Nietzsche: Contexto Histórico-Filosófico y Crítica a la Razón Occidental

Contexto Histórico y Filosófico de Nietzsche

Contexto Histórico

El contexto histórico de la filosofía de Nietzsche es la Europa del siglo XIX, una época marcada por el auge de los nacionalismos, especialmente en Alemania e Italia, cuya unificación tuvo un gran impacto en la política del siglo XX. Tras la Revolución Francesa y las guerras napoleónicas, se despertaron sentimientos nacionalistas y se consolidaron los Estados-nación gracias a las revoluciones burguesas.

Al mismo tiempo, el movimiento obrero tomó fuerza con eventos como la Primera Internacional (1864) y la Comuna de París (1870). En este periodo también se vivió un gran avance científico y surgió el positivismo, mientras que Marx criticaba el capitalismo por su carácter explotador, inaugurando lo que se llamó la “actitud de sospecha”: una forma de pensar que desconfía de las apariencias y los valores establecidos. Esta actitud también la asumieron Freud y Nietzsche, quienes buscaban lo oculto tras las ideas dominantes.

Frente al racionalismo ilustrado, el Romanticismo valoró el sentimiento y la individualidad, lo que influyó en Nietzsche. Él llevó la crítica más lejos con su metáfora de la “muerte de Dios” y se unió a corrientes como el vitalismo y el historicismo, que destacaban la vida como experiencia temporal y biográfica. En definitiva, Nietzsche reclamaba una visión crítica de la historia y defendía el papel del artista como alguien capaz de entender y transformar la vida, lo que desemboca en su concepto del Superhombre. En su primera etapa, vio en Wagner una figura clave para la renovación cultural alemana.

Contexto Filosófico

El contexto filosófico de Nietzsche se basa en una nueva lectura del pensamiento griego, especialmente de los autores trágicos. En ellos encuentra dos fuerzas opuestas: lo apolíneo (la razón, el orden) y lo dionisíaco (el instinto, el caos, lo vital). Para Nietzsche, la filosofía occidental perdió esta visión trágica cuando Sócrates impuso la razón sobre la vida instintiva.

También le influyó Kant, especialmente por su crítica a la metafísica tradicional, aunque no aceptó sus ideas morales o religiosas. La izquierda hegeliana y autores como Feuerbach también marcaron su pensamiento, al presentar a Dios como una creación del ser humano.

Una influencia clave fue Schopenhauer, con su idea de la “voluntad de vivir” como fuerza básica de la realidad, aunque Nietzsche rechazó su visión pesimista y su propuesta de renuncia, defendiendo en cambio la afirmación de la vida. El vitalismo también fue importante para Nietzsche, influido por el avance de la biología en el siglo XIX (con autores como Darwin o Lamarck), que cambió la forma de pensar sobre la vida, la evolución y la lucha por sobrevivir.

En sus obras, Nietzsche desarrolló estas ideas:

  • En El origen de la tragedia defiende la vida y el pensamiento trágico de los griegos.
  • En Así habló Zaratustra presenta sus grandes conceptos como la Muerte de Dios, el Superhombre, la Voluntad de Poder y el Eterno Retorno.
  • En El crepúsculo de los ídolos lanza una fuerte crítica a la moral, la religión, la razón y el uso tradicional del lenguaje.

Estas ideas influyeron mucho en filósofos del siglo XX como Heidegger, Deleuze o Derrida, y también en la corriente posmoderna, que defiende la “deconstrucción” de los grandes conceptos y valores heredados de la cultura occidental.

Crítica de Nietzsche a la Razón y los Conceptos

Metáfora frente a Concepto: La Crítica al Conocimiento Tradicional

Los filósofos han intentado captar la realidad racionalizándola mediante conceptos. Nietzsche argumenta que, al hacerlo, la falsifican:

  • La simplifican: no captan el individuo sino lo general.
  • La momifican: no captan el devenir sino lo que no cambia.

Lo abstracto que representa el concepto es irreal: lo que verdaderamente existe es lo concreto, la multiplicidad, la falta de unidad e identidad. La realidad está formada por flujos singulares, individuales, diferentes entre sí y en continua transformación. Por ejemplo, el concepto ‘hoja’ ignora que cada hoja es diferente y está en cambio continuo; el concepto la simplifica y la ‘momifica’.

Nietzsche critica la idea de que exista una verdad absoluta y universal. Para él, conocer no es descubrir una verdad oculta, sino interpretar la realidad desde nuestra perspectiva, que siempre está condicionada por el tiempo, el lugar y el contexto.

➔ Desde esta visión, no hay hechos, solo interpretaciones. Cada grupo o persona construye su propia “verdad”, lo que lleva a una postura llamada perspectivismo, que defiende que el conocimiento depende siempre del punto de vista.

Relacionado con esto, Nietzsche también cuestiona los conceptos abstractos como “alma”, “ser” o “bien”. Cree que son ficciones útiles que usamos para simplificar la realidad, pero que hemos olvidado que son solo invenciones humanas. Nos ayudan a vivir, pero no representan la realidad verdadera, solo una forma de hacérnosla comprensible.

El Uso de la Razón en la Producción de la Cultura: Un Optimismo Lógico Infundado

Nietzsche critica la idea (muy típica en la filosofía occidental) de que la razón puede explicarlo todo y llevarnos a la verdad. Cree que confiar tanto en la razón es un optimismo sin fundamento. Este pensamiento viene desde Sócrates y Platón, quienes decían que los sentidos engañan, pero la razón no. Filósofos como Hegel incluso decían que “lo racional es lo real”.

Nietzsche aplica al optimismo racionalista una doble crítica:

  • Apoyándose en Kant, afirma que lo que pensamos no refleja la realidad, sino que son construcciones creadas por nuestro entendimiento. Por eso, no podemos confiar ciegamente en que la razón nos dé respuestas verdaderas sobre el mundo.
  • Además, cree que esta fe en la razón es una señal de debilidad humana: buscamos consuelo en ideas racionales para evitar el sufrimiento y no enfrentar las partes duras de la vida.