dictadura franquista, constituyeron traumas que tardaron décadas en cicatrizar en la sociedad española.