La importancia del texto en la comunicación

Texto y propiedades: El texto es una unidad comunicativa plena que responde a una intención, incorpora elementos lingüísticos y extralingüísticos relacionados con una situación concreta y una estructura interna.

Competencia lingüística:

conocimiento de las reglas de construcción y combinación de palabras para formar oraciones.

Competencia comunicativa:

conocimiento de las estrategias y reglas de construcción de textos que cualquier hablante debe conocer para garantizar la eficacia del acto comunicativo.

Propiedades textuales – Adecuación:

Hace que el mensaje se adapte a la intención y la situación comunicativa. Tres factores:

Destinatario:

Hay que saber adoptar las fórmulas de tratamiento adecuadas según la relación entre emisor y receptor.

Situación y tema:

Las variaciones en la lengua según la adaptación a los factores anteriores se denominan registros.

Coherencia:

Asegura la unidad de sentido en el texto. Es importante una buena selección de información y organización. Selección errónea -> fracaso comunicativo. Información conocida por el receptor = Tema, información nueva ignorada por el receptor = Rema. Un texto coherente tiene un equilibrio entre los dos.

Progresión temática:

Una idea nueva se encadena a una parte anterior que la convierte en tema y aporta información.

Progresión lineal:

El tema retoma información aportada por el rema precedente. Se utiliza en textos argumentativos.

Progresión tema constante:

Es la forma más sencilla, el rema retoma y completa el tema inicial. Se utiliza en textos descriptivos.

Progresión tema derivada:

Se desgranan aspectos parciales del tema que contribuyen a hacer una caracterización de conjunto. Se utiliza en descripciones.

Estructura del texto:

El texto está dividido en bloques que desarrollan alguna idea sobre el tema. Cada bloque es un párrafo.

Estructura inductiva:

Exposición de lo particular a lo general, donde se presenta la idea principal o “tesis”.

Estructura deductiva:

Exposición de la idea principal, donde se describen causas, consecuencias o ejemplos.

Estructura circular:

Síntesis de las anteriores, se presenta la idea y se insiste en ella al final.

Estructura sucesiva:

Exposición de hechos siguiendo un orden cronológico.

Cohesión:

El texto debe construir una unidad y establecer vínculos entre oraciones y palabras.

Relaciones referenciales:

Conexión léxica y semántica, es la sustitución de una palabra por otra relacionada por sinonimia, hiperónimos, hipónimos, perífrasis, etc.

Conexión gramatical:

Deíxis, anáfora, anáfora pronominal, adverbios, catáfora, elipsis.

Conectores textuales:

Nexos extraracionales que relacionan las diferentes ideas de un texto y que sirven para guiar su interpretación. Tienen dos funciones:

Estructurar el texto:

presentar la información en orden. Ejemplo: “respecto a” – iniciar tema, “en primer lugar” – ordenar, “además” – continuar.

Estructurar ideas:

organizan ideas a partir de la relación semántica que se establece.

Lenguas románicas:

Proceden del latín vulgar. Variedades lingüísticas que se utilizan en el ámbito coloquial, permeables a las innovaciones y a la incorporación de préstamos germánicos. Factores que influyeron en la fragmentación de la lengua:

Sustrato:

Lengua existente en cada territorio antes de la llegada de los romanos, dejó huella y en algunos casos condiciona la implantación del latín.

Procedencia dialectal y social de los colonizadores:

Diferencias entre los latinos implantados según el origen geográfico y social.

Intensidad de la romanización:

No se extendió de la misma manera en todo el imperio, hay zonas donde la romanización dejó más huella y borró las culturas anteriores.

Superstrato:

Aportaciones lingüísticas posteriores que fueron diversas y desiguales según los territorios, la influencia del superstrato modificó el romance.

División de las lenguas románicas:

Occidental:

portugués, español, catalán, occitano, francés, sardo y romanche.

Oriental:

italiano y rumano.

Texto expositivo:

Pretende transmitir y hacer comprender información relacionada con aspectos de la realidad o ficción. La función lingüística es la referencial. El texto debe ser claro, ordenado y objetivo. Debe presentar información comprensible y usar terminología apropiada. El emisor puede usar citas para reforzar la veracidad. Tiene un carácter didáctico.

Según el destinatario:

Expositivos divulgativos:

informan con un lenguaje llano y comprensible sobre temas de alcance general.

Expositivos especializados:

informan sobre fenómenos y aspectos que exigen conocimientos elevados.

Según la estructura:

Introducción:

presenta el tema.

Desarrollo:

aporta información sobre las diferentes partes del tema.

Conclusión:

recoge valoraciones.

Según la relación de informaciones:

Causa / efecto:

descripción de un hecho y sus consecuencias.

Cronológica:

exposición de eventos en orden temporal.

Recursos lingüísticos:

Léxico:

predominio de palabras monosémicas, con un solo significado. Adjetivos clasificadores y de calidad adjetiva.

Morfosintaxis:

Uso del presente de indicativo, por su carácter atemporal, de la 3ª persona verbal y de las formas impersonales. Predominio de oraciones atributivas enunciativas y estructuras sintácticas coordinadas y subordinadas.