tópicos horacianos

tópicos horacianos

Los tópica o lugares comunes son muy antiguos en la literatura. Los griegos los usaron y los denominaron con el nombre de tópicos, haciendo referencia a la palabra griega τόπ&ómicron;ς, que significa lugar. Ya Aristóteles había escrito un tratado sobre este tema.
Cicerón, en un escrito que lleva por título precisamente Tópica, hace un resumen de memoria del libro de Aristóteles. Se trata de desarrollar asuntos repetidos que podrían dar lugar a desarrollos posteriores, pero ya conocidos por el público. Horacio nos ha dejado unas cuantas expresiones concisas, contundentes y expresivas, que han tenido mucho éxito en la filosofía y en la literatura universal e incluso en el habla popular. ¿Quién no ha oído decir Carpe diem (aprovecha el momento), Beatus ille (feliz aquel que se aleja de los problemas) o Áurea mediocritas (la mediocridad valiosa como el oro), por ejemplo? No todas ellas son de propia cosecha, ya que muchas, como hemos apuntado anteriormente, procedían de la tradición literaria y filosófica griega. Sin embargo, han hecho fortuna a partir de Horacio. Su influencia en la lírica ha sido notable. Ya en su época se estudiaba en las escuelas. Su imitación en el Medievo por parte de los cristianos se limita a lo formal. Fue citado con frecuencia desde el Humanismo y convertido en padre de la crítica literaria (junto con Aristóteles) gracias a su Ars poética. Petrarca, Poliziano o Garcilaso incorporan en sus poemas pensamientos e ideas de este autor, y Fray Luis de León lo imitó con auténtica devoción. Hay esporádicos ecos de este autor en Antonio Machado y en autores del Siglo XX como Fernando Pessoa, Gerardo Diego, Jorge Guillén o Luis Antonio de Villena

LA ELEGÍA

La elegía latina suele considerarse como un subgénero de la lírica porque expresa sentimientos íntimos. Pero tiene carácterísticas propias: el tema amoroso tiene tintes dolorosos y la forma métrica utilizada es el dístico elegíaco.
Por eso, algunos autores lo tratan como género literario independiente. La elegía nace en Grecia. En su origen era un lamento de carácter funerario, entonado al son de una flauta. Sin embargo, en los líricos griegos arcaicos y en los poetas helenísticos encontramos también lamentos por temas amorosos y por la fugacidad de la vida, temas guerreros, políticos, filosóficos, etc. El metro carácterístico de este género es el dístico elegíaco. En Roma se adopta ese sentimiento de dolor y el esquema métrico, pero tiene rasgos propios que la diferenciaron de su modelo. Las carácterísticas de la elegía latina son lassiguientes: − Predominio del carácter sentimental, erótico y subjetivo. − Expresión de sentimientos personales, incluso autobiográficos, de amor casi siempre desgraciado. − Presencia del dolor y sufrimiento. − Referencia a la persona amada siempre bajo un pseudónimo: Lesbia en Catulo, Delia y Némesis en Tibulo, Cintia en Propercio y Corina en Ovidio. Exaltación de la belleza y de los encantos de la amada. − Lamento ante la puerta cerrada de la amada, símbolo de su despecho. Recuerdo nostálgico de la felicidad pasada. − Uso de tópicos literarios: carpe diem, Áurea mediocritas. Alabanza de la vida en el campo, de la vida humilde: paupertas. − Consideración del poeta como dives amator, rico en el amor, aunque pobre y austero.

Los principales autores elegíacos latinos son Catulo, Tibulo, Propercio y Ovidio. O Cayo Valerio Catulo, además de escribir poemas líricos, como se ha señalado anteriormente, es considerado el primer gran poeta elegíaco por ser pionero en expresar sentimientos eróticos y amorosos en primera persona. Escribe poemas en dísticos elegíacos en los que alude a su relación de amor con Lesbia así como a su posterior desengaño. O Albio Tibulo (55 – 19 a. C.) Se han conservado tres libros de elegías en el llamado Corpus Tibullianum. Su poesía se caracteriza por la expresión sincera de sus sentimientos amorosos, lejos de toda erudición mitológica. La obra de Tibulo es melancólica y sensual a un tiempo. Su dificultad disminuyó su éxito entre el público. O Sexto Aurelio Propercio (50 – 15 a. C.) Escribíó cuatro libros de elegías: los tres primeros dedicados a su amada Cintia; en ellos, expresa con gran patetismo el amor trágico que siente por Cintia, los celos, la tristeza y la desilusión. Propercio se inspira en el poeta alejandrino Calímaco, con el que comparte el estilo recargado y la abundancia de citas mitológicas, perfectamente integradas en el contexto poético. La poesía de Propercio es a la vez fogosa y apasionada en su contenido, pero retorcida y barroca en las formas hasta el punto de que resulta farragosa y difícil de entender en una primera lectura. O Publio Ovidio Nasón (43 a. C.–17 d.C. 

OVIDIO

nacíó en Sulmona, de una familia acomodada. Desde muy joven decidíó dedicarse plenamente a la poesía, por la que renunció a una prometedora carrera de abogado. En el año 8 a. C. Fue desterrado por el emperador Augusto a Tomi, cerca de la actual ciudad rumana de Constanza en el mar Negro. Es posible 5 que en la orden de destierro influyera la publicación de su obra Ars amandi, considerada por algunos escandalosa e inmoral. Otros piensan que la causa real estaba relacionada con la persona del emperador. Tuvo que abandonar a su familia, su círculo de amistades y la fama y el éxito que ya conocía como poeta. Ovidio murió sin poder regresar a su tierra que tanto añoraba. OBRA Las elegías de Ovidio son de dos tipos y pertenecen a dos períodos de su vida: • Amores y Heroidas son elegías amorosas, obras de juventud. • Tristia y Epistulae ex Ponto son elegías dolorosas, escritas en el destierro. • Amores. Son tres libros de poemas elegíacos, en los que canta a su amada Corina, personaje tal vez imaginario. La obra está llena de tópicos amorosos carente del sentimiento personal que aporta la propia experiencia. Sin embargo, el poeta suple esta posible carencia con su talento y con un estilo brillante, refinado y abundante en recursos formales. • Heroidas. Son veintiuna epístolas poéticas escritas por heroínas míticas a sus amados y las respuestas a alguna de ellas por sus respectivos amantes: Penélope a Ulises, Briseida a Aquiles, Ariadna a Teseo, Dido a Eneas, etc. A pesar de ser epístolas, son tratadas dentro de la elegía, por su temática amorosa. • Tristia. Se componen de cinco libros. El primero fue escrito durante el viaje a Tomi. En los otros cuatro libros, Ovidio relata su última noche en Roma e intenta rectificar sus errores con una desmesurada alabanza de Augusto para lograr su perdón. El sentimiento de dolor por su propia experiencia llena la obra de la emotividad personal que faltaba en sus poemas de juventud. • Epistulae ex Ponto. Son cuarenta y seis cartas escritas en dísticos elegíacos y distribuidas en cuatro libros. Fueron escritas desde el exilio a su esposa y amigos para conseguir el perdón de Augusto. Ovidio se queja amargamente ante la dolorosa situación del exilio. ESTILO Su obra refleja el fin de la edad dorada de la literatura latina. Junto a la fluidez de su lenguaje y su versificación, su habilidad para superar las dificultades técnicas y su capacidad para tratar los temas tradicionales de forma asombrosa encontramos cierto abandono y monotonía en el tratamiento de ideas y motivos, agotando sus temas de manera absoluta, y poca seriedad y buen gusto en ocasiones. Sus contemporáneos y la posteridad han tratado a Ovidio muy benignamente. Su poesía llegó a la calle, como testimonian las paredes de Pompeya. En la Edad Media fue tal su influjo lingüístico, temático y literario, que se ha llegado a hablar de aetas ovidiana para los siglos XII-XIII. El Libro del Buen Amor es un ejemplo de ello. También fue un poeta favorito del Humanismo y del Renacimiento.