Las Vanguardias Literarias: Una Revolución Estética

Las Vanguardias Literarias

El simbolismo y el hipernasianismo allanaron el camino hacia la innovación, y los artistas vanguardistas adoptaron una postura de deseada marginalidad, desarrollando nuevas formas de entender y sostener la creación estética. Esta crisis espiritual se manifestó en todas las artes, que buscaron modos de expresión alternativos. En 1905, las vanguardias irrumpieron en la escena, afectando a la pintura, la arquitectura y la literatura. El motor de las vanguardias fue el afán de originalidad, donde el arte no admitía la repetición.

Las características comunes de las vanguardias fueron el deseo de romper con el pasado, la promulgación de manifiestos, la búsqueda del escándalo y el sentido lúdico del arte. Los principales movimientos vanguardistas se denominaron ismos.

El Futurismo

El primer manifiesto futurista surgió en 1909 con Marinetti, quien planteó las claves de la nueva estética. Esta poesía exaltaba la velocidad y el progreso, potenciando el valor, la audacia y la revolución. El futurismo se caracterizó por la supresión de los signos de puntuación y la alteración del orden lineal. En España, destacaron Salinas y Alberti.

El Expresionismo

El expresionismo tuvo su origen en Alemania, abarcando la pintura, la literatura y el cine. Los artistas valoraron la imaginación y el sueño, intentando expresar lo físico a través de lo psíquico. En pintura, Kandinsky destacó en el abstraccionismo. En teatro, Bertolt Brecht fue un autor de obras de denuncia y antiburguesas. En las letras españolas, el autor expresionista más significativo fue Valle Inclán con sus esperpentos.

El Cubismo

El cubismo surgió en las artes plásticas con Pablo Picasso, extendiéndose a otras artes como la literatura. Intentó expresar aspectos de una misma realidad y conceptos en poesía. Se eliminó lo anecdótico, y los poemas carecían de puntuación y métrica regular. Apollinaire destacó con sus caligramas.

El Dadaísmo

El dadaísmo surgió hacia 1914 con Tristan Tzara, quien buscaba destruir todo lo anterior. Compartía con otros ismos el afán de ruptura y el gusto por la provocación y el escándalo.

El Surrealismo

El surrealismo pretendía crear un arte nuevo, adentrándose en el subconsciente y los sueños. Sigmund Freud influyó notablemente en este movimiento. André Bretón fue su máximo exponente, junto con Lorca (Poeta en Nueva York) y Vicente Aleixandre (Sombra del paraíso). Explotaban un mundo nuevo y proponían una técnica novedosa: la escritura automática.

El Creacionismo

El creacionismo fue obra del chileno Vicente Huidobro, y en España, Gerardo Diego fue su principal cultivador. Sus planteamientos estéticos se basaban en la creación de un lenguaje nuevo constituido por metáforas sorprendentes, juegos fónicos y eliminación de lo accesorio. El lenguaje de la poesía creacionista rompió con la norma, abandonando su función representativa primaria para alcanzar una significación más profunda.

El Ultraísmo

El ultraísmo fue la versión española de las vanguardias, destacando Ramón Gómez de la Serna, Guillermo de Torre y Jorge Luis Borges. Era un movimiento que acogía todo lo nuevo. Suprimió la anécdota y evitó el sentimentalismo. Defendía un arte deshumanizado.

El Novecentismo

El novecentismo fue un movimiento renovador que buscaba una estética intelectual y racional. Sus escritores, nacidos hacia 1880, convivieron con los de la Generación del 27 y las vanguardias. Sus principales integrantes fueron José Ortega y Gasset, Pérez de Ayala, Gabriel Miró, Juan Ramón Jiménez, Azaña, Gregorio Marañón, Américo Castro, Salvador de Madariaga y Eugenio de d’Ors.

Características en común

  • Gran formación intelectual
  • Partidarios de la europeización de España
  • Preocupación por la ciencia y la educación
  • Cultivo racional y sereno de la cultura
  • Se consideraban una élite intelectual
  • Transmisión de ideas a través de revistas como la Revista de Occidente
  • Referentes nacionales para la modernización del país

Características estéticas

  • Rechazo de las ideas estéticas anteriores
  • Estética intelectual
  • Arte dirigido a las minorías (arte puro)
  • Deshumanización
  • Arte sereno y clásico
  • Estilo frío y formal

El Ensayo Novecentista

El ensayo fue el género preferido de los novecentistas, ya que reflexionaba sobre el problema de España. Ortega y Gasset fue su principal exponente. En obras como Meditaciones del Quijote, España invertebrada o La rebelión de las masas, planteó la necesidad de modernizar España con una visión europeísta y liberal. En La deshumanización del arte, trató el tema del arte nuevo, deshumanizado y puro.

La Novela Novecentista

Ramón Pérez de Ayala y Miró fueron sus autores más destacados. La obra narrativa de Pérez de Ayala se encuadró dentro de la novela intelectual. Destacaron sus novelas autobiográficas (Troteas y lanzaderas, AMDG) y sus novelas con comentarios políticos, morales y estéticos (Belarmino y Apolonio).

La narrativa de Gabriel Miró se caracterizó por descripciones minuciosas y sensoriales con una prosa elaborada. Sus grandes novelas fueron Las cerezas del cementerio y Nuestro Padre San Daniel.

Juan Ramón Jiménez

Tres grandes etapas

  1. Etapa sensitiva: Diario de un poeta recién casado, influencias de Bécquer y simbolistas franceses.
  2. Etapa modernista: Soledad sonora, temas modernistas tratados de forma personal.
  3. Etapa intelectual: Poesía conceptual y compleja, obras dedicadas a la minoría (Diario de un poeta recién casado, Eternidades). Deseo de renombrar las cosas para descubrir su pureza original.

Etapa suficiente

Animal de fondo. Obsesión por la vida, la eternidad y la trascendencia. El poeta se vuelve poesía y se crea a sí mismo.

Estilo

  • Búsqueda de la belleza
  • Conocimiento (profundizar en el ser de las cosas)
  • Ansia de eternidad (poema perdurable)