1. La Sublevación Militar
Causas de la Guerra Civil
La Guerra Civil Española es el acontecimiento central de la historia del siglo XX español. En los primeros meses de 1936, la sociedad estaba muy fragmentada. La guerra comenzó a raíz de una sublevación militar contra la República que desestabilizó la capacidad del Estado y el Gobierno. La división dentro del ejército impidió el triunfo rápido de la sublevación, pero al mermar la autoridad gubernamental, se desencadenó un golpe de Estado que derivó en violencia entre partidarios y opositores.
La República había impulsado numerosas reformas (agraria, religiosa, militar, educativa, etc.). Estas generaron grandes expectativas, pero su lenta o nula implementación creó numerosos enemigos.
La combinación del golpe de Estado, la división del Ejército y una crisis sistémica (militar y civil) fueron los detonantes de la guerra. Entre las causas profundas destacan la polarización de la sociedad en dos bloques antagónicos, el papel de un ejército poco modernizado, la influencia de la polarización ideológica internacional (comunismo vs. fascismo) y la crisis económica.
Orígenes de la Sublevación Militar
En un clima de creciente violencia, la sublevación fue gestada por un grupo de militares de extrema derecha (monárquicos y conservadores) en alianza con otros sectores de la derecha política, que preparaban un movimiento militar contra el gobierno del Frente Popular. Los asesinatos del teniente José Castillo (Guardia de Asalto) y del diputado conservador José Calvo Sotelo actuaron como detonantes. La conspiración, liderada por el general Emilio Mola, adelantó sus planes.
El Desarrollo Inicial del Golpe
El plan consistía en una sublevación militar simultánea en todo el territorio español, con especial protagonismo del Ejército de África bajo la dirección del general Francisco Franco. La sublevación comenzó el 17 de julio de 1936 en Melilla y se extendió rápidamente por el país.
Éxito y Fracaso del Golpe
- Triunfó en: Marruecos, Canarias, Sevilla y parte de Andalucía, Mallorca, Galicia y Castilla-León.
- Fracasó en: Madrid, Barcelona, Bilbao y gran parte de las zonas industriales y urbanas. Una parte significativa del ejército y los cuerpos de seguridad se mantuvieron fieles a la República.
2. Internacionalización del Conflicto
El Comité de No Intervención
El fracaso parcial del golpe y la rápida internacionalización del conflicto transformaron la sublevación en una larga guerra civil. Ante el riesgo de una escalada europea, las potencias democráticas (Francia, Reino Unido) impulsaron la creación de un Comité de No Intervención, con sede en Londres, para evitar la ayuda exterior a ambos bandos. Sin embargo, este acuerdo fue sistemáticamente violado.
La afirmación “se recibió ayuda de Italia, Alemania y Rusia para el bando republicano” es incorrecta. Italia y Alemania apoyaron al bando sublevado, mientras que la URSS apoyó a la República.
Ayuda al Bando Sublevado
El bando sublevado recibió un apoyo crucial de las potencias fascistas:
- Alemania (Hitler): Proporcionó la Legión Cóndor (aviación, tanques, personal técnico) y material bélico a cambio de materias primas.
- Italia (Mussolini): Envió el Corpo di Truppe Volontarie (CTV), una fuerza expedicionaria de infantería, además de aviación y material.
- Portugal (Salazar): Ofreció apoyo logístico y permitió el paso de suministros y voluntarios.
- Otros: Voluntarios como la Legión de San Patricio (Irlanda) y ayuda económica de empresas estadounidenses, a pesar de la neutralidad oficial de Estados Unidos.
Ayuda al Bando Republicano
La República recibió apoyo principalmente de la URSS (Stalin), que envió material bélico, asesores militares y suministros a cambio de las reservas de oro del Banco de España (“el oro de Moscú”).
Además, llegaron aproximadamente 60.000 voluntarios de todo el mundo, motivados por ideales antifascistas y de defensa de la democracia. Aunque con poca experiencia militar, su compromiso era muy alto.
Las Brigadas Internacionales
Estos voluntarios se organizaron en las Brigadas Internacionales. La mayoría eran comunistas, socialistas, sindicalistas, intelectuales y artistas. Se entrenaron principalmente en Albacete y se organizaron en batallones por nacionalidades o idiomas:
- Batallón Thälmann: Alemanes.
- Batallón Lincoln: Estadounidenses.
- Batallón Garibaldi: Italianos.
- Y muchos otros (franceses, británicos, polacos, etc.).
Participaron activamente en la defensa de Madrid en 1936 y en otras batallas clave. Fueron retirados a finales de 1938 por decisión del gobierno republicano, buscando presionar al Comité de No Intervención para que también se retirara la ayuda extranjera a los sublevados.
3. Desarrollo de la Guerra Civil: Etapas
Primera Etapa (Julio 1936 – Marzo 1937)
a) La Guerra de Columnas y el Avance Sublevado
El Ejército de África, transportado a la Península gracias a la ayuda aérea de Alemania e Italia, cruzó el Estrecho de Gibraltar. Esto permitió la rápida ocupación de gran parte de Extremadura y Andalucía. Desde el norte, el general Mola avanzó hacia el sur, ocupando la mayor parte de la zona norte (excepto el País Vasco). El general Yagüe, parte del ejército del sur, tomó Badajoz (tras una dura represión) y liberó el Alcázar de Toledo antes de dirigirse hacia Madrid.
Para octubre de 1936, la República se encontraba en clara desventaja, con el territorio dividido en dos zonas principales controladas por los sublevados (oeste y norte) y la República (este y centro), a menudo incomunicadas.
b) Las Batallas por Madrid
El principal objetivo de los sublevados, ya bajo el mando único del general Franco, era la toma de Madrid. Tras liberar Toledo, intentaron rodear la capital. Sin embargo, la fuerte resistencia republicana (apoyada por las Brigadas Internacionales y la población) en batallas como la de la Ciudad Universitaria, el Jarama y Guadalajara, impidió su caída. Franco desistió del asalto frontal a Madrid, optando por una guerra de desgaste que, a largo plazo, favorecía sus recursos superiores.
Segunda Etapa (Primavera 1937 – Noviembre 1938)
a) La Conquista del Norte
La conquista de la zona industrial del Cantábrico era un objetivo estratégico clave para los sublevados. Tras intensos combates y el trágico Bombardeo de Guernica (perpetrado por la Legión Cóndor alemana), las tropas franquistas conquistaron Vizcaya, Santander y finalmente Asturias (octubre de 1937), asegurando importantes recursos industriales y mineros.
Para aliviar la presión en el norte, la República lanzó ofensivas de distracción en otros frentes, como las batallas de Brunete (julio 1937) y Belchite (agosto-septiembre 1937), que resultaron en elevadas pérdidas y escasos logros estratégicos.
b) El Frente de Aragón y la Batalla de Teruel
A finales de 1937, el ejército republicano, bajo el mando del general Vicente Rojo, lanzó una ofensiva que logró conquistar Teruel en enero de 1938. Sin embargo, las tropas franquistas contraatacaron y reconquistaron la ciudad en febrero, tras una de las batallas más duras de la guerra, marcada por el frío extremo.
c) La Batalla del Ebro (Julio – Noviembre 1938)
En un intento desesperado por unir la zona republicana de Cataluña con la del centro y aliviar la presión sobre Valencia, el ejército republicano lanzó una gran ofensiva cruzando el río Ebro. Fue la batalla más larga y sangrienta de la guerra. A pesar de los avances iniciales, la superioridad material y aérea franquista, sumada al desgaste republicano, llevó a la derrota final de la República en este frente. Esta batalla supuso un punto de inflexión y la práctica sentencia de la guerra.
Tercera Etapa (Noviembre 1938 – Marzo 1939): El Fin de la Guerra
a) La Caída de Cataluña
Tras la derrota en el Ebro, las tropas franquistas lanzaron su ofensiva final sobre Cataluña. La resistencia republicana, agotada, fue superada. Barcelona cayó el 26 de enero de 1939. Cientos de miles de refugiados, incluyendo el gobierno republicano y los restos del ejército, cruzaron la frontera hacia Francia.
b) La Caída de Madrid y el Fin de la Guerra
Con Cataluña perdida, el último reducto republicano importante era la zona centro, incluyendo Madrid. En marzo de 1939, el coronel Segismundo Casado dio un golpe de Estado contra el gobierno republicano (presidido por Negrín), con la intención de negociar una rendición honrosa con Franco. Sin embargo, Franco solo aceptó la rendición incondicional.
Las tropas franquistas entraron en Madrid el 28 de marzo de 1939. El 1 de abril de 1939, el general Franco firmó el último parte de guerra, declarando el fin del conflicto.