Historia de España: Del reinado de Carlos IV a la Restauración borbónica

CRISIS DE 1808, GUERRA DE LA INDEPENDENCIA Y REVOLUCIÓN LIBERAL

11.1. Crisis de 1808 y Guerra de la Independencia (1808-1814)

Carlos IV mantuvo como primer ministro a Floridablanca, pero acabó ascendiendo a Godoy como primer ministro hasta el final de su reinado. Godoy firmó el Tratado de Fontainebleau con Napoleón, en el que se le permitía a los franceses pasar por España para conquistar Portugal, que la querían dividir en tres partes y en la que Godoy tendría el mando de un principado. Napoleón puso a sus tropas por distintas partes de España y Godoy intentó trasladar a la familia real a Andalucía, pero estalló el Motín de Aranjuez. Carlos IV destituyó a Godoy y abdicó a favor de su hijo Fernando VII. Entonces Napoleón se llevó a padre e hijo a Bayona obligando a Fernando VII a abdicar y entregarle la corona a José Bonaparte, convirtiéndose en rey de España y promulgando el Estatuto de Bayona.

Centenares de personas se amotinaron en el Palacio de Oriente y muchas murieron. Al enterarse de lo sucedido, el resto de España quedó dividida en dos bandos: por un lado, los territorios ocupados por franceses y, por otro lado, la resistencia que afirmaba luchar en nombre de Fernando VII, que a su vez estaban divididos en dos grupos: los liberales y absolutistas. Se crearon juntas locales. Con delegados de las juntas locales quedó constituida la Junta Central Suprema, que pasó los poderes a un Consejo de Regencia que se estableció en Cádiz y convocó la Constitución de 1812. Un ejército se adentró en España creyendo que iba a controlar el país, pero los españoles resistieron y desbarataron los proyectos de Napoleón. La resistencia contaba con la ayuda del ejército inglés y con la guerrilla. Estos consiguieron algunas victorias como la de Bailén y algunas ciudades se resistieron a la ocupación. José I abandonó Madrid y más tarde tuvo que regresar mientras que la Junta Central se refugiaba en Sevilla. Los franceses fueron expulsados de Andalucía gracias a las tropas inglesas, españolas y portuguesas. Napoleón tuvo que firmar el Tratado de Valencay en el que reconocía a Fernando VII como rey de España.

11.2 Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812

Se reúne una sola asamblea, en representación de la nación, se reconocía como soberano legítimo a Fernando VII. También se le reconocían a las Cortes el poder constituyente, el poder de formular una constitución. Los diputados representaban tres grupos: los absolutistas, que querían la soberanía del rey y mantener el Antiguo Régimen; los liberales, que defendían la soberanía nacional, la igualdad jurídica de los ciudadanos y la división de poderes; y los jovellanistas, que defendían la idea de una soberanía compartida entre el rey y las Cortes.

Contenido de la Constitución

  • Se establece una monarquía parlamentaria.
  • La soberanía reside en la nación.
  • Los tres poderes se separan: el judicial queda en manos de tribunales independientes; el ejecutivo, en manos del rey, que elige a sus ministros y son ellos quienes responden ante la justicia; y el legislativo queda en manos de Cortes unicamerales elegidas por sufragio indirecto y masculino.
  • Se establece una igualdad para todos los ciudadanos, se protege la propiedad individual, hay derecho a la educación, inviolabilidad del domicilio.
  • No hay libertad de culto, la única religión es la católica y se prohíbe cualquier otra religión.
  • Se acaba con el régimen feudal ya que se suprimen los diezmos, gremios, los mayorazgos, los señoríos jurisdiccionales.

Cuando Fernando VII regresó, los que estaban en contra de la Constitución se unieron a él y acabaron con ella, con lo cual no dio tiempo a implantarla.

11.3. Absolutismo y liberalismo. Emancipación de América

Los diputados absolutistas, la Iglesia y parte del pueblo no aceptaban el nuevo régimen, lo que hizo que se crearan los absolutistas y liberales. Fernando VII, tras su liberación por el Tratado de Valencay, llega a Valencia y es recibido por un grupo de militares y diputados absolutistas. Le entregan el Manifiesto de los Persas y le dicen que vuelva a instaurar el Antiguo Régimen, pero Fernando VII anula la Constitución y las leyes de las Cortes de Cádiz, comienza la persecución de los liberales. Se volvió al despotismo ilustrado y provocó el descontento de liberales y absolutistas. Ocurrieron unos pronunciamientos militares. El coronel Riego inicia un alzamiento en defensa de la Constitución de 1812, al que se le unen tropas y lo que hace que Fernando VII termine jurando la Constitución. Los liberales se dividieron en dos grupos enfrentados: los moderados, que querían reformas en la Constitución, y los radicales, que querían mantenerla. Los miembros de la Santa Alianza se reúnen y encargan a Francia enviar un ejército. El gobierno y las Cortes se refugian con el rey en Cádiz. Fernando fue liberado y la Constitución abolida y comienza la Década Ominosa (1823-1833) hasta el año de la muerte de Fernando VII, en la que se impone de nuevo el régimen absolutista. Los absolutistas más radicales forman un partido en torno a Carlos, hermano de Fernando VII, futuro heredero. Pero nació la hija de Fernando, Isabel, y esto hace que los partidarios de Carlos y los de María Cristina e Isabel se enfrenten. Las leyes de partidas, puestas mediante una Pragmática Sanción, votada en Cortes pero no publicada, hizo que tanto Carlos como Isabel se consideraran con legítimos derechos. Pero cuando el rey murió, su hija heredó el trono, pero su madre actuaba como regente. Los carlistas no lo aceptan y ponen en marcha una guerra civil.

— La quiebra de la autoridad española fue el inicio de la independencia iberoamericana. En las colonias, las autoridades aceptaron a José I, pero el pueblo se mantuvo fiel a Fernando VII. Cuando la Junta Central Suprema se disuelve dando lugar al Consejo de Regencias, empieza la emancipación. En las ciudades se depone a los virreyes y empiezan las declaraciones de independencia con el apoyo de Inglaterra y Estados Unidos. Se convocan congresos para elaborar constituciones liberales propias de un régimen republicano. Tras el regreso de Fernando VII, se mandan tropas para sofocar la sublevación. Las tropas de Bolívar y las de San Martín se unen en Perú derrotando a los españoles en Ayacucho, poniendo fin a la guerra. Sudamérica se independiza formándose repúblicas. Se consolidaron los nuevos países americanos y comenzó el proceso de influencia política y económica de Estados Unidos. Las repercusiones en España fueron económicas, el comercio con América se redujo y afectó a Cataluña especialmente. Desapareció una importante fuente de ingresos para la hacienda real. Al finalizar el reinado de Fernando VII, a España solo le quedan las colonias de Cuba, Filipinas y Puerto Rico.

EL REINADO DE ISABEL II (1833-1868) Y EL SEXENIO DEMOCRÁTICO (1868-1874)

12.1. Oposición al liberalismo: carlismo y guerra civil. Cuestión foral

Los partidarios de Carlos estaban definidos, absolutistas radicales, y la reina tenía que buscar apoyos entre los liberales más moderados. El conflicto se provoca por la confusión que existe en quién sucede en el trono. Cuando Fernando VII muere, Isabel era reconocida como heredera, pero su madre asumía la regencia, cosa que los carlistas no asumieron y provocaron una guerra civil.

El carlismo era un movimiento político que pretendía la vuelta al Antiguo Régimen, al poder absoluto dado por Dios, al control del Estado por parte de una aristocracia que acaparaba los altos cargos políticos y eclesiásticos. La Iglesia apoyó al carlismo para no perder su poder político y control social. También estaba el problema de los fueros, donde Aragón y Cataluña habían perdido sus fueros y tuvieron que aceptar las leyes castellanas. Navarra y País Vasco conservaron los suyos. Los carlistas, al apoyar la restauración de los fueros, triunfaron en las zonas donde existía una preocupación por la cuestión foral. Pero no pudo conseguir apoyo en las clases ilustradas, que veían en el liberalismo un sistema político más apropiado. La mayoría de las ciudades eran liberales.

Primera Guerra Carlista (1833-1840)

Se desarrolló en el norte. El gobierno isabelino no fue capaz de enviar un ejército equipado al norte. Esto hizo que el dirigente carlista adiestrara a un ejército. Carlos ordena tomar Bilbao. Comienza abriéndose paso y venciendo a Espartero, pero su general era alcanzado por una bala y murió, por lo que Bilbao fue levantado y durante dos años la guerra se mantuvo equilibrada. Carlos decidió emprender la Expedición Real, la cual fue un fracaso, ya que cruzó Cataluña y Valencia para llegar a Madrid y esperar que el pueblo se sumara a su ejército. Pero no ocurrió, por lo que tuvo que volver a su base del norte. En el bando liberal, el general Espartero recibió los recursos necesarios para contar con un ejército bien equipado, mientras que en el bando carlista la situación se iba complicando, ya que se produjeron enfrentamientos entre los propios dirigentes. Carlos le da a Maroto el mando supremo de la región norte, pero se produjeron enfrentamientos entre Maroto y un grupo de militares rivales, en el que murieron seis de ellos. Maroto no recibe el apoyo de Carlos, por lo que decide iniciar las negociaciones de paz con Espartero. Acaba firmando el Convenio de Vergara, que reconocía a Isabel como reina legítima y respetaba los fueros. El carlismo siguió conservando alguna fuerza en las provincias vascas y en Navarra. Volverán a resurgir en la Segunda y Tercera Guerras Carlistas. Se intenta casar a la reina Isabel con el heredero de Carlos.

12.2. Las Regencias (1833-1843)

La minoría de edad de Isabel transcurrirá bajo dos regencias: la de su madre, María Cristina, y la del general Espartero.

Primera Regencia: María Cristina (1833-1840)

Los tres primeros años fueron para que los liberales moderados fueran afianzándose en la política. La guerra civil y la situación política provocaron sublevaciones de las milicias urbanas, que querían una ampliación de las libertades políticas y la entrega del poder a políticos progresistas. Una revuelta contra María Cristina le obligó a aceptar la puesta en vigor de la Constitución de 1812, aunque redactó rápidamente la de 1837. Esta era parecida a la de Cádiz: reconocimiento de derechos ciudadanos, soberanía nacional, división de poderes, limitación del poder del monarca. Además, se adoptaron medidas para liberalizar el mercado de la tierra. Se disolvieron las órdenes religiosas. Se quería sanear la hacienda, financiar la guerra civil contra los carlistas. Al terminar la guerra carlista, un gobierno dirigido por Pérez de Castro intentó limitar las reformas y la participación de las clases medias urbanas, promulgando una ley de ayuntamientos, que suprimía el derecho de los ciudadanos a elegir a sus alcaldes. La regente recurrió al general Espartero y provocaron la renuncia de ésta, siendo asumida por Espartero.

Segunda Regencia (1840-1843)

Espartero gobernó reprimiendo a los moderados y sin someterse al parlamento. Su política ponía en peligro la industria catalana. Al movimiento catalán contra Espartero se unieron los vascos. Se inició una revuelta militar encabezada por Narváez, que hizo caer al gobierno. Para evitar una nueva regencia, las Cortes adelantaron la mayoría de edad de Isabel II, coronada reina a los 13 años.

12.4. La Revolución, reinado de Amadeo I y la I República

Constitución de 1869

Considerada la primera constitución democrática de la historia de España. Tiene una amplia declaración de derechos: sufragio universal masculino, libertad de imprenta, derechos de reunión y asociación. Reconoce la soberanía nacional. La forma de gobierno será la monarquía, pero el poder del rey está limitado. Una vez aprobada, Serrano fue nombrado regente y Prim, jefe de gobierno. Ahora había que encontrar quién aceptara el trono. Fue Amadeo de Saboya. Éste tuvo que hacer frente a la muerte del general Prim, que fue asesinado en un atentado. El rey se encontró con la abierta oposición de los republicanos, de los carlistas, que se levantaron en armas y se produjo la Tercera Guerra Carlista. Se apoyó en dos grupos políticos muy distintos: el Partido Radical, de Zorrilla; y el Constitucional, liderado por Sagasta, más conservador y partidario de detener los avances democráticos. También tuvo que enfrentarse a la agitación social ligada al desarrollo del movimiento obrero y la Guerra de los Diez Años en Cuba. Por lo que, después de dos años, Amadeo presentó el acta de abdicación, regresando la corona a Italia. Pero ese mismo día el Senado y el Congreso proclamaron la República.

Primera República (1873-1874)

Pasaron cuatro presidentes. El primero fue Figueras, en su mandato hubieron golpes de estado, se celebraron elecciones a Cortes Constituyentes, en las que triunfaron los republicanos federalistas. Abandonó. Segundo, Francisco Pi y Margall: quería instaurar una república federal, pero no llegó a realizarse. Tercero, Salmerón: los cantonalistas proclamaron un gobierno provisional y declararon la guerra a Madrid. Éste dimitió al negarse a firmar dos penas de muerte impuestas por la autoridad militar. Cuarto, Castelar: aplicó la pena de muerte, reforzó el poder del Estado y suprimió el principio federal. Lo solicitó a las Cortes y se lo concedieron, pero al volverse a reunir las Cortes lo perdió.

12.5. Reinado de Alfonso XII: sistema canovista y Constitución de 1876

Alfonso XII llega a España iniciándose la Restauración, periodo que se extiende hasta que Alfonso XIII, su hijo, cumple la mayoría de edad. El sistema canovista consistía en el turno pacífico de partidos dentro de un régimen bipartidista, con dos partidos: el Liberal y el Conservador.

  • El Partido Conservador: creado por Cánovas. Integraba a los miembros del antiguo Partido Moderado y de la Unión Liberal. Era partidario de una monarquía parlamentaria que fuera controlada por una oligarquía financiera.
  • El Partido Liberal: lo forma Sagasta. Se diferencia poco con respecto al Conservador, representaba los intereses de la misma clase social, la burguesía. Defendían la soberanía nacional, sufragio universal, el librecambismo.

La alternancia pacífica en el poder de los dos partidos se convirtió en cambios de gobierno entre ellos. Cuando acordaban el cambio de gobierno, se convocaban elecciones y se amañaban para que diesen resultados favorables al nuevo partido. Cuando un partido consideraba que le había llegado el turno de gobernar a la oposición, lo pactaba entre ellos y con el rey. El rey disolvía las Cortes y convocaba elecciones. Entonces, desde Madrid daban instrucciones para que se elaborara una lista de candidatos y se lo comunicaban a los caciques locales, que se encargaban de la manipulación de los resultados, también llamado pucherazo.

— Este sistema fue regulado por la Constitución de 1876, y se mantendrá hasta que Primo de Rivera la suspenda. El régimen político era una monarquía parlamentaria donde la soberanía estaba compartida por el rey y las Cortes. El poder judicial quedaba en manos de los jueces. El ejecutivo, en manos del rey, que nombra a sus ministros. Y el legislativo, en manos de unas Cortes bicamerales. No había libertad religiosa y la libertad de expresión, imprenta, opinión se mantendrá con limitaciones. El reinado de Alfonso XII representa la fase de consolidación del sistema canovista. El gobierno lo ejerció el Partido Conservador. Tras la muerte de Alfonso XII, la regencia la asume María Cristina de Habsburgo hasta la mayoría de edad de Alfonso XIII.