La Crisis de 1898: El Desastre Colonial y el Origen del Regeneracionismo en España

El Desastre de 1898 y el Impulso del Regeneracionismo

Uno de los hechos más desafortunados del período de la Restauración (1875-1902) fue la liquidación de nuestro imperio colonial ultramarino en 1898, episodio conocido como **“El Desastre”**, que iba a provocar un estado de pesimismo colectivo. Frente a esto, intelectuales y un sector de la clase política reaccionaron promoviendo el **“regeneracionismo”** de España, en un intento de superar los problemas que habían conducido a tal situación.

Contexto Internacional y la Posición de España

No se puede comprender la pérdida del imperio colonial y la consiguiente Crisis del 98 sin considerar el estado de las relaciones internacionales y el papel que desempeñaba España en ellas durante la última década del siglo XIX. A nivel mundial, las relaciones entre los países eran problemáticas. Existían una serie de **cuestiones de índole territorial, económica y colonial** que provocaban tensiones y amenazas permanentes de guerra, especialmente en Europa. Esta situación condujo a la firma de unos sistemas de alianzas (**Triple Alianza** y **Triple Entente**) y la puesta en marcha de una carrera de armamentos de gran magnitud por parte de las potencias europeas.

El Ascenso de Nuevas Potencias

Fuera de Europa, emergen como grandes potencias políticas y económicas Japón y Estados Unidos. La primera, después de una revolución (Meiji en 1868), se moderniza en todos los aspectos e inicia su expansión territorial por Manchuria y el Pacífico; la segunda, después de completar la ocupación del espacio geográfico hasta el océano Pacífico y de impulsar la industria y el capitalismo, trata de ampliar su influencia por el Caribe y el Pacífico. En ambos escenarios tropezará con la presencia española, un obstáculo para sus ambiciones expansionistas.

La Política de Recogimiento Diplomático

Por lo que se refiere a España, en este nuevo escenario internacional, y tras el fracaso de las aventuras exteriores de la época de la Unión Liberal, los gobiernos conservadores de la Restauración, conscientes de la debilidad del país, van a seguir una política de **recogimiento diplomático**, evitando cualquier alianza con potencias más poderosas que nos comprometieran en conflictos en los que nuestro país no estaba en condiciones morales y materiales de intervenir. Sus objetivos se centrarán en preservar su presencia en el norte de África y mantener sus posesiones ultramarinas (Cuba, Puerto Rico, Filipinas y los pequeños archipiélagos del Pacífico).

La escasa presencia de España a nivel internacional y su aislamiento diplomático se pondrían de manifiesto en 1898 con motivo de la guerra contra Estados Unidos, en la que nuestro país no encontró ayuda de ninguna nación europea.

La Caída del Imperio Colonial

Cuba y Puerto Rico: Antecedentes del Conflicto

En 1868, a raíz del Manifiesto de Céspedes, se iniciaba en Cuba la **“Guerra Larga”** (Grito de Yara) como resultado del descontento de la población cubana por las formas autoritarias con que gobernaban la isla los militares españoles, la marginación de la burguesía criolla en los negocios azucareros, el deseo de abolir la esclavitud y lograr una amplia participación en el gobierno colonial. La guerra, que se desarrolló sobre todo en la parte oriental de la isla, iba a costarle a España cuantiosas pérdidas humanas y materiales.

La Paz de Zanjón (1878)

Ya en tiempos de la Restauración, Cánovas del Castillo se propuso solucionar el conflicto cubano enviando a la isla al general Martínez Campos para negociar la paz con los insurgentes. Se llega así a la ***Paz de Zanjón*** en 1878, en la que nuestro país se comprometía a conceder una amplia **autonomía a Cuba**, **abolir la esclavitud** y conceder una **generosa amnistía** (liberación de presos por motivos políticos).

El Desarrollo Político Cubano

Ante las perspectivas de gozar de una autonomía política, la burguesía criolla cubana funda el ***Partido Liberal Reformista***. Frente al mismo se sitúan, por un lado, los españolistas, propietarios de grandes plantaciones azucareras, opuestos a cualquier tipo de reforma política que lesionase sus intereses, y agrupados en ***la Unión Constitucional***; y por otro, los partidarios de la independencia total, liderados por **José Martí**, fundador en 1892 del ***Partido Revolucionario Cubano***. Es preciso destacar, como ingrediente de este proceso, el desarrollo del *sentimiento patriótico*, promovido por figuras como José Martí y alentado por Estados Unidos, que ambicionaba el valor estratégico de las posesiones ultramarinas españolas.

El Fracaso Autonomista y la Reanudación de la Guerra

Progresivamente, las esperanzas autonomistas se van frustrando: el proyecto de autonomía para Cuba, presentado por **Antonio Maura en 1893**, por entonces ministro de Ultramar, ante el Congreso de los Diputados, es rechazado por la mayoría conservadora, que lo considera antiespañol, forzando la dimisión de Maura. Este fracaso radicaliza la actitud de los partidarios de la independencia, que liderados por **Martí, Máximo Gómez y Antonio Maceo**, reanudan la guerra en 1895.