Desarrollo Político y Cambios Económicos
Las Fases Políticas de la Dictadura
El Directorio Militar (1923-1925)
La Dictadura se presentó como una solución provisional. Era un régimen autoritario cuyas primeras medidas fueron:
- La suspensión de la Constitución de 1876 y de los derechos constitucionales.
- La disolución de las Cortes y el establecimiento de un Directorio Militar de 9 miembros.
- La implantación del Estado de Guerra durante dos años, la supresión de las garantías constitucionales y la censura de prensa.
- Sustituyó a los gobernadores civiles de las provincias por gobernadores militares.
- Eliminó los ayuntamientos, que fueron sustituidos por juntas de vocales.
El nuevo régimen nació con planteamientos regeneracionistas y de lucha contra la vieja política, que se manifestaron en cuatro líneas de acción:
- La eliminación del caciquismo.
- El aseguramiento del orden público.
- La afirmación de un nacionalismo de Estado español frente al nacionalismo periférico.
- La solución del problema de Marruecos.
El Directorio Civil (1925-1930)
El Directorio Civil supuso un intento de perpetuar la dictadura en el tiempo, sustituyendo el Directorio Militar por un Gobierno de carácter civil. Primo de Rivera quiso permanecer en el poder e institucionalizar el régimen dictatorial. La pacificación de Marruecos afianzó el poder personal de Primo de Rivera. En diciembre de 1925, nombró un gobierno civil compuesto por 4 militares y 6 civiles. El nuevo gobierno contaba con políticos jóvenes; los más destacados fueron: Martínez Anido en Gobernación, José Calvo Sotelo en Hacienda y Eduardo Aunós en Trabajo, o el Conde de Guadalhorce en Fomento. El Consejo de Ministros continuaba investido de los máximos poderes, incluso legislativos.
Las propuestas políticas que Primo de Rivera y el Directorio Civil intentaron, acabaron en fracaso. En 1926, el dictador propuso la creación de una Asamblea Nacional Consultiva. La misión de esta asamblea sería confeccionar una nueva Constitución que sustituyera a la de 1876.
Los partidos políticos, tanto dinásticos como republicanos, en ningún caso apoyaron los proyectos políticos de Primo de Rivera. Las relaciones del dictador con el Ejército se deterioraron cuando el general quiso imponer al Cuerpo de Artillería que sus ascensos se realizasen no por la antigüedad, sino por méritos y capacidades. Desde entonces, una parte del ejército se aproximó a las ideas republicanas, mientras que muchos militares monárquicos se alejaban igualmente de las posturas de Primo de Rivera.
La Política Económica y Social
El Dirigismo Económico
Entre las realizaciones del régimen destaca su política económica, llevada a cabo por el ministro Calvo Sotelo. Aprovechando la coyuntura económica favorable (los Felices Veinte), la dictadura permitió fortalecer el crecimiento industrial, consolidándose el capitalismo en España. Con tesis autárquicas, se pretendía el autoabastecimiento. Para este fin, era necesaria la intervención decidida del Estado en la economía para suplir el atraso de la inversión privada. Para garantizar el autoabastecimiento, se regularon los mercados, precios y producción por medio del Consejo de Economía Nacional. Cobraron una gran importancia las ayudas y subvenciones estatales y los aranceles como medida proteccionista.
Como gran motor económico se usó la construcción de infraestructuras, formulado en el Plan Nacional de Infraestructuras. Planificó la construcción de carreteras y la mejora de los ferrocarriles. Se desarrolló también una interesante política hidráulica en la que se pensaron e idearon numerosos embalses para aumentar el regadío, evitar problemas por crecidas y generar electricidad hidroeléctrica. Se crearon las Confederaciones Hidrográficas para evitar el control de los terratenientes sobre el riego, cuyo éxito fue relativo fuera del Ebro. Estas obras públicas se financiaron con la ayuda de los bancos y la emisión de bonos de la Deuda Pública. Para contrarrestar el grave endeudamiento resultante de la importante inversión en infraestructuras que generaba déficit presupuestario, se recurrió a la venta de monopolios estatales ligados económicamente a empresarios amigos del dictador. Los más importantes fueron CAMPSA, que se ocupaba de la distribución y venta del petróleo; también Telefónica, Tabacalera, Loterías y diversos bancos.
Se echaba en falta una política avanzada, pues salvo un intento de Calvo Sotelo de crear un impuesto único y progresivo (echado atrás por la burguesía), no hubo intentos de mejorar la Hacienda. Se promulgaron, eso sí, decretos contra la Ocultación de la Riqueza Territorial, sobre la Contribución Industrial y sobre el Registro de Arrendamiento y Fincas Territoriales para combatir la evasión fiscal. Todo ello logró aumentar la renta nacional y la producción industrial, pero empeoró drásticamente la situación de la Hacienda Pública, cada vez más endeudada. El endeudamiento se arrastraría más allá de la dictadura. Prueba del buen momento de la economía es el éxito de las Exposiciones Universales de 1929 que se realizaron en Barcelona y Sevilla. Los mayores beneficiados con la política económica de la dictadura fueron las clases más pudientes. En esta etapa se asiste a la edad de oro de la banca privada. El Estado se endeudó en exceso y, aunque los obreros mejoraron su nivel de vida, continuaron con salarios bajos; los jornaleros seguían en condiciones miserables.
La Política Social
Desde el punto de vista social, el rasgo más significativo de los años veinte fue la relativa calma, que contrasta con la crispación social que caracterizó la década de los treinta. Fue un período de crecimiento demográfico debido a la mejora en las condiciones sanitarias, que provocaron una menor mortalidad, sobre todo infantil. Disminuyó la migración hacia el exterior, aunque aumentaron los movimientos espaciales internos desde el centro a la periferia. Se trató de combatir la conflictividad laboral atrayendo al obrerismo más moderno. El Estado también intervino en las relaciones entre empresarios y trabajadores. El Estado controlaba e intervenía con una rígida disciplina, mediante la Organización Corporativa Nacional. Esta política contó con el apoyo y colaboración del empresariado y de la UGT; sin embargo, la CNT y el PCE se opusieron frontalmente a esta.
El Código del Trabajo de 1926 regulaba los contratos, los tribunales laborales y los seguros de accidentes. Todo ello estuvo acompañado con un aumento de las prestaciones de la Seguridad Social y subsidios a las familias numerosas o por maternidad. A finales del año 1926 se creaba el Estado Corporativo. Un nuevo marco donde se estipulaban las relaciones sociales sobre la base de las profesiones, organizadas en corporaciones; se constituían los Comités Paritarios, para resolver los enfrentamientos entre empresarios y trabajadores por cuestiones laborales, lo que favoreció la estabilidad en el empleo. La política social fracasó en el campo, donde la abierta hostilidad de los terratenientes impidió establecer comités paritarios.
La Caída de la Dictadura y de la Monarquía
La Oposición a la Dictadura
A mediados de 1928 se hizo patente la decadencia de la dictadura, que se explica por varios factores:
- El creciente aumento de la oposición al régimen, que abarcaba un amplio espectro social.
- Creció el descontento en un sector del Ejército por las arbitrariedades de Primo de Rivera.
- Las crecientes dificultades presupuestarias del Estado.
- La reaparición de los conflictos sociales con movimientos huelguísticos motivó que los socialistas le abandonaran.
Aquejado de una grave enfermedad, Primo de Rivera presentó su dimisión al rey Alfonso XIII el 27 de enero de 1930. Primo de Rivera se exilió a París, donde murió dos meses después.
Resumiendo, podemos sintetizar la oposición a la Dictadura con los siguientes núcleos de presión:
- Los viejos partidos del turno que, aunque debilitados, siempre criticaron la excesiva duración de la Dictadura. Asimismo, participaron en todo tipo de conspiraciones militares.
- Los republicanos, cada vez más organizados.
- La CNT, durísima, al contrario que la colaboracionista UGT. Se dividió en dos grandes grupos: los radicales y los posibilistas.
- El PSOE, que giró rápidamente hacia una orientación claramente pro-republicana.
- Cataluña, sufridora de un movimiento central anticatalanista por parte de Primo de Rivera.
- Por si fuera poco, perdió la confianza de una parte muy importante del Ejército e incluso, al final, de Alfonso XIII.
La situación política se agravó a partir de 1929 con la crisis económica mundial. El país se vio menos afectado por la caída de la Bolsa de Wall Street que aquellas naciones que tenían una dependencia casi total del crédito internacional, como fue el caso de Alemania. La crisis produjo la retirada de muchos capitales procedentes del exterior invertidos en España. A ello hay que unir la existencia permanente de una balanza comercial desequilibrada y de una Hacienda deficitaria, debido al aumento del gasto público. La peseta, que había empezado un ciclo de revalorización en 1924, empezó a perder valor a partir de 1927, alcanzando el máximo de depreciación en 1929. El fracaso de esta política provocó la dimisión de Calvo Sotelo el 20 de enero de 1930.
Mientras duró la relativa prosperidad económica, la Dictadura se mantuvo sin demasiadas dificultades, pero al terminar aquella perdió rápidamente la fácil popularidad que había conquistado. Al ver que se había quedado claramente sin apoyo alguno, que incluso la burguesía (antes esperanzada con él) se manifestaba en su contra, Primo de Rivera preguntó a los altos oficiales del ejército si estaban dispuestos a que siguiera en el poder. Al comprobar que no le sostenían, el 28 de enero de 1930 fue al Palacio Real y presentó su dimisión al rey. Este aceptó y nombró presidente del Consejo de Ministros al general Berenguer. Dos meses después, Primo de Rivera fallecía en París.
La Dictablanda y el Pacto de San Sebastián
Tras dimitir Primo de Rivera, el rey Alfonso XIII mandó que formara gobierno el general Berenguer, quien mantuvo un régimen dictatorial suavizado conocido como la Dictablanda. El programa de Berenguer quería volver a la situación anterior al golpe, restablecer la Constitución de 1876 y el turno de partidos. Se produjo una reacción en contra de Berenguer y del Rey. En agosto de 1930 se firmó el Pacto de San Sebastián entre los socialistas, catalanistas y radicales de izquierda; la CNT no participó, pero dio su consentimiento. Los objetivos eran: poner fin a la monarquía y establecer la República. Berenguer dimitió en febrero de 1931 ante la presión que ejercían sobre él. El almirante Aznar sería su sucesor.
La Caída de la Monarquía (Las Elecciones del 12 de Abril)
Los republicanos plantearon las elecciones municipales como un plebiscito: ¿monarquía sí o monarquía no? Las candidaturas republicanas ganaron en las principales ciudades y capitales de provincia, aunque el conjunto de concejales monárquicos fue superior. El rey renunció al trono y abandonó el país sin renunciar a sus derechos. El 14 de abril de 1931 se proclamó la Segunda República.