El Franquismo: Una Dictadura Personal
El franquismo fue una dictadura personal instaurada por Francisco Franco tras su victoria en la Guerra Civil Española. El régimen, inicialmente influido por el fascismo de Italia y Alemania, supo adaptarse tras la Segunda Guerra Mundial a las nuevas circunstancias internacionales, especialmente durante la Guerra Fría. Aunque existe debate sobre su naturaleza, se le ha descrito como autoritario, clerical, militarista y con elementos totalitarios, especialmente en sus primeros años.
Ideología del Régimen
Franco asumió todos los poderes como Jefe del Estado en 1936 y estableció un estado de partido único con raíces en el pensamiento conservador del siglo XIX, el fascismo del XX, y el nacionalismo. Se promovió un nacionalismo centralista, exaltando momentos históricos como la Reconquista y el Imperio Español, y rechazando cualquier forma de regionalismo o ideología extranjera. El lema “España, Una, Grande y Libre” lo sintetizaba.
Nacional-Catolicismo
El nacional-catolicismo fue otro pilar fundamental: el régimen se alió con la Iglesia Católica, que apoyó a Franco en la guerra y recibió poder e influencia en ámbitos clave como la educación. A su vez, Franco rechazó el liberalismo y la democracia, restringió libertades, ilegalizó partidos y persiguió a los “rojos” (comunistas, masones, nacionalistas, etc.). Su anticomunismo fue clave para legitimarse ante las potencias occidentales durante la Guerra Fría.
Apoyos Ideológicos y Sociales
Franco sostuvo su régimen con el respaldo de distintas “familias”:
- La Iglesia: Plenamente integrada, impuso su moral y proporcionó cuadros como los tecnócratas del Opus Dei.
- El Ejército: Base leal del régimen, controló la represión y ocupó altos cargos políticos.
- La Falange: Aportó símbolos, ideología y control social, aunque perdió protagonismo tras 1945.
- Los Monárquicos: Divididos entre carlistas y donjuanistas, tuvieron un papel conflictivo.
La Dictadura y sus Leyes Fundamentales
Tras la victoria en la Guerra Civil, Franco instauró una dictadura personal que desmanteló la legalidad republicana y construyó un nuevo Estado basado en el autoritarismo. El régimen se legitimó mediante siete Leyes Fundamentales promulgadas entre 1938 y 1967, que organizaron los poderes del Estado y consolidaron el poder personal del dictador.
Leyes Fundamentales
- Fuero del Trabajo (1938): Instauró un sistema sindical único bajo control estatal, eliminando los sindicatos de clase.
- Ley Constitutiva de las Cortes (1942): Estableció una “democracia orgánica”, sin representación política real.
- Fuero de los Españoles (1945): Otorgaba derechos condicionados y mecanismos de control social.
- Ley de Sucesión (1947): Proclamaba a España como reino, reservando a Franco el derecho a nombrar sucesor.
- Ley Orgánica del Estado (1967): Simulaba una constitución, separando nominalmente los cargos de jefe del Estado y del Gobierno.
Política Exterior del Franquismo
En política exterior, el franquismo pasó de la afinidad con el Eje (participación simbólica con la División Azul) a un aislamiento internacional (1945-1953) por su carácter dictatorial y su pasado pronazi. Sin embargo, la Guerra Fría y el anticomunismo permitieron su integración en organismos internacionales y la firma de acuerdos clave como el Concordato con la Santa Sede y los Pactos de Madrid con Estados Unidos en 1953. En 1955, España ingresó en la ONU.
Etapas del Franquismo
El franquismo vivió tres etapas:
- Primera (1939-1959): Predominio falangista, autarquía y represión.
- Segunda (1959-1969): Desarrollismo económico, auge de los tecnócratas del Opus Dei y leve apertura social.
- Última (1969-1975): Crisis del régimen, creciente malestar social y político, tensiones internas y represión.
La Crisis Económica y Social
Tras la Guerra Civil, España sufrió una profunda crisis económica y social. Las pérdidas humanas fueron enormes y el país quedó devastado. A esto se sumó la represión del régimen franquista, que ejercía un estricto control político y moral sobre la población. Económicamente, el país adoptó un modelo autárquico inspirado en el fascismo italiano, basado en la autosuficiencia y el aislamiento exterior, lo que agravó aún más la situación.
Fracasos de la Autarquía
La autarquía fracasó rotundamente, generando inflación, hambre y escaso crecimiento económico. A finales de los años 50, presionados por el contexto internacional y por la necesidad de modernización, se impulsó una política de estabilización económica. Se liberalizó parcialmente la economía, se devaluó la peseta y se inició la apertura al capital extranjero.
Desarrollismo
El Plan de Estabilización de 1959 marcó el inicio del desarrollismo, un periodo de crecimiento sostenido durante los años 60, gracias al turismo, la inversión exterior y las remesas de emigrantes. Sin embargo, este crecimiento fue desequilibrado, concentrado en zonas como Cataluña, Madrid o el País Vasco, y muy dependiente tecnológicamente del exterior.
Transformaciones Sociales
Socialmente, el desarrollismo transformó la estructura de la población. La natalidad creció con el