Palabras extrañas de un texto expositivo

GÉNERO TEXTUAL

Este texto es un artículo periodístico de opinión. Esto se comprueba en primer lugar por sus rasgos externos: titulado, firmado, breve y completo. Además hay que señalar su carácter personal y subjetivo relacionado con la función expresiva del lenguaje, pues la intención comunicativa es mostrar el punto de vista del autor en cuanto al diccionario. Para ello el autor emplea la primera persona tanto del singular como del plural (“Yo”, “Tengo”, “Elijo”, “Preferimos”, “Defendemos”, “Nuestros”), adverbios de modo (“simultáneamente”, “unilateralmente”) y un léxico valorativo compuesto de adjetivos (“pueblo empoderado”, “metáforas políticas, tramposas y malintencionadas”) y sustantivos (“machismo”, “racismo”, “insultos”) que adquieren una connotación negativa.

El autor también realiza apelaciones al receptor por medio del plural asociativo (“Conduzcamos”, “Detestemos”, “Nos”) y las perífrasis modales de obligación (“Deben combatirse”).

La combinación del registro culto con el coloquial, visible en el empleo de frases inacabadas (“siguen con un «que estáis cansados y cansadas de ser engañados y engañadas»…”) y la llamada de atención sobre ciertas frases o expresiones habituales en el registro coloquial y familiar que el autor representa entre comillas: “adiós”, “viva la virgen”, “golpes bajos”; son también rasgos de este género textual.

Cabe mencionar que este texto pertenece al ámbito de los medios de comunicación, aborda un tema de la actualidad como es la pandemia del coronavirus  y es de carácter expositivo-argumentativo.

Llamamos registros lingüísticos a las variedades de lengua que usamos para adaptarnos a la situación comunicativa, independientemente de cuál sea nuestro nivel socio-cultural. En el ámbito periodístico suele usarse el registro formal, pero el género del artículo de opinión puede recurrir al empleo ocasional del registro familiar coloquial.

En cuanto al artículo que nos ocupa, apreciamos el uso del registro formal en el empleo de construcciones sintácticas cuidadas y complejas (“No es una imposición del sistema que conduzcamos por la derecha”, “Nos interesa conducir por la derecha mientras los demás hagan lo mismo”) y un vocabulario variado y preciso que se manifiesta en el empleo de sinónimos (“pueblo”-“ciudadanos”-“hablantes”-“vulgo”, “concepto”-“palabra”-“cosa”-“entidades”, “significado”-“sentido”-“definición”) y en el uso de palabras técnicas del campo de la ciencia (“triangulo”, “átomo”, “polígono”).

Para buscar cierta complicidad con el lector, el autor emplea un registro coloquial y un tono desenfadado que da importancia a la espontaneidad y que es visible en el uso de un vocabulario informal. Es destacable el empleo de frases inacabadas (“siguen con un «que estáis cansados y cansadas de ser engañados y engañadas»…”) y la llamada de atención sobre ciertas frases o expresiones habituales en el registro coloquial y familiar que el autor representa entre comillas: “adiós”, “viva la virgen”, “golpes bajos”. También cabe mencionar el uso de la palabra “estúpidos” en el texto, ya que, de esta manera, se llama la atención del lector desde un primer momento.

1

FUNCIONES DEL LENGUAJE

La función principal del lenguaje humano es comunicar. La comunicación humana, sin embargo, opera de maneras distintas según el mensaje que queramos transmitir. En este sentido, se distinguen seis usos del lenguaje.

Centrándonos en el texto, la intención comunicativa es mostrar el punto de vista del autor en cuanto al sentido del diccionario, por lo que la función predominante es la emotiva. Para expresar la subjetividad carácterística de la función emotiva el autor emplea la primera persona tanto del singular como del plural (“Yo”, “Tengo”, “Elijo”, “Preferimos”, “Defendemos”, “Nuestros”), adjetivos valorativos (“pueblo empoderado”, “metáforas políticas, tramposas y malintencionadas”) y adverbios de modo (“simultáneamente”, “unilateralmente”).

En cuanto a las funciones secundarias, cabe destacar: la función apelativa, cuyo objetivo es influir en el lector y podemos apreciarlo en el uso del plural asociativo (“Conduzcamos”, “Detestemos”, “Nos”) y las perífrasis modales de obligación (“Deben combatirse”); la función referencial, para aportar un enfoque objetivo mediante el uso del modo indicativo, oraciones enunciativas, verbos en tercera persona (“Definen el nuevo a partir de otros definidos previamente”) y oraciones impersonales (“se recala en una conversación”); y la función poética, ya que se observa una voluntad de estilo por parte del autor al utilizar recursos estilísticos como la metáfora  (“Sus definiciones son decantaciones de la vida, un destilado de sus ecos”), el paralelismo (“Va, y tiene que ir, detrás de la vida. Va, y tiene que ir, despacio”) y la comparación (“Las palabras se iluminan unas a otras, simultáneamente, como las piezas de un rompecabezas”).

SUBJETIVIDAD Y OBJETIVIDAD

La expresión de la subjetividad es un rasgo carácterístico de los textos de opinión, y es habitual, por lo tanto, en los artículos periodísticos de opinión, donde el autor expresa su punto de vista personal sobre un tema de actualidad y destaca la función emotiva del lenguaje.

Centrándonos en el texto, encontramos el enfoque subjetivo tanto en los verbos y pronombres en primera persona del singular (“Yo”, “tengo”, “elijo”) como del plural (“defendemos”, “Nos”, “Nuestros”, “despedirnos”), ya que, el autor quiere hacernos partícipes de la lectura (unido a la función apelativa).

El autor emplea un léxico valorativo: adjetivos (“pueblo empoderado”, “metáforas políticas, tramposas y malintencionadas”) y sustantivos (“machismo”, “racismo”, “insultos”) que adquieren una connotación negativa.

En este mismo sentido, se pueden citar algunas figuras literarias como la metáfora  (“Sus definiciones son decantaciones de la vida, un destilado de sus ecos”), el paralelismo (“Va, y tiene que ir, detrás de la vida. Va, y tiene que ir, despacio”)  y la comparación (“Las palabras se iluminan unas a otras, simultáneamente, como las piezas de un rompecabezas”).

En cuanto a la objetividad del texto, unida a la función referencial, destaca el uso del modo indicativo, oraciones enunciativas, verbos en tercera persona (“Definen el nuevo a partir de otros definidos previamente”, “No se dedica a los conjuros”, “Los científicos, cuando introducen un concepto […] no hacen sociología”) y oraciones impersonales (“En algún momento, por lo que sea, se recala en una conversación”).