Explorando la Poesía Española: Modernismo, Novecentismo y Vanguardias

Lírica modernista:

Desde finales del siglo XIX se observa en las letras hispánicas un proceso enorme de renovación y cambio que se ha conocido con el nombre de Modernismo. El modernismo supone la integración de diversas tendencias que se habían desarrollado a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX, en especial del parnasianismo y del simbolismo.

Rasgos del Modernismo:

  • Desazón romántica
  • El escapismo
  • Cosmopolitismo
  • El amor y el erotismo
  • Culto a la belleza
  • Prodigioso uso del lenguaje
  • Renovación métricas
  • Gran uso de recursos literarios que aportan musicalidad y colorido

Precursores del modernismo en España son Ricardo Gil, Manuel Reina o Salvador Rueda, que a través de una abundante adjetivación colorista e imágenes sorprendentes, inician el camino de la renovación formal y temática que tendrá su máxima eclosión en los poetas modernistas que empiezan a publicar en los primeros años del siglo XX. Dichos jóvenes encontrarán en estos precedentes nacionales y en las corrientes poéticas francesas (parnasianismo y simbolismo) una nueva visión subjetiva de la realidad.

Durante los primeros años del siglo XX se publican ya los libros más característicos del Modernismo español: Alma de Manuel Machado (1902), Soledades (1903) de Antonio Machado, Arias tristes (1903) y Jardines lejanos (1904) de Juan Ramón Jiménez. Los propios títulos presentan ya la propensión del modernismo español a un mayor intimismo.

Novecentismo:

Se conoce como novecentismo el movimiento cultural que se da en España en la segunda década del siglo XX. Se opone a todo lo que considera propio del ochocientos (romanticismo, realismo e incluso modernismo).

Características del Novecentismo:

  • Racionalismo
  • Antirromanticismo
  • Defensa del arte puro
  • Deshumanización
  • Aristocratismo intelectual
  • Estilo cuidado

Perfil del aire (1927), Égloga, elegía y oda (1927-1928), Un río, un amor (1929) y Los placeres prohibidos (1931).

Las nubes (1940) – época del exilio. Como quien espera el alba (1947), Vivir sin estar viviendo (1949), Con las horas contadas (1956) y Desolación de la quimera (1962).

Juan Ramón Jiménez:

Juan Ramón Jiménez, cuando supera su etapa modernista, en su etapa intelectual, será el poeta más destacado en esta época. En Diario de un poeta recién casado (1917) rompe con el modernismo y abre la poesía española a las innovaciones vanguardistas. Plasma la realidad desnuda de las cosas por medio de la expresión exacta, despojada de lo anecdótico y dotada de la máxima concentración conceptual, que es el fundamento de la poesía pura que cultivará en Eternidades, Piedra y cielo, y en libros posteriores. La poesía se convierte en forma de conocimiento, en símbolo y se identifica con la belleza, la eternidad y el absoluto. Su comprensión para el lector se hace cada vez más difícil. El autor se dirige a la “inmensa minoría”, “a la minoría siempre”. Juan Ramón Jiménez se convertirá con su Poesía pura en el maestro referente de la Generación del 27.

Las Vanguardias:

Con este término se designa a aquellos movimientos que se oponen a la estética anterior y que proponen concepciones profundamente nuevas del arte y de las letras.

Movimientos Vanguardistas:

  • El Futurismo (1909): El escritor Marinetti publica su primer manifiesto ferozmente opuesto a la tradición. Antirromántico, exalta la civilización mecánica y la conquista de la técnica. Tintes de futurismo encontramos en poetas de la Generación del 27 como Salinas, que le hace poemas a aparatos como la máquina de escribir.
  • Ultraísmo: Recoge elementos futuristas y en la forma rechaza lo ornamental y busca imágenes nuevas. El principal promotor fue Guillermo de Torre, que ilustró sus doctrinas en los poemas visuales del libro Hélices.
  • Surrealismo: Es sin duda la revolución más importante del mundo de la literatura y las artes. No se presenta solo como revolución estética, sino también integral. Propugna una liberación integral del hombre y, por ende, libertad para el poder creador del hombre: se debe crear fuera de la razón, ya que la razón está contaminada. Proclama por tanto la escritura libre, mediante escritura automática, sueños, collage, o incluso drogas. Se produce una liberación del lenguaje con respecto a los límites de la expresión lógica. La difusión del Surrealismo en España debe mucho a Juan Larrea.

Grupo Poético del 27:

El grupo poético del 27 representa uno de los grandes momentos de la poesía española de todos los tiempos. Asume la renovación poética de las vanguardias sin renunciar a la herencia de la tradición literaria española de la que son profundos conocedores, tanto como lectores como editores y estudiosos.

Rasgos Comunes:

  • Renuevan la poesía con criterios vanguardistas pero sin rechazar la tradición.
  • Se preocupan por crear un lenguaje específicamente poético de gran calidad.
  • Utilizan una métrica variada.
  • Variedad de tendencias poéticas que se manifiestan en las obras de sus componentes.

Se observa una evolución, en líneas generales, desde una poesía pura y deshumanizada hacia otra que se hace eco de los problemas del hombre en su dimensión individual o social.

Primera Etapa:

Las primeras obras y las escritas en la década de los veinte están marcadas por la influencia de las vanguardias, la poesía pura y la tradición literaria española tanto culta como popular. Estos jóvenes poetas se sienten atraídos por las vanguardias extranjeras y las hispanas (ultraísmo y creacionismo). Siguiendo las ideas de José Ortega y Gasset expuestas en La deshumanización del arte, buscan un arte autónomo con la imagen como elemento fundamental, suprimen lo sentimental en beneficio de las percepciones fragmentarias de la realidad, muestran una actitud lúdica y tratan temas relacionados con los avances técnicos del mundo moderno. A esta tendencia pertenecen Imagen y Manual de espumas, de Gerardo Diego; Surtidor, de Concha Méndez (llenos los tres de innovaciones tipográficas); Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos (sobre el mundo del cine), de Rafael Alberti. A través del magisterio de Juan Ramón Jiménez, también cultivarán una poesía pura caracterizada por la depuración expresiva, la supresión de lo anecdótico y descriptivo, la tendencia a la abstracción y a lo intelectual y una preferencia por el verso de arte menor y las formas poéticas breves. A esta tendencia pertenecen Cántico, de Jorge Guillén; Perfil del aire, de Luis Cernuda; o Las islas invitadas, de Manuel Altolaguirre.

Devoción por la Tradición:

Al mismo tiempo, sienten una gran devoción por la tradición literaria española, se rescatan del olvido a numerosos escritores de los siglos XVI y XVII, entre los que destaca Luis de Góngora. Los autores de la Generación del 27, cuyo nombre viene del homenaje celebrado por algunos de sus miembros en el Ateneo de Sevilla al poeta cordobés, ven en él un precedente de la poesía que ellos cultivan por su concepción del hecho literario como arte puro desligado de la realidad y en el que destaca el uso de la imagen y de la metáfora.

Rescate de la Poesía Tradicional:

Paralelamente, también rescatan del olvido la poesía tradicional de los cancioneros y romanceros y crean obras en las que utilizan recursos de dicha tradición popular.

Rehumanización Literaria:

Los últimos años de la década de los veinte y los de la siguiente suponen un proceso de rehumanización literaria, motivado por las circunstancias convulsas que viven España y Europa en general, lo que lleva a los poetas a un interés evidente por los temas humanos y a adoptar una actitud de compromiso con los problemas de su tiempo. Esta nueva orientación coincide con la presencia en España del poeta Pablo Neruda, que publica un manifiesto a favor de la poesía impura (“Sobre una poesía sin pureza”). Se inicia, por lo tanto, un progresivo abandono de la poesía entendida como goce estético y un acercamiento al surrealismo.

Rasgos del Surrealismo:

  • Empleo del verso libre y del versículo
  • Uso de imágenes y metáforas irracionales
  • Asociaciones insólitas de palabras
  • Gusto por lo inconsciente y lo onírico
  • Preferencia por los poemas largos

Los libros más representativos son Un río, un amor y Los placeres prohibidos, de Luis Cernuda; Sobre los ángeles y Sermones y moradas, de Alberti. A las ideas de Freud, que pretende la liberación del ser humano en el ámbito individual, mediante la exploración del subconsciente, donde se encuentran los impulsos sometidos a la dictadura de la razón; el surrealismo une la doctrina de Carlos Marx. García Lorca con Poeta en Nueva York se propone mostrar el fracaso del mundo capitalista e industrializado, que lleva al ser humano al desarraigo, la miseria y la soledad. Cuando llega la guerra civil, algunos autores como Alberti (El poeta en las calles, Entre el clavel y la espada), o Emilio Prados (Llanto en la sangre), ahondaron en el mensaje marxista con una poesía política y combativa, recitada en más de una ocasión en el mismo frente de batalla. Dentro de este proceso de rehumanización surgió una tendencia llamada neorromanticismo, caracterizada por el influjo de Gustavo Adolfo Bécquer, y por tener como eje vertebrador el tema del amor. Destacan Sonetos del amor oscuro, de Lorca; y Donde habite el olvido, de Luis Cernuda.