Hitos Cruciales de la Historia Española: Dictadura, República y Transición Democrática

1. La Justificación del Golpe de Estado de Primo de Rivera (1923)

Este texto aborda un motivo directo de temática política en el que el Capitán General de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, se dirige “al país y al Ejército” el 13 de septiembre de 1923 para anunciar su golpe de Estado. En el primer párrafo, afirma que actúa obligado por las circunstancias y el clamor popular para salvar a la Patria de aquellos que han llevado a España a una situación de inmoralidad. En el segundo párrafo, comienza a enumerar los males que, según él, destruyen España y que justificaron el golpe de Estado. Uno de ellos eran los vicios del sistema electoral que secuestraban la voluntad popular. En el tercer párrafo, Primo de Rivera transmite la idea de que, según su visión, la intervención militar es un clamor popular y especifica los males que estaban llevando a España a la ruina, a saber: asesinatos y secuestros, inseguridad ciudadana, mala gestión económica, corrupción, petición de responsabilidades por el desastre de Annual, huelgas, propaganda comunista y anarquista, politización de la Justicia, ataques a la Iglesia Católica y separatismo.

Causas y Apoyos del Golpe de Estado de 1923

Entre las causas del golpe de Estado, se destacan:

  • Contexto internacional: Ascenso del fascismo tras la Primera Guerra Mundial y la Revolución Socialista en Rusia. Benito Mussolini llegó al poder en Italia en 1922 con el fin de imponer el “orden social” y alejar el peligro comunista.
  • Crisis del sistema de la Restauración: El corrupto sistema de la Restauración entró en una inestabilidad política con continuos cambios de gobierno incapaces de resolver los problemas.
  • Petición de responsabilidades por el desastre de Annual: Tras el desastre, se exigió que se asumieran responsabilidades que afectarían a altos mandos del Ejército y al rey Alfonso XIII. Se elaboró el Informe Picasso, que nunca vería la luz.
  • Conflictividad laboral y social: Las desigualdades provocadas por la neutralidad española en la Primera Guerra Mundial generaron un descontento laboral y social, haciendo que crecieran las huelgas y atentados, que serían respondidos con el asesinato de líderes obreros y sindicales.
  • Auge de los nacionalismos periféricos y del republicanismo: La crisis del sistema propició el crecimiento de los movimientos nacionalistas en algunos territorios y del republicanismo como alternativa a una monarquía muy desgastada.

El golpe de Estado contó con los siguientes apoyos:

  • El rey: Quien veía con temor la desaparición de un sistema en el que gobernaba plenamente, así como la petición de responsabilidades por el desastre de Annual que le afectaba por su apoyo al General Silvestre.
  • El Ejército: Que no admitía la responsabilidad por el desastre de Annual y que se creía con el deber de “salvar a la Patria”.
  • La patronal: En especial la catalana, que veía con horror las huelgas, los atentados y el temor a una revolución. Podríamos añadir la pasividad del Movimiento Obrero. Además, existía la creencia de que la dictadura sería breve hasta que el país se estabilizara.

2. Evolución y Fin de la Dictadura de Primo de Rivera

La dictadura de Primo de Rivera fue un régimen con un vago programa regeneracionista inspirado en los regímenes autoritarios en auge en la Europa de entreguerras. En 1923, Miguel Primo de Rivera encabezó un pronunciamiento militar contra el gobierno constitucional, sin apenas hallar oposición. Primo de Rivera presentó la dictadura como algo provisional, “hasta que se extirpasen los males del país”. El rey Alfonso XIII le llamó para formar un nuevo gobierno y le otorgó el cargo de presidente y de ministro único. Contó con el apoyo de la alta burguesía, las clases medias y el Ejército.

El Directorio Militar (1923 – 1925)

Anunció el Estado de Guerra durante dos años: suspendió la Constitución de 1876, disolvió las Cortes, prohibió las actividades de los partidos y sindicatos, e impuso el orden público con duras medidas represivas, lo que conllevaría una radicalización del nacionalismo catalán hacia posturas separatistas.

Los ayuntamientos fueron sustituidos por juntas de “vocales asociados” elegidos por los mayores contribuyentes, vinculados al sistema caciquil. Su reforma de la administración, que decía pretender acabar con el sistema caciquil, lo reforzó aún más.

Primo de Rivera obtuvo un éxito importante con el desembarco de tropas españolas en Alhucemas, alcanzando sus objetivos iniciales y controlando todo el protectorado.

El Directorio Civil (1925 – 1930)

En esta fase, Primo de Rivera cambió el Directorio Militar por un gobierno civil con intención de seguir en el poder y declaró su voluntad de construir un régimen corporativista basado en las dictaduras autoritarias de la Europa de entreguerras, especialmente la Italia de Mussolini. Impulsó desde el poder la creación de un partido de derechas, la Unión Patriótica, a la que le faltaba un programa e ideología definidas, y no fue más que un instrumento de propaganda para asegurar el apoyo al régimen.

En 1926, anunció la convocatoria de una Asamblea Nacional Consultiva, compuesta por representantes del Estado, de la administración y de la Unión Patriótica, con el objetivo de crear una nueva “constitución”. Sin embargo, sus funciones eran solo consultivas.

La dictadura se benefició de la coyuntura expansiva internacional de los años veinte. Su política económica se caracterizó por el intervencionismo estatal y el nacionalismo económico. Sus objetivos fueron impulsar la industria nacional mediante la concesión de ayudas a las grandes empresas. También se crearon grandes monopolios como CAMPSA y Telefónica. El fomento de las obras públicas fue de lo más destacable de esta etapa.

La escasa conflictividad social se explica por la represión, pero también gracias al desarrollo de una amplia política social y de una legislación laboral, basada en la intervención y mediación por parte del Estado. Su puesta en práctica contó con la ayuda de los socialistas, que la consideraron ventajosa para consolidar tanto al partido como al sindicato.

El Final de la Dictadura

A partir de 1926, la dictadura empezó a perder apoyos y crecieron las críticas y la oposición. Encontramos el pronunciamiento militar conocido como la “Sanjuanada”, protagonizado por militares descontentos, y el alejamiento de muchos de los militares con el régimen. Por otra parte, fue en aumento el ascenso de los partidos republicanos y la oposición al régimen de intelectuales que se enfrentaron al dictador, a pesar de la rígida censura. En 1927, se decretó la división provincial de Canarias creando la provincia de Las Palmas. Para compensar a Tenerife, se creó la Universidad de La Laguna, entre otras medidas.

Primo de Rivera, falto de apoyos, presentó su dimisión en enero de 1930.

3. Transformaciones Económicas y Sociales en España (1959-1973)

El año 1959 marca un punto de inflexión claro para la dictadura. En el ámbito económico, el Plan de Estabilización de los ministros del Opus Dei y la calma de una favorable coyuntura internacional expansiva favorecieron el crecimiento económico en España. La economía española se liberalizó, recortando el gasto público y disminuyendo el intervencionismo estatal. Las industrias y los servicios conocieron un rápido crecimiento, en especial el turismo. Hubo Planes de Desarrollo que no funcionaron y generaron desequilibrios entre las regiones del país. Estos cambios económicos produjeron fuertes movimientos migratorios del campo a la ciudad (éxodo rural), de unas regiones a otras y a Europa. El paro era una palabra casi desconocida. Estos cambios económicos provocaron profundas transformaciones sociales. Los cambios demográficos fueron muy importantes: la población creció por la disminución de la tasa de mortalidad y el mantenimiento de la natalidad, más el aumento de la esperanza de vida. Las migraciones fueron notables, generando desequilibrios y desigualdades entre las regiones. Sin embargo, los servicios públicos y la vivienda no crecieron al mismo ritmo que las necesidades sociales. Muchos barrios nacieron y crecieron sin equipamientos sociales, provocando un auge del movimiento vecinal. No obstante, apareció en España la sociedad de consumo. Si juntamos todos estos factores, tenemos que cambiaron las costumbres y mentalidades: nuevas modas en la música y el vestir, alejamiento social de la Iglesia nacionalcatólica, nuevas pautas de relaciones entre chicos y chicas, etc. En resumen, la sociedad cambiaba a marchas forzadas, pero el régimen se mantenía anclado en el pasado.

4. Proclamación de la Segunda República y su Contexto (1931)

Tras la caída de la Dictadura del General Miguel Primo de Rivera y la “dictablanda” del General Berenguer, se convocaron elecciones municipales el 12 de abril de 1931. Sin embargo, dichas elecciones adquirieron un carácter plebiscitario de apoyo o rechazo a la monarquía. Los resultados arrojaron dos Españas: la España rural, en la que vencieron las candidaturas monárquicas; por otro lado, en las capitales de provincia y grandes ciudades, venció la conjunción republicano-socialista.

El rey Alfonso XIII entendió que no tenía apoyo popular y abandonó España el 14 de abril, día en el que se anunció la Segunda República en España en un ambiente de general alegría. En Madrid se formó un Gobierno Provisional presidido por D. Niceto Alcalá Zamora, quien sería el primer Presidente de la República Española. El régimen republicano representó un serio intento de modernización de las estructuras sociales, culturales, económicas y políticas de una España atrasada con respecto a los países de la Europa Occidental.

Factores que hicieron posible la llegada de la Segunda República

Causas internas:

  1. El fracaso de la dictadura de Primo de Rivera, último intento desesperado por salvar la monarquía de Alfonso XIII ante el claro fracaso de la Restauración, que entre 1912 y 1922 sufrió una gran inestabilidad política y un creciente malestar social evidenciado en continuas huelgas. La dimisión de Miguel Primo de Rivera probó el fracaso de la dictadura, dejando a la monarquía sin apoyos.
  2. La modernización de la sociedad española. España seguía siendo un país agrario, pero también se estaba dando un desarrollo urbano que permitió la formación de una clase media cada vez más importante, formada por pequeños propietarios, profesionales e intelectuales. Igualmente, la industrialización había creado una clase obrera industrial que pedía derechos políticos y sociales a través de sus organizaciones políticas y sindicales. Esos cambios eran incompatibles con el viejo sistema político de la Restauración, diseñado por Cánovas, que tenía como objetivo defender los intereses de la Corona y la oligarquía dominante.

Causas externas:

  1. La crisis económica de 1929. Aunque los efectos de aquella crisis internacional fueron menores en España que en otros países, la contracción del comercio mundial afectó a regiones que dependían de las exportaciones agrícolas. El desempleo y la bajada de los salarios radicalizaron a las organizaciones obreras.
  2. La crisis de las democracias y el auge de las ideologías totalitarias. En los años veinte y treinta, el comunismo, el fascismo y el nazismo eran ideologías en auge. Las democracias liberales eran vistas como inútiles para resolver la crisis económica y la inestabilidad política en buena parte de Europa. Los principios democráticos y republicanos de la Segunda República serían atacados desde la derecha y desde la izquierda, utilizando la libertad que la República les aseguraba para combatirla. En este ambiente de radical enfrentamiento, se entiende la evolución hacia la Guerra Civil.

5. El Frente Popular: Formación y Actuaciones (1936)

La revolución de octubre de 1934 provocó una radicalización de posiciones. La izquierda, tras la represión que siguió a la revolución de octubre, impulsó una concentración de fuerzas que acabó con la creación del Frente Popular. También ayudó a ello el avance del fascismo en Europa y la recomendación de la Internacional Comunista de frenarlo mediante la formación de frentes antifascistas.

Con la experiencia del fracaso electoral de 1933 que dio paso al bienio conservador, la izquierda vio la necesidad de unir sus fuerzas en las elecciones de febrero de 1936 contra la reacción de derechas y para conseguir una amnistía que sacara de la cárcel a los dirigentes populares detenidos tras la revolución asturiana. Se configuró el Frente Popular, que agrupaba a toda la izquierda.

La victoria electoral fue para el Frente Popular, que basó su triunfo en las ciudades y las provincias del sur y la periferia. La derecha triunfó en el norte y el interior del país. Tras las elecciones, Manuel Azaña fue nombrado Presidente de la República. El gobierno, presidido por Santiago Casares Quiroga, estaba formado exclusivamente por republicanos de izquierda. El nuevo gabinete tomó las siguientes medidas:

  1. Se decretó la amnistía y el regreso a sus puestos para todos los represaliados de la revolución de 1934.
  2. Se restauró el Estatuto de Autonomía de Cataluña.
  3. El Estatuto de Galicia fue aprobado en referéndum en junio de 1936, y el del País Vasco estaba prácticamente terminado en julio de 1936.
  4. Se reanudó el proceso reformista iniciado por el Bienio Reformista: Ley de Reforma Agraria, enseñanza, religión, etc.
  5. Alejamiento de Madrid de los generales enemigos de la República: Franco, Mola y Goded.
  6. El Congreso sustituyó al presidente de la República Alcalá Zamora, y fue elegido para el cargo Manuel Azaña.

Sin embargo, el ambiente social era cada vez más tenso. La izquierda obrera había optado por una postura revolucionaria y la derecha buscaba detener esta revolución. Desde el mes de abril, ocurrieron enfrentamientos violentos en las calles entre grupos falangistas y milicias socialistas, comunistas y anarquistas. Se preparaban para el enfrentamiento inminente. La conspiración militar contra el gobierno del Frente Popular avanzaba. Por un lado, existía una trama política conformada por los principales líderes de los partidos. Por otro lado, existía una trama militar, y Mola, destinado en Pamplona, se convirtió en el jefe de la conspiración, el “director” del golpe. Iniciaron contactos con Mussolini y Hitler. El 12 de julio fue asesinado el Teniente José del Castillo, destacado socialista, y en la madrugada del 13 de julio fue asesinado José Calvo Sotelo, jefe de la oposición monárquica.

6. Reformas Impulsadas durante el Bienio Reformista (1931-1933)

Un gobierno de unión republicano-socialista, presidido por Azaña, comenzó un programa de profundas reformas –el Bienio Reformista, 1931-1933– para solucionar los problemas heredados. La mala articulación económica internacional tras la crisis de 1929 y el interés de no aumentar la deuda del Estado hicieron fracasar parte de estas reformas:

  1. Reformas socio-laborales: Las medidas más importantes fueron impulsadas por el ministro de Trabajo Francisco Largo Caballero, miembro del PSOE y de la UGT. Aprobó la Ley de Contratos de Trabajo que controlaba los convenios colectivos, las vacaciones pagadas y protegía el derecho a huelga. También impulsó los seguros sociales y de retiro, aunque no pudo establecer un sistema general de Seguridad Social. El objetivo era dar más poder a la clase obrera. Mejorando las condiciones de los trabajadores, el gobierno esperaba una mayor paz social, pero eso no sucedió porque la CNT entendía que se estaba reforzando al sindicato socialista, por lo que los anarquistas provocaron huelgas de todo tipo.
  2. La reforma agraria: En septiembre de 1932 se aprobó la Ley de Bases para la Reforma Agraria. Se buscaba acabar con el latifundismo, el abandono y la miseria de 2 millones de jornaleros. Se expropiaron sin indemnización las tierras a los Grandes de España y se declararon expropiables con indemnización los latifundios mal cultivados. Las tierras serían entregadas a los campesinos. Se creó el Instituto de Reforma Agraria (IRA) para llevarla a cabo. El ritmo de la reforma fue lento y sus resultados escasos; los campesinos, decepcionados con la República, se inclinaron hacia el anarquismo revolucionario. Por otro lado, los terratenientes se mostraron claramente hostiles.
  3. La reforma religiosa: Se eliminó la subvención al clero, se prohibió a las órdenes religiosas ejercer la enseñanza, se reconocía el matrimonio civil y el divorcio y se disolvió la Compañía de Jesús. El gobierno no supo contener la violencia anticlerical que estalló en mayo de 1931 en Madrid y otras ciudades. Muchos católicos identificaron República con ataque a Dios.
  4. La reforma militar: Azaña trató de someter al ejército a la autoridad civil y aumentar su eficiencia reduciendo el excesivo número de oficiales. La falta de presupuesto impidió la modernización y creó malestar entre los oficiales. Se encargó el orden público a la Guardia de Asalto.
  5. La reforma territorial: Se concedió a Cataluña el Estatuto de Autonomía: un Gobierno autónomo, la Generalitat, tenía competencias en cultura, obras públicas y orden público. En el País Vasco, el proyecto de Estatuto elaborado por el Partido Nacionalista Vasco y los carlistas fue rechazado. No habría Estatuto de Autonomía hasta 1936, iniciada la Guerra Civil. Parte del Ejército entendió que peligraba la unidad de España y ya en 1932 el General Sanjurjo protagonizó un intento golpista que fracasó.
  6. La reforma educativa: La escuela primaria era obligatoria, gratuita, laica y mixta. Aumentó en un 50% el dinero destinado a educación, construyéndose más de 10.000 escuelas y se crearon 7.000 puestos de maestros. Las Misiones Pedagógicas llevaron la cultura a regiones atrasadas. La Iglesia Católica reaccionó contra la pérdida de sus privilegios en el sistema educativo.

7. La Justificación de la Sublevación Militar por Franco (1936)

Este texto aborda un motivo directo de temática política. El documento está firmado por Francisco Franco, en Santa Cruz de Tenerife el 18 de julio de 1936, y publicado en el diario La Provincia de Las Palmas de Gran Canaria cuatro días después. El General Franco se dirige a los españoles pidiendo que defiendan la patria que, para él, se encontraba en una situación crítica. En el primer párrafo, nombra algunos supuestos males: el desorden, la anarquía y las huelgas revolucionarias. En el segundo párrafo, señala a los que él llama “explotadores de la política” y “engañadores del obrero honrado”. Afirma que el pueblo español pide paz, concordia y justicia, y que será el Ejército español quien lo hará posible. Por último, habla en nombre de toda España y declara que las Fuerzas Armadas van a salvar la patria, reprimiendo a todo aquel que se oponga.

Antecedentes de la Guerra Civil y Apoyos de los Sublevados

Partiendo del contexto internacional, la situación española se diferenciaba de la del resto de Europa. La crisis económica de 1929, una crisis social creciente, un mal cierre de la Primera Guerra Mundial y el temor de ciertos sectores sociales a una revolución comunista como en Rusia, provocaron el desprestigio de las democracias liberales, una radicalización creciente y un auge de las ideologías totalitarias. La reforma militar respaldada por el presidente del gobierno D. Manuel Azaña durante el Bienio Reformista ya había creado malestar en los cuarteles.

A ese contexto desfavorable para la República, hemos de tener en cuenta las circunstancias internas en las que se escribe el Manifiesto, en concreto, la situación previa al desencadenamiento de la Guerra Civil. Tras la victoria de la unión de izquierdas en las elecciones de febrero de 1936, se produjo una radicalización de la situación política del país, hecho que coincidió con el aumento de la violencia en las calles. Además, ya tras el triunfo de la Segunda República se había generado un contexto anticlerical con ataques a iglesias y conventos, que fueron quemados. Otro hecho importante fue el asesinato de José Calvo Sotelo, líder de las derechas, el 13 de julio de 1936. Previamente había sido asesinado el Teniente Castillo, militante del PSOE. La República tuvo enemigos tanto por la derecha como por la izquierda, pues muchos grupos y sindicatos de izquierdas antepusieron “hacer la revolución” a defender la República, a la que consideraban “burguesa”. En este contexto, militares opuestos a la República, con la colaboración de grupos derechistas, prepararon un golpe de Estado en el que Canarias iba a jugar un papel destacado por ser el General Franco quien lo lideraba. Este llamamiento del General Franco solo logró movilizar a una parte del Ejército y la rebelión fracasó. Pero el gobierno de la República tampoco logró controlar la situación en el país, lo que desencadenó una larga y cruel Guerra Civil.

Desde el principio del golpe, Franco contó con el apoyo de la España tradicional, concentrada sobre todo en la España rural y campesina. También contó con el apoyo de las clases medias de las pequeñas y medianas ciudades españolas y, por supuesto, de las élites económicas, la Iglesia Católica y parte del Ejército. También contó con la ayuda exterior proveniente del Eje fascista Berlín-Roma y del Portugal salazarista.

8. Costes Humanos y Consecuencias de la Guerra Civil Española

En cuanto a costes humanos, hubo un elevado número de víctimas mortales entre los frentes y las de la represión de las retaguardias. Los cálculos más aceptados estiman 500.000 muertos. En la Guerra Civil, la crueldad fue norma común en los territorios de ambos bandos. Los militares rebeldes, al conquistar un pueblo o ciudad, eliminaban a miembros y simpatizantes de partidos y sindicatos de izquierdas, pero entre sus víctimas también hubo una gran cantidad de maestros e intelectuales. En la zona republicana también fueron frecuentes las ejecuciones a cualquiera que fuese sospechoso de ayudar o simpatizar con los sublevados, para lo cual bastaba con tener opiniones conservadoras, ser sacerdote o religioso. No obstante, el número de ejecuciones en esta zona fue menor al del bando sublevado. Puntos negros destacados de una siniestra geografía de muerte fueron Badajoz y Paracuellos del Jarama.

Desde el punto de vista económico, la destrucción fue muy fuerte en el sector de las comunicaciones, que fueron dañadas. Ferrocarriles y carreteras, así como la destrucción de viviendas en poblaciones que sufrieron directamente el conflicto y que tuvieron que ser recuperadas por la Dirección General de Regiones Devastadas y Reparaciones, en la que trabajaron obreros de la región o reclusos. Unas 500.000 viviendas quedaron parcial o totalmente destruidas.

La producción industrial bajó un tercio por la falta de materias primas y energía, y la agrícola una cuarta parte debido a la marcha de los hombres. La cabaña ganadera se redujo entre un tercio y la mitad. Se considera que la guerra costó entre el 25 y el 30% de la renta nacional de 1935. La renta nacional no se recuperó hasta finales de los años 50, fruto de lo difícil que fue recuperarse sin ayuda internacional. Desde el punto de vista político, el bando nacional instauró un régimen totalitario con Francisco Franco a la cabeza. Gran parte de los avances políticos y sociales fueron anulados. También supuso un aislamiento con el resto del mundo hasta el comienzo de la Guerra Fría, cuando se volvieron a establecer relaciones diplomáticas.

En cuanto a consecuencias sociales, en la España de la posguerra no hubo arreglo y la represión se continuó aplicando por el régimen de Franco: fusilamientos, encarcelamiento, trabajadores de la Administración Pública separados de sus cargos o sancionados de alguna forma. Medio millón de españoles se vieron obligados a huir de la represión franquista, con destinos como Francia, México y Argentina; muchos no regresarían jamás. Culturalmente, las generaciones más jóvenes nacieron en un mundo de rencores y miedos, y fueron forzados a unirse a las filas del régimen. Las Universidades, institutos y en especial el cuerpo de maestros fueron objeto de duros procesos de limpieza. La nueva cultura se impuso según los ideales del nuevo régimen. Cerca del 90% de los intelectuales de élite fueron exiliados, dejando a los españoles sin maestros; novelistas, estudiosos de la lengua, poetas se marcharon y su voz se silenció. Casi al completo la Generación del 27 fue exiliada. Los premios Nobel de 1956 y 1959 estaban fuera de España. La guerra supuso una verdadera fractura moral del país. Varias generaciones quedaron marcadas por el sufrimiento de la guerra y la represión de la posguerra. El régimen de Franco nunca buscó la reconciliación de los españoles y siempre recordó su origen bélico. Las heridas de la guerra civil perduraron durante decenios.

9. Las Actuaciones de Adolfo Suárez para la Reforma Política (1976-1977)

Tras la muerte de Franco, continuó como Presidente del Gobierno Carlos Arias Navarro, un franquista inmovilista. Pero para avanzar en el proceso reformista se necesitaba desmontar las estructuras del régimen franquista y sus instituciones. En el verano de 1976, el rey Juan Carlos nombró como Presidente del Gobierno a un joven “camisa azul” llamado Adolfo Suárez, lo que creó una gran decepción en la oposición política. Sin embargo, el gobierno de Suárez dio muestras claras de su afán reformista. Ese mismo verano, Suárez legalizó casi todos los partidos políticos y aprobó una Ley de Amnistía que afectaba a los presos políticos encarcelados por motivos ideológicos.

En septiembre, Suárez presentó la Ley para la Reforma Política a las Cortes con el fin de que estas quedaran disueltas. Su objetivo era establecer unas Cortes cuyos miembros fueran elegidos por sufragio universal; reconocimiento del pluripartidismo; defensa de los derechos fundamentales de la persona, etc. Es decir, una democracia que permitiera la plena integración de España en las instituciones europeas y mundiales. Esta ley permitía la ruptura del sistema yendo “de la Ley a la Ley a través de la Ley”. Una vez aprobada por las Cortes franquistas, fue sometida a referéndum popular, obteniendo una amplia aprobación ciudadana a pesar del boicot de parte de la oposición. En abril de 1977 se produjo la legalización del Partido Comunista de España, lo que produjo una fuerte reacción en algunos sectores del Ejército.

En junio de 1977 se convocaron las primeras elecciones libres a Cortes desde febrero de 1936, que serían elecciones constituyentes. En octubre, las nuevas Cortes democráticas aprobaron una nueva Ley de Amnistía más amplia. Y para hacer frente a la crisis económica, Suárez impulsó los Pactos de La Moncloa mediante acuerdos con la oposición. Diversos factores favorecieron que aquellos años fueran propicios a los acuerdos, con sus logros y deficiencias. Sin embargo, al poco tiempo, aquel espíritu integrador se fue diluyendo.

10. Causas de la Crisis Final del Franquismo (Desde 1973)

El año 1973 supuso otro punto de inflexión para la dictadura. Varios factores aceleraron la descomposición del régimen:

  1. Uno de los factores fue la crisis internacional del petróleo. Los países árabes utilizaron el petróleo como arma política, generando una grave crisis en los países capitalistas. Muchas empresas cerraron, el desempleo empezó a crecer y el régimen no se atrevió a aplicar los precios reales del petróleo por miedo a un estallido social, poniendo las cuentas del Estado en números rojos.
  2. Otro factor fue el asesinato del almirante Luis Carrero Blanco, quien había sido elegido por Franco como Presidente del Gobierno. El asesinato fue obra de ETA y nunca se ha aclarado del todo si hubo más complicidades. El almirante Carrero representaba y garantizaba que tras la muerte del dictador los cambios serían mínimos. Su muerte desbarató esos planes y abría la posibilidad a una democracia más plena.
  3. Se descompuso y dividió el régimen entre los “aperturistas” y el denominado “búnker”, partidarios de seguir con el franquismo incluso tras la muerte de Franco. Con el nombramiento del nuevo Presidente del Gobierno, Carlos Arias Navarro, se hizo patente la victoria de los sectores más inmovilistas: la reforma desde dentro había fracasado.
  4. El declive personal del dictador, ya anciano y enfermo, que en 1974 tuvo que dejar temporalmente la Jefatura del Estado en manos del príncipe Juan Carlos. Estas circunstancias no hicieron más que empeorar la lucha entre los partidarios de reformas democráticas y los inmovilistas reacios a cualquier cambio.
  5. Esta crisis económica y política, junto con los cambios culturales que ya operaban en parte de la sociedad española, hizo que se incrementaran las movilizaciones populares con frecuentes protestas obreras, estudiantiles y vecinales. Ante el claro fin del régimen, la oposición se unió en plataformas unitarias.
  6. También aumentaron las acciones de grupos terroristas, algunos de cuyos miembros fueron detenidos y condenados a pena de muerte. Dichas condenas provocaron manifestaciones de rechazo contra el régimen franquista en toda Europa, aislando a la dictadura.
  7. Dos pilares del régimen comenzaron a dar señales de distanciamiento: la Iglesia Católica y un sector del Ejército, en el que surgió una minoritaria Unión Militar Democrática que, aunque fue desarticulada, mostró que la lealtad de la milicia ya no era total. Por otro lado, la Iglesia se distanció cada vez más de la dictadura, lo que provocó que el entonces cardenal Tarancón fuera amenazado de muerte.
  8. Por último, en octubre de 1975, aprovechando la inminente muerte del dictador, el rey de Marruecos impulsó la Marcha Verde sobre la provincia española del Sáhara Occidental. Al frente de dicha Marcha iban civiles marroquíes, teóricamente desarmados, portando banderas marroquíes y estadounidenses para ocupar el Sáhara español. El entonces príncipe Juan Carlos I prometió un referéndum de autodeterminación a los ciudadanos saharauis, pero dicha promesa jamás se cumpliría: España se marchó del Sáhara dejando a la población saharaui abandonada a la voluntad del ejército y la policía que venían detrás de la población civil. El 20 de noviembre de 1975 murió el dictador, dejando al régimen aislado y descompuesto.

11. Disentimiento y Alternativas Políticas tras la Muerte de Franco

¿En qué consistió el disentimiento que menciona el texto?

La diferencia de la que habla Pere Ysás en este texto se refiere a todo el movimiento de oposición al franquismo: el movimiento obrero con sus conquistas laborales y políticas, el movimiento juvenil, el movimiento vecinal que luchaba por unas condiciones de vida dignas, el movimiento de la Iglesia Católica que se había ido alejando del régimen, el movimiento feminista que luchaba por quitarse de encima los viejos estereotipos sexistas, el movimiento LGTBI+ por liberarse de los prejuicios, sectores del régimen franquista que se fueron alejando de él, personalidades independientes del mundo cultural y académico, y un largo etcétera de movimientos que forzaron el fin de la dictadura y la conquista de la Democracia. Todos estos movimientos lograron que en 1975 el régimen quedara enfermo de muerte.

Alternativas Políticas Propuestas tras la Muerte de Franco

En el tardofranquismo se plantearon proyectos de futuro tanto entre las distintas familias del régimen como de la oposición política acerca de qué rumbo seguir tras la muerte del dictador. En el seno del régimen franquista, había dos tendencias: los aperturistas y los inmovilistas.

  • Los inmovilistas no tenían más proyecto que el franquismo sin Franco. En 1975, el líder de este sector era el propio Presidente del Gobierno Carlos Arias Navarro. En este grupo estaban personajes como José Antonio Girón de Velasco, Blas Piñar, y muchos miembros de la milicia que intentarían dar varios golpes de Estado para frustrar cualquier salida democrática.
  • Los aperturistas eran partidarios de conducir el régimen hacia una democracia. A este grupo pertenecían el propio príncipe, luego rey Juan Carlos I, y sus hombres de confianza: Manuel Gutiérrez, Manuel Fraga, y Adolfo Suárez. Eran partidarios de cambiar el régimen, pero desde lo legal y sin rupturas: “de la Ley a la Ley a través de la Ley”.

Por su parte, también en la oposición política, formada fundamentalmente por partidos de izquierdas divididos y los de los nacionalismos periféricos, había distintos proyectos:

  • La Junta Democrática planteaba una ruptura que consistía en disolver las instituciones franquistas y formar un gobierno provisional que garantizara estructuras democráticas.
  • La Plataforma de Convergencia Democrática planteaba una reforma de las instituciones franquistas para que, legalmente, se desembocara en el sistema democrático. Este proyecto coincidía con el de los aperturistas del régimen franquista.

Ambas alternativas opositoras terminaron convergiendo en Coordinación Democrática, una organización que fue capaz de llegar a un gran consenso con los aperturistas del régimen para lograr unas elecciones libres y un sistema democrático.

12. Organización Política del Estado Franquista

La dictadura franquista pretendió adjudicarse una cierta legalidad jurídica, razón por la que se elaboraron unas Leyes Fundamentales del Reino como sustitutivo de una Constitución democrática. Las Leyes Fundamentales del Reino fueron un conjunto de ocho leyes españolas que organizaban los poderes del Estado durante la dictadura. A la vez, reducían los aspectos básicos del régimen franquista, pretendiendo asemejarse a una Constitución.

Estas Leyes fueron:

  • Fuero del Trabajo
  • Ley Constitutiva de las Cortes
  • Fuero de los Españoles
  • Ley de Referéndum Nacional
  • Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado
  • Ley de Principios del Movimiento Nacional
  • Ley Orgánica del Estado

El régimen franquista fue una dictadura militar y nacionalcatólica unipersonal, con Franco concentrando todos los poderes: Jefe del Estado, jefe del partido único y Generalísimo de los tres ejércitos. El dictador nombraba a toda la estructura del Poder Ejecutivo, a los presidentes del Poder Legislativo cuyo carácter era solo consultivo y nombraba a los altos cargos del Poder Judicial. También existía un sucedáneo de elecciones en las que por medio de sufragio indirecto se podía elegir representantes en las Cortes por medio de las tres instituciones que se consideraban “naturales”: la familia, el municipio y el sindicato único. Por el tercio familiar solo votaban los hombres. Las mujeres solo podían votar si eran viudas. A esta copia de sistema de representación se denominó democracia orgánica.

13. La Resolución de la ONU sobre las Relaciones con España (1946)

Argumentos de la ONU para negar el ingreso de España y su valoración

Este texto aborda la temática de la resolución de la ONU sobre España. En dicho documento se recogen los argumentos de los miembros de la ONU para excluir a España de su seno. El documento, fechado en diciembre de 1946, un año después del fin de la Segunda Guerra Mundial, establece:

  • Punto A: Se manifiesta que el régimen vigente en España es fascista, tanto por su origen como por su estructura y comportamiento, y por la ayuda recibida de Hitler y Mussolini. Sus símbolos y principios eran propios de un régimen totalitario fascista: culto a un líder que acaparaba todos los poderes, persecución y muerte de los opositores, ausencia de libertades y derechos humanos básicos, control de la sociedad, militarismo, y la Alemania nazi y la Italia fascista como modelos. También hubo ayuda económica y militar al General Franco por parte del Eje nazi-fascista. Uno de los ejemplos más conocidos es el bombardeo de la localidad vasca de Guernica que Pablo Picasso inmortalizó en su cuadro.
  • Punto B: Se añade que Franco ayudó al Eje Berlín-Roma, permitiendo el uso del territorio español y enviando tropas de falangistas (División Azul) a apoyar al ejército alemán contra la URSS.

En el tercer párrafo, se afirma que el gobierno del General Franco no representa a la ciudadanía española y se aconseja que no haya representación del régimen franquista ni en la ONU ni en ninguno de los organismos creados por dicha Organización hasta que en España haya un sistema democrático. El régimen franquista nació de un golpe de Estado que dio paso a una Guerra Civil y, por lo que solo representaba a la parte ganadora de la contienda; los perdedores tuvieron que elegir, quienes pudieron, entre la represión o el exilio. En el siguiente párrafo, se pide al régimen franquista que convoque elecciones libres para que se forme un gobierno legal que represente la voluntad libre de los ciudadanos y que se reconozcan inmediatamente las libertades públicas y los derechos humanos. En caso contrario, se recomienda al Consejo de Seguridad de la ONU que tome las medidas necesarias para implantar un sistema democrático en España. Por último, se recomienda a todos los países miembros que retiren de Madrid a sus embajadores y representantes con el fin de aislar al régimen totalitario. Estas medidas de presión contra el régimen franquista hay que entenderlas en el contexto de derrota y desprestigio del Eje nazi-fascista que había perdido la Segunda Guerra Mundial y del que Franco había sido aliado.

Consecuencias de la Resolución en las Relaciones Internacionales y la Política Interna hasta 1959

Ante esta situación, el régimen franquista reaccionó con tres tipos de medidas. Por un lado, cuando EE. UU. entró en la Segunda Guerra Mundial, Franco ocultó los elementos y símbolos más fascistas y los cambió por otros más aceptables para la comunidad internacional. La dictadura también abordó la aprobación de medidas políticas cosméticas para aparentar una cierta representatividad. Así, se aprobaron algunas leyes como:

  • El Fuero de los Españoles
  • La Ley de Referéndum Nacional
  • La Ley Constitutiva de las Cortes
  • El Fuero del Trabajo
  • La Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado
  • La Ley de Principios del Movimiento Nacional

Por último, tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, el régimen sustituyó la retórica fascista por el anticomunismo. Ya en un contexto internacional de Guerra Fría, Franco se ofreció a EE. UU. contra el comunismo internacional y la URSS. Este arreglo estético no impidió que la dictadura franquista quedara aislada, al menos hasta 1953, cuando España fue admitida en la ONU y se firmó el Concordato de España con el Vaticano. El aislamiento internacional fue desapareciendo.

En el ámbito interno español, fueron los años de autarquía en los que el régimen casi no tuvo intercambios con otros países. Fueron años de hambre, escasez, cartillas de racionamiento, miseria, miedo y corrupción. Ante el fracaso de esta política autárquica, el régimen adoptó ciertas medidas liberalizadoras. El año 1959 marca una fecha límite por dos razones. Una, Franco otorgó el gobierno a los tecnócratas del Opus Dei y, por otro, en el contexto de Guerra Fría, el presidente estadounidense Eisenhower visitó Madrid para abrazar a Franco como aliado contra el comunismo y fue recibido en olor de multitudes en la capital española. Ahí comenzó otra etapa en la dictadura.