La Guerra de Independencia Española, las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812
Consecuencias de la Guerra de Independencia
La Guerra de Independencia Española, que asoló el país durante seis años, dejó profundas cicatrices en todos los ámbitos. A pesar de la victoria sobre los franceses, España quedó definitivamente como **potencia internacional de segunda fila** y apenas intervino en las decisiones del Congreso de Viena.
Consecuencias políticas
Una consecuencia política trascendental fue la **emancipación de las colonias americanas**. Los **criollos**, en 1811, aprovechando la debilidad de la corona española por las guerras napoleónicas, declararon a **Venezuela independiente**, siguiéndole ese mismo año **Paraguay**. **Argentina** declaró su independencia en 1812.
Consecuencias socioeconómicas
Debido a que durante seis años España fue asolada por una **“guerra total”**, se produjeron grandes pérdidas en la **agricultura**, así como la **destrucción de industrias**, el **colapso del comercio** y la **bancarrota de la Hacienda del Estado**.
Consecuencias demográficas
Los datos de bajas varían mucho y van desde los **300.000 hasta el millón de víctimas**. Igualmente, y a consecuencia de lo anterior, el descenso de la **tasa de natalidad** frenó el desarrollo demográfico, de tal forma que el crecimiento de la población española fue uno de los más bajos del continente europeo durante el siglo XIX.
Guerra y Revolución: Las Cortes de Cádiz
Paralelamente a la guerra, tuvo lugar el primer intento de establecer en España una **revolución liberal**. Ante la situación creada por la **abdicación borbónica** (abril de 1808), se produjo un **vacío de poder real**. Los españoles reclamaron a las instituciones del **Antiguo Régimen** que asumieran la soberanía en ausencia del Rey. Sin embargo, el **Consejo de Castilla** y la **Junta de Gobierno**, que ejercían el poder tras la marcha de la familia real a Bayona, acataron la decisión de los reyes y se pusieron bajo la autoridad de **José Bonaparte**.
Fue tras el **levantamiento de mayo de 1808** cuando los españoles asumieron la **soberanía nacional**, formando sus propios órganos de gobierno (**Juntas**), rompiendo así con el **Antiguo Régimen**. Sin embargo, esa ruptura del Antiguo Régimen fue controlada por los propios pilares del Antiguo Régimen (la **nobleza** y el **clero**). En efecto, las **Juntas Provinciales** que surgieron en las principales ciudades españolas fueron movimientos populares espontáneos, pero buscaron a la nobleza y al clero para ser dirigidos, proclamando fundamentalmente:
- La defensa de la **Independencia de España**.
- La lucha contra el **invasor francés**.
- La liberación y el retorno del Rey (**Fernando VII**,”El Desead”).
Las Juntas Provinciales cedieron parte de su poder a la **Junta Suprema Central**, que se convirtió en el órgano supremo del país, integrada por representantes de todas las Juntas Provinciales. Su cometido fue triple:
- Gobernar el país.
- Dirigir la resistencia militar contra los franceses.
- Convocar una reunión extraordinaria a Cortes.
La **Junta Central**, en enero de 1810, decidió **autodisolverse** y entregó el gobierno a un **Consejo de Regencia** compuesto por cinco miembros, que no tenían el más mínimo interés en la celebración de las Cortes.
El 24 de septiembre de 1810 se reunieron por primera vez las **Cortes** en **Cádiz**. El discurso inaugural supuso la aprobación del primer decreto sobre el que se apoyaría la **revolución política de Cádiz**: la **soberanía nacional**. Esta afirmación, que suponía el fin del **absolutismo**, se completaba, en el mismo decreto, con la organización del poder mediante la **separación de poderes** (legislativo, ejecutivo y judicial).
Las Cortes estaban formadas por unos 300 diputados. Entre ellos, el **clero** representaba un tercio de la totalidad, mientras que las **clases populares** brillaban por su ausencia. Igualmente, estaban presentes miembros de la **nobleza** y un alto número de **abogados, funcionarios y militares**. Hay que añadir que un buen número de representantes provinciales fueron reemplazados por **burgueses** de la propia ciudad de Cádiz. Así pues, había una gran presencia de las **clases medias urbanas**.
Pronto pudo comprobarse la existencia de tres corrientes ideológicas principales:
- Los **absolutistas** (conocidos como”servile”), partidarios del retorno de **Fernando VII** para que asumiese sus prerrogativas de **monarca absolutista**, se mostraban contrarios a cualquier reforma.
- Los llamados **reformistas** (o”jovellanista”), herederos del pensamiento ilustrado del reinado de **Carlos III** y que tenían como referente a **Jovellanos**, eran partidarios de introducir cambios en la forma de gobierno, pero rechazaban los planteamientos más radicales.
- El tercer grupo lo representaban los **liberales** (o”doceañista”), partidarios de cambios en profundidad, en la línea marcada por la **Revolución Francesa**.
Fueron los **liberales** los que finalmente impusieron sus planteamientos, aunque con importantes concesiones a los otros grupos. Lo que se estableció fue una **componenda de fuerzas** en la que unos y otros hicieron concesiones a cambio de alguna contrapartida. Las **Cortes** proclamaron a **Fernando VII** como legítimo rey. A partir de ese momento, se plantearon como objetivos principales:
- **Reformar profunda y estructuralmente las instituciones políticas, económicas y jurídicas españolas**.
- **Redactar una Constitución**.
El primero de estos objetivos se llevó a cabo mediante una serie de decretos y leyes, destacando por su mayor trascendencia:
- La **abolición del régimen jurisdiccional**.
- La **desamortización de bienes de propios y baldíos**.
- La **eliminación de los mayorazgos**.
Igualmente, cabe destacar en la obra legislativa de las **Cortes gaditanas**:
- El **Decreto de libertad de imprenta**.
- La **Supresión del Santo Oficio de la Inquisición**.
- Los **Decretos de supresión de gremios**.
La Constitución de Cádiz de 1812
La **Constitución de 1812** consta de 384 artículos agrupados en diez títulos. El principio básico del **liberalismo**, la **Soberanía Nacional**, que significaba el reconocimiento de que el poder residía en la nación, fue defendido por el grupo más brillante de los **liberales**, siguiendo las ideas de la **Revolución Francesa**. Los **absolutistas** consideraban, por el contrario, que este principio era una imitación francesa y que, por tanto, el estado español debía seguir fiel al **absolutismo Borbónico**. También había partidarios de una postura intermedia, representada por los **jovellanistas**, que se inclinaban por un modelo de **Cortes de carácter bicameral**, reservando una de estas Cámaras a los representantes de la **nobleza** y del **clero**, e igualmente defendían la idea de que la soberanía descansaba en la conjunción del rey con las Cortes.
El texto aprobado por las **Cortes** el 19 de marzo de 1812 (*”La Pep”**) fue resultado de un **compromiso entre liberales y absolutistas**, favorable a los primeros porque la **Constitución** establecía una organización liberal del estado a cambio del reconocimiento total a los derechos de la **religión católica**, punto central de los absolutistas. Los **Derechos individuales** que recogía la **Constitución de 1812** eran la base de las propuestas liberales.
La estructura del **Estado** correspondía a la de una **monarquía limitada**, basada en una **división estricta de poderes**:
- El **poder legislativo** residía en”las Cortes con el re”. Las **Cortes**, unicamerales, se reunían anualmente y, ante el peligro de que el rey no las convocara o las suspendiera, se creó la **Diputación Permanente**, integrada por siete diputados elegidos con la misión de velar por el cumplimiento de la **Constitución**. El **sufragio** era universal, pero para ser diputado era necesario disponer de un determinado nivel de renta.
- El **poder ejecutivo** residía en el **Rey**, pero el rey tenía unos poderes limitados: poseía la dirección del gobierno y la administración e intervenía en la elaboración de las leyes a través de la iniciativa y la sanción, poseyendo **veto suspensivo** durante dos años, pero no podía suspender o disolver las Cortes. También se creó el **Consejo de Estado**, principal órgano consultivo del rey.
- El **poder judicial** residía en los tribunales. La **administración de Justicia** se independizó y la **Constitución** prohibía expresamente la intervención de las Cortes o del Rey.
Además, se estableció un **ejército permanente** y, junto a él, se estableció la **Milicia Nacional**, organizada en provincias, con un doble objetivo: reforzar al ejército en caso de guerra y servir de cuerpo de defensa del **Estado Liberal**. En cuanto a la organización de la **administración provincial y local**, los **regidores** (alcaldes) serían elegidos por los vecinos y los **jefes políticos** serían nombrados por el gobierno central. Los seculares **Consejos** desaparecieron, excepto el **Consejo de Estado**. La estructura se sustituyó por la **división en provincias**.
Un último aspecto para conocer las preocupaciones de las **Cortes gaditanas** fue el afán de sustituir la **sociedad estamental** por una nueva organización, basada en los principios de **libertad e igualdad**.
Conclusión
La **burguesía** aprovechó el momento de debilidad del **Antiguo Régimen** para afianzarse en Cádiz con la promulgación de una **Constitución** el 19 de marzo de 1812. Esta **Constitución** era de carácter liberal y se basaba en un régimen de **monarquía constitucional**. La **Iglesia** se seguía manteniendo como una fuerza política a tener en cuenta, ya que la **religión oficial** era la católica.
Finalizada la guerra, la **corona española** fue restaurada en **Fernando VII** y este declaró:”nulos y de ningún valor ni efect” tanto la **Constitución** como todos los decretos promulgados por las **Cortes gaditanas**. De esta manera, se restauró la **monarquía absoluta** y se recuperó la **sociedad del Antiguo Régimen**. Aunque la obra de Cádiz quedó en suspenso, seguiría siendo el **motor histórico fundamental** de la historia española durante buena parte del siglo XIX.