Prehistoria y Edad Antigua en la Península Ibérica
El Paleolítico y el Neolítico
Dentro de la Prehistoria, el periodo más antiguo lo denominamos Paleolítico. Este se divide en varias etapas:
- En el Paleolítico Inferior, con una duración superior a un millón de años, los homínidos más antiguos encontrados hasta ahora en la Península Ibérica han sido el Homo erectus (yacimientos de Torralba y Ambrona en Soria) y, en la famosa excavación de Atapuerca (Burgos), el Homo heidelbergensis y el Homo antecessor, hace unos 800.000 años. La economía de todos ellos era depredadora o cazadora-recolectora y su sociedad era nómada.
- En el Paleolítico Medio, hace 100.000 años, aparece el Hombre de Neandertal.
- En el Paleolítico Superior, entre 40.000 y 10.000 a.C., aparece el Homo sapiens. Su economía seguía siendo depredadora, y es en esta etapa cuando surgen las primeras creencias religiosas y el arte. El arte rupestre se concentra en dos zonas: la más antigua es la zona cantábrica (Altamira y Tito Bustillo) y la posterior es la levantina (Cueva del Moro).
En el Neolítico, la economía mejora con la introducción de la ganadería y la agricultura.
La Conquista Romana y la Romanización
Los romanos llegaron a la península respondiendo a los ataques de los cartagineses y llevaron a cabo un largo proceso de conquista en el que distinguimos tres etapas:
- La ocupación del litoral mediterráneo y los valles del Guadalquivir y el Ebro (218-154 a.C.), que se dio en el escenario de la Segunda Guerra Púnica (derrota de los cartagineses).
- La penetración en la Meseta (154-133 a.C.): después de fuertes enfrentamientos con los lusitanos (tras vencer a Viriato) y celtíberos (tras el asedio de Numancia) se logró dominar el territorio.
- La sumisión de la franja cantábrica (29-19 a.C.). La dificultad de conquista de un territorio tan abrupto obligó al propio emperador Augusto a tomar parte directa en la conquista.
Junto a la conquista militar se produjo el proceso de romanización: la asimilación de los modos de vida romanos por parte de los pueblos colonizados. Para ello, organizaron la península en provincias, desarrollaron la vida urbana, impulsaron el comercio, crearon obras públicas y aportaron mejoras en la agricultura. Además, se impulsó el latín como lengua común, se aplicó el derecho romano y la religión politeísta romana primero y el cristianismo después.
El Reino Visigodo de Toledo
Desde el siglo III, el Imperio Romano y su unidad política habían entrado en crisis debido a la paralización de las conquistas y a la debilidad de los emperadores. Las autoridades locales (la futura nobleza) comienzan a gobernar un mundo amenazado por los pueblos extranjeros (bárbaros) y donde la población se refugia cada vez más en el campo. A fines del siglo IV, el Imperio se dividió y la parte occidental se rindió. La Península Ibérica será invadida por suevos, vándalos y alanos. Finalmente, los visigodos (germanos) establecerán un reino con capital en Toledo (hasta la invasión musulmana del 711). La corona será electiva y débil; el poder lo tendrán los latifundistas (comes y duces) y los jefes militares (gardingos). Sin embargo, fue importante la labor de unificación política de Leovigildo y legislativa de Recesvinto (Liber Iudiciorum o Fuero Juzgo). La Iglesia era la institución mejor organizada, con intelectuales de la talla de San Isidoro de Sevilla. Así, los Concilios de Toledo serán la verdadera asamblea legislativa una vez superado el problema arriano con Recaredo. Se está gestando el modelo social feudal.
La Edad Media: Al-Ándalus y los Reinos Cristianos
Al-Ándalus: Conquista y Evolución Política
Al-Ándalus es el nombre que reciben los territorios de la Península Ibérica en poder musulmán durante la Edad Media. Su extensión y situación política varió profundamente durante sus ocho siglos de pervivencia. La expansión del islam y la crisis del reino visigodo facilitan la entrada de bereberes y árabes (Tariq y Muza) en el año 711. La conquista fue fácil (solo resiste la zona cantábrica) gracias a los pactos de rendición de la población autóctona y se consolida pronto un Emirato Dependiente de Damasco (714-755) lleno de conflictos. La llegada de Abderramán I, príncipe omeya, arabiza la cultura y mejora la economía. Proclama un Emirato Independiente que dura del 756 al 929. Con Abderramán III se inicia el Califato de Córdoba (929-1008), época de prosperidad y desarrollo cultural. Sin embargo, los ambiciosos visires (Almanzor) debilitarán a los califas y Al-Ándalus se dividirá en Taifas.
De los Reinos de Taifas al Reino Nazarí de Granada
El debilitamiento de los omeyas, en manos de visires ambiciosos, y las tensiones sociales (árabes, bereberes, eslavos…) provocan la fragmentación del Califato (1031) y el nacimiento de los Reinos de Taifas, culturalmente prósperos pero militarmente débiles. Asustados, estos reinos pedirán ayuda a los almorávides del norte de África cuando Alfonso VI de Castilla conquiste Toledo en el 1085. Pero en poco tiempo entrarán en crisis y Al-Ándalus se volverá a fragmentar: las Segundas Taifas. Así, un nuevo imperio norteafricano entra en la Península: son los almohades, religiosamente más intolerantes. La respuesta cristiana se dio en la Batalla de las Navas de Tolosa (1212). Durante los siglos XIII y XIV, solo el Reino Nazarí de Granada resiste la ofensiva cristiana. Este cae definitivamente en 1492 con los Reyes Católicos.
Economía, Sociedad y Cultura en Al-Ándalus
Los musulmanes aportaron un gran desarrollo a Al-Ándalus.
Economía
La economía era de gran dinamismo y se basaba en la explotación de latifundios. Los musulmanes intensificaron el regadío (utilizando norias y acequias), introdujeron nuevos cultivos (algodón, arroz, azafrán, cítricos) y desarrollaron el ganado ovino. También revitalizaron la minería, desarrollaron la manufactura textil, de vidrio y de papel, y favorecieron el comercio.
Sociedad
La sociedad estaba liderada por la aristocracia árabe, escasa pero muy poderosa. Tras ella, ocupaban cargos los sirios y bereberes por encima de los muladíes (hispanogodos conversos). Los mozárabes y judíos tenían derecho a practicar su religión a cambio del pago de más impuestos y, por último, encontramos a los esclavos.
Cultura
Al-Ándalus vivió un gran desarrollo de las disciplinas científicas (medicina, astronomía, álgebra) y culturales. Se daba una gran importancia a la educación (bibliotecas, universidades), las traducciones y comentarios filosóficos (Averroes) y el arte, especialmente la arquitectura (Mezquita de Córdoba).
La Reconquista y la Repoblación
La Reconquista es el período de la historia de España en el que los reinos cristianos ocuparon el territorio de Al-Ándalus. Se inició en el siglo VIII y acabó en 1492. Desde el siglo VIII surgen en las montañas del norte peninsular núcleos cristianos de resistencia contra Al-Ándalus: el Reino Astur-Leonés, que incluye el Condado de Castilla; el Condado de Aragón; y la Marca Hispánica en los Pirineos. La Reconquista dura ocho siglos y se divide en cinco etapas:
- Hasta el siglo X, el Reino Asturleonés se limita a defenderse y a ocupar las tierras deshabitadas hasta el Duero.
- En la segunda etapa, el ahora Reino de Castilla llega al Tajo y Alfonso VI fija su capital en Toledo. Aragón llega al Ebro (Zaragoza, 1118).
- En la tercera etapa (segunda mitad del siglo XII), surge el Reino de Portugal. Además, gracias a los pactos de Castilla y Aragón, se reconquistan Cuenca y Teruel.
- La cuarta etapa es la más fructífera (siglos XIII y XIV), y los reyes castellanos Fernando III el Santo y Alfonso X el Sabio reducen Al-Ándalus al reino de Granada.
- Finalmente, Granada es conquistada por los Reyes Católicos en 1492.
Las formas de repoblación fueron:
- Presura: ocupación de tierras despobladas.
- Concejil: creación de concejos con fueros y privilegios.
- La protagonizada por las Órdenes Militares en zonas de frontera.
- El repartimiento, que encabezaron las grandes familias nobiliarias en el sur.
Organización Política de los Reinos Cristianos (Siglos XIV-XV)
En los siglos XIV y XV, las dos grandes coronas peninsulares, la de Aragón y la de Castilla, se enfrentan a una profunda crisis demográfica, social y económica.
La Corona de Castilla
Se organizaba en torno a instituciones como la Audiencia (justicia), la Real Hacienda (impuestos) o el Ejército Real permanente. La asamblea fundamental eran las Cortes, donde participaban la nobleza, el clero y representantes de las ciudades.
La Corona de Aragón
Estaba formada por varios reinos (Aragón, Cataluña, Valencia y Mallorca) con distintas leyes e instituciones pero un rey común. Existían cortes independientes en cada reino, pero también Cortes Generales. Surgieron además las Diputaciones (como la Generalitat), que velaban por el cumplimiento de lo acordado en las Cortes, y el cargo del Justicia de Aragón, para la defensa de los fueros.
El Reino de Navarra
Tenía una organización política semejante a la de Aragón. Gobernó con el Consejo Real; las Cortes, en las que el rey juraba los fueros del reino; y la Diputación de los Tres Estados, que gestionaba la recaudación de los subsidios aprobados por las Cortes.