El Teatro Español del Siglo XX
Teatro a Principios del Siglo XX
Teatro Comercial
El teatro comercial estuvo dominado por figuras como Jacinto Benavente. Sus inicios fueron audaces con El nido ajeno, que exploraba la situación opresiva de la mujer casada en la sociedad burguesa. Sin embargo, la mayoría de sus obras se mantuvieron en la línea de la “comedia de salón” o alta comedia, con la notable excepción de Los intereses creados, considerada su obra maestra. Esta última es una farsa que utiliza el ambiente y los personajes de la vieja commedia dell’arte en una sátira de carácter universal. Las obras de Benavente destacan por el dominio de los recursos escénicos y la habilidad e ingenio en los diálogos. El tema recurrente es la crítica amable, irónica y superficial de algunos vicios y defectos de las costumbres burguesas. Sus obras se ambientan en interiores cosmopolitas y decadentes, o en ambientes provincianos, e incluso dramas rurales. Otros autores, aunque no dominan la ironía benaventina, ofrecen una visión cruzada de sentimientos con un lenguaje directo y sobrio.
Teatro Poético y Tradicional
El teatro poético, de estilo modernista, se caracteriza por el verso sonoro y musical, abordando temas de carácter histórico o fantástico. El teatro tradicional, por su parte, exalta los valores nobiliarios y los mitos nacionales, mirando al pasado con nostalgia e intentando imitar el teatro del Siglo de Oro. Entre sus representantes se encuentran Francisco Villaespesa y Eduardo Marquina, influenciados por autores como Unamuno, Clarín, Galdós, Lorca o los hermanos Machado.
Teatro Cómico
La finalidad del teatro cómico es el entretenimiento, basándose en la presentación de costumbres y tipos populares.
- Carlos Arniches: Presenta dos vertientes principales:
- Sainetes de ambiente madrileño, con habla castiza. Sus ambientes y tipos son convencionales.
- Tragedias grotescas, que reúnen lo caricaturesco y lo conmovedor con una actitud crítica ante las injusticias.
- Los hermanos Álvarez Quintero: Representan una Andalucía tópica. Sus sainetes y comedias son cuadros de costumbres con una visión risueña y superficial de la vida y diálogos intrascendentes y graciosos.
- Pedro Muñoz Seca: Creador del astracán, un género que se basa en situaciones disparatadas y juegos de palabras para provocar la risa.
Teatro Renovador
Esta corriente busca nuevas formas de expresión teatral.
- Teatro desnudo de Unamuno: Un teatro concebido para presentar inquietudes espirituales y filosóficas. La acción externa es muy escasa y esquemática, centrándose en el conflicto interior de los personajes. El diálogo es denso y se suprimen decorados, trajes y retórica verbal.
- Antirrealismo de Azorín: Incorpora simbolismo, elementos oníricos y maravillosos, combatiendo la estética naturalista. Sus temas son la felicidad, el tiempo y la muerte. Consideraba necesaria la transformación de la técnica y estructura del espectáculo teatral, dando importancia al director de escena, los diálogos y la iluminación.
- Jacinto Grau: Con una obra poco extensa que aborda grandes mitos o temas literarios. Su teatro no tuvo éxito en España.
- Segunda generación del siglo: Incluye a autores como Ramón Gómez de la Serna, que escribió piezas distintas que a menudo quedaron sin representar.
- Generación del 27: Autores como Rafael Alberti con obras surrealistas (El hombre deshabitado), Alejandro Casona que mezcla humor y lirismo (La sirena varada), Max Aub con comedias de vanguardia cuyo tema era la incapacidad del hombre para comprenderse y comunicarse, y Miguel Hernández con una obra de tema social en verso (El labrador de más aire).
El teatro español de las primeras décadas del siglo XX alcanzó su cima con Valle-Inclán y Lorca.
Federico García Lorca
En 1932, Lorca fundó el Teatro Universitario “La Barraca”, una compañía dedicada a renovar la escena y actualizar los clásicos. Sus temas recurrentes son el mito del deseo imposible, el conflicto entre la realidad y el deseo, el enfrentamiento entre el principio de autoridad y el principio de libertad, y la frustración. Su drama nace del choque de una mujer con las fuerzas externas que la ahogan e impiden su realización personal. Creó un teatro poético, con un lenguaje cargado de connotaciones, música, danza y escenografía. Recibió influencias del teatro clásico español, el modernismo, Valle-Inclán, Shakespeare y el teatro de títeres. Sus primeros dramas tienen el lirismo del teatro modernista. Fue autor de farsas para guiñol y farsas para personas, así como comedias imposibles como El público. Sus tragedias, como Bodas de sangre o La casa de Bernarda Alba, ambientadas en el mundo rural, representan el destino trágico y la frustración del deseo.
Ramón María del Valle-Inclán y el Esperpento
La trayectoria dramática de Valle-Inclán se divide en etapas:
- Etapa decadentista: Influencia del decadentismo europeo del siglo XIX, expresando una sensibilidad exquisita y refinada.
- Etapa modernista (simbolista): A principios del siglo XX, evoluciona hacia el simbolismo, explorando las entrañas espirituales de su tierra (ej. Sonata de otoño).
- Etapa expresionista: Influencia de la tradición literaria del barroco (Cervantes, Quevedo) y la novela picaresca. El expresionismo se preocupa por los valores sociales y morales, gustando de la caricatura y lo grotesco. De 1920 a 1930, el teatro predomina sobre la novela. Muestra un sentido crítico propio de la Generación del 98, fustigando dictaduras hispanoamericanas y españolas, y los falsos valores de la España de la Restauración.
El esperpento, ejemplificado en Luces de Bohemia, es un término extraído del habla popular que designa lo feo, lo ridículo, lo llamativo por escaparse de lo grotesco y monstruoso, y que Valle-Inclán adopta para designar un nuevo arte. Es un grito de protesta ante una sociedad hipócrita e insensible ante las injusticias. Un grito que despierta y señala el modo de vivir lo español, porque la sociedad española es una sociedad en la que la verdad, la justicia, los valores auténticos han sido sustituidos por máscaras vacías de sentido. Sus personajes son héroes grotescos que encarnan la angustia por España. Con el esperpento, Valle-Inclán ingresa plenamente en el 98. Era partidario de un teatro “de numerosos escenarios”. Hoy se redescubre a Valle-Inclán como la máxima figura del teatro español de los tres últimos siglos, un vanguardista que se anticipó a nuevas tendencias del teatro mundial.
La Novela Española del Siglo XX
La Novela Española de Posguerra (Década de 1940)
Contexto y Tendencias
La producción literaria de los primeros años 40 fue escasa y de calidad limitada. Las tendencias renovadoras y experimentales impulsadas por autores como Baroja, Unamuno o Valle-Inclán quedaron rotas o abandonadas tras la guerra, debido a la muerte o el exilio de muchos autores. El ambiente estaba empobrecido, marcado por el aislamiento cultural y la censura. Las tendencias narrativas de la época fueron:
- Novela nacionalista: Con una perspectiva ideológica clara, es una narrativa propagandística y triunfalista que exalta la heroicidad de los combatientes del bando nacional, defiende las circunstancias políticas del país, los valores tradicionales (Dios, patria y familia) y justifica la Guerra Civil y sus consecuencias. Predomina el belicismo, mostrando la familia y la religión como soportes de la sociedad y el falangismo como el sistema ideal de gobierno.
- Novela tremendista: Surge tras la guerra. Presenta historias truculentas con un neorrealismo áspero, de lenguaje bronco y expresivo, que refleja ambientes miserables. Son historias violentas y desgarradas con una visión degradante de la vida y el hombre. Se considera una versión española del existencialismo. Aunque la corriente se inició con autores que exaltaban la victoria bélica, Camilo José Cela, con La familia de Pascual Duarte, ofreció un drama humano más hondo y no marcado por el maniqueísmo partidista.
- Novela existencial: Refleja la incertidumbre de los destinos humanos y la ausencia o dificultad de comunicación personal, desde una postura negativa y amarga de la vida cotidiana. Los temas son la soledad, la inadaptación, la frustración, la muerte… Los personajes son desarraigados, desorientados, angustiados. Técnicamente, se reduce el espacio, los personajes sufren presiones insoportables en un ámbito enrarecido. Los narradores prescinden de artificios estilísticos e innovadores. Obras destacadas son Nada de Carmen Laforet y Algo pasa en la calle de Elena Quiroga.
La Novela Española: Realismo Social (Década de 1950)
Características y Autores
La década de 1950 ve surgir una nueva generación de escritores con una narrativa comprometida. Un factor determinante fue la marginación y la pobreza en las ciudades. Camilo José Cela, con La colmena (1951), retrata la España de los primeros años 40, con secuelas de pobreza, miseria, desigualdades sociales, explotación, hipocresía y represión sexual. Prohibida por la censura, es una novela de protagonista colectivo. Es un relato objetivista que presenta desde fuera lo que sucede en tres días y en una zona de Madrid. La novela social y neorrealista de esta década busca reflejar la realidad española y denunciar las injusticias sociales.
Técnicas Narrativas
- Objetivismo: El narrador cuenta los hechos desde fuera, con un tratamiento “behaviorista o conductista”. La objetividad, sin embargo, no es total.
- Predomina el diálogo.
- Lenguaje sencillo, estilo poco elaborado, aunque con pasajes líricos.
- Frases cortas y léxico ajustado.
- Protagonista colectivo: No interesa la caracterización de un personaje en particular, sino el grupo social.
- Desarrollo breve de la acción, sin argumento definido y en espacios reducidos.
- Concentración temporal: La acción transcurre en poco tiempo.
Las novelas pretenden reflejar fielmente la realidad, deteniéndose en las conductas de los personajes.
Temas
- El mundo de lo cotidiano.
- La soledad y la incomunicación.
- La visión crítica del pensamiento y la cultura de la época.
Tendencias del Realismo Social
- Objetivismo: Influenciado por la narrativa conductista americana y el nouveau roman francés. Se caracteriza por la mirada objetiva en las descripciones, la narración en tiempos simultáneos o la importancia del entorno y los objetos (ej. El Jarama de Sánchez Ferlosio).
- Realismo crítico: Con una intención de crítica social más explícita. Los personajes encarnan los valores propios de la clase social o grupo al que representan.
La Novela Española: Experimentación (Década de 1960)
Renovación Formal y Temática
La década de 1960 marca la decadencia del realismo social y su sustitución por modelos expresivos que buscan la renovación de estructuras, forma, lenguaje y estilo. Es la época de la literatura experimental o neovanguardismo. Los autores abandonan la concepción de la literatura como arma de lucha política. Coincide con el inicio del boom hispanoamericano, marcado por la publicación de La ciudad y los perros de Mario Vargas Llosa.
Características de la Novela Experimental
- El argumento se difumina, la acción es mínima, mezclando sucesos verosímiles con otros imaginarios.
- Los personajes sufren profundas transformaciones y se reduce el número de los secundarios. El protagonista es el centro de la novela, no es un ser definido sino un ser amorfo.
- El espacio tiende a reducirse a un marco impreciso.
- Se evita el relato lineal y la historia se fragmenta, llegando al desorden narrativo y al caos temporal.
- En la estructura se pierde la distribución tradicional en exposición, nudo y desenlace. A veces la estructura es abierta o ni siquiera hay un final definido.
- El punto de vista fluctúa: narrador objetivo, omnisciente, narrador-personaje, en segunda persona. Son habituales las intromisiones del narrador con digresiones y comentarios.
- Renovación lingüística y estilística: léxico rebuscado, rupturas sintácticas, lenguaje coloquial mezclado con usos cultos.
Recursos Técnicos y Narrativas
- En ocasiones se suprimen los signos de puntuación.
- Se eliminan los capítulos y se sustituyen por espacios en blanco.
- Técnicas como el contrapunto o estructura caleidoscópica, el monólogo interior, la incorporación de otros textos literarios y no literarios (intertextualidad).
Autores y Obras Significativas
- Luis Martín Santos con Tiempo de silencio: Destacan los ambientes y lugares de Madrid, los monólogos interiores de los personajes, las descripciones, las reflexiones del narrador y las referencias intertextuales y culturales. Retrata la miseria de la clase media, la vida burguesa y la brutalidad de los habitantes de las chabolas, con un trasfondo ideológico y un gran valor estético y testimonial.
- Miguel Delibes con Cinco horas con Mario: Un extenso monólogo interior.
Desde los años 80, la producción novelística se diversifica en subgéneros variados, con gran acogida del público para la novela negra, la histórica o pseudohistórica y la realista (ej. Patria de Fernando Aramburu).