La Filosofía de Aristóteles: Metafísica, Hilemorfismo y la Búsqueda de la Eudaimonía

Introducción al Pensamiento Aristotélico

Aristóteles nace en Estagira y se traslada a Atenas para terminar sus estudios. Allí se convierte en discípulo de Platón, aunque no compartía algunas de las ideas centrales de su maestro; por ejemplo, criticaba la famosa Teoría de las Ideas. Aristóteles era un pensador de orientación materialista, en el sentido de que la realidad está integrada por los seres naturales que observamos en el mundo físico y los procesos de cambio que experimentan. Con esto, se refiere a lo que podemos percibir con nuestros sentidos.

La Metafísica: El Ser en Cuanto Ser

Aristóteles desarrolla la Filosofía Primera, que es lo que conocemos como Metafísica (nombre que le dio más tarde Andrónico de Rodas). Esta rama de la filosofía trata de lo más existencial: «El ser en cuanto ser y sus atributos esenciales».

Con esto, quiere decir que el «Ser» tiene muchas formas de manifestarse, pero todas ellas hacen referencia a una forma primordial: la Sustancia. La sustancia es la cosa concreta (árbol, coche, persona) y la podemos percibir con diferentes apariencias (más grande, más alto…). A estas diferentes formas de apariencias, Aristóteles las denomina Accidentes.

Distinción de Sustancias

Aristóteles diferencia las sustancias en dos tipos:

  • Sustancia Primera: Son los seres concretos e individuales (lo que vemos a simple vista), que están sometidos a un cambio (nacen, crecen, mueren…).
  • Sustancia Segunda: Es la esencia universal a todos los individuos de esa especie, por lo que no cambia.

Hilemorfismo: Materia y Forma

Aristóteles propone una nueva distinción dentro de la sustancia: la Materia y la Forma. La Materia es de lo que está hecha la sustancia, y la Forma es lo que constituye lo que es. A esta teoría se le denomina Hilemorfismo. Para Aristóteles, el conjunto Materia-Forma es inseparable y se producen a la vez. La Forma predomina sobre la Materia, porque es su sustancia y su naturaleza.

Potencia y Acto: La Explicación del Movimiento

Aristóteles también lleva a cabo la distinción entre Potencia y Acto, que explica el movimiento de las sustancias. Esta distinción es crucial para entender el cambio:

  • Potencia: Identifica el conjunto de posibilidades o características que puede desarrollar un ser natural (lo que puede llegar a ser, pero todavía no es).
  • Acto: Define la realización o expresión concreta de cada una de las características de la potencia (lo que es).

Para Aristóteles, las sustancias existen en el mundo, pero no son algo estático o permanente; están en movimiento. Ni todo es estático (como para Parménides) ni todo está en movimiento (como el Panta Rhei de Heráclito). Aristóteles introduce el concepto del Ser-en-Potencia, es decir, lo que todavía no es, pero puede llegar a ser.

La Física Aristotélica y los Tipos de Cambio

La Física de Aristóteles tiene la función de explicar cómo está formado el mundo y por qué es así y no de otra forma. Aristóteles diferencia cuatro tipos de cambios:

  1. Cambio Sustancial: Sucede cuando se genera (nace) o se corrompe (desaparece) una sustancia.
  2. Cambio Accidental Locativo: Cambio de lugar en el espacio.
  3. Cambio Accidental Cualitativo: Se altera una cualidad por otra en la sustancia (ejemplo: adquirir una habilidad como aprender un idioma).
  4. Cambio Accidental Cuantitativo: No transforma las cosas, sino que las hace aumentar o disminuir.

Movimientos Naturales

Los movimientos naturales se dividen en dos tipos:

  • Movimiento Vertical (Rectilíneo): Característico de los elementos terrestres (agua, tierra, aire y fuego). Es considerado imperfecto y sujeto a corrupción y muerte.
  • Movimiento Circular: Es perfecto, sin principio ni fin, y está asociado al Éter, un elemento eterno e inmutable que compone los cielos.

La Ética Aristotélica: La Búsqueda de la Felicidad (Eudaimonía)

La Ética aristotélica se presenta como una reflexión práctica y finalista cuyo objetivo es esclarecer qué es el bien humano y cómo alcanzarlo. A diferencia de Platón, Aristóteles rechaza la existencia de una Idea de Bien universal separada, argumentando que los seres humanos no buscamos un bien abstracto, sino nuestro propio bien concreto. Esto muestra una orientación realista y empírica, coherente con todo su pensamiento.

La Felicidad como Fin Supremo

Para Aristóteles, toda acción se dirige hacia un fin, y entre todos los fines hay uno supremo que buscamos por sí mismo: la Felicidad (Eudaimonía).

Aristóteles determina que la felicidad no consiste en placeres, honores o riqueza, aunque estos bienes puedan ser necesarios. Para descubrir qué es lo más propio del ser humano, utiliza su concepción antropológica: el alma se divide en funciones vegetativa, sensitiva y racional, siendo esta última la que nos define. Por tanto, la felicidad será la actividad conforme a la virtud que corresponde a esa parte racional.

Virtudes Éticas y Dianoéticas

El texto expone la distinción entre Virtudes Éticas y Virtudes Dianoéticas, derivada de las funciones del alma:

  • Virtudes Éticas: Regulan los deseos y acciones y dependen del hábito.
  • Virtudes Dianoéticas: Perfeccionan el pensamiento.

La Doctrina del Justo Medio

Se destaca la importancia del Justo Medio para las virtudes éticas: la virtud moral consiste en hallar el término medio entre dos extremos viciosos (por ejemplo, la valentía se sitúa entre la cobardía y la temeridad). Esta doctrina muestra el enfoque práctico y flexible de Aristóteles: no existen reglas exactas, sino criterios ajustados a cada persona y situación, guiados por la prudencia.

La Phronesis o Prudencia

La Phronesis o Prudencia es presentada como la virtud dianoética más relevante para la vida moral. No es ciencia, porque trata de lo variable y concreto, pero es indispensable para dirigir correctamente las acciones. Es la prudencia la que orienta a las virtudes éticas, estableciendo los medios adecuados para lograr los fines. Esta articulación entre razón y deseo expresa la visión aristotélica de que el ser humano actúa bien cuando su parte racional gobierna la apetitiva.

La Dimensión Comunitaria de la Ética

Finalmente, se aborda la dimensión comunitaria de la Ética aristotélica. La felicidad no es un logro individual aislado: requiere la vida política. Esto encaja con la idea de que el ser humano es un Zoon Politikon (ser social) y de que el desarrollo de la virtud se da en convivencia.