Momentos Clave en la Historia de España: De la Edad Media a la Transición

Migraciones y Evolución Social en la España del Desarrollismo (Años 60-70)

Clasificación y Naturaleza del Texto

Se trata de un texto historiográfico de contenido socioeconómico y cultural sobre la evolución de España a partir de los años 60. Es un extracto de Historia de la España contemporánea, escrito por E. Temime, A. Broder y G. Chastagnaret, especialistas en historia económica y social. Se considera una fuente secundaria para el estudio de la época, destinado a estudiantes e investigadores de Historia de España.

Ideas Principales

La idea principal que se extrae es que las grandes ciudades como Madrid y Barcelona se convierten en aglomeraciones obreras que crecen descontroladamente y generan nuevos contrastes urbanos.

Como ideas secundarias, se mencionan:

  • Transformación urbana: El encarecimiento de la vivienda en el centro expulsa a las clases populares a la periferia, donde surgen ciudades obreras satélite.
  • Cambios en la estructura social: A pesar de esta segregación, el acceso a una vivienda propia y al coche favorece la integración social del obrero, aunque el pluriempleo genera dudas sobre su sostenibilidad económica.
  • Impacto del turismo: La llegada masiva de turistas contribuye a una transformación cultural que desafía las normas impuestas por el franquismo, especialmente en lo referente a la moral y las costumbres.

Contexto Histórico

El texto se sitúa en el periodo del desarrollismo franquista (décadas de 1960 y 1970), una etapa de profundo cambio en España impulsada por los Planes de Desarrollo. Se produjo un éxodo rural masivo hacia las ciudades, especialmente Madrid y Barcelona, lo que transformó la estructura urbana y social. Al mismo tiempo, el turismo comenzó a modificar las costumbres y mentalidades de la sociedad española.

El texto refleja los efectos del crecimiento urbano descontrolado en España, con un aumento de la segregación social. Los barrios obreros periféricos crecieron rápidamente, a menudo sin infraestructuras adecuadas, mientras que las élites se concentraban en zonas privilegiadas. El pluriempleo, característico del franquismo, permitía mejorar el nivel de vida, pero era una solución precaria y agotadora para los trabajadores. El turismo fue un factor de cambio social, favoreciendo una apertura cultural que chocaba con la mentalidad conservadora del régimen.

El desarrollo franquista logró un crecimiento económico notable, pero no resolvió problemas estructurales como la desigualdad social, la falta de planificación urbana o la dependencia del turismo.

La Junta Democrática de España (1974) y su Programa Político

Clasificación y Naturaleza del Texto

El documento corresponde a una fuente histórico-circunstancial primaria, de contenido político, un texto marcado dentro de la oposición al franquismo. Se trata de las Resoluciones de la Junta Democrática de España, publicadas en julio de 1974. La Junta Democrática fue una coalición de diversas fuerzas políticas y sindicales que buscaban la transición a un sistema democrático en España. El destinatario era toda la nación.

Ideas Principales

Como idea principal podemos extraer cómo la Junta Democrática propone un gobierno provisional que restaure los derechos y libertades democráticas.

Proyecta:

  • La amnistía política para presos y exiliados.
  • La legalización de partidos políticos y sindicatos.
  • Derechos civiles y políticos, como la huelga y la libertad de prensa.
  • El reconocimiento de las identidades nacionales de Cataluña, País Vasco y Galicia dentro de la unidad de España.
  • La separación entre la Iglesia y el Estado, en contraste con el nacionalcatolicismo franquista.

Contexto Histórico

En 1974, el franquismo se encontraba en su fase final. Aunque Franco aún mantenía el poder, su deterioro físico y la creciente presión interna y externa hacían inevitable un cambio político. La Junta Democrática, liderada por el Partido Comunista de España (PCE) con el apoyo de socialistas, democristianos y sectores progresistas, defendía una transición pacífica hacia la democracia. Este documento sintetiza las principales demandas del movimiento opositor al franquismo, anticipando los principios que guiarían la futura Transición Española (1975-1978).

El texto representa un programa adelantado a su tiempo, ya que muchas de sus propuestas se consolidaron con la Constitución de 1978. Se aprobó la amnistía en 1977, se instauró un sistema democrático y multipartidista, se reconocieron los derechos sindicales y de huelga, se desarrolló un Estado descentralizado, con autonomías para Cataluña, País Vasco y Galicia.

No obstante, la ruptura democrática que la Junta proponía no se produjo de manera inmediata. En su lugar, la Transición se llevó a cabo mediante un proceso más controlado, liderado por figuras como Adolfo Suárez, que lograron integrar tanto a reformistas del régimen como a la oposición democrática.

Los Decretos de Nueva Planta y su Importancia Histórica

La Corona de Aragón apoyó al Archiduque Carlos de Austria durante la Guerra de Sucesión (1700-1714) ante el temor de que Felipe de Anjou, legítimo rey de España tras la muerte de Carlos II sin descendencia, quisiera centralizar el Estado español tomando como modelo las instituciones castellanas. Felipe V fue sometiendo a los reinos de la Corona de Aragón y, por medio de los Decretos de Nueva Planta, abolió todas las instituciones (Cortes y Consejos), leyes, fueros, usos, costumbres y privilegios de la Corona aragonesa, la mayoría de ellos de tradición medieval. Dichas instituciones y leyes fueron sustituidas por las vigentes en Castilla.

Los Decretos de Nueva Planta fueron implementados en:

  • Valencia (1707)
  • Aragón (1707 y 1711)
  • Mallorca (1715)
  • Cataluña (1716)

Es decir, a medida que estos territorios fueron siendo conquistados. Su importancia histórica radica en que a partir de entonces nace España como entidad política unificada. Los Decretos de Nueva Planta permitieron, en definitiva, la unificación del Estado español desde el punto de vista político, administrativo, institucional, legislativo y fiscal y dieron origen a uno de los principales problemas políticos de la España Contemporánea: los movimientos nacionalistas periféricos.

Evolución Política del Califato de Córdoba

A principios del siglo X, el Emirato Cordobés se hallaba enfrentado a numerosos problemas: rebeliones internas, ataques de los reinos cristianos del norte y amenazas al comercio marítimo desde el norte de África. En el año 929 el Emir Abd al-Rahman III (Abderramán III) se independizó de la autoridad religiosa del Califato Abbasí de Bagdad y se proclamó Califa en Córdoba.

El Califato fue la época de máximo esplendor y poder militar de Al-Andalus, sobre todo en tiempos de Abd al-Rahman III, al-Hakam II e Hisham II. Los califas consiguieron frenar la expansión de los reinos cristianos, dominándolos militarmente gracias a las expediciones militares que organizó al-Mansur (Almanzor) a finales del siglo X (Razzias) y a los impuestos que les pagaban para obtener la paz (Parias).

A partir del año 1008, la unidad del Califato se empezó a resquebrajar. La aristocracia, los altos funcionarios y el ejército pugnaban por escapar del control califal y convertirse en la máxima autoridad en su provincia (Cora). Finalmente, en el año 1031 el Califato se desintegró en numerosos reinos independientes denominados Taifas.

Características de la Hegemonía Española en el Mundo (Carlos I y Felipe II)

Durante el siglo XVI, la monarquía hispánica se convierte en la potencia hegemónica mundial gracias a su gran extensión territorial, producto de la gran herencia de Carlos I, y a su gran capacidad financiera debido a los metales preciosos procedentes de las colonias americanas. La política imperial de ambos reyes estuvo unida a la defensa del catolicismo como principio ideológico, concretado en la idea de “Universitas Christiana” y en los preceptos de la Contrarreforma. Esto les hizo enfrentarse a los países protestantes, especialmente los príncipes alemanes, Inglaterra y Holanda, y con la gran potencia musulmana, el Imperio Otomano. El otro gran enemigo de la monarquía fue Francia. Finalmente, la monarquía no pudo soportar este esfuerzo, provocando la bancarrota y su entrada en crisis en el siglo XVII.

Tanto el Imperio de Carlos I como el de Felipe II fueron extraordinariamente extensos, aunque desde el punto de vista territorial no fueron exactamente iguales puesto que el título de “Emperador” fue legado por Carlos I a su hermano Fernando I de Habsburgo, y no a su hijo. Por otra parte, Felipe II fue proclamado rey de Portugal en 1580, título que nunca poseyó su padre. Fuera de Europa, ambos monarcas fueron señores de la América española, pero Felipe II gobernó también las posesiones ultramarinas de Portugal y durante su reinado los españoles se hicieron con el control de las Islas Filipinas. De este modo, el Imperio de Felipe II, a diferencia del de su padre, se extendía por los cuatro continentes hasta entonces conocidos (Europa, América, África y Asia), un Imperio donde “no se ponía el Sol”.

Origen y Funciones de las Cortes en los Reinos Cristianos

Las monarquías feudales vieron cómo su poder era limitado por el de la nobleza. Los reyes establecieron una organización cortesana, con cargos e instituciones (ej. Alférez Real, Canciller, Mayordomo de Hacienda, Curia Regia, Consejo Real). Las Cortes se trataban de una institución en la cual estaban representados los tres estamentos: nobleza, clero y pueblo llano. Limitaban el poder real y representaban a los súbditos de su territorio. Aprobaban las leyes a iniciativa de la Corona, los tributos y juraban al heredero al trono.

Las Cortes de los territorios aragoneses tuvieron mucho peso y protagonismo frente al rey, lo que no lograron las castellanas. En el caso de la Corona de Aragón, sus reyes configuraron una Corona con varios reinos (Aragón, Valencia, Baleares) y un principado (Cataluña). Aceptaron la política del “pactismo”, por la cual tenían que llegar a acuerdos con las Cortes de cada territorio. En el caso de la Corona de Castilla, también existieron Cortes, pero los reyes mantuvieron una política territorial más centralista.

Las primeras Cortes se reunieron en León en el año 1188.